El día 17 de agosto quedamos en Ojos Negros, un municipio de Teruel que protagoniza la primera película de Marta Lallana e Ivet Castelo. Ambas estudiaban un grado de Comunicación Audiovisual en la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona. Un día se dijeron la una a la otra: “oye, mira, ¿por qué no grabamos una película?”. Y aquel fue el inicio de ‘Ojos Negros’.
Os adelantamos que la historia regresa al lugar del crimen, ya que dos años después de su rodaje se podrá ver en Ojos Negros este próximo 17 de agosto, pero antes os contamos el ‘cómo se hizo’ para que os entren tantas ganas de ir a este pueblo de Teruel a disfrutar del pase como a nosotras.

“Teníamos muchas ganas de empezar a rodar, nos aventuramos y apostamos por un largo”, recuerda Ivet. Antes habían hecho pequeños proyectos juntas, pero en esta cinta, que sería su trabajo de fin de curso, querían profundizar en el paso de la juventud a la madurez, “cuando te das cuenta de que te haces mayor”. Vamos, en plena edad del pavo. Y todos sabemos que crecer es una trampa, aunque no le tengamos mucho cariño al pavo.
“Trabajamos muy fuerte para sacar esa película de las aulas” de la Pompeu y, un año antes de comenzar a rodar, presentaron el proyecto a Nanouk Films y la idea tomó tanto cuerpo que se ha acabado por sumar Filmin para su distribución nacional, de la que más adelante hablaremos porque contentas nos tienen las salas aragonesas.
“No es una película autobiográfica”, aunque la relación de Marta Lallana con el municipio turolense de Ojos Negros es muy similar a la del personaje de Paula en la cinta, así como los recuerdos de Ivet de su pueblo en Andalucía quedan reflejados en el personaje de Alicia.
“Queríamos contar ese momento de adquirir consciencia del paso del tiempo” y, para ello, “las vivencias y recuerdos de nuestras vidas se han volcado en la película”, subraya Marta.
La cinta se centra en Paula, una chica de 14 años que tiene que pasar el verano en su pueblo, con su tía y su abuela, a quienes apenas conoce. Allí vivirá tensiones familiares y el nacimiento de su amistad con Alicia, descubriendo poco a poco lo que supone hacerse mayor.

La película, protagonizada por Alba Alcaine, Julia Lallana y Anna Sabaté, se rodó durante cuatro semanas en agosto de 2017 en Ojos Negros. ¡Quién dijo miedo al calor de Aragón en pleno verano!.
ARRIESGADO
“Fue un rodaje bastante arriesgado, porque teníamos muy pocos medios, poco presupuesto, éramos todo gente muy joven, la primera vez que hacíamos algo tan grande”, recuerda Ivet. Como suele ocurrir, encontraron unos ayudantes excepcionales en los vecinos de este municipio. “Sin su ayuda no la podríamos haber sacado adelante, nos prestaron casas donde dormir” y acogieron a este equipo de veinte personas llegadas de Barcelona.
Para Marta, lo mejor fue “dirigir a Julia, Alba y a Anna, las conversaciones con ellas para entender su personaje, para que entendieran todos a dónde queríamos llegar, la cercanía de esas amigas. Fue bonito ver la relación que se creaba”.
De hecho, una de sus escenas preferidas es la conversación entre ambas jóvenes en unas rocas, comiendo una ciruela. “Fue precioso porque era una escena difícil, con una transición interior del personaje de Alicia, era íntima, estábamos rodando desde lejos y se veía algo alucinante entre ellas”.

“El rodaje fue cronológico, cuando empezamos ellas no se conocían, hubo timidez al principio, sonrisas pícaras, luego la amistad que se desarrolla en la película se desarrolló igual en la vida real”, rememora Ivet.
LO NATURAL NOS GUSTA
Estas dos realizadoras apuestan por actores no profesionales porque les aportan “una gran naturalidad en la cámara. Con ellos se establece una relación que comporta tener mucha complicidad para que estén cómodas”, detalla Ivet.
Marta coincide en que los actores aficionados “te dan algo que es más difícil de conseguir, una naturalidad, una frescura que es más complicado que te la de un actor que es muy consciente” de todo lo que ocurre en el rodaje.

‘Ojos Negros’ viajó al festival de Málaga y lo petó muy fuerte, como buena producción aragonesa. La cinta logró la Biznaga de Plata a la Mejor Película Española. “No nos imaginábamos nada”, relata Marta, al explicar que terminaron el filme “corriendo” para poder presentarlo en este certamen y “ya fue un premio muy gordo terminarla y que se presentara allí”.
“Ni sabíamos a qué premios podíamos optar. Después de presentarla, regresamos a Viena y a Barcelona –donde residen Ivet y Marta, respectivamente– y después nos llamaron para anunciarnos que habíamos ganado el premio y fue un regalo tener ese reconocimiento, porque nos ha abierto muchas puertas”, reconoce Marta.
El segundo gran regalo ha sido estrenar en salas. Ivet asegura que se sienten “muy contentas” de que se haya podido disfrutar de su primer largo en los cines. Sin embargo, les queda una espinita clavada, ya que una película casi cien por cien aragonesa no se ha proyectado en salas de Aragón.
¿Y EN ARAGÓN PA’CUÁNDO?
“Este tema nos tiene apenados a todos, no solo a nosotras, también a la productora y la distribuidora. Es una pena que una película tan aragonesa, con casi todo el reparto aragonés, y un pueblo ultrarreconocible de Aragón” no haya accedido a las salas de esta Comunidad, lamenta Marta.
Además, “no conseguimos que ninguna productora aragonesa se interesara”, aunque el proyecto contó con pequeñas ayudas de la Diputación Provincial de Teruel, Caja Rural de Teruel y Turismo de Aragón.
A pesar de que existe interés por parte de los aragoneses de poder disfrutar de esta obra, ninguna sala de la comunidad se ha prestado a proyectarla. “Hemos hecho mucha presión con Filmin”, pero sin resultado, aseguran ambas realizadoras.
La película se incluirá en el catálogo de Filmin desde el 31 de octubre, “pero no es excusa para no programarla en los cines”, advierte Ivet.
Algunos afortunados pudieron acudir a su preestreno en Ibercaja Patio de la Infanta en Zaragoza, pero a muchos espectadores se les ha negado el placer de conocer ‘Ojos Negros’. Una decisión que no entendemos.
PUES EN OJOS NEGROS, ¡CLARO!
Las directoras han programado un segundo pase en Aragón. Tenéis una cita en el municipio de Ojos Negros, el próximo 17 de agosto, a las 22.30 horas en las Escuelas, con la asistencia de las dos cineastas.

La sesión se incluye en las cuartas jornadas culturales Santo Cristo de la localidad y, previamente, se podrá asistir a una charla protagonizada por el profesor y cinéfilo Luis Alegre sobre ‘Teruel. Un lugar de cine’, en la Antigua Casa Sindical.
Ambas aseguran que obtener fondos para el rodaje ha sido la principal dificultad que han encontrado en su camino, si bien también “hay mucha gente que no te acaba de tomar en serio porque te acabas de graduar, eres joven, mujer, muchos piensan que vas a hacer un corto y siempre tienes que ir explicando que es una película de verdad y que quiere llegar a las salas”, recalca Ivet.
“Fuimos haciendo la película a trompicones, diez meses después del rodaje aún tuvimos que rodar otra vez, ha sido una lucha continua”, señala Marta. No todo han sido dificultades, dado que ‘Ojos Negros’ ha enamorado a quien ha conocido el proyecto.
Y AHORA
Marta Lallana estudió fotografía durante el Bachillerato y, después, decidió estudiar cine. “Me vienen ideas en imágenes, la dirección de actores me gusta mucho y me fui dando cuenta de que quería dirigir”.
A Ivet Castelo le ocurrió algo parecido. “Siempre he visto mucho cine, películas poco comerciales. Me acostumbré a ver cine de autor” y la pasión por la dirección ha terminado por surgir “de manera natural”. Con este proyecto se ha dado cuenta de que le encanta la producción y la distribución, “dar la posibilidad de que las películas se puedan ver, que lleguen al público”.
Tras esta aventura turolense, Ivet ha iniciado un máster de producción en Austria, mientras que Marta trabaja en Barcelona y este curso comenzará a impartir talleres de cine.

“Me gustaría seguir trabajando con Ivet, hacemos un buen equipo”, dice Marta, a lo que Ivet agrega que “ha sido muy bonito ver cómo hemos ido tirando del carro, cómo no nos hemos rendido y hemos trabajado bien”. A ambas les deseamos suerte y estamos seguras de que tendrán mucho futuro, más allá de Fraga y cuando quieran en Aragón.