Un repartidor en apuros

Un repartidor en apuros

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¿Cuál es la peor pesadilla de un repartidor? ¿Realizar la entrega tarde? ¿No llegar? ¿Que te roben la bici, la moto o la furgo? Seguramente todas ellas, pero también la posibilidad de que tu bici siga en su sitio, pero se haya quedado atrapada y no puedas continuar trabajando. Este es el punto de partida del cortometraje ‘La bici’, el estreno detrás de las cámaras, como guionista y también productor, del zaragozano Antonio Oliete, que en su primer corto decide poner en aprietos a un joven repartidor que padecerá varias peripecias intentando liberar su bicicleta en pleno barrio de la Magdalena en Zaragoza. 

El dire, Antonio Oliete, muy concentrado mirando la acción en la pantalla mientras piensa cómo putear más a su prota (Foto Marcos Cebrián)

Oliete, afincado en Barcelona, se atreve por primera vez con la dirección en este audiovisual después de realizar un curso de escritura de cortometrajes. “Me apunté por mi trabajo entonces, relacionado con la distribución y venta cinematográfica, para aprender a valorar mejor los guiones, aunque ya me había picado el gusanillo antes”, explica a Secuenciadas. 

Aunque tenía distintas ideas para escribir su guión, ninguna llegaba a cuajar hasta que un día fue en bici al gimnasio en Barcelona y, al dejarla en el aparcabicis, pasó la cadena también por el cuadro de la bici de al lado. “Poco faltó para cerrar la cadena, me di cuenta y se me encendió la bombilla, pensé que la podía haber liado un montón y que sería una faena para el dueño de esa bici”, recuerda. 

¿Quién podría acabar más puteado si le ocurriera esto? Pues blanco y en botella sobre ruedas: un repartidor. De este modo, la historia trata de un repartidor que va a buscar su bici y la encuentra atrapada junto a otra, no la puede sacar y “a partir de ahí suceden una serie de peripecias en las que trata de recuperarla”. Primero, llamando a su casa, pidiendo a su hermano unas cizallas, acudiendo a la ferretería y una sucesión de ideas locas para intentar liberar a su bien más preciado. Pobre hombre, no tiene bastante con aguantar todos nuestros pedidos y lo dejas sin su elemento básico de trabajo. Vaya tela, Antonio.  

¡Prevenidos! Parte del equipo rodando una escena en un portal ‘magdalenero’ (Foto Marcos Cebrián)

Al principio, el dire escribió el guión, pero “no lo había concebido como algo que rodar, aunque a medida que avanzaba me di cuenta de que lo imaginaba con ritmo, con música, y un amigo me dijo que acabaría rondando algo antes o después, algo que no se me había pasado por la cabeza jamás”, asegura. Gracias a su colega se lo planteó y apostó por dar a su primer trabajo calidad cinematográfica, por lo que fue contactando con distintos profesionales hasta conformar todo el equipo.  

MUCHAS HORAS Y ENERGÍA 

El corto tiene toques de comedia y mucho de thriller y de acción. Ya nos imaginamos a nuestro sufrido repartidor corriendo como si no hubiera un mañana, siguiendo el ejemplo de Forrest Gump, para intentar recuperar su tesoro. También el director ha tenido que esforzarse al máximo porque, como él mismo reconoce, crear un corto es “un currazo, lleva muchas horas y energía” y más aún cuando se asume también la labor de guionista y productor. 

“No quería depender de nadie, me lo quería pagar yo y hacerlo yo”, detalla, para observar que cuando el presupuesto comenzó a aumentar “ya era tarde”. Así que con fondos propios y de sus amigos ha logrado rodar el trabajo y “ha sido muy guay no depender de nadie, ha surgido todo de manera muy natural”. Con el equipo casi formado antes de la pandemia, ya que el ayudante de dirección se sumó a ‘La bici’ tres días antes del inicio del rodaje, decidieron grabar en septiembre y en los meses pandémicos acudieron a localizar por la ciudad. 

El prota, Manuel Egozkue, corriendo como si no hubiera un mañana. Esperamos que con la mochila vacía (Foto: Marcos Cebrián)

La acción transcurre en la Magdalena, en el cruce de las calles Estudios y Cortesías, en un aparcabicis donde rodaron tres escenas; también en la Taberna Urbana, que tantas buenas tardes y noches nos ha dado; en las calles detrás del Mercado de San Vicente de Paúl; junto a la Iglesia de la Magdalena; en interiores y, por último, también en la margen derecha del río, aunque “ha sido todo bastante Magdalenero”, bromea el dire, para reconocer que, como director novel, “me dejé un poco demasiada energía en hacer y rehacer cosas, por eso de ser la primera vez, pero lo hice todo con mucha ilusión y muchas ganas”. 

Circunstancias familiares le llevaron a pensar este corto para su grabación en Zaragoza y a elegir este barrio popular para enseñar “esa Zaragoza más canalla, más vanguardista y alternativa, más parecida a otras ciudades como el Raval de Barcelona”. 

TRES DÍAS DE SEPTIEMBRE 

Fueron tres días de rodaje del pasado mes de septiembre y, como en tantos otros proyectos, la pandemia estuvo a punto de cancelar todo el proyecto, pero el equipo decidió continuar y pensó: “o nos chapan el chiringuito o no paramos”. “Siempre hemos sido prudentes en los pagos por si luego no podíamos rodar, pero todo siguió su curso aunque la amenaza estuvo ahí unos cuantos días”. Para el rodaje decidieron alquilar el equipo y utilizaron una cámara Red Gemini

Como actor protagonista absoluto encontramos a nuestro repartidor favorito Manuel Egozkue; José Luis Esteban hace las veces de sufrido padre; Alma Oliete aparece como motera; Ángel Gotor, como novio motero; Jorge Asín tiene una aparición estelar como camarero; Álvaro de Paz es músico; y desfilan ante la pantalla en la ribera Celia Sanlázaro, Carolina Camara y Lorena Torrijo; mientras que escucharemos las voces de Gonzalo Canalejo, Mikel Cormantoral y Aimar Flordelís.  

En el equipo técnico tenemos a Carlos Martín como ayudante de dirección; Lara Meléndez, como script; Marcos Cebrián, productor asociado y foto fija; Claudia Andrés, como directora de producción; Inés Bielsa, en las labores de auxiliar de producción Claudia Salcedo, como productora ejecutiva. Nacho García es el DOP; Sandra Gómez, ayudante de cámara y foquista; Cristina Gómez, auxiliar de cámara; Manu Buil y Luis Cuartero, eléctricos; Albano Sánchez, steadycam; Rafael Toledano, como jefe de sonido directo; Almudena Gotor, directora de arte y vestuario; Macarena Buena, ayudante de arte; mientras que en postproducción, Río Bravo Cinema Studio se está encargando del montaje y Veni Studio de los VFX. 

Tras el rodaje, el corto está en fase de montaje, efectos, etalonaje y sonido. “No he pensado en fecha de estreno”, afirma el director, para reconocer que le gustaría tenerlo acabado a principios de año, pero por disponibilidad de todo el equipo “estará en no menos de dos meses”. 

Manuel haciendo como que escucha a Antonio mientras canta mentalmente a lo Manolo Escobar: ¿Dónde estará mi bici, dónde estará mi bici? El dire le indica en un plano el punto exacto donde la aparcó para que no se vuelva a olvidar (Fotos Marcos Cebrián)

EL DESPERTAR 

Este proyecto “ha despertado mi vena creativa o narrativa, que he tenido apagada muchos años, pero que estaba ahí”, manifiesta Oliete, para indicar que tiene nuevas ideas en mente, aunque aún no se ha sentado a escribirlas. “De crío me gustaban mucho las redacciones, escribir e inventarme historias, y dibujar y al dirigir una peli se juntan las dos cosas, inventar una historia y ponerla en imágenes”, subraya. 

Antonio Oliete estudió LADE (Administración y Dirección de Empresas) en la Universidad de Zaragoza, cursó un máster en Marketing, Distribución y Venta Cinematográficas en la Escuela Superior de Cine y Audiovisual de Cataluña (ESCAC) en 2009 y ha sido jefe de ventas en la agencia Film Factory Entertainment hasta el pasado año. Asimismo, ha realizado varios cursos de guión y producción que le han llevado al rodaje de ‘La bici’ y está cursando un máster de dirección en la ESCAC

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