El sonido es uno de los departamentos más importantes de un proyecto audiovisual, grabarlo en el rodaje y darle mucho amor después en la edición. La triunfadora en los Goya de este año fue la película ‘As bestas’, una historia de mucha tensión donde el diseño de sonido, lleno de silencios, diálogos y ambientes, también se llevó un premio. Y ahí entra la aragonesa Yasmina Praderas, que abandonó Huesqueta con 21 años, para irse a Cataluña a estudiar. Ahora trabaja en la mezcla de sonido de películas muy top.
Con su Goya por la peli ‘As bestas’ (Foto: Ana Belén Fernández. Cortesía de la Academia de Cine)
En 2019 ya vivió un nominación a mejor sonido en los Goya, con la peli ‘Quien a hierro mata’, otra historia gallega en la que también había mucha incertidumbre. Y este 2023 lo petaron con la cinta de Sorogoyen. “Fue bonito porque por suerte ‘As bestas’ había sido nominada en muchas especialidades y nos pudimos juntar mucha gente del equipo para poder celebrar. Fue una noche inolvidable”, recuerda la técnico. En Sevilla,Praderas rocogió el premio a mejor sonido junto a sus compis, Aitor Berenguer y Fabiola Ordoyo y recientemente han ganado también el Platino en los premios cine iberoamericano.
Volvemos a Huesca, cuándo la re-recorder mixer (visto en LinkedIn) aún estaba estudiando bachillerato y tenía que decidir qué estudiar. Ella era fan del cine y una amiga le habló de una escuela de cine de Barcelona (CECC). La mudanza de Huesca a la capital catalana no le dio pereza y se fue para allá a cumplir el sueño catalán. «Hay un primer año que es común y das de todo, fotografía, edición, guion, producción, arte… haces como una preparatoria de base. En el segundo año, cada alumno se especializa donde más le puede interesar. Cuando yo estudié era imagen y sonido, ahora está más especializado hacia el sonido», explica Praderas a Secuenciadas.
Una vez formada, empieza a trabajar en distintos departamentos y le interesa mucho el montaje. «Estuve trabajando dentro del audiovisual en diferentes campos, en sonido directo, en producción, en montaje, haciendo cortos, videoclips, todo lo que podía«. Hasta que comienza a decantarse más por el sonido y trabaja en un estudio de doblaje, primero grabando las voces de los actores y luego mezclando. En 2014, entra en la empresa para liderar un equipo Marc Orts, y empieza con él como ayudante de mezclas. Hasta que deja de ser ayudante. «Editando el sonido he estado desde siempre, pero he pasado por diferentes departamentos. Ahora ya llevo 6 años especializada en lo que son las mezclas de sonido«, recuerda Yasmina Praderas.
Yasmina Praderas con su mesa de sonido de ochocientos botones
CÓMO SE HACE
Hacer el sonido deuna peli nos parece una movida importante y por eso le hemos pedido a la mixer que nos de una pequeña masterclass de cómo es el proceso del diseño de sonido de un largometraje. «La postproducción de sonido la genera un equipo de muchas personas. Son muchos procesos a lo largo de una producción«; tomamos nota. El primero «sonido directo sería el que va a trabajar al rodaje. Se encarga de que las grabación de las voces sea lo mejor posible». El segundo,«hay una persona especialista para hacer las músicas, otra persona se dedica a hacer la edición de esos diálogos que se han grabado en el rodaje, otra pone los ambientes y los efectos y luego otra persona se dedica a hacer los foleys. Los sonidos más orgánicos de los personajes, los pasos, las ropas…».
Después, con todo este trabajo ya realizado, entra en acción la técnica oscense y hace lo que se llama la mezcla de sonido. «Recojo todo ese contenido de sonido y lo coloco en el espacio donde corresponde. Utilizo las herramientas técnicas necesarias para que el sonido conviva con la película, que tenga subidas y bajadas, que genere emoción. Estoy al final de todo el proceso», precisa Yasmina Praderas. ¿En que proceso os gustaría estar a vosotros? La verdad que hacer los foleys tiene que ser curioso.
Con la de pelis que ha mezclado tiene recuerdos bonitos de muchas. «Con todas pones esfuerzo y sentimiento. En los últimos años tengo ‘No matarás’, ‘Mediterráneo’, ‘As Bestas’ y, por supuesto, ‘Sentimental’, de Cesc Gay. Recuerdo ‘Malnazidos’ mucho y de ‘Malasaña 32’ tengo muy buenos recuerdos también. ¿Y Aragón pa’ cuándo? «Me encantaría, sería para mí un lujazo», reconoce.
Mientras tanto, vueve a Huesca para ver a familia y amigos y quedan en sus lugares favoritos. «La plaza de los toneles, el Coso, el parque, la plaza Zaragoza», no se olvida ni uno, pero echa mucho de menos una cosa. «El Pirineo aragonés. Voy a un pueblo muy pequeñito, que se llama Estallo, que son seis casitas. Bielsa me encanta y la zona de Panticosa también me flipa». Uno de los últimos trabajos de Yasmina Praderas es la peli ‘Els encantats’, de Elena Trapé, y está protagonizada por Laia Costa. Le deseamos todo lo mejor para esta trabajadora audiovisual que se encuentra más allá de Fraga.
La Academia del Cine Aragonés entregó el domingo los XII Premios Simón, una fiesta anual para reconocer el trabajo y talento de los profesionales aragoneses del sector audiovisual. Y como no nos perdemos una buena party, Secuenciadas asistió a la gala para celebrar la noche del cine aragonés.
La actriz Patricia Coronas fue la encargada de conducir con mucho humor y vestimenta a lo aragonés la ceremonia, en la que Viki Lafuente puso el toque musical. Y como venimos a hablar de cine, os adelantamos, antes de que lleguéis al palmarés, que la película ‘La maternal’, de Pilar Palomero’, triunfó con cuatro Simones. ¡Olé tú, maña!
La presentadora, Patricia Coronas, con un bolso de lo más guay tipo adoquín del Pilar ¡La última moda! Foto de Isabel Aparicio
No obstante, los Simones estuvieron más repartidos que el premio Gordo de la Lotería Nacional, con tres premios Simón para la peli ‘Para entrar a vivir’, de Pablo Aragüés y Marta Cabrera; otros tres para el cortometraje ‘Dativa’, de Daniel Calavera y Bosnerau Producciones: y tres más para el documental ‘Fleta, tenor, mito’, de German Roda. También recibieron su reconocimiento los trabajos ‘Labordeta, un hombre sin más’, ‘El Vidal Mayor, la joya de la identidad aragonesa’, ‘Las tres revelaciones’ y ‘Luz de gas’.
Precisamente fue el documental ‘Luz de gas’, de Ana Asión Suñer, sobre la industria del carbón y la Central Térmica de Andorra, el trabajo que logró el primer Simón de la noche, el premio a mejor obra por su contribución social. “Este premio pertenece a todas las personas que creyeron, que defendieron y que lucharon por un patrimonio y por una gente que no queremos que caiga en el olvido, los pueblos mineros del carbón”, subrayó en su discurso. Recordó también a una persona que defendió a estos pueblos, el cantautor Joaquín Carbonell, y dedicó emocionada el galardón a sus padres.
Ana Asión Suñer, encantadísima con su última visita al dentista; al fondo Carlos Laforga, productor. Foto de Josian Pastor
Esa emoción perduró durante toda la gala en los vítores de alegría de los nominados y premiados. Si tuviéramos que conceder un premio Secuenciadas a los más animados sería para el equipazo de ‘Dativa’, jaleando a sus candidatos y a los ganadores de sus tres Simones. ¡Bravos!
SIEMPRE EN EL RECUERDO
Y también con mucha emoción recordaron presentadores y ganadores a los recientemente fallecidos, el director Carlos Saura y la actriz, Laura Gómez-Lacueva, dos profesionales muy queridos en Aragón y que recibieron los aplausos de una sala Mozart repleta de público, con 1.100 lovers del cine disfrutando de la fiesta. Entre ellos, el director German Roda, al recoger su Simón a mejor montaje, por el que estaba nominado junto a Nacho Blasco, y que lo dedicó muy emocionado “a una gran amiga, una de las que más me ha hecho reír en la vida, que nos ha hecho reír a todos aquí”.
También Jorge Usón, Simón a mejor actor por la película ‘Para entrar a vivir’, quien reivindicó la necesidad de que se hagan series en Aragón, ficción aragonesa, como ‘Grupo 2 Homicidios’ en la que él participó, y emplazó a pelear para que los profesionales aragoneses no vean la necesidad de marcharse fuera de la comunidad a trabajar. Dedicó su Simón a “una de las grandes figuras de la historia de la cultura aragonesa, Laura Gómez-Lacueva, íntima amiga”, dijo, para animar a “honrar nuestra vida con la de ella, por el legado que nos dejó de amor, de tesón y de trabajo”. ¡Maravilloso, Jorge!
El actor Jorge Usón alzando triunfalmente el Simón, Ana Roché orgullosa de su compi. Foto de Josian Pastor
Precisamente el pasado año la actriz Laura Gómez-Lacueva ganó el Simón por su trabajo en el cortometraje ‘Parresia’. También Pilar Palomero, al recoger su premio a mejor dirección, recordó a la intérprete: “una compañera que ha sido importantísima para todos los directores aragoneses y que ha sido una gozada poder contar con su talento y su cariño”.
Ese cariño se expresó también en el vídeo in memoriam de los Premios Simón, dedicado este año a la actriz Sara Castells, la realizadora Natacha Calvo, el actor Carlos Vega, el cinéfilo y miembro de la tertulia Perdiguer, Rafael Alarcón, el productor y técnico audiovisual Luis Lasheras, al cineasta Carlos Saura y a Laura Gómez-Lacueva.
“POR FIN NOS LO CREEMOS”
En su discurso en la gala, y siempre al ritmo de 007, el presi de la Academia del Cine Aragonés, Jesús Marco, consideró que en Aragón “ya nos lo estamos creyendo, nos creemos que valemos, que tenemos talento (en el audiovisual)” y pidió oportunidades para los profesionales aragoneses, animando a los productores a que vengan a esta comunidad a realizar sus proyectos.
En esta idea coincidió el miembro de la junta directiva de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España, Juan Vicente Córdoba, que ha sido este año embajador de los Premios Simón. Rememoró el impulso que supuso Zaragoza en los inicios de su carrera, con la película ‘Aunque tu no lo sepas’, y la excelente acogida que tuvo en la ciudad, a la que llegó de la mano de su amiga Luisa Gavasa, “que es una de las grandes embajadoras de vuestra tierra allá por donde va”.
Elogió el gran momento que vive el cine y el audiovisual de Aragón, el surgimiento de cineastas que, con los ya consagrados, “estáis dando que hablar y en boca de todo el país”, destacó, agradeciendo también su ayuda a las instituciones aragonesas en esta materia. Y se vino arriba, claro que sí, para decirnos que tenemos que pelear para acoger la próxima gala de los Goya. “Caminemos todos juntos, hagamos crecer el cine y el audiovisual de nuestro país todos juntos de la mano y ¡larga vida a los Premios Simón!”, exclamó.
¡VIVA LA FILMOTECA!
Lo reconocemos, estamos in love con el Premio Simón de Honor 2023, que ha recaído este año en la Filmoteca de Zaragoza. El Simón de Honor 2022, Eugenio Monesma, entregó el premio en el escenario a la vicealcaldesa de Zaragoza y consejera municipal de Cultura, Sara Fernández, la directora del departamento de investigación y archivo de la Filmoteca, Ana Marquesán, y la directora del departamento de exhibición y difusión, Toña Estévez.
La vicealcaldesa inició su discurso recordando que, próximamente, se dedicará una calle de la ciudad a la actriz Laura Gómez-Lacueva, aunque “siempre será un homenaje muy pequeño comparado con las alegrías y la felicidad que ella nos ofreció”. Dio lectura a un mensaje conjunto de todos los trabajadores de la Filmoteca, que acaba de celebrar su 40 aniversario.
La vicealcaldesa de Zaragoza, Sara Fernández Escuer, celebrando los 40 años de la Filmoteca de Zaragoza. Foto de Emilio Gazo
“Reiteramos hoy aquí nuestro compromiso con la conservación y difusión del patrimonio audiovisual”, resaltó, para acabar citando unas palabras de Carlos Saura como homenaje. “Alguna vez me he parado a pensar qué hacemos nosotros, los hombres de cine, ilusionados con el juguete que tenemos entre las manos. Ponemos la cámara ante paisajes que nos fascinan, buscamos lugares que no existen, músicas que amamos, rostros que solo vemos en nuestros sueños, deseos y pasiones que nos gustaría haber experimentado. Eso es el cine para mí. El futuro es incierto, pero llenó de posibilidades para los soñadores”. “Larga vida para la Filmoteca de Zaragoza”, concluyó Fernández.
Ana Marquesán se animó ante el micrófono para dedicar el premio al público, “en este camino nuestro que es de ida y vuelta”. Por su parte, Toña Estévez agradeció el homenaje a los académicos y finalizó su intervención recordando que “la Filmoteca es vuestra casa. Nos vemos en el cine”.
“NI DE COÑA”
Y con tantas emociones llegamos al final de la gala, acompañados en todo el recorrido por la increíble voz de Ana Esteban. El director Daniel Calavera, junto a todo su equipo en el escenario del Auditorio, aseguró que “ni de coña” se esperaban recoger el premio a mejor cortometraje del año en Aragón por ‘Dativa’. “Me hace mucha ilusión porque somos un cortometraje de género fantástico, que está muy castigado y hay que apoyarlo más, y porque, por fin, toda esta gente maravillosa ha recibido un premio en casa y es una pasada”. ¡¡Viva Dani y su equipo!!
El dire Daniel Calavera sorprendido por el Simón a mejor corto por ‘Dativa’ y ovacionado por su equipo. Foto de Emilio Gazo
En mejor documental, y como lo han venido petando en los premios a nivel nacional, Gaizka Urresti y Paula Labordeta se hicieron con el Simón por ‘Labordeta, un hombre sin más’. Gaizka mencionó al equipo, “que en un documental son pocos, pero no poco”, y a las instituciones que apoyaron el proyecto y permitieron una peli cien por cien aragonesa, y a quienes pidió más apoyo a la ficción. Por su parte, Paula expresó su emoción por recoger un premio en Aragón, su tierra, y dedicó el galardón a sus “cómplices”, a sus amigos y familia, y especialmente a su padre, de quien dijo que “aprendimos a ser mujeres libres, felices y vulnerables”, y a su madre, Juana de Grandes, que “sigue siendo la puñetera estrella del rock and roll”. ¡Aupa, Juana!
Paula Labordeta y Gaizka Urresti decidiendo quién se lleva el Simón a casa. Foto de Josian Pastor
Y como toda gala tiene que terminar, aunque las tres horas de esta XII edición se nos pasaron en un suspiro, el equipo de ‘La maternal’ subió al escenario para recibir el último premio de la noche, el Simón a mejor largometraje. La dire, Pilar Palomero, agradeció a sus productores Valerie Delpierre y Alex Lafuente y a las instituciones su apoyo en este proyecto. “Yo querría haber traído todo el rodaje a Aragón, y os agradezco el esfuerzo de traerlo, porque se lo difícil que era, y gracias por ayudarme a cumplir esa meta de rodar en mi tierra, que ojalá lo pueda seguir haciendo” y agradeció también el cariño que encontraron durante el rodaje en las localizaciones aragonesas (en Monegros, Sariñena, Monegrillo, Lastanosa y Poleñino). “Ojalá podamos seguir haciendo muchas películas en Aragón, sobre Aragón, y que se vean en todas partes”, deseó.
Pilar Palomero recogiendo el cuarto simón por ‘La maternal’ y prometiendo que seguirá rodando en su tierra, Aragón. Foto de Josian Pastor
Palmarés de la XII edición de la gala de los Premios Simón del Cine Aragonés
‘La Maternal’, de Pilar Palomero – Cuatro premios ⭐⭐⭐⭐
El Festival Internacional de Zaragoza de Cine y Series de Historia, Saraqusta Film Festival, ha clausurado con éxito su tercera edición. Desde 2021, los amantes de las pelis y series históricas estamos de enhorabuena gracias a un certamen que nos permite disfrutar de trabajos internacionales de gran calidad, y que han conseguido triplicar el público que ha acudido este año a las salas de los cines Palafox y Cervantes –sedes del Saraqusta– con respecto a su primera edición.
El periodista Javi Vázquez fue anoche el encargado de conducir la gala de clausura, en la que el actor portugués Joaquim de Almeida recibió el premio Saraqusta. El intérprete comparte el reconocimiento con los actores Alfonso Bassave y la aragonesa Salomé Jiménez, quienes lo recogieron en la gala de inauguración del festival.
Con buenas dosis de humor, De Almeida reconoció en la gala que gracias a Zaragoza y al Saraqusta se ha dado cuenta “de la cantidad de películas históricas que he hecho”. Recordó que, cuando era muy joven, “era muy mal estudiante, pero la disciplina que me gustaba más era la historia, porque teníamos un profesor que era extraordinario, la forma cómo contaba la historia nos hacía querer volver a clase”.
El actor expresó su deseo de volver a trabajar en el cine español y elogió a la ciudad de Zaragoza, donde “me han tratado muy bien”. “Es una ciudad muy bonita, con una arquitectura que me ha encantado; si quieren, ¡yo vuelvo!”, aseguró. Y se ha debido de quedar muy in love de la ciudad, porque finalizó su intervención con un sonoro “¡Viva Zaragoza!”.
En la gala se concedieron también los premios a los trabajos presentados a concurso. ‘Il Boemo’ y ‘Urraca, cazador de rojos’ se alzaron con los galardones a Mejor Película y Mejor Documental, respectivamente. El audiovisual de Pedro de Echave y Felip Solé sobre la figura de un policía español que perseguía a republicanos exiliados en Francia durante la ocupación nazi también fue reconocido con el premio a Mejor Guion.
Los franceses Ilona Bachelier y Omar Sy lograron los premios a Mejor Actriz y Mejor Actor por sus interpretaciones en ‘La historia de Annette Zelman’ –cinta ganadora también de Premio Jurado Joven– y ‘Padre y soldado’. El chileno Sebastián Moreno fue reconocido con el galardón a Mejor Dirección por su trabajo en el documental ‘Sergio Larraín, el instante eterno’.
El público ha llenado las salas para disfrutar de la sección Panorama Saraqusta y de los docus y pelis a concurso (Fotos: Saraqusta Film Festival)
UNA CITA QUE SE CONSOLIDA
El festival Saraqusta “no sería posible sin el apoyo tenaz y decidido del Ayuntamiento de Zaragoza, a través de Zaragoza Cultural”, subrayó en la gala el director del evento, José Ángel Delgado, para agradecer también su apoyo al Gobierno de Aragón, la Diputación Provincial de Zaragoza y los patrocinadores del certamen.
“Vamos creciendo, nos vamos consolidando, cada vez viene más público y el festival despierta más interés”, afirmó Delgado, para precisar que este año el público se ha triplicado con respecto a la primera edición, “hemos hecho comunidad gracias a la venta de bonos (para ver las pelis y docus a concurso) y hemos conseguido que vengan más personas, y más medios”.
El director del Saraqusta Film Festival concluyó su discurso con una reflexión: “Es algo que intuíamos cuando el comité de selección hizo la terna de películas: cómo el conflicto, la guerra, los momentos de opresión, son tan protagonistas en un festival de historia. Lo relevante que es el conflicto en la historia, aunque desearíamos que no lo fuera”.
UNA CIUDAD DE CINE
Por su parte, el alcalde de Zaragoza, Jorge Azcón, resaltó también el éxito del certamen en su tercera edición. “Fue una buena idea que tuvo José Ángel unir la historia de la ciudad con la historia del cine y construir uno de los festivales de mayor repercusión nacional e internacional sobre cine histórico; fue una magnífica idea y el festival seguirá creciendo”. En este sentido, recalcó que desde el ayuntamiento “estamos encantados de promocionar nuestra ciudad de todas las formas, pero especialmente con el cine”.
Aunque se han escuchado voces audiovisuales de distintos puntos de Europa y el mundo, queremos destacar la presencia aragonesa en esta tercera edición, que comenzó en la gala inaugural con la proyección del documental ‘Florián Rey. De luz y de sombra’, de Vicky Calavia. Además, esa presencia aragonesa ha sido constante en las distintas mesas redondas celebradas y con un documental a concurso, ‘El olvido del mar’, un trabajo sobre Odón de Buen dirigido por Mirella R. Abrisqueta,
Como buenas fans del género histórico, nos quedamos siempre con ganas de más. Por eso ya estamos pensando en la cuarta edición de nuestro festi favorito, al que le deseamos una larga y prósopera vida.
Seguro que todos hemos ido a un restaurante a comernos una buena hamburguesa, acompañada de nuestra bebida favorita. ¿Qué pasaría si sonara nuestro nombre por megafonía? Significaría que nuestro pedido está listo. Jorge Aparicio partió de esta idea para su nuevo cortometraje ‘Rutinas’. Nos hemos acercado al rodaje a vivir in situ está gastronómica historia.
A la derecha Álvaro Pérez se pone a entonar una ópera, mientras Rufino Ródenas se queda atónito. Foto de Secuenciadas
«Esto se me ocurrió en una franquicia de comida rápida muy conocida. Pasaba por ahí todos los días y me llamó la atención que para coger una comanda te llamaban por megafonía. Pensé que algo así podía subir el ego«. No sabemos cuántas veces paso por allí Jorge Aparicio, pero repetir camino, como en el día de la marmota, hizo que imaginara este relato.
A raíz de aquello se juntaron el clan Aparicio, Jorge junto con su hermana Isabel y el patriarca Manuel. Elaboraron un guion dramático para el protagonista y cómico para el espectador. «En las últimas semanas he de decir que los actores aportaron mucho al guion«, reconoce el dire. «Siempre me gusta que los actores sumen, al fin y al cabo somos un equipo los que hacemos las película».
Jorge Aparicio utiliza el método Stanislavski. «Imagínate tener que ir todos los días para que te suban el ego ¿Qué pensarían los de las demás mesas? Yo me sentiría de lo más importante, hasta creería que me aplauden los de las demás mesas», recrea el director. Otro tema sería cuántas calorías se tomaría cada día este señor y si tendría que recurrir más tarde al ayuno intermitente, auguramos.
El protagonista es Rufino Ródenas, que tiene un personaje que se reencuentra con su pasado. Un personaje que el actor está encantado de interpretar. «Me pareció que era yo mismo, le dije: “tío, creo que has escrito un guion que está hecho a mi medida”. Yo también he trabajado de payaso y echo un poco de menos todo eso y este personaje es así. Es un nostálgico», confiesa Ródenas.
Meritxell Laso y Rufino Ródenas en una pausa del rodaje de ‘Rutinas’. Foto de Secuenciadas
Y claro, ir todos los días al mismo restaurante crea vínculos. «Conforme avanzó el relato entendimos que era muy importante el personaje femenino, el de la camarera«, explica Aparicio. Meritxell Laso interpreta este papel. «Al principio era bastante sencillo, pero conforme fuimos desarrollando al personaje le empezamos a meter también un toque de humor y naturalidad. Ha sido algo divertido y nos lo hemos pasado muy bien. Espero que os guste mucho», desea Laso.
Hay una tercera figura secreta de la que Jorge Aparicio no ha querido desvelar mucho. «Hay un personaje que no está aquí, en este restaurante, que es Jano García. Ya lo veréis porque yo creo que resume un poco el contenido de la historia», adelanta. Y por supuesto los figurantes, que hacen más esplendoroso el cortometraje aragonés y que pasaron un largo día haciendo de clientes. Una curiosidad, la actriz Meritxell Laso se llevó a su mami al rodaje y es también una de las comensales.
CERRADO POR RODAJE
El restaurante permaneció cerrado gracias a su descanso semanal y pudieron rodar‘Rutinas’. El actor Rufino Rodenas bromea: «Hemos tenido la suerte de poder rodar dentro en un bar y cuando el set es un bar te da unas garantías. Hemos rodado por la mañana todo el texto con lo cual por la tarde he podido beberme alguna cerveza que otra, que es lo que he hecho». Meritxell Laso, que tuvo una jornada más intensa por la mañana nos habla de su compi. «Con Rufino, muy bien, ya habíamos hecho ensayo y la verdad que es muy simpático. Tiene muy buenas ideas y además está abierto a sugerencias».
Jorge Aparicio, a la derecha del encuadre, observando la escena a lo Hitchcock. Foto de Secuenciadas
El equipo está liderado por el Villano Films, con la realización de Isabel Aparicio, la dirección de fotografía de Roberto Torrado y Silvia Aparicio, el sonido directo de Álvaro Pérez, la postproducción de sonido de Jesús Aparicio y el maquillaje y la peluquería de Ana Bruned, entre otros. Pronto podréis disfrutar de ‘Rutinas’ ya que tienen previsto estrenarlo antes del verano. «Este corto es la suma de ‘Atrapado por su pasado‘, ‘El crepúsculo de los dioses‘ más el cine de Fellini. Todo a la coctelera», resume el director.
Entre los proyectos próximos de Jorge Aparicio se encuentra el próximo documental de Isabel Aparicio. Rufino Ródenas ha rodado con Javier Mancipe en ‘La estrella azul’, en la que interpreta al padre de Mauricio Aznar. Meritxell Laso está pendiente de rodar con Antonio Valdovín en la peli ‘Murmullo Cósmico’ y una serie que ya ha empezado a rodar en Italia y a la que le queda una escena en España. Un historia muy interesante en la que asesinan a su hermana y tiene que investigar el crimen.
Cinéfilo, profesor, escritor, presentador, director junto a David Trueba del documental ‘La silla de Fernando’, incluso extra en películas y cortometrajes, la carrera de Luis Alegre Saz quedó marcada desde su infancia por su padre, que le transmitió su pasión por la cultura y el cine, y su madre, de quien heredó su amor por las personas y la enseñanza.
Nacido en Lechago (Teruel, 1962), estudió empresariales, aunque siempre ha estado vinculado al séptimo arte. A los ocho años se enamoró por primera vez viendo una película, ‘Del rosa… al amarillo’, y a los once ya dirigía un cineclub y escribía reseñas de películas. Dice del cine, ese arte que nos hace soñar y vivir en otros mundos, que también le ha hecho mejor persona. Conocemos a Luis Alegre en este nuevo Secuenciando a.
¿Cómo surge tu idilio con el mundo del cine?
El origen de mi idilio con el mundo del cine está clarísimo porque tuve la suerte de que mi padre, que era un campesino de Lechago, de un pueblecito del Teruel profundo, tenía una enorme sensibilidad hacia la cultura, la literatura, el periodismo, el cine, y él me contagió todas sus pasiones. Recuerdo irme con él al huerto de la mano, recitándome poemas de Machado, hablándome de películas de Alfred Hitchcock, de Ingrid Bergman, de Buñuel, al que él había conocido en Francia porque iba de vez en cuando allí a trabajar a la vendimia. Allí nació, sin lugar a dudas, y desde muy pequeño, mi fascinación por el mundo del cine.
¿Qué te atraía especialmente de ese mundo?
Voy a decir un tópico, pero es que es verdad, el cine te permitía soñar, volar a otros mundos, y eso es una experiencia muy fascinante. Y te permitía enamorarte. La primera vez que me enamoré fue viendo una película, con 8 años, ‘Del rosa… al amarillo’, en la que me enamoré completamente de la niña protagonista. Y algo que es capaz de provocar esos sentimientos y esas sensaciones tan poderosas, inevitablemente te engancha y, de alguna manera, me convertí en un adicto a algo que me provocaba tanta emoción y sensaciones tan agradables e insólitas, tanta felicidad. Luego, con el paso del tiempo, además, es un arte que sirve también para abrirte los ojos a determinadas realidades colectivas, individuales, te enseña muchísimas cosas sobre ti mismo, sobre la condición humana, y por eso el cine es para mí algo tan hipnótico y tan grande, porque de alguna manera te vuelve mejor persona.
A pesar de esa temprana fascinación por el cine, luego estudiaste empresariales
Sí, mi padre también ahí fue fundamental. Con 18 años, las circunstancias económicas de mi familia no me permitían irme a estudiar cine o periodismo a Madrid o Barcelona. Mi padre me dijo: “hijo mío, tu puedes seguir amando el cine, puedes seguir escribiendo, puedes seguir haciendo todo sin necesidad de estudiar, y te recomiendo que estudies economía porque te va a ayudar a entender mejor el mundo, además se te dan muy bien las matemáticas y eso te puede facilitar el estudio”.
Le hice caso y, por otro lado, es que yo tenía desde niño otra vocación, relacionada con la enseñanza. Mi padre era cultísimo, pero completamente autodidacta, y mi madre dejó de estudiar a los once años porque estalló la Guerra Civil y dejó de ir a la escuela, pero en nuestra casa siempre se respiró un amor muy grande por la enseñanza. En nuestra casa de Lechago se alojaban las maestras que iban al pueblo y mi madre entabló una amistad especial con una de ellas, con Doña Elvirín, que nos marcó a todos. Crecí respirando amor por la enseñanza y con once o doce años ya daba clases particulares a mis compañeros y a chicos más jóvenes.
Al estudiar empresariales, más que para trabajar en una empresa, lo que me apetecía y conseguí era convertirme en profesor de universidad alrededor de las materias que estudié. Y mi padre tenía razón, porque he logrado combinar eso con mi dedicación al periodismo cultural y cinematográfico, mi activismo cultural, y mi dedicación también a hacer un documental como ‘La silla de Fernando’. En ese sentido, estoy muy satisfecho, vete a saber qué hubiera sido mi vida si aquí hubiera habido una escuela de cine o de periodismo y hubiera elegido una de las dos; nunca se sabe, igual hubiera sido menos feliz.
Te hemos visto haciendo de extra en películas, cortometrajes, también detrás de la cámara en el documental ‘La silla de Fernando’, ¿en algún momento pensaste en dedicarte de manera más exclusiva al mundo del cine, delante o detrás de las cámaras?
No, he dedicado más tiempo al cine del que yo pensaba que iba a poder dedicar y me siento afortunado por eso, porque en la universidad he dado clases durante muchísimos años, pero con un contrato de dedicación parcial, que me permitía tener margen para dedicarlo a mis actividades relacionadas con la cultura, el cine y el periodismo.
Has presentado tertulias, moderado debates, impulsado actividades culturales. ¿Hay alguna que recuerdes con más cariño o por la complejidad que supuso ponerla en marcha o desarrollarla?
Con once años empecé a dirigir un cineclub, en el colegio donde estudiaba, porque el tutor que teníamos se daba cuenta de que yo estaba hablando todo el rato de películas, de actores, de directores, y me propuso dirigir el cineclub, moderar los cinefórums después de las proyecciones, escribir reseñas de las películas, y lo pienso y digo: «pues tantos años después sigo haciendo un poco lo mismo» (ríe), y eso también me parece bonito. He hecho y hago muchísimas cosas, y al ciclo de La Buena Estrella, que dirijo en la Universidad de Zaragoza y que nació en 1996, que ha cumplido 27 años, le tengo mucho cariño porque me ha dado muchas alegrías y me ha permitido conocer y cultivar la amistad de gente a la que admiro y que, en muchas ocasiones, se han convertido en amigos.
Pero también los festivales de cine, como el de Tudela, que dirijo, me dan muchas satisfacciones; otros en los que colaboro, Málaga, La Almunia, Jaén, Almería, Huesca, Zaragoza en ciertas etapas. Porque otra de mis pasiones, también contagiada en mi casa, por mi madre, es mi gusto y mi amor por la gente, y los festivales y ciclos de coloquios me han permitido conocer y tratar y cultivar la amistad de mucha gente relacionada con el cine, y lo seguiré haciendo hasta que el cuerpo resista.
Otra actividad que me ha permitido disfrutar del cine más allá de ver las películas es el periodismo. Desde que empecé a escribir con once años, en los 80 en la universidad, luego lo hice en Andalán, en Heraldo de Aragón, en Radio Zaragoza Cadena SER, en multitud de radios y revistas, y eso también me ha permitido conocer la trastienda del mundo del cine y de sus protagonistas y me ha provocado muchas alegrías, satisfacciones y me ha enriquecido, me ha convertido en una persona mejor.
«Berlanga, Azcona y Fernán Gómez son para mí la Santísima Trinidad»
Conoces a muchísima profesionales del cine precisamente por estas actividades, ¿hay alguno que sorprendería al público si lo conociera en persona porque no se esperaría como es?
Es una pregunta compleja, porque no se qué imagen tiene para la inmensa mayoría del público Javier Bardem, por ejemplo, pero es un ser completamente cálido, entrañable, adorable, uno de mis grandes amigos y un tipo de lo más cariñoso y generoso, y a veces tengo la sensación de que la gente percibe de él una imagen que no se corresponde con esa realidad que yo vivo con él desde hace 32 años que lo conozco; por poner un caso muy señalado.
¿Qué género cinematográfico te apasiona?
Soy de gustos muy versátiles, porque lo que me gustan son las películas que me conmuevan, que me diviertan, que me exciten intelectualmente, que me hagan pensar que la vida merece la pena porque exista esa película que me ha despertado una sensibilidad, porque me ha despertado emociones sublimes o maravillosas o simplemente porque me ha entretenido, me ha hecho reír, me ha ayudado a comprender la condición humana, a ser más empático, más solidario, más sabio, cualquier película que consiga alguno de esos objetivos, aunque sea pequeño, me gusta. Entre mis películas favoritas hay muchos géneros, me gustan mucho las comedias románticas, las tragicomedias de Berlanga y Azcona, me gusta muchísimo el cine negro, el melodrama romántico, el cine cómico de Buster Keaton y Charles Chaplin, ‘El apartamento’ que es una tragicomedia, pero que en el fondo no tiene género. Me gustan también bastantes películas del oeste, westerns, John Ford. Y me gusta mucho Woody Allen o de los españoles, Berlanga, Azcona y Fernán Gómez son para mí la Santísima Trinidad.
Las plataformas han llegado para quedarse, ¿le han hecho un flaco favor al cine o están ayudando?
Las plataformas tienen, como todo en la vida, sus luces y sus sombras, pero compensan las luces con diferencia. En primer lugar, han revitalizado la industria, se hacen más películas y más series que nunca y eso significa que la industria es más potente y más rica que antes, y que los profesionales tienen más trabajo.
Las plataformas han aumentado la oferta de una manera abrumadora para los espectadores. Claro que tienen inconvenientes en el sentido de que esos espectadores que se quedan enganchados a las plataformas pues van al cine con menos frecuencia y eso también condiciona el tipo de cine mayoritario que se hace o que merece la pena hacerse desde un punto de vista económico. Y hay un tipo de cine que parece bastante condenado a la marginalidad en las salas, aunque internet también propicia nuevos circuitos para que esas películas se acaben viendo.
Es un asunto muy completo para resumir, pero diría que las plataformas han revitalizado la industria audiovisual, y desde ese punto de vista me parecen muy interesantes, que han aumentado la oferta de productos audiovisuales, películas, documentales, series, y eso creo que es muy bueno, que el espectador tiene más entre donde elegir, pero que al mismo tiempo han supuesto un golpe para las salas de cine tradicionales, que se ven obligadas a adaptarse a los nuevos tiempos y que también condena a la marginalidad, en esas salas de cine, a un cine más minoritario. En cualquier caso, creo que están revolucionando el mundo audiovisual y debemos adaptarnos a esa situación y tratar de potenciar sus luces y que las sombras no sean capaces de arruinar una cultura cinéfila que, a veces, parece que está condenada a la marginalidad,
«El audiovisual aragonés vive un momento completamente excepcional, muyalentador y muy brillante»
No, yo es que tengo tantas cosas en la cabeza, tantas cosas que hacer y tantas tareas, que veo las series con cuentagotas. Soy cinéfilo, pero no soy seriéfilo, pero de vez en cuando si hay una gran serie, como ‘The wire’ o ‘Los Soprano’, en series se pueden hacer también obras maestras, y las obras maestras no suelo perdérmelas. Pero también me pierdo, porque como hay tantas, a veces eso me produce una cierta ansiedad, saber que hay cosas que no me puedo perder y que me pierdo por fata de tiempo y por excesiva oferta. Esa es una pega que le veo a las plataformas, que me produce esa ansiedad, pero he de aprender a vivir con ella, a relajarme y saber que no puedes ver todo, ni siquiera lo mejor.
Películas que todo el mundo debería ver
He nombrado películas que son debilidad mía, pero yo diría que en el cine español hay cinco películas que yo recomendaría de una manera muy entusiasta que son ‘Viridiana’, de Luis Buñuel; ‘Plácido’ y ‘El verdugo’, de Luis García Berlanga; ‘El extraño viaje’, de Fernando Fernán Gómez; y ‘La caza’, de Carlos Saura. Por diferentes razones, me parecen películas fundamentales y que forman parte, además, de la edad de oro del cine español, que va de finales de los años 50 hasta mediados de los años 60. Ahí se provocó una coincidencia de los mejores, en su mejor momento, con Berlanga, Azcona, Fernán Gómez, Carlos Saura, que dieron origen a esas maravillas de películas.
En cine internacional es que hay cientos de películas que adoro, ‘El apartamento’, de Billy Wilder; ‘Luces de la ciudad’, de Charles Chaplin; ‘El maquinista de la general’, de Buster Keaton; o ‘Carta a una desconocida’, de Max Ophüls ‘Retorno al pasado’, de Jaques Tourneur; ‘El hombre que mató a Liberty Valance’, de John Ford, de los clásicos. Pero en los últimos cuarenta años hay películas de Woody Allen, de Tim Burton, de David Lynch, de Paul Thomas Anderson, que me encantan.
¿Cómo ves el panorama audiovisual aragonés?
Está viviendo un momento completamente excepcional, como nunca lo ha vivido en su historia. Aragón ha dado a ilustres como Segundo de Chomón, Florián Rey, Luis Buñuel, Saura, Forqué, y en los años 60 y 70 muchos de ellos coincidieron haciendo cine y fue muy brillante, porque también estaba Antón García Abril como músico, Paco Martínez Soria como uno de los actores más populares de España. Pero si nos ceñimos al siglo XXI, el momento que estamos viviendo ahora, desde hace unos años, es muy alentador, muy brillante, con talentos desde que Miguel Ángel Lamata en 2004 estrenó ‘Una de zombis’, hasta ‘La maternal’, de Pilar Palomero, y el documental sobre Labordeta, de Gaizka Urresti y Paula Labordeta. Ha habido una acumulación de gente nacida en Aragón, algunos de ellos siguen trabajando en Aragón, profesionales de todo tipo, directores, intérpretes, técnicos, que me parecen de primera categoría y esto solo es el comienzo, nos van a seguir dando muchas alegrías en los próximos años y solo podemos felicitarnos y tratar de incentivar y de alentar ese periodo de esplendor.
¿Cómo puede hacerse?
Ofreciendo infraestructuras y apoyos. Infraestructuras como platós, estudios, también educación, potenciar la formación audiovisual, ayudas del Gobierno de Aragón a través de la Corporación Aragonesa de Radio y Televisión, las Film Commission que también hacen una labor extraordinaria. Una combinación de estímulos públicos, privados, de infraestructura, de formación, potenciar el territorio como tierra de rodajes, que es algo que se está haciendo, Aragón es una tierra privilegiada para acoger rodajes de todo tipo porque tiene escenarios de todo tipo.
«Estoy escribiendo un libro sobre el director de cine Antonio del Amo. Su vida es como un espejo del cine español y de la España de su tiempo, desde la Guerra Civil a la Transición«
¿Qué es el cine para Luis Alegre?
Es un arte y una fábrica de emociones provocadas de una manera completamente original, a través de la imagen y del sonido, y que me ha dado algunas de las mayores satisfacciones de mi vida y me ha hecho mejor persona.
Se bromea muchas veces con la cantidad de amigos que tienes en el mundo del cine, pero ¿cuántos amigos tienes, los has contado alguna vez?
No, ¡ni pienso! (ríe) Pero cuando hablo de las satisfacciones del mundo del cine incluyo también la cantidad de gente a la que he conocido gracias al mundo del cine
¿En qué trabajo podremos encontrarte próximamente?
Ahora estoy escribiendo un libro sobre un director de cine muy desconocido, español, que se llama Antonio del Amo, que empezó a hacer cine nada más estallar la Guerra Civil, empezó a hacer documentales al servicio del bando republicano y su última película la estrenó el año que murió Franco. Su carrera coincide casi exactamente con el franquismo y tiene una vida de lo más apasionante. Es el abuelo de Rodrigo Sorogoyen, aunque apenas tuvo relación con él porque murió cuando Rodrigo tenía nueve años, lo conoció muy poco, pero su vida es muy apasionante porque en ella se cuela la España de la Guerra Civil, de la posguerra, de la dictadura, de la transición y es como un espejo del cine español y de la España de su tiempo, con detalles extraordinarios. Tardaré un par de años en publicarlo, porque ahora estoy en proceso de investigación.