Solo una aragonesa sería capaz de convencer a todo un equipo internacional de rodar una adaptación de una obra de Ernest Hemingway en blanco y negro, con algún toque de color, y hacerlo en Venecia, en plena pandemia y sin despeinarse. O casi. Y esa aragonesa no es otra que la directora Paula Ortiz, quien tras sorprender con ‘De tu ventana a la mía’ pasó a adaptar a Lorca en ‘La novia’ y, ojito, porque ha cogido carrerilla: tiene ya en cines su nueva peli, ‘Al otro lado del río y entre los árboles’ y pronto llegarán a la pantalla otros dos filmes con su firma, ‘Hildegart’ y ‘Teresa’.
Si Paula nos dice blanco y negro, nosotras nos apuntamos (Foto: Secuenciadas)
La cineasta ha participado esta semana en una nueva sesión del ciclo ‘La buena estrella’, que lidera el escritor y profesor Luis Alegre, para hablar a los espectadores zaragozanos de su adaptación de la obra de Hemingway, la cinta ‘Al otro lado del río y entre los árboles’, que ya podéis disfrutar en vuestras salas favoritas. “Celebramos un momento esplendoroso del cine en Aragón y ella fue una mujer fundamental en disparar ese momento extraordinario desde que debutó con su primer largo”, ha indicado Alegre.
Con este estreno, Ortiz cumple otro hito, dado que el mundo de Hemingway nada tiene que ver con el de Paula, y esta novela había pasado desapercibida hasta ahora en las adaptaciones de la obra del escritor. Sin embargo, su adaptación de Lorca llegó ‘más allá de Fraga’ y llamó la atención de los productores de esta historia. “Quien pensó en ti es un visionario y un genio, porque es una extraordinaria adaptación y una súper producción internacional”, ha subrayado el también cineasta, para elogiar una película “llena de belleza, de emoción, sugerente, bellísima”.
Paula Ortiz ha recordado que rodaron la cinta en Venecia a finales del año 2020 y principios de 2021, en plena pandemia. “También me pregunto por qué los productores pensaron en mí”, dado que hubo otros intentos de llevarla a la pantalla, pero no llegaron a buen puerto. “Buscaban un perfil de directora joven, una aproximación femenina, y se acercaron a mí por mi adaptación de Lorca, aunque les dije que no tenía nada que ver”, ha rememorado.
Mientras que Lorca tiene una sensibilidad con la que la directora se siente “muy representada, muy afín”, Hemingway es un autor “que me arrastraba fuertemente, pero que me provocaba muchas contradicciones, porque representa el arquetipo del macho del siglo XX”. No obstante, fue precisamente el hecho de que sus temas estaban “muy lejos” de ella y su generación la razón que motivó a Ortiz a aceptar el encargo, porque “a veces como narradores es importante acercarte a lo opuesto y ha sido un viaje fuerte y muy interesante para mí”.
De hecho, para la realizadora ha sido todo un reto llevar a la pantalla un relato “con una vocación tan clásica, que también es opuesta a mí, que te obliga a usar otras herramientas”, pero que le ha hecho crecer “muchísimo”. Tanto que ha asegurado que “creo que no hubiera dirigido, por ejemplo, ahora ‘Teresa’ o la película que estoy haciendo ahora, ‘Hildegart’, sin haber pasado por ‘Al otro lado del río y entre los árboles’”.
La increíble Venecia como escenario y protagonista de la historia entre Richard y Renata (Foto: Tribune Pictures)
EN PLENITUD
Gracias a su insistencia, la cinta se grabó en blanco y negro, porque para ella “esta película solo tiene sentido en blanco y negro”, una historia que introduce cambios con respecto a la novela, pero que mantiene los diálogos escritos por Hemingway y esa manera de hablar de sus personales, “de ir a cuchillo”. “En ‘Casablanca’ hablan así, y rodar en blanco y negro era honrar su memoria, intentar que la película huela a ’Casablanca’, pero no solo en el formato, sino en la forma de expresarse del cine clásico, para que Hemingway resonara en su plenitud”.
Paula Ortiz recibió un primer guion al que incorporó cambios tras leer la novela, con un protagonista que representa “al héroe masculino en el momento en que se desmorona, en que se apaga”, que en pantalla encarna Liev Schreiber, quien también aportó sus ideas. Al llegar al rodaje en Venecia, “tardamos mucho en empezar la película, porque la política de confinamientos en Italia era un infierno”. Lejos de ser un problema, aprovecharon el tiempo para ensayar y reescribir los matices del guion original de Peter Flannery.
También mantuvo un intenso trabajo con el director de fotografía, Javier Aguirresarobe, de quien ha destacado su buen hacer con el blanco y negro, consciente de la dificultad que supone trabajar con la escala de grises. “Disfruté mucho y aprendí mucho con él, ha asegurado. Entre el equipo técnico, además, encontramos una sorpresa, a la aragonesa Arantxa Ezquerro encargada desde Zaragoza de parte del vestuario.
Liev Schreiber interpreta al atormentado coronel Richard Cantwell (Foto: Tribune Pictures)
TREMENDO REPARTO
Acompañando a Liev Schreiber en pantalla, aparecen Matilda de Angelis, Josh Hutcherson, Danny Huston y Laura Morante. Ortiz ha subrayado la presencia, carácter y el impulso de Matilda de Angelis en escena, “es una súper dotada, hipnótica y bellísima, nadie podría haber hecho a Renata si no era ella”. De Danny Huston ha recordado la charla que mantuvieron por videoconferencia y el hecho de que su padre, John, quiso adaptar también esta novela y el actor le dijo a la dire que su padre «estaría aquí apoyándote para que la hagas».
Oye, pero ¿de qué va esta historia? Quienes os acerquéis al cine, y os lo recomendamos vivamente siempre, conoceréis a Richard Cantwell, un coronel del ejército estadounidense atormentado tras la II Guerra Mundial que se enfrenta en Italia a la noticia de que padece una enfermedad terminal. Allí se encuentra con una joven y si queréis saber lo que pasa tendréis que ir al cine y leer a Hemingway.
Tras la llegada a las salas de ‘Al otro lado del río y entre los árboles’, Paula Ortiz estrenará ‘Teresa’, con Blanca Portillo como protagonista, en la Semana Internacional del Cine (SEMINCI) en Valladolid. Después, la directora aterrizará en Amazon Prime Video proclamando la Segunda República española con su ‘Hildegart’, protagonizada por Najwa Nimri. ¡Estamos living por verlas todas!
A Javier Macipe le va el barro y nada ha podido con su empeño por rodar su ópera prima ‘La estrella azul’. Ni pandemias, ni crisis financieras, nada se ha interpuesto en su camino al éxito. Hace 10 años le dijo a la madre del músico zaragozano Mauricio Aznar que realizaría una película sobre su hijo, un sueño cumplido que le ha llevado hasta el Festival Internacional de Cine de San Sebastián, donde se ha llevado dos galardones.
Mauricio Aznar esperando el próximo Vaporetto del Ebro.
El primer pase con público fue de unas 600 personas y una cuarta parte eran de Zaragoza. Amigos, familiares, equipo, todos a una para vivir ese momento tan exclusivo en el que la peli se veía por primera vez. «Estaba condensada toda esa emoción de tantos años para sacar la película adelante, de gente que son muy amigos míos o de Mauricio. Cuando terminó me eché a llorar delante de las 600 personas como un niño«, recuerda el director. La peli se ha podido disfrutar varias veces en el festival.
Entre tapa y tapa «me he infiltrado en alguno de los pases y ha sido una pasada ver cómo funciona tan bien la película tanto en el humor como en lo dramático. En todos ha habido un aplauso que nos han dicho que ha sido el más largo del festival», comenta Macipe. Además, el equipo no se ha vuelto de vacío, ya que se han llevado el premio de la Cooperación Española y el premio del jurado de la Juventud.
El de la Juventud estaba compuesto por 150 jóvenes. «A veces pensamos que la peli es para un público más adulto, para la gente que vivió la época de los 90 que es la época que se representa. Así que es algo que nos ha sorprendido y nos da mucho optimismo». El premio de Cooperación también tiene un simbolismo muy especial. «Mauricio en una entrevista cuenta que su mayor sueño es hacer un hermanamiento con Latinoamérica. Que hayan sabido ver en esta película toda esa cooperación de continentes nos da mucha alegría. Además va asociado a un premio económico, con lo cual más alegría aún».
La madre de Mauricio también celebra los premios. «Me llamó super contenta para decirme lo hemos conseguido. Ella tiene ya 92 años y creo que temía no ver la película terminada», confiesa el director.
El director, de gris, luciendo traje en el Festival de San Sebastián junto a los actores.
El primer fotograma de esta historia es la imagen del encuentro entre Javier Macipe y la madre del músico Mauricio Aznar (1964-2000). El dire, que tiene entonces 19 años, le pide si puede usar una canción de su hijo para su cortometraje ‘Cuídala Bien’ y la madre le cuenta una anécdota. En el pasado se reúne con el director Carlos Saura en el Gran Hotel y él le comenta la posibilidad de hacer una película sobre su hijo, pero por circunstancias no se hace. Javier Macipe no se ve capacitado en ese momento para hacer un largometraje, pero la idea se le queda en el subconsciente.
QUIÉN ES MAURICIO AZNAR
«Su historia es la de alguien que no le da ninguna importancia ni a los premios ni a la repercusión comercial que puede tener su música. Él sabía que el artista tiene que ser una persona que gusta en libertad, al margen de las consideraciones materiales», explica Macipe a Secuenciadas. Por eso quizá siete años más tarde de ese primer encuentro, Macipe le dice a la madre del cantante: “Creo que puedo empezar a pensar en mi primera peli y siempre he querido que esta fuera la historia». Ya había dirigido el cortometraje ‘Os meninos do río’ (2014), nominado al Goya, y más tarde conseguiría otra nominación con ‘Gastos incluidos’ (2020).
Pepe Lorente lo canta todo en ‘La estrella azul’
Para documentarse realizó varias entrevistas a su madre, amigos, exmujer, exnovias y a gente de su banda Más Birras. Con la música de fondo de ‘Apuesta por el rock’n roll’, quizá la canción más famosa del grupo, viaja a Argentina, a los lugares en que el propio Aznar había estado para reencontrarse con su vocación. «Hace 10 años repetí el viaje que él había hecho. Sabía en qué sitios había estado por una serie de cartas que había ido mandando a su novia. Con esas cartas fui recorriendo los lugares y conociendo la música».
En 2020 comienza el rodaje de este «rockabilly quijotesco», recrean un concierto de Mauricio en el Centro Cívico Delicias de Zaragoza y poco después se decreta el estado de alarma. La realidad supera a la ficción. La película se paraliza durante tres años. «Alguien dijo que creía era la película más accidentada del cine español porque empezamos en 2020 y el último día de rodaje fue en febrero del 2023», relata Macipe. «Por entrar en crisis económica al parar, fuimos yendo hacia un equipo más pequeño y a trabajar con medios más reducidos pero conseguí más tiempo. Creo que eso es lo mejor que le ha pasado a la peli». La película había encontrado el espíritu de Mauricio. «No se nota ninguna diferencia entre lo rodado en 2020 y 2023 a nivel técnico. Esta peli habla también de ir renunciado a todo lo que es accesorio de la industria para ir a lo esencial».
Pepe Lorente cuando se entera de que Pedro Sánchez ha decretado el estado de alarma. Se lo cuenta Marc Rodríguez.
CASTING A LO GRANDE
«Vimos miles de actores, y no exagero fueron unos 2.000«, madre mía casi más que OT y es que estos actores también tenían que cantar. El actor zaragozano Pepe Lorente es el elegido para encarnar al protagonista. «Él tocaba algo la guitarra y cantaba muy bien y para mí era importante porque toda la película se toca y se canta en directo». En la quincuagésima fase del casting, le pide a Lorente que cierre los ojos e intente hablar como Mauricio Aznar, un ejercicio que ya podemos llamar método Macipe. «Fue muy impresionante porque habló lo más parecido que nunca a Mauricio y no se había preparado aún el personaje apenas. Vi que tenía que ser él».
Tras ese milagro, completan el cast Bruna Cusí, ganadora del Goya por ‘Verano 1993’ (2017), Catalina Sopelana, Marc Rodríguez y personas que no son actores como Miguel Mata o Aitor Domingo que también tienen papeles muy importantes. Para la parte Argentina tiene la suerte de rodar con la familia Carabajal, referentes en la música folklórica argentina, como nuestros Flores aquí. También hay una aparición muy especial, la del hijo del cantautor Atahualpa Yupanqui. Personas con las que realmente se encontró Mauricio en su viaje en los 90.
Pepe Lorente habla con Bruna Cusí antes de irse a clase de Jota.
Antes de toda la movida de San Sebastián ‘La estrella azul’ tuvo un pase muy especial e irrepetible. Fue en la casa de la madre de Mauricio Aznar. Javier Macipe quería que ella la viera antes que nadie. «Fue híper emotivo y me dijo que a los pocos minutos, ya se había olvidado de que era un actor y estaba viendo a su hijo en la pantalla«. El actor Pepe Lorente ha sido uno de los grandes pilares. Tuvo que mantenerse desde 2019 siempre fiel al personaje, renunciando a otros trabajos, en un compromiso único. ¡Ole tú!
El montaje lo ha hecho el propio Javier Macipe y el zaragozano Nacho Blasco, la posproducción del color la ha realizado Luciérnaga Color Grading, la música se ha mezclado en el Laboratorio de Sonido del Centro de Historias de Zaragoza y el diseño de sonido lo ha realizado Menosdocedb.
Inminentemente la peli viajará al Festival de Varsovia y está seleccionada en festivales de Latinoamérica y Europa. En primavera de 2024 se estrenará en salas de cine y posteriormente se podrá ver en Movistar, Tve y Aragón TV. «Hemos contado la historia del hombre anónimo, los biopic suelen ser la historia de un cantante famoso y aquí hemos contado la historia del cantante que renuncia a la fama, resume el director Javier Macipe. Esperamos que esta estrella azul ilumine a todos los corazones del mundo.
Ya lo cantaba Gabinete Caligari antes de ayer, bares ¡qué lugares! Algunos de ellos nos acompañan durante toda nuestra vida, son paisaje de nuestros recuerdos y dan carácter a las calles de la ciudad. Este es el caso del bar El Siberiano, situado en el antiguo mercado de la calle Azoque de Zaragoza y que, como hicieran antes los puestos de este mercadillo, ha cerrado sus puertas. Pero no es una historia con un final triste, o no del todo, ya que la directora Isabel Soria ha querido guardar la memoria de este establecimiento único en su nuevo documental. Un trabajo hecho a base de cariño y que os emocionará.
Mary, la incombustible propietaria de ‘El Siberiano’, acompañada por uno de sus famosos bocatas. (Fotografías: Alberto Jaleno)
“Conocía El Siberiano, había estado muchas veces y paso por la puerta todos los días para ir al trabajo”, explica Isabel Soria a Secuenciadas. Este lugar siempre le había resultado curioso porque, según la dire, “es como una madriguera”, dado que para acceder al bar y al antiguo mercado hay que bajar unas escaleras; era un sitio donde se podía estar tranquilo y un espacio peculiar con una escalera muy singular al fondo, “como de otra época”. A ello se suma la presencia de su propietaria, Mary, una mujer con mucho carácter, pero muy tierna a la vez, “de las que te regañan con cariño, riendo”.
Una noche, cenando con un amigo, Soria se enteró de que cerraban el bar “y mi amigo ya me echó un gancho para ver si grababa algo”. A la realizadora, que se apunta a todo, le faltó tiempo para coger la cámara y plantarse en El Siberiano para entrevistar a Mary. “Pensé que podría formar parte de un proyecto más grande, que hablara de cómo la ciudad vieja sucumbe a la nueva”, especialmente en esta zona de las calles Azoque, César Augusto, plaza Salamero.
Nos lo imaginamos lleno de gente disfrutando de la tranquilidad del mercado.
“Se trata de hacer como un pequeño muestrario de lugares desaparecidos, en riesgo, de ese mundo que se acaba y donde todo se despersonaliza”, lamenta, reconociendo que el cierre de estos negocios “de toda la vida” deja sensaciones extrañas, porque la ciudad pierde parte de su personalidad con ellos. “No es una crítica, es un mundo que acaba, el mercadillo se cerró en su día porque los supermercados eran más cómodos, y ahora se asiste a este otro momento”.
Con buenas dosis de retranca aragonesa, Isabel Soria señala que, de estas instalaciones, “lo último que cerró fue el bar, que para algo somos españoles”. De este modo, este verano aprovechando sus vacaciones, comenzó a investigar, contactó con el hijo del arquitecto que había diseñado el mercado, Enrique Delso Calavia, quien le dejó los dibujos sobre las instalaciones que inician el corto documental, y entrevistó a Mari, dando forma a un retrato “que ha quedado muy majico”.
ESTÁ GUSTANDO
El docu, que guardará testimonio de lo que era el bar y sus propietarios, “está gustando, es una pieza muy sencilla”, que ha creado junto a Alex Miranda, en la edición y la cámara, y a Alberto Jaleno, en fotografía. En una hora y media y varias visitas para grabar recursos filmaron todo el trabajo. ¡Qué cracks!
Mary, Isabel, Alex y Alberto felices tras acabar el rodaje. ¡A por el próximo proyecto!
Y Mary, ¿qué ha pensado al verlo? “Ella está muy contenta”, asegura la directora. Durante la grabación, “intentó estar comedida, modosa, pero el genio a veces se le desencadena y hay algún momento un poco robado” que divertirá al espectador. El docu toca la fibra, sin dejar de ser gracioso, y es también “un guiño a la esperanza”.
Tras guardar la memoria de un lugar único en España, Isabel Soria tiene ya en mente otros establecimientos y oficios con los que continuar con su proyecto, como una juguetería o un pastor, mientras sigue trabajando en la postproducción de su cortometraje ‘Mortal Derbi’ y en un documental sobre la historia del arte español.
Quedamos en el Teatro de las Esquinas de Zaragoza con Miguel Ángel Lamata, un contador de historias que a veces escribe, dirige o produce o todo a la vez. Su historia de amor por este medio comenzó a través del teatro, los cortos, la televisión y el cine.
En 2003 cerró el Paseo Indepencia de Zaragoza, como si de Pilares se tratase, para rodar su primera peli ‘Una de zombis’; en 2006 escribió y dirigió ‘Isi/Disi: Alto voltaje’ con Segura y Flo como protas y luego se atrevió con ‘Tensión sexual no resuelta’ (2010), el título lo dice todo. En 2016 vivimos la bonita historia de amor entre Jenner y Noriega en la Zaragoza más cuqui en ‘Nuestros amantes’ y el cine familiar llegó a su vida con ‘Los futbolísimos’ (2018). En 2022 se pasó a la producción con el documental que todos los aragoneses estábamos esperando ‘Héroes: Silencio y rock & roll’. Estamos deseando conocer a este director aragonés que dejó Zaragoza para buscar fortuna en la capital de España. ¡Ya lo vemos abrir la puerta del teatro!
Miguel Ángel, ¿cómo empezaste a interesarte por el mundo audiovisual?
Desde muy pequeño me gustó mucho siempre ver películas, así de sencillo. Y, paralelamente, me interesaba mucho escribir historias y fantasear con convertirlas en algo más. Esta especie de pasión me acompaña desde los 7 años, entonces parecía bastante inevitable. Es verdad que el mundo del cine te da miles de razones para no dedicarte a él, pero las he ido desoyendo.
¿Cuando fuiste mayor te empezaste a formar en el audiovisual?
En mis tiempos era terriblemente caro, me hablaban de una escuela que había en Londres, la London International Film School que valía una pasta estudiar ahí y nosotros éramos una familia de clase media, así que me venía un poco a desmano irme a Londres. Pero no quería renunciar al sueño y lo que hice fue ponerme a hacer cortos, obras de teatro… He aprendido un poco a base de hostias (se ríe), autodidacta, por decirlo más finamente.
Y cuando comenzaste a trabajar en esto, ¿qué vino primero?
Primero de todo vino el teatro y los cortos. Una amiga me metió un empujón para dirigir un grupo de teatro, porque si no se iba a disgregar, fue una etapa en Zíngaras Teatro, una grupo universitario, de lo poquísimo que sé como director de actores lo aprendí haciendo teatro. Y después ya vino la televisión y enseguida Santiago Segura me propuso producir mi primera película.
¿En la televisión qué hiciste?
Empecé en Antena Aragón, después salté a Antena 3, luego estuve en Vía Digital con Pepe Navarro, después con Bertín Osborne, trabajé con Juan Ramón Lucas, trabajé en El Informal, y alguna cosa puntual de encargo. En televisión tampoco estuve tanto tiempo. A veces se cree que he estado más tiempo en televisión pero en realidad estuve desde 1997 y en 2002 lo dejé y me dediqué a poner todos mis esfuerzos en que mi primera película, ‘Una de zombis’, fuese una realidad.
«He aprendido un poco a base de hostias, autodidacta, por decirlo más finamente»
Vivías en Zaragoza, ¿por qué te fuiste a Madrid?
Yo trabajaba en Antena Aragón y hubo una oferta de trabajo muy buena de Antena 3, con una cantidad de dinero que me sigue pareciendo astronómica, 3.000 euros, y me apetecía probar un poco como era la supuesta liga mayor. Tenía la novia allí, muchos de mis amigos se habían ido para allá y la verdad es que pensé que en ese momento cambiar a Antena 3 podría enseñarme cosas. Yo siempre he funcionado así, donde veo que hay aprendizaje pues tengo una tendencia a acercarme a eso. Era un programa concurso muy ambicioso, aspiraba a ser el rey de su franja, se llamaba ‘Trato hecho’, y ahí que me fui. Fui solamente guionista, pero tuve la sensación de que aprendí mucho, porque la televisión te enseña mucho a no mirarte el ombligo, a pensar que hay un público al que tiene que gustarle lo que le presentas. Esto te lo enseña mucho la tele.
¿Cómo definirías en una frase el rodaje de cada una de tus películas?
‘Una de zombis’ fue una guerra en positivo para la que no estábamos preparados. Al final se puede decir que triunfó, fue un exitito. ‘Isi & Disi: Alto Voltaje’ me dio la confianza de saber que podía seguir siendo un director. ‘Tensión sexual no resuelta’ es la primera película abierta y totalmente personal que hice. Conjugaba las historias que a mí me interesaban contar, sobre todo en clave de relaciones, con lo que entiendo que puede ser un cine de entretenimiento para el gran público. ‘Nuestros amantes’ es una película quizá incluso demasiado personal, pero que también le tengo un cariño enorme porque fue la primera película que además de escribir y dirigir, produje. Es Lamata cien por cien, para bien o para mal.
Y ‘Los futbolísimos’ es una película totalmente de encargo que me dio un montón de cosas muy bonitas, sobre todo en mi relación con los chicos y las chicas. Además es una película extraordinariamente difícil de hacer y que todos disfrutamos muchísimo.
«La televisión te enseña mucho a no mirarte el ombligo, a pensar que hay un público al que tiene que gustarle lo que le presentas»
También has producido el documental ‘Héroes: Silencio y Rock & Roll’ que estuvo nominado a mejor documental en los Goya 2022.
Sentí una gran responsabilidad haciendo esa película y es quizá una de las cosas de las que más orgulloso me siento porque creo que ha hecho feliz a mucha gente. El alcance de esa película, en la que pusimos mucha ambición bien entendida y mucha ilusión, se ha visto más que recompensada.
¿Ese proyecto cómo nació?
Por Alexis Morante, que es un tipo que yo conocí en Los Ángeles cuando fui a hacer la música de ‘Nuestros amantes’. La hicimos allí porque Roque Baños, el compositor estaba allí, y él conocía a otros españoles afincados allí, entre ellos a Alexis que es un gran director. El caso es que Bunbury me escribió y me dijo “oye, este chico que conociste en Los Ángeles quiere hacer una película sobre nosotros, los Héroes, y queremos que se haga, ¿Qué te parecería producirla?”. Tuve una gran responsabilidad porque se la podían haber llevado a productores que tienen mucha más andadura que yo, que solo había producido ‘Nuestros amantes’. Pero me reuní con mis compañeros habituales de fatigas, Raúl García Medrano, Nacho Blasco, que fue guionista, editor de sonido y editor de imagen, y pensamos que merecía la pena arriesgarse.
La película estuvo nominada a varios premios.
La nominación al Forqué llegó porque sí, no hicimos campaña, y la del Goya lo mismo. Fue la constatación de que habíamos hecho algo un poquito a derechas, de que la cosa había hecho click, para empezar porque a los Héroes les había gustado la película, porque ellos eran un poco mi público principal. Se hace la película pensando en una audiencia lo más amplia posible, pero si al objeto del documental no les hubiera gustado, yo personalmente me hubiera llevado un disgusto.
Casi todas tus películas están orientadas hacia el humor, ¿Qué es lo que te atrae de este género?
Hay un escritor que me gusta mucho que dice que el humor no es tanto la capacidad de hacer reír a tus semejantes, que también, sino la herramienta de la que echamos mano diariamente para no volvernos locos. Y es verdad que el humor es algo que necesitamos y, de hecho, en obras de teatro extraordinariamente dramáticas, como ‘Un tranvía llamado deseo’ o en muchas de Chéjov, hay mucho humor. En Shakespeare, en sus tragedias, hay mucho humor. A mí me ayuda a sentirme vivo cada día.
¿Qué te gusta más: ver una buena serie o ver una buena película?
Una buena película, no tengo nada en contra de las series, me gustan mucho y veo muchas, pero realmente mi formato son historias que oscilan entre una hora y media, dos horas o dos horas y algo. El teatro también me apasiona mucho, aunque soy una persona más de cine.
¿Y te gustaría dirigir una serie?
Bueno, ha habido acercamientos, ideas, hemos movido proyectos, y es una cosa que me gustaría. Hay cosas que no quiero morir sin hacer. Por ejemplo, siempre quise hacer una película juvenil y ya la he hecho; siempre quise rodar una historia de amor pura y dura, la hice. Hacer una serie no estaría nada mal. Hay conceptos que tenemos en la cabeza que podrían cristalizar más como serie que como película, pero en general siento una irresistible atracción hacia las historias de aproximadamente dos horas.
Últimamente el cine dirigido por aragoneses está on fire, ¿cómo lo ves?
Para mí es maravilloso verlo y formar parte de ello, yo soy el abuelo de casi todos estos, tengo 56 años. Javier Macipe que acaba de hacer su película ‘La estrella azul’, que es buenísima, es un peliculón del primer al último fotograma, o ver las películas dePaula (Ortiz), de Pilar (Palomero), deNacho (García Velilla), de Gerald (B. Fillmore). Ahora Gerald está haciendo un largometraje que he leído el guion y es también formidable, super original. Las películas de Pablo Aragüés, Natalia (Moreno), Gala (Gracia), yo nunca he vivido un momento así del cine aragonés y hay que apoyarlo porque ya no es un sueño, es una realidad. Hay gente que está saltando de nuestras fronteras, no al resto de España, sino a Europa, el cine aragonés empieza a ser algo muy gordo y me hace muy feliz.
Siempre que puedes vuelves a Aragón, te vemos en festivales, en estrenos de películas, ¿te tira tu tierra?
Absolutamente. Mi familia está aquí, muchos amigos míos están aquí y me resulta siempre muy excitante rodar en Aragón. Además me gusta mucho la búsqueda de decir esta historia cómo aterriza en Aragón o ¿puede aterrizar en Aragón la historia? Y siempre es sí, entonces te pones a buscar los sitios y cuando la cosa empieza a cristalizar, eso me parece muy wonderful. Empiezas a ver que, verdaderamente, no es una cuestión de encabezonamiento tuyo, sino que Aragón es realmente muy buen plató y con muchas facilidades para rodar aquí.
«Aragón es realmente muy buen plató y con muchas facilidades para rodar aquí«
Ahora estás en Zaragoza porque recibes un homenaje en la Muestra de Cortometrajes Aragoneses de Delicias.
Completamente inmerecido, pero sí, lo recibo. Lo acepto.
¿Y qué tal?
Lo de los homenajes siempre da cierta congoja porque mientras haya por ahí un señor que se llama Steven Spielberg que sí que tiene una trayectoria… pero la verdad, que te reconozcan en tu tierra siempre mola muchísimo y sirve de espaldarazo para hacer más cosas. Hemos hecho seis peliculitas, se acuerdan de uno, eso está muy bien, y vamos a ver si hacemos otras seis a continuación.
Les quiero dar las gracias porque el corto es la base de todo. Los directores de cine existimos, hacemos películas, porque nos dio por hacer un cortito, con el cortito descubrimos que nos gustaba la experiencia, no nos quitó las horas de sueño suficientes ni nos dio los sinsabores suficientes para tirar la toalla y no se si habrá muchos directores que no hayan hecho cortos. Me parece bastante sensacional que exista esta Muestra porque le da la oportunidad a mucha gente de que podamos ver sus películas y eso es decisivo.
Si te jubilaras ahora, ¿dónde te irías a vivir?
Se me ocurren varios sitios, vivir en otra dimensión estaría bien, a ver qué se cuece ahí. Vivir una temporada en el cielo y otra en el infierno, para ver si el cielo es el sitio donde todos queremos estar, o el infierno es en realidad el sitio que mola, pero tiene peor agente de prensa. Pero me apetece jubilarme el día en que muera, ese es el día en que diré bueno pues me jubilo ya.
¿Cuál es el futuro laboral de Miguel Ángel Lamata?
Producir y dirigir la película ‘El árbol y el ruiseñor’, estamos produciendo aquí (Zaragoza) con Raúl García Medrano, que es una historia de amor en clave de cine de terror, después me espera ‘Los futbolísimos 2’, hay un proyecto de una película musical que tiene muy buena pinta y estamos trabajando para que ‘Mujeres que compran flores’, la adaptación al cine del best seller de Vanesa Montfort, se haga en 2025.
¿Empiezas a rodar próximamente alguna de ellas?
Sí, el año que viene, en el primer trimestre del 2024, atacaremos ‘El árbol y el ruiseñor’.
La actriz María José Moreno preside desde el mes de julio la Academia del Cine Aragonés. Está acompañada en la nueva Junta Directiva por Carlos Marquino como tesorero; Roberto Sánchez, como secretario; y, como vocales, Gala Gracia, Mirella R. Abrisqueta, Guillermo Chapa y Paco Martín.
Entre sus retos, hacer de la ACA una academia de cine que sea lugar de encuentro y que promueva debates y sinergias entre los profesionales del sector, e impulsar, junto al resto de agentes implicados, una ley aragonesa del audiovisual que potencie la industria. Hablamos con la presi de la nueva etapa que se ha iniciado en la Academia del Cine Aragonés.
¿Cómo afrontáis está nueva etapa de la ACA?
Hace dos meses que tomamos posesión y hemos trabajado muchísimo, pero ha sido un trabajo interno de la Junta. Cuando presentamos la candidatura dije que había dos cosas que queríamos: que la Academia fuese realmente una academia de cine y que se ocupase de sus miembros. En estos meses hemos estudiado los estatutos de las academias de otras comunidades, estamos trabajando en los nuevos estatutos y manteniendo reuniones con la Red de festivales, con la Aragón Film Commission, la Corporación Aragonesa de Radio y Televisión, el Clúster del Audiovisual de Aragón, porque la ACA es otra de las patas del audiovisual aragonés.
Nuestros socios son profesionales del cine y, como cualquier asociación, la ACA se debe a sus socios, nuestra finalidad es su defensa y promoción. Así como la promoción de la industria del audiovisual aragonés. Queremos que la ACA sea la casa común, el gran paraguas del audiovisual aragonés.
¿Cuáles serán vuestros proyectos prioritarios a corto, medio y largo plazo?
En el corto-medio plazo están los estatutos de la Academia y en el medio-largo plazo impulsar una ley del audiovisual aragonés, pero debe ser trabajada en común junto al Clúster, la Aragón Film Commission, los festivales y la CARTV, tiene que ser una ley absolutamente consensuada.
Lo más importante para nosotros es buscar un espacio común donde los académicos, la gente que hace cine en Aragón, pueda encontrarse, intercambiar impresiones, ayudarse los unos a los otros. Que los recién llegados puedan tener contacto con quienes llevan más tiempo y establecer encuentros sobre los oficios del cine.
Además de cambiar el formulario para hacerse socio, que ya está en la web de la ACA, en un plazo inmediato queremos establecer esas reuniones, debates, clases magistrales, con gente que tenga realmente interés y que nos pueda movilizar.
En estos primeros meses se ha puesto en marcha una subsede en Teruel
Con motivo del desarrollo del rally cinematográfico Desafío Buñuel, mantuvimos un encuentro con la alcaldesa de Teruel y dos miembros de la Junta, que son de Teruel. Hablamos de la posibilidad de crear una subsede de la Academia para promover actividades propias y replicar las actividades que se desarrollen en otros lugares y ya se ha creado y empezará a funcionar en cuanto nuestros socios puedan. Esperamos que se pueda hacer pronto también en Huesca.
¿Qué habéis detectado que se puede mejorar en la Academia?
Desde nuestro punto de vista hacía falta revivir la Academia como academia de cine, como lugar de reunión de gente que tiene interés por el cine y que hace cine. También iniciar esos encuentros y fomentar la colaboración con otras academias para exhibir los trabajos de nuestros profesionales.
¿Habrá algún cambio respecto a los Premios Simón?
Los Premios Simón son uno de los actos más importantes de la Academia y seguirán teniendo una importancia vital, pero estamos estudiando hacer más cosas alrededor de los premios, no solo exhibir los trabajos nominados y celebrar la gala, sino organizar debates, jornadas de trabajo y encuentros en los días previos a la ceremonia.
¿Cómo valoras el momento que vive el audiovisual aragonés?
Se han puesto en marcha el Clúster del Audiovisual, las Film Commission, la agrupación de festivales en ARAFILMFEST, cada vez hay más proyección del sector y cada vez hay profesionales mejor formados y más producciones. Aunque Aragón es fundamentalmente tierra de cortos, por los elevados presupuestos de los largometrajes, muchos están empezando a hacer largos, y es momento para ponerse las pilas y apoyar la industria del cine aragonés, que es lo que tendría que hacer la ley, fijar el marco legal de la industria. El audiovisual no se puede ver como una herramienta para el fomento del turismo o la cultura, sino como una verdadera industria que tiene grandes retornos en el turismo y la cultura de la comunidad.
El cine es una industria y nos lo tenemos que plantear así porque es así, y porque las comunidades autónomas que se lo han planteado hace tiempo, tienen una industria desarrollada que da mucho de sí.