El tesoro guardado en el ropero de Ansó

El tesoro guardado en el ropero de Ansó

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El municipio pirenaico de Ansó descubre el último domingo de agosto uno de sus mayores tesoros. Guardados y protegidos todo el año en el ropero, en el Día del Traje Ansotano los vecinos desfilan por el municipio luciendo sus vestimentas tradicionales en una fiesta declarada de Interés Turístico Nacional y de la que nos habla la directora zaragozana Isabel Aparicio en su nuevo documental ‘Ansó. Rasmia, funcias y muita historia’.

Un trabajo dedicado al traje ansotano, pero narrado desde las emociones, las que sienten los ansotanos cuando visten sus trajes tradicionales, cuando recuerdan su historia y explican cómo los miman para que perduren en el tiempo. 

El equipo escucha con atención las vivencias de una ansotana, mientras les muestra fotografías vistiendo el traje
(Foto: Elena Rubio)

Este proyecto surge por encargo de Hacer Creativo, el centro superior de diseño donde Isabel Aparicio trabaja como profesora desde hace seis años. “Mi compañera Roberta (Bueso) presentó una documentación a una institución europea que concede subvenciones y nos la concedieron”, recuerda. Así, pasaron a formar parte del proyecto Stitch, de digitalización del patrimonio textil europeo, en el que también colaboran las universidades de Albania, Hungría y el Museo del Textil de Prato (Italia). ¡Viva lo internacional! 

Cada universidad ha realizado un documental sobre un traje tradicional de su zona, han impulsado talleres de técnicas, un catálogo, una impresión en 3D de las vestimentas y se han puesto en marcha proyectos culturales sobre esos trajes. “Nosotros elegimos el de Ansó porque nos parece, de todos los de España, el más bonito, el más rico, el más significativo; tiene una variedad brutal”, subraya la dire.

Reconoce que sabía “muy poco” del traje ansotano antes de comenzar el docu y ponerse con el guión. Lo conocía como aragonesa y por sus raíces familiares, dado que su bisabuela era de Hecho, cerca de Ansó, y su abuela “estaba enamorada de la indumentaria de esa zona” y se la mostraba de pequeña cuando veían la Ofrenda de Flores a la Virgen del Pilar. “Son trajes preciosos, espectaculares, muy llamativos” y al trabajar en este proyecto “he descubierto una serie de matices que no conocía y ha sido una experiencia muy chula”, asegura. Vamos, que se ha quedado totalmente in love del traje ansotano por la variedad y riqueza de matices que presenta, especialmente los femeninos, relacionados con el trabajo, la religión o el momento vital de la mujer.  

Fotograma del documental 'Ansó. Rasmia, funcias y muita historia', de Isabel Aparicio
Dos ansotanas rememorando junto al fuego lo mucho que disfrutaron en el último Día del Traje y la odisea para encontrar novio para vestirse que no fuera su pareja

CUIDANDO ESE TESORO 

“Lo más significativo que tiene Ansó respecto a su traje es que se lo siguen poniendo, en el Día del Traje” gracias al ropero que conserva 85 piezas completas de esta indumentaria. Aunque confeccionan réplicas, algunos de esos trajes tienen más de cien años “y los tienen súper bien conservados, los almidonan, los planchan, los arreglan, porque a veces se estropean”. 

Un grupo de mujeres de Ansó se encarga, “por amor al arte”, de cuidar de este tesoro del que disfrutan todos una vez al año en una fiesta que comienza días antes, con el sorteo para poder vestir los trajes, y se inicia ese mismo día a las cinco y media de la madrugada, cuando comienzan a vestir a los vecinos, desde las mujeres de trabajo, que después repartirán las migas para los visitantes, hasta que se termina con los niños y las ansotanas que utilizan el traje de novia. Un traje que, por cierto, pesa bastante (unos 35 o 40 kilos) y que pueden lucir ese día si encuentran un novio que no sea el suyo propio ya que, según dice la leyenda, si la pareja se viste de novios ese día, la relación se acaba. ¡Cosas de la tradición!

Todo el pueblo vive por y para el traje, es algo que les une mucho, es su cultura, su identidad, y la llevan allá donde van. Verles cómo se emocionan hablando del traje y cómo lo viven es una gozada”, indica Aparicio. 

Las ansotanas cuidan con mimo sus trajes para conservarlos en perfecto estado (Foto: Isabel Aparicio)

EL PUEBLO, A TOPE CON EL DOCU 

Pero rebobinemos. Antes de palpar estas emociones, el equipo estuvo tres meses documentándose, con Fermín Castillo (documentación) viajando a Ansó para empaparse a tope de la indumentaria tradicional ansotana. “Todo el pueblo se volcó, fueron híper generosos”, recuerda la realizadora, al apuntar que “llegamos con nuestras cámaras a grabar su traje, desde el respeto absoluto, y las mujeres nos abrieron todos los armarios del ropero, nos enseñaron todas las prendas y joyas, lo que quisimos”. Dos jóvenes del pueblo se vistieron para el documental, y otros vecinos “nos invitaron a sus casas, nos enseñaron fotos de sus bodas, de sus nietos”, rememora. Por si os lo estáis preguntando, os confirmamos que Isabel y su equipo se metieron hasta la cocina en las casas de Ansó, literalmente, para poder descubrirnos su tradición. 

“Es un documental de tipo etnográfico, un trabajo en el que valoro mucho más la vivencia de las personas, cómo lo cuentan ellos, la intensidad con la que lo viven”, manifiesta. De hecho, aunque comenzaron el trabajo “con una idea más técnica”, “nos hemos dejado llevar por los testimonios y al final dura el doble de lo previsto y podría durar cuatro veces más” por la cantidad de material grabado. Inicialmente estaban previstas ocho entrevistas y han acabado con el doble y logrando la implicación de otras instituciones, como el Museo del Traje de Madrid, donde entrevistaron a una experta en indumentaria tradicional que después viajó a Ansó “para ver el traje en primera persona”. 

Fueron cinco días de rodaje, cuatro sesiones en Ansó y una en Madrid, non-stop, mientras que en el verano han llevado a cabo el montaje y la música original, obra de Jesús Aparicio, una maravilla banda sonora que evoca la música popular y que compuso expresamente para este documental. El resultado es un trabajo que explica el traje ansotano desde el punto de vista institucional, de las vivencias, cómo ha influenciado el traje a historiadores, escritores, cineastas o pintores y cómo se custodia en los museos. 

Fotograma del documental 'Ansó. Rasmia, funcias y muita historia', de Isabel Aparicio
Uno de los protas del documental, Antonio Jesús Gorría, muestra su libro ‘El traje tradicional del valle de Ansó’, la biblia del traje ansotano

SEIS MESES INTENSOS 

Han sido seis meses “intensos” de trabajo en el marco del proyecto Stitch, que comenzaron en febrero, pero que no acaban con la presentación del documental, que ya puede verse en YouTube junto a otras dos grabaciones de talleres de técnicas tradicionales de almidonado y recrebado de cuellos de camisa y de peinado de churros, que llevan las mujeres en el Día del Traje. Estos audiovisuales son solo una pieza de un proyecto más amplio, que contempla exposiciones, jornadas, desfiles. 

El trabajo, con un título en ansotano que resalta su cultura, ya ha sido proyectado en Ansó, ha sido preseleccionado en Espiello, el Festival Internacional de Documental Etnográfico de Sobrarbe, y se proyectará también en Albania y Hungría, entre otros lugares. “Lo más importante de este documental es que busca difundir la indumentaria popular tradicional para que sirva de inspiración a jóvenes diseñadores que puedan crear sus nuevas colecciones basándose en la riqueza de la textura, los tejidos y los patrones que tiene”, detalla Isabel Aparicio. 

Tras este trabajo sobre el traje ansotano, en enero estrenará un cortometraje en el que ha participado como realizadora y que dirige su hermano, Jorge Aparcio. Se trata de ‘Golosinas’, “una historia sencilla y tierna, en la que contamos con niños que no son actores y que ha sido un reto, pero muy bonito”, concluye. 

Isabel Aparicio es licenciada en Comunicación Audiovisual y ha estudiado dirección y realización. Es directora y guionista de numerosos trabajos, como el documental ‘Ver el mundo de otra manera’, y compagina su love por el audiovisual con su trabajo como profesora en el Centro Superior de Diseño Hacer Creativo de Zaragoza.

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