La actriz María José Moreno preside desde el mes de julio la Academia del Cine Aragonés. Está acompañada en la nueva Junta Directiva por Carlos Marquino como tesorero; Roberto Sánchez, como secretario; y, como vocales, Gala Gracia, Mirella R. Abrisqueta, Guillermo Chapa y Paco Martín.
Entre sus retos, hacer de la ACA una academia de cine que sea lugar de encuentro y que promueva debates y sinergias entre los profesionales del sector, e impulsar, junto al resto de agentes implicados, una ley aragonesa del audiovisual que potencie la industria. Hablamos con la presi de la nueva etapa que se ha iniciado en la Academia del Cine Aragonés.
¿Cómo afrontáis está nueva etapa de la ACA?
Hace dos meses que tomamos posesión y hemos trabajado muchísimo, pero ha sido un trabajo interno de la Junta. Cuando presentamos la candidatura dije que había dos cosas que queríamos: que la Academia fuese realmente una academia de cine y que se ocupase de sus miembros. En estos meses hemos estudiado los estatutos de las academias de otras comunidades, estamos trabajando en los nuevos estatutos y manteniendo reuniones con la Red de festivales, con la Aragón Film Commission, la Corporación Aragonesa de Radio y Televisión, el Clúster del Audiovisual de Aragón, porque la ACA es otra de las patas del audiovisual aragonés.
Nuestros socios son profesionales del cine y, como cualquier asociación, la ACA se debe a sus socios, nuestra finalidad es su defensa y promoción. Así como la promoción de la industria del audiovisual aragonés. Queremos que la ACA sea la casa común, el gran paraguas del audiovisual aragonés.
¿Cuáles serán vuestros proyectos prioritarios a corto, medio y largo plazo?
En el corto-medio plazo están los estatutos de la Academia y en el medio-largo plazo impulsar una ley del audiovisual aragonés, pero debe ser trabajada en común junto al Clúster, la Aragón Film Commission, los festivales y la CARTV, tiene que ser una ley absolutamente consensuada.
Lo más importante para nosotros es buscar un espacio común donde los académicos, la gente que hace cine en Aragón, pueda encontrarse, intercambiar impresiones, ayudarse los unos a los otros. Que los recién llegados puedan tener contacto con quienes llevan más tiempo y establecer encuentros sobre los oficios del cine.
Además de cambiar el formulario para hacerse socio, que ya está en la web de la ACA, en un plazo inmediato queremos establecer esas reuniones, debates, clases magistrales, con gente que tenga realmente interés y que nos pueda movilizar.
En estos primeros meses se ha puesto en marcha una subsede en Teruel
Con motivo del desarrollo del rally cinematográfico Desafío Buñuel, mantuvimos un encuentro con la alcaldesa de Teruel y dos miembros de la Junta, que son de Teruel. Hablamos de la posibilidad de crear una subsede de la Academia para promover actividades propias y replicar las actividades que se desarrollen en otros lugares y ya se ha creado y empezará a funcionar en cuanto nuestros socios puedan. Esperamos que se pueda hacer pronto también en Huesca.
¿Qué habéis detectado que se puede mejorar en la Academia?
Desde nuestro punto de vista hacía falta revivir la Academia como academia de cine, como lugar de reunión de gente que tiene interés por el cine y que hace cine. También iniciar esos encuentros y fomentar la colaboración con otras academias para exhibir los trabajos de nuestros profesionales.
¿Habrá algún cambio respecto a los Premios Simón?
Los Premios Simón son uno de los actos más importantes de la Academia y seguirán teniendo una importancia vital, pero estamos estudiando hacer más cosas alrededor de los premios, no solo exhibir los trabajos nominados y celebrar la gala, sino organizar debates, jornadas de trabajo y encuentros en los días previos a la ceremonia.
¿Cómo valoras el momento que vive el audiovisual aragonés?
Se han puesto en marcha el Clúster del Audiovisual, las Film Commission, la agrupación de festivales en ARAFILMFEST, cada vez hay más proyección del sector y cada vez hay profesionales mejor formados y más producciones. Aunque Aragón es fundamentalmente tierra de cortos, por los elevados presupuestos de los largometrajes, muchos están empezando a hacer largos, y es momento para ponerse las pilas y apoyar la industria del cine aragonés, que es lo que tendría que hacer la ley, fijar el marco legal de la industria. El audiovisual no se puede ver como una herramienta para el fomento del turismo o la cultura, sino como una verdadera industria que tiene grandes retornos en el turismo y la cultura de la comunidad.
El cine es una industria y nos lo tenemos que plantear así porque es así, y porque las comunidades autónomas que se lo han planteado hace tiempo, tienen una industria desarrollada que da mucho de sí.
El director y guionista Nacho García Velilla acaba de rodar en su ciudad natal, Zaragoza, su nueva película, que lleva por título ‘Menudas piezas’. Una historia de superación inspirada en la victoria de cinco alumnos del Colegio Marcos Frechín de la capital aragonesa en un torneo nacional de ajedrez y en la figura de su entrenador, Enrique Sánchez, el maestro que puso en marcha el club de ajedrez en este centro escolar del barrio de Las Fuentes.
Nacho, hemos de reconocer que esta historia nos tiene in love desde el primer minuto, así que juegas con ventaja. Como exalumna del Colegio Marcos Frechín, donde –obviamente– me enseñaron a jugar al ajedrez, no podría ser de otro modo. Por ello, nos hemos alegrado mucho de poder colarnos en el rodaje de algunas escenas en el edificio Paraninfo y conocer de primera mano, en una rueda de prensa, las impresiones del director y de la actriz protagonista, Alexandra Jiménez.
Nacho García Velilla pensando que esa escena está quedando justo como la había pensado en su cabeza. (Fotografía: Ñete)
El cineasta conoció la historia de estos alumnos y del club de ajedrez a través de la prensa. “Es una historia de superación de un grupo de chavales supuestamente perdedores y que dan la sorpresa ante unos supuestos ganadores, le dan la vuelta a la tortilla”. Al descubrir el potencial de la historia, enseguida contactó con sus coguionistas, David S. Olivas y Marta Sánchez, y se pusieron manos a la obra con un proyecto que tiene ingredientes dramáticos y cómicos y “un punto de emotividad bastante grande”.
Inspirados por la realidad, convirtieron al maestro en una profesora más joven, y a los alumnos de Primaria del Marcos Frechín en estudiantes de instituto. “Queríamos acentuar el peligro de unos chavales que están a punto de ser delincuentes y a quienes les cambia la vida” gracias al papel que juega su profesora, de modo que “pasan de ser unos perdedores a unos chavales que consiguen hitos y ganan una autoestima que no tenían”, explica Nacho García Velilla.
El rodaje de esta cinta les ha llevado a localizaciones de Zaragoza como el Instituto Pedro de Luna, lugar donde se sitúa la acción, el barrio de la Magdalena, la calle Alfonso, el paseo Independencia y María Agustín y el edificio Paraninfo, donde han terminado de rodar esta misma semana.
Alexandra Jiménez interpreta a Candela, una maestra que tendrá que pasar de pija a quinqui bien (Fotografía Ñete)
TREMENDO CASTING
Alexandra Jiménez protagoniza esta historia acompañada por cinco jóvenes, sin experiencia en el mundo audiovisual y elegidos entre más de 2.500 chicos que han participado en las audiciones en toda España. ¡Esto sí que es tremendo casting, y no los de OT! También encontramos en el reparto a Rubén Martínez, en un pequeño papel en el que interpreta a un abogado (y no decimos más porque ¡no nos gustan los spoilers!), Jorge Asín, Carmen Barrantes –como trío aragonés, además de la prota–, María Adánez, Alain Hernández, Francesc Orella y Miguel Rellán, entre otros actores. “Tienen papeles pequeños, porque la historia la completan la maestra y sus alumnos”, pero el casting se ha cuidado hasta el mínimo detalle para rodear a los cinco jóvenes de actores experimentados.
Para estos chicos es su primera película, así que entendemos que se pudieran sentir como pez fuera del agua en su primer día de rodaje. No obstante, Nacho García Velilla asegura que siempre ensaya “mucho” con todos sus actores, especialmente en las comedias, dado que todos tienen que acordar el mismo tono. “Mi enhorabuena al equipo de casting, con Jorge Galerón, porque tenemos cinco futuras estrellas, sin ninguna duda”, estima el dire. De hecho, uno de esos futuros ganadores de un Goya es de Zaragoza. “Es muy gracioso porque es el chino en la película y es el único que tiene acento maño”, bromeaba Velilla, para elogiar de nuevo al equipo de casting por su trabajo y a los cinco actores.
El dire, en un momento del rodaje en el edificio Paraninfo (Fotografía: Secuenciadas)
Sobre su regreso a un rodaje en Aragón, el director recuerda que se fue muy joven a estudiar comunicación, cine y guion y “toda mi carrera la he desarrollado fuera”, pero siempre ha intentado realizar sus proyectos en su tierra. “Hasta que un Sabina no hace una canción de Madrid, un Dylan de California o Woody Allen una película de Nueva York, parece que esas ciudades o esos paisajes no tienen relatos. Siempre he creído que en Aragón tenemos suficiente talento, pero nos falta la industria para que nuestras ciudades y paisajes tengan relatos; por eso, siempre que he podido he traído rodajes de envergadura a esta región”.
Ese talento aragonés lo ha incorporado también al equipo técnico con la presencia de la empresa Entropy, de efectos visuales, y con el músico Juanjo Javierre. Tras el rodaje, comenzará el proceso de postproducción, que durará entre ocho y doce meses, y después llegará el estreno, aunque el equipo aún no tiene una fecha decidida. Será “una peli muy bonita, estaréis orgullosos de la ciudad” gracias a esta historia que tiene “un punto de comedia emotiva”.
Además, Nacho García Velilla está terminando de escribir una miniserie y con otra película en mente. Al mismo tiempo, gracias a ‘Menudas piezas’, se ha puesto al día con el ajedrez, un deporte que jugaba de pequeño, pero que “hace años que no practicaba” y que esta peli le ha dado la oportunidad de retomar.
Nacho y Alexandra posan sonrientes para los medios (Fotografía: Secuenciadas)
ILUSIÓN
También cuando era una niña aprendió la actriz zaragozana Alexandra Jiménez a jugar al ajedrez. “Me enseñó mi padre, pero después no he avanzado, ni lo he desarrollado y ahora que estoy contando esta historia me dan ganas de retomarlo”, reconoce. A su padre le enseñó el abuelo de Alexandra y, por eso, “a mi padre le ha hecho especial ilusión que esté contando esta historia, porque a él el ajedrez le cambió sustancialmente en su trayectoria”, mejoró sus estudios y “le abrió un mundo de posibilidades”.
A la protagonista de ‘Menudas piezas’, a Candela, también le enseña a jugar su padre, con el que no tiene una de las mejores relaciones. Candela es profe piji en un colegio privado de Madrid, pero por circunstancias es despedida y regresa a Zaragoza, su ciudad natal, donde se reencuentra con su padre, con sus orígenes y con unos alumnos “muy complicados”. Deberá olvidarse de esa mujer de la alta sociedad “que se ha empeñado en inventar” y reconectar con la chica de barrio que es en realidad. Su prota “tiene un carácter tremendo, un pronto muy fuerte, es vanidosa y bastante inaguantable”. ¡¡Pues menuda pieza!!
No obstante, Candela no es nada soberbia y “eso la salva”, considera la actriz. Es una mujer que conecta con las necesidades de las personas y esa forma de ser le permitirá cambiar a lo largo de la película.
Rodar en Zaragoza le trae a Alexandra recuerdos de rincones e historias “muy significativas” en su vida. “Es la primera vez que tengo la oportunidad de rodar aquí”, indica, y el Paraninfo le acerca a vivencias personales, como las ocasiones en que iba con su hermana a disfrutar de las charlas sobre cine que modera el profesor y escritor Luis Alegre en este edificio. “Esa conexión con los orígenes me conecta directamente con el personaje, por muy opuestas que seamos, pero al final a todos nos suceden las mismas cosas, nunca dejas de ser la persona que eras”, afirma.
¡Menudas piezas en este rodaje! ¡Tremendo equipazo! (Fotografía: Ñete)
ALGO NUEVO CADA VEZ
De esta historia de superación destaca el papel “fundamental” que juega el ajedrez como elemento que motiva y enseña que “uno probablemente tiene más capacidades de las que piensa”. Y como este deporte ayuda a unos chicos que “no dan un duro por sí mismos” y comprueban que son más inteligentes y capaces de lo que ellos mismos pensaban, “se redescubren a sí mismos a través del ajedrez”.
Trabajar con estos cinco jóvenes ha sido “muy bonito” porque su plena disposición “ayuda a uno a recuperar ese tipo de disposición cuando llega al set de rodaje de ir con toda la humildad posible” y de darse cuenta de que “todo es nuevo cada vez y hay que estar atenta y absorber como una esponja si quieres avanzar”, concluye Alexandra Jiménez.
Como os decíamos al principio, en Secuenciadas ya somos fans absolutas de esta peli, que producen Telecinco Cinema, Felicitas Media y Menudas Piezas AIE, con el apoyo de Aragón Film Commission y Aragón TV.
Una de las primeras personas en rodar este verano ha sido la realizadora Sadie Duarte y ha elegido la capital aragonesa como escenario. Otra época, lugares mágicos y un legendario artista americano atrapado entre dos mundos, resumen a la perfección el cortometraje ‘Las luces del amanecer’.
«La historia trata sobre una leyenda del cine americano”, explica a Secuenciadas su directora y guionista Sadie Duarte, a la que no le gusta ponerle las cosas sencillas al espectador y quiere dejar volar la imaginación del que mira. «Lo que quiero es que a través de las propias imágenes sepan enseguida quién es. Si le damos todo hecho al espectador realmente pierde el interés«. Estamos seguras de que los amantes del cine clásico, pronto van a identificar quién es este gran actor de los años 50.
La directora Sadie Duarte súper concentrada en un momento del rodaje de ‘Las luces del amanecer’. Foto de Secuenciadas.
Para los menos cinéfilos bien podría ser una historia universal que le ha podido ocurrir a tu vecino del quinto y te la cuentan a modo audiovisual para que no te aburras. «En este cortometraje vamos a ver la parte más humana de esa leyenda», aclara la directora que ha querido enfocar la acción hacia un aspecto más desconocido del artista, descubriendo las circunstancias que le llevaron hacia un final que no era el esperado. «Aunque hay muchos artículos y entrevistas referentes a este personaje, sí que me pareció interesante ofrecer una imagen distinta. Una parte de la gente creyó una versión, pero es probable que haya otra»; se pone interesante el argumento.
La pasarela del bicentenario, uno de los escenarios del cortometraje. Cotton Filgaira casi se achicharra con abrigo en pleno agosto. Foto de Secuenciadas.
LAS PISTAS
Tu cara me suena. Cotton Filgaira pone cara, voz y expresión corporal a este personaje que se mueve en la historia a modo de flashback. «Como actor era un reto dificilísimo, pero yo a este personaje le tenía muchísimo cariño porque me he criado con sus películas, mi padre las ponía en casa», rememora el actor. De hecho, todos los nacidos antes de los 90 nos hemos criado con él, Cotton, y con los posteriores coloquios de José Luis Garci ¡qué grande es el cine!. Filgaira, que además es modelo profesional, confiesa que ya había hecho muchos homenajes a su figura en reportajes fotográficos, además de dar el cante con el teatro lírico en la Sala Mozart de Zaragoza y ejercer de maestro de ceremonias en ‘Cabaret’ con Clara Camín.
Cotton Filgaira mira a cámara en un sofá sacado de 50 sombras de Grey. Foto de Juan Moro.
Su vida. Filgaira nos da pistas: «Le tocó vivir una época de los valores americanos después de la Segunda Guerra Mundial y el era un rebelde porque no le gustaba esa cultura americana y falsa. Él se convierte en un icono porque representa el principio del cambio en una generación» y había que hacerle una película, estaba claro, ¿como no se les ha ocurrido en Hollywood?.
Parecidos razonables. «Aquí también era importante tener un perfil determinado, que los actores tuvieran un parecido físico con los personajes originales porque todos existieron de alguna manera», señala Duarte. Así, ampliamos este cartel de actores homenajeando a los arcaicos con Jesús Marco, que abandona momentáneamente la presidencia de la Academia del Cine Aragonés para actuar y cuyo personaje tiene una parte fundamental en la historia; Ana Soro, parecida aceptable que representa la parte romántica de la trama; Pablo Gimeno, que se pasa un poco en altura al personaje real y el debutante Neil Santolaya, el barman que se dedica a poner Martinis a toda esta farándula.
RODAR EN TIEMPOS MODERNOS
Agosto, así a la fresca, ha sido la época actual en la que se ha podido llevar a cabo este rodaje post confitado, con mascarilla inluida y en escenarios maños. «Creo que en Aragón tenemos paisajes que pueden encajar con historias que están ambientadas en una época pasada y que no tiene porque rodarse necesariamente en Estados Unidos», opina Duarte, una consideración que, juramos, no está patrocinada por la Aragón Film Commission, pero que seguro que le mola.
Han rodado en el café Dublín que era el escenario perfecto para recrear un club de jazz muy vintage de los años 50, así se pudo representar el glamour de aquella época tan fascinante. Ana Soro se ha recorrido los Pinares de Venecia , pino arriba, pino abajo, evocando esas arboledas en las que paseaba la gente de dinero que tenía tiempo libre y, para finalizar la filmación, las colinas de Alfajarín se han adaptado pareciendo Hollywood Hills donde, por ejemplo, podrían haber rodado el famoso baile de ‘La La Land’ (2016), joteros del mundo os damos ideas.
Ana Soro carecterizada de los años 50 después de sus paseos por Pinares de Venecia, ya no se sostiene en pie la pobre y se tiene que agarrar a un arbol. Foto de Juan Moro
La pasarela del bicentenario ubicada el barrio rural de La Cartuja ha sido la última en albergar este rodaje, llegando así a una de las escenas finales del corto donde el protagonista interpretado por Cotton Filgaira tiene un gran dilema «Este personaje está atrapado entre dos mundos y tanto la escena del Castillo de Alfajarín como la de la pasarela simbolizan toda esa parte del ayer que se deja atrás y vas hacia un nuevo camino o destino», detalla la dire. Habrá que esperar a ver el audiovisual aragonés ‘Luces del amanecer’ para entender esta historia, desde un punto de vista subjetivo donde cada observador sacará su propia conclusión del the end.
Grabación del plano cenital del careto de Cotton Filgaira modo sufrimiento, Merrik Wells opera la cámara en un perfecto inglés. Foto de Secuenciadas.
Las estrellas invitadas detrás de las cámara de cine son Merrick Wells como director de fotografía y operador de cámara, Fernando Médel como jefe de iluminación, Joel Almeida como ayudante de iluminación, Sara Abecia y Jorge Desentre como ayudantes de producción, Iván Callejero como script, Silvia Puyal, la blogger zaragozana, en vestuario, maquillaje y peluquería de Global Makeup con el tandem Kike&Manu, música original de Daniel Angelus, que se encuentra ya compuesta, y al que vemos cada vez en más rodajes, el sonidista muy pro Álvaro Pérez Peirote.
La directora zaragozana Sadie Duarte sentencia: «Hay tener una perspectiva de todo para hacerte tu propia idea porque a veces solos nos quedamos con lo que nos han contado y hay que ver más allá» y es que su cine, el que define como cine americano, nos cuenta historias con las que da un mensaje. Su primer audiovisual fue ‘DMUS’ (2015), un mediometraje musical rodado en un idioma que le gusta mucho a ella, el inglés, luego le siguieron los cortos ‘Quizás un días’ (2017), ‘Blow Away’ (2017) y ‘Cuando la música deja de sonar’ (2018) con los que ha ganado numerosos premios internacionales. ‘Luces del amanecer’ es la quinta obra de esta emprendedora que financia este proyecto tan arriesgado. Esperamos verlo pronto en la pantalla grande, Sadie.
Foto final de rodaje ¡Pues ya estaría! Foto de Secuenciadas.