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Mucho antes del “había una vez un circo” que tanto recordamos de nuestra infancia, había una vez un payaso llamado Isidro Marcelino Orbés Casanova (Jaca, 1873 – Nueva York, 1927). Triunfó en los escenarios de Londres y Nueva York, haciendo reír a millones de personas, si bien era un desconocido en Aragón hasta que el periodista Mariano García (Heraldo de Aragón) se adentró en su figura, primero con un artículo y, al tiempo, en las páginas de un libro. Ahora, Germán Roda en la dirección y Patricia Roda en la producción, relatan su historia en la docuficción ‘Marcelino, el mejor payaso del mundo’, que protagoniza Pepe Viyuela. 

La película inauguró el Festival de Cine de Huesca, se ha estrenado en Jaca, ciudad natal de Marcelino, y ha pasado esta misma semana por Zaragoza con motivo de su estreno en las salas de cine. Qué mejor manera de regresar a la gran pantalla que conociendo la vida de este aragonés que suscitó la admiración de otros dos grandes del humor como Charles Chaplin y Buster Keaton, quien afirmó que Marcelino era el mejor del mundo. 

Los hermanos Roda, una pareja audiovisual de éxito.

Esta historia atrapó a los hermanos Roda, a quienes imaginamos con un cinexin entre las manos e ideando cómo serían las vacaciones de la infancia rodadas en super 8. Tras diez años trabajando juntos, han encontrado la fórmula del éxito y se entienden a la perfección. “Germán es un gran profesional, creo que tengo su confianza y no se puede pedir más”, afirma Patricia, mientras que su hermano confirma que juntos les da la sensación de poder con todo, ya que a pesar de las dificultades que puedan surgir “cuando vamos los dos nos sentimos con más fuerzas”. 

Con esta pasión por el audiovisual en el ambiente, ambos quedaron fascinados al conocer la historia del payaso Marcelino a través de los textos de Mariano García. “La historia me atrapó tanto que creía que había que hacer algo”, explica Germán a Secuenciadas, al precisar que lo que más le atrajo del personaje fue que era el mejor payaso del mundo, pero “nadie sabía de su existencia”. También su vida, porque Marcelino vivió la típica y tópica historia del payaso feliz en los escenarios y triste fuera de ellos “y esas sombras son las que me atraen de cualquier personaje”.  

Para escribir el guión se puso manos a la tecla junto al cineasta Miguel Ángel Lamata, con el objetivo de recrear a la perfección los números de Marcelino, la parte de ficción que debía mezclarse con el documental. “Al principio no tenía claro que iba a ser una docuficción, pero llegó un momento en que hacía falta algo porque era muy difícil que el espectador empatizara solo con fotografías o ilustraciones animadas”. 

Germán Roda explica a Pepe Viyuela y Laura Gómez-Lacueva cómo poner boquita de piñón. (Foto: Estación Cinema)

LA HISTORIA PEDÍA FICCIÓN 

La película necesitaba ese plus que le otorga la ficción de las escenas del payaso actuando en los grandes escenarios de Londres y Nueva York, pero también requería de un actor a la altura y, en este caso, Pepe Viyuela siempre fue la primera opción. “Tenía que ser un actor con una formación física como la de Marcelino, que fuera payaso, y Pepe tiene la edad de Marcelino cuando murió; había muchas cosas que nos llevaban a Pepe y necesitábamos a un actor muy bueno en la comedia, pero también en el drama y él lo encarna todo”, subraya.  

Para Patricia Roda, como productora ejecutiva, la originalidad de este trabajo es precisamente esa mezcla de géneros para contar la historia, con parte documental y parte de ficción. “Lo pedía a voces la película para reconstruir la vida de este personaje” y la época les llevó también a pensar en la estética del cine mudo

El docu se rodó en Jaca, Zaragoza, Barcelona, Madrid y Londres, mientras que las secuencias que ocurren en Nueva York se realizaron en plató. Pero la magia del cine y de los Roda os hará sentir como si estuvierais en ese inmenso escenario del Hippodrome neoyorquino. De hecho, para narrar la parte del circo se han recreado diferentes tipos de circo, no solo el de la época del protagonista ante 10.000 espectadores, sino también la parte en que Pepe Viyuela como actor investiga y busca fuentes sobre el trabajo de Orbés. 

Pepe y Salomé, pareja en la ficción, posando en un photocall de principios de siglo como dos influencers de la época (Foto: Estación Cinema)

Esta no es una película al uso y ello ha obligado a producción a ser más creativos y, como ejemplo, Patricia recuerda que en un mismo plató aparecen seis o siete localizaciones. “Eso fue algo más complejo, pero el buen equipo de dirección artística capitaneado por Beatriz Almendros lo hizo súper bien y dan este look fantástico que se puede ver”.

Según Patricia, una de las mejores cosas de este proyecto es haber podido trabajar con actores de la talla de Pepe Viyuela, Laura Gómez-Lacueva, a quien su personaje digamos que no le hace tanta gracia Marcelino como al público; Alberto Castrillo Ferrer, Salomé Jiménez, Nacho Rubio, Cristina Gallego, Angelo Crotti o José Piris. En la parte técnica, Daniel Vergara es el director de fotografía y David Angulo el compositor de la música de esta producción de Estación Cinema coproducida con Aragón TV y el apoyo de instituciones como el Gobierno de Aragón, Diputación de Zaragoza, Ayuntamiento de Jaca y Comarca de Jacetania. 

“Pepe Viyuela le ha aportado el alma y hace que nos llegue a través de la pantalla”, considera la productora, destacando también el trabajo del resto del reparto y el equipo. “Hemos elegido a los mejores y nos lo hemos pasado bomba”, reconoce. 

Germán Roda y Pepe Viyuela en el estreno en Zaragoza junto al periodista Mariano García, quien rescató del olvido a Marcelino Orbés y unió, sin saberlo, los destinos del director y el actor.

INFLUIDO POR MARCELINO 

Para darle vida al personaje, como ya sabemos, el director se decantó por el polifacético Pepe Viyuela. El actor también descubrió a Marcelino a través de la investigación periodística de Mariano García. De hecho, la historia de este payaso universal le sorprendió y gustó tanto que recortó el artículo de prensa y lo guardó. “Más tarde me encontré con el libro, con Germán, bucee en todo lo que Mariano había encontrado y ahora ya estoy influido para el resto de mi vida con Marcelino”, asegura.   

De este modo, una llamada de teléfono y la casualidad de ese interés mutuo en el personaje llevaron a Pepe Viyuela a meterse en la piel del mejor payaso del mundo. “Fue como si el dedo del destino me hubiera señalado a mí, fue muy bonito”, recuerda de su llegada al proyecto. A la hora de resucitar al personaje, Pepe Viyuela ha echado mano de su gran experiencia personal. “No quedan testimonios o vestigios de lo que hacía, solo algún texto escrito en el que explican alguno de sus gags, hemos tenido que imaginarlo y recurrir a esa mochila de años de un payaso que se dedica al humor visual”.  

En su opinión, todos los payasos se pueden sentir identificados con Marcelino, todo el que tenga relación con ese universo. “Creo que los payasos compartimos un código genético, llevamos recurriendo a los mismos trucos y fórmulas desde hace milenios: la del hombre que se equivoca, la del hombre que fracasa, la del ser humano que tropieza y no se puede levantar, que no es capaz de hacer algo, sobre todo si hablamos del humor visual que era el que Marcelino utilizaba” y quizás por ello fue tan admirado por Chaplin, que lo consideraba su maestro, o por Buster Keaton. “Todos los que nos dedicamos al humor visual tenemos un referente en Marcelino, que era capaz de convocar a miles de personas todos los días en un teatro, ya quisiéramos nosotros hoy en día”, subraya Viyuela. También a nosotras nos encantaría verlos siempre llenos de gente ávida de arte y cultura. 

Hacer reír como Marcelino, con un humor aparentemente simple, que va “directamente al corazón o al intelecto, que te llega” sin reflexionar demasiado, que es puramente visual, es algo “muy difícil de hacer”, reconoce el actor, al incidir en la dificultad de reproducir un tropezón o un error haciendo que parezca siempre la primera vez, que parezca casual y no resulte recargado. 

Marcelino y Chaplin se saludan ante la atenta mirada del técnico de sonido que ha viajado en el tiempo a presenciar la escena (Foto: Estación Cinema)

EL REGRESO A LOS ESCENARIOS

Del estreno de la película en Jaca, Viyuela resalta que supone como cerrar un ciclo, dado que simbolizó el regreso de Marcelino a su localidad natal. “Él se fue muy pequeñito de Jaca y todos teníamos la sensación de que esa noche él volvía a ocupar las calles, se volvía a ver a Marcelino en movimiento, a través de otro cuerpo, pero era una especie de invocación esotérica, en la noche, al aire libre, con los jacetanos entregados y con ganas de recibirle en el pueblo” porque es un personaje “que no debería nunca de haberse olvidado”. Estamos convencidas de que fue un reencuentro emocionante y de que ese punto de evocación esotérica haría las delicias del mismísimo Iker Jiménez y su milenio.  

Marcelino regresa ahora a los escenarios, esta vez convertidos en salas de cine, curiosamente un arte que no le atrajo y que tuvo mucho que ver con el final de su carrera (no spoilers), pero igualmente dispuesto a arrancar sonrisas y aplausos de su querido público. El viaje ha comenzado en 18 salas de cine de toda España, pero “queremos que vaya mucho más allá”, indica Germán Roda. 

De hecho, existen conversaciones para proyectar la película en el Hippodrome de Londres, donde tantas noches actuó Marcelino y que aún existe en la actualidad como casino. “Estar en el escenario donde se conocieron Marcelino y Chaplin, poder proyectar el documental para nosotros va a ser un sueño”, reconoce, para expresar su deseo de lanzar la película en toda Europa y Estados Unidos. Este mismo verano se proyectará en un festival en Grecia, un tour que permitirá recordar el legado del payaso en un documental que transmite pasión por el arte y que es un homenaje al periodismo y al mundo del circo. 

Germán, Salomé y Pepe, partiéndose la caja al recordar uno de los gags de Marcelino (Foto: Estación Cinema)

NUEVOS PROYECTOS 

El buen feeling del equipo creado por Germán, Patricia y Pepe Viyuela les llevó a querer seguir trabajando juntos. Cuando el actor finalizó su rodaje en ‘Marcelino’ se encontraba leyendo ‘Ordesa’, del aragonés Manuel Vilas. Si aún no lo habéis hecho, ya podéis ir corriendo a leerlo, que para luego es tarde. 

“Me estaba gustando muchísimo, llamé a Germán, me dijo que había oído hablar mucho del libro, lo leyó y le encantó”, detalla Viyuela. Así surgió la idea de crear un trabajo sobre el autor y, para ello, Pepe Viyuela peregrinó hasta la Feria del Libro para conocer a Vilas y lo demás ya forma parte de una historia de literatura, audiovisual y amor

En este trabajo participan también José Sacristán y varios actores aragoneses que nos llevarán a conocer a un artista de la tierra, como Marcelino, pero con la diferencia de que Vilas está triunfando en la actualidad. “Desde Estación Cinema hacemos productos desde Aragón, pero vendibles fuera”, recalca Germán.

Patricia avanza que este trabajo también será “un poco particular”. “Vilas es un tipo de lo más interesante se ha implicado en el proyecto y le ha apetecido que no sea un proyecto al uso, que juguemos con diferentes aspectos o prismas de su figura”. Ojalá lo podamos disfrutar pronto para añadirlos a nuestra colección de favoritos de Estación Cinema, la productora marca Roda en la que encontramos otros docus como ‘Juego de espías’, ‘Los años del humo’ o ‘El Papa Luna. 600 años sin descanso’. Y ahora, que se abra el telón y disfrutéis del espectáculo: Marcelino no os defraudará.

Germán Roda, meditando sobre la factura en maquillaje y vestuario que han gastado al recrear el mundo del circo de principios de siglo y pensando que… ¡todo sea por el arte!


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