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¿Qué sabemos de Burundi? Si buscáis en Google, Wikipedia nos dice que es un estado soberano que se encuentra en los grandes lagos del África Oriental, que limita con Ruanda, Tanzania y Congo y que es uno de los países más pobres del mundo. ¿Pero qué sabemos de sus gentes? ¿Y de la violencia étnica entre los hutus y los tutsis? 

Posiblemente poco, algo de refilón, salvo que nos interese mucho la geopolítica internacional. Así que os animamos a acompañar a Lievin en su viaje vital, reflejado en el documental ‘Voiceless. El genocidio silenciado’, obra de los jóvenes cineastas Martín Soto y Víctor Villavieja, periodista y filmmaker zaragozano. 

El documental surge cuando Víctor se marcha a estudiar a Estados Unidos y conoce a Lievin Manisha en su universidad, en 2016. “Él es el hilo conductor de esta historia”, explica a Secuenciadas, para recordar que se hicieron amigos, pero el genocidio ocurrido en Burundi en 1993 contra la población tutsi “no es un tema que se comente a la ligera” y no fue hasta año y medio después cuando conoció la vida de este hombre. “Lievin es una persona reservada, pero nos hicimos amigos y, con motivo de una entrevista que surgió por mi colaboración con un periódico local de Louisiana, empecé a conocer su historia, compartió su libro conmigo y pensé en contarlo en otro formato”.   

Lievin Manisha manifestándose frente al edificio de la ONU, Nueva York, 2018 (Foto: ‘Voiceless’)

En mayo de 2018, Víctor regresó a España y se puso en contacto con Martín. Ambos regresaron a EEUU en septiembre para grabar la entrevista con Lievin. Ese viaje duró tres meses y les llevó, además de a Louisiana, a Nueva York y Canadá. “Queríamos hacer un documental, pero solo teníamos una entrevista cerrada”, recuerda, para detallar que allí realizaron el proceso de documentación y, con ayuda del protagonista, consiguieron los primeros testimonios del trabajo. Una vez en España, recorrieron Europa para lograr nuevas entrevistas, hasta conseguir las 16 que conforman este documental.  

“Lievin es el hilo conductor de la narrativa, contamos cómo es su vida desde 1993 hasta hoy, cómo lo secuestraron, lo liberaron, cuando llega a EEUU y acaba hablando en la ONU”, detalla. El resto de voces del trabajo acompañan la del protagonista y contextualizan algunos episodios de su vida, para comprender el conflicto del país, “ese odio crónico”. “No es una narrativa lineal, vamos y venimos en función de lo que cuentan y está todo ligado para reconstruir la historia de Burundi. 

NO ES PASADO 

Para ello, han contado con el trabajo de otras dos aragonesas, María Ríos y Bea Garcés, en diseño gráfico y animación; así como con imágenes del archivo de TVE, Associated Press, France 24, “para mostrar cómo eran las cosas y no dejar todo a la imaginación, aunque hemos tratado de evitar imágenes chocantes por su crudeza” y se han incluido animaciones metafóricas para comprender un conflicto en el que murieron 400.000 personas en sus primeros años tras 1993. 

El objetivo de este trabajo, más allá de dar a conocer una historia desconocida, “que nunca ha tenido peso en la agenda mediática”, es acabar con ese silencio de un conflicto que sigue vivo. “En Burundi hay una dictadura y sigue muriendo gente, no es una cuestión del pasado”, lamenta, al advertir de que los organismos internacionales “hacen como si nada por intereses geopolíticos en la zona y el gobierno campa a sus anchas”. Destaca también la responsabilidad de quienes han dado su testimonio en este trabajo al contar su historia, personas que “llevaban mucho tiempo calladas y que se ponen en riesgo, porque las consecuencias para ellos todavía son grandes”.

Tras realizarse dos prestrenos en Madrid y, recientemente, en Zaragoza, “estamos preparando los materiales necesarios para inscribirnos en festivales nacionales e internacionales” y el docu se podrá ver también en TVE. Es fruto de tres años de duro trabajo, una labor que “ha sido complicada porque es mi primer largo, y aunque habíamos hecho otros audiovisuales, videoclips y cortos, nada de este calado y que nos llevara a tantos sitios”. 

De izquierda a derecha: Martín Soto, Esther Kamatari y Víctor Villavieja, en el rodaje de ‘Voiceless’ en el Louvre, París (Foto ‘Voiceless’)

DIRIGIR A CUATRO MANOS 

Financiada por el Gobierno de Aragón y el Ayuntamiento de Zaragoza, ha contado con la ayuda de Cosmos Fan en la postproducción. “No siempre hemos contado con el apoyo de profesionales y facilidades económicas, nos hemos buscado la vida y ha habido momentos complicados, pero verlo terminado es un premio, una victoria”. Ya sabéis lo que dicen, ¡más vale maña! O maño en este caso. 

Aunque al principio Víctor estaba más centrado en la documentación, en el trabajo más periodístico, y Martín en la parte audiovisual, cámaras y sonido, “al final hemos hecho de todo”. Ambos han llevado a cabo todas las entrevistas, en algunas con ayuda de amigos, y con cámaras Sony Alpha y Panasonic GH, un equipo “bastante manejable” para viajar y con buena calidad. 

“Sabíamos que Burundi está ahí, pero estas entrevistas nos ayudaron a entender mejor el país” y su historia. Víctor, apasionado viajero, siempre se ha interesado por la geopolítica, pero reconoce que “nunca había llegado a saber tanto como después de estos tres años respirando Burundi”. Con Lievin “somos como hermanos los tres, hablamos dos o tres veces por semana y él está muy implicado en darle visibilidad al trabajo”, asegura. 

Lievin Manisha en Times Square, NYC, durante el rodaje de ‘Voiceless’ (Foto: ‘Voiceless’)

DARLES VOZ 

Aunque tiene futuros proyectos en mente, y le gustaría seguir trabajando con Martín, ahora ambos están centrados en darle difusión a ‘Voiceless’ y ayudar a sus protagonistas para que se conozca la historia. “Debemos reconocer el valor que tiene el trabajo que ha hecho Lievin, una persona que lleva reivindicando lo que reivindica en el documental mucho tiempo, que llegó a EEUU en 2015 y viajó en sus vacaciones a Nueva York para protestar ante Naciones Unidas, que lleva años ejerciendo un activismo distinto”, resalta. 

“Hay que echarle muchas narices, porque él ha tenido una vida muy dura, que queda reflejada en el documental, y cuando llega a Estados Unidos podría haber decidido tener una vida cómoda, un trabajo de nueve a cinco e intentar olvidar, pero ha abogado por la defensa de los derechos de sus paisanos, que siguen silenciados, los que no tienen voz, y convertirse en su representante”. Gracias a este documental ahora todos podremos conocer su historia y dar voz a quienes durante años han estado silenciados.  

El zaragozano Víctor Villavieja, guionista y director de este proyecto, estudió periodismo en la Universidad de Zaragoza y ha trabajado en la capital aragonesa y en medios estadounidenses, cosechando varios reconocimientos en su carrera. Desde diciembre de 2020, trabaja en Atlas Copco, como content and communications coordinator.

Alrededores de Bujumbura, Burundi (Foto: ‘Voiceless’)

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