Insultos, burlas, violencia verbal e incluso física. Todos conocemos casos de acoso escolar o los hemos vivido de cerca. Un problema con el que convivimos cada día y que aún no hemos sabido atajar: el bullying. “Lo primero y más importante es escuchar, en este y en todos los problemas, porque no escuchamos al resto del mundo y somos incapaces de entender y de empatizar”, sostiene la realizadora oscense Laura Torrijos-Bescós.
La directora y actriz acaba de finalizar su nuevo proyecto, el cortometraje de animación ‘Y Eva también’, fruto de su propia experiencia personal. “Sufrí mucho acoso escolar, desde los seis años y hasta el último año de carrera”, explica a Secuenciadas. En 2019 escribió un texto para intentar “desahogarse”, para plasmar sus sentimientos al respecto, y ese texto se ha convertido en el guion de un cortometraje que expone cómo el bullying se repite y afecta a quien lo padece muchos años después de haberlo sufrido.
La protagonista del corto, en el presente ficticio en el que narra al espectador lo que sufrió cuando era niña.
“Me gradué en el mes de junio y este corto era una forma de cerrar ese capítulo de mi vida”, señala Laura. “No había trabajado la animación y me apetecía mucho” para dar vida a esta historia, la suya y la de tantas personas que se verán reflejadas en ella.
“No se por qué me hacían bullying, porque era diferente, por tener otros gustos o intereses, por sacar buenas notas; sufrí acoso de todo tipo, a los 11 y 12 años más fuerte, más físico, de hablar con la Policía, pero el colegio no hizo nada”, rememora. Asimismo, padeció acoso psicológico, no solo en su etapa de colegio, también en el instituto e, incluso, en la universidad. “Me insultaban y me hacían el vacío” y, en cuarto de carrera, “el primer mes de clase me tuvieron que cambiar de aula porque mis compañeros me escupían”, lamenta, indicando que estos comportamientos pueden parecer “cosa de niños”, pero no lo son.
El corto refleja cómo el bullying se repite y afecta a las personas.
En el colegio, “todos lo veían pero les daba completamente igual, los profesores le echaban el problema a los del año siguiente. Cuando estaba en el instituto pensaron que si me juntaban con los acosadores nos haríamos súper amigos, que era culpa mía, o de mis padres, que me tenía que aprender a defender, o los justificaban diciendo que yo era más madura”. En la etapa de instituto, “me llegaron a llevar a un orientador, pero yo estaba orientada, no era yo quien lo necesitaba”, afirma, para agregar que, al menos, en esa etapa “me escucharon”. Al llegar a la universidad, “en cuarto año me acabaron cambiando de clase porque insistí, quería sobrevivir y si tenía que sentarme en la puerta de la directora hasta que me atendiera, lo hacía”.
Ante este problema, un primer paso obligatorio debe ser escuchar a quien lo sufre. “Jamás he visto que los políticos se paseen por un centro escolar a ver qué sienten los niños que lo sufren”, para conocer cómo es el bullying, asevera. Aunque se han tomado medidas, son aún insuficientes. El corto lanza un mensaje “desesperanzador”, pero también transmite la importancia de la educación en las familias, porque “quien ha sido acosador, normalmente es hijo de acosador y tendrá hijos acosadores”. “La educación no es solo en el colegio, también es lo que te enseñan en tu casa” y hay que tener en cuenta que las consecuencias del acoso no terminan cuando finaliza la etapa educativa, sino que afectan a la persona durante años o toda su vida.
Laura Torrijos-Bescós quiere dedicar este trabajo a quienes sufren el acoso escolar.
A QUIENES LO SUFREN
“El cortometraje está narrado desde el presente ficticio –con la voz de Laura–, porque la protagonista dice que tiene 30 años”, y la vemos acudir al psicólogo veinte años después de haber sufrido acoso escolar, “porque sigue sufriendo”. Laura desea dedicar este trabajo “a todos los niños que se han suicidado víctimas del bullying y también a quien lo sufre día a día”.
En el equipo de esta obra le acompañan Carlos López como responsable de la animación, con quien ha estado trabajando durante año y medio los dibujos, los colores, las referencias; Ana Bescós, Ángel Gonzalvo y Du Cardelin Studio en la producción; Juan Remacha, en montaje y posproducción ; Nacho Moya en sonido y José Ángel Almunia, como responsable de la música.
Con el lanzamiento del trailer de este trabajo, la directora comenzará a enviarlo a festivales y le gustaría convertirlo, además, en un proyecto educativo, “proponérselo a organizaciones que luchan contra el acoso escolar y por la protección del menor”.
Graduada en Interpretación Textual en la Escuela Superior de Arte Dramático de Málaga, Laura Torrijos-Bescós ganó el Premio Simón del Cine Aragonés a la mejor obra por su contribución social en 2021 con su cortometraje documental ‘Otra forma de caminar’. Es guionista, directora y actriz y en estos momentos se encuentra trabajando en el guion de un largometraje sobre la Barcelona de principios de siglo.
Francisco de Goya y Lucientes, el pintor aragonés más universal, ha protagonizado todo tipo de propuestas artísticas y ha sido y es fuente de inspiración para creadores de todas las disciplinas. Ahora es la figura principal del cortometraje de animación ‘El niño que retrató monstruos’, un trabajo de Barbecho Productions, financiado por el Gobierno de Aragón, y que ha contado con Víctor Izquierdo en la dirección, con Pablo Sánchez como director de arte y Joshua Escribano en la producción.
Goya, a lo Tarantino, pensando en qué pared pintará su siguiente obra (Barbecho Productions)
A través de un concurso público del Gobierno aragonés, Barbecho Productions presentó una propuesta para investigar las vivencias de Goya en su Fuendetodos natal y cómo le inspirarían después para crear las pinturas negras en la Quinta del Sordo. “Gustó la propuesta y la solvencia del equipo, que es cien por cien aragonés, y en septiembre del año pasado iniciamos la labor de investigación” para después grabar el corto, explica Víctor Izquierdo a Secuenciadas.
Cuando Goya acaba sus días como pintor de la Corte, “hace lo que le da la gana y en las pinturas negras encontramos su obra más interesante, más allá de la técnica, como ocurre con las Meninas de Velázquez”, son trabajos que permiten “encontrar al hombre más allá del artista”, considera Izquierdo. Fue precisamente esto lo que atrajo al equipo: “nos interesaba esa visión más oscura, de un Goya más tenebroso, algo distinto de lo que puedes imaginar”, apunta Pablo Sánchez.
Así, toda la historia del corto transcurre en la Quinta del Sordo, con Goya “deambulando por su casa cuando hace esas pinturas”. Para recrear las escenas, “visualmente nos basamos muchísimo no solo en las pinturas negras, en sus tonos ocres, sino en los grabados que realizó”, que tienen a su vez mucho de cómic, con sus claros y oscuros “de forma muy exagerada”. “Queríamos coger ese lenguaje de los grabados para la historia que queríamos contar y de ahí salió la idea de trasladarlo a la animación”, detalla Sánchez.
El corto nos da una imagen de un Goya más tenebroso, pero también más humano.
Pero, ¿cómo se aborda una figura tan conocida como la del pintor para darle un enfoque diferente? El equipo comenzó por el libro de Juan Carlos Arroyo, ‘Las raíces de Goya’, una publicación que “nos dio el pistoletazo de salida para empezar a ver a Francho, que es como lo llamaba su familia de pequeño”. Gracias a este texto descubrieron algunas “perlas” que luego se reflejaron en el corto, siempre con la idea de conocer al Goya humano, señala Víctor Izquierdo.
SORPRESAS
“Conocíamos a Goya, por supuesto, pero hasta que no ahondas más no descubres detalles más interesantes”, agrega Pablo Sánchez. Desde la parte visual, “me sorprendió revisitar las pinturas negras, que las hubiese pintado en las propias paredes, como decoración en su casa, me pareció interesante”. Una regresión a nuestra tierna infancia, dado que todos nos hemos sentido artistas pintando las paredes de nuestra casa, unos con más arte que otros, todo hay que decirlo.
De este modo, tras concederles el proyecto en agosto de 2021, e iniciar la investigación y el planteamiento que les permitiría dar vida a las ideas, “el corto se comenzó a materializar entre enero y febrero y hemos trabajado hasta mayo-junio”. Una de las mayores dificultades ha sido abordar espacios oníricos o espacios “más atípicos” de lo que se podría encontrar en un corto de ficción con imagen real. Al ser una animación, “se abren oportunidades infinitas”.
Storyboard que muestra el currazo que hay detrás de un corto de animación.
Como ejemplo, Víctor recuerda que “quisimos meter a un Saturno de dos metros en la cocina de Goya, devorando a su hijo, y lo hicimos”, porque la animación “da todas las oportunidades”. “Pero a nivel de disciplina nos hemos tenido que poner unos calendarios más fijos, recalcular las rutas cuando veíamos que había que hacer determinados diseños que no estaban contemplados al principio”, rememora, para estimar que la animación “es más exigente a la hora de planificar, porque un paso en falso encadena un efecto dominó en todo el trabajo”. De hecho, lograr una secuencia puede llevar semanas de diseño y planificación, ¡vaya currazo!
¿EN QUÉ CONSISTE TU LABOR?
¿Y en qué consiste exactamente ser director de arte o responsable de la dirección y animación? Pablo cuenta que su trabajo como director de arte implica “decidir cómo se va a ver el corto, cuáles son los pilares visuales que queremos que tenga, la luz, el diseño de los personajes, del entorno, todas las claves visuales del proyecto, esa fue mi primera labor y, después, ponerlo en práctica dibujando”. Esta tarea supone “un sacrificio muy grande de horas”, en un trabajo intermitente, pero muy exigente durante ocho meses y que realizaba después de su jornada laboral habitual.
En el caso de Víctor, ha sido director y también responsable de animación, junto a Jaime Sánchez, de Entropy Studio. “Por su bagaje en animación, Jaime ha llevado la supervisión en el estilo y en los elementos fantásticos de las pinturas negras, en los espacios 3D, mientras que yo he dado soporte y he propiciado la puesta en común con el equipo”, para que todos los departamentos avanzaran en la misma dirección.
El equipo presentó ‘El niño que retrató monstruos’ en la Noche en Blanco, en el IAACC Pablo Serrano en Zaragoza.
El equipo lo han completado Leonora Lax como guionista; Pilar Almalé, como responsable de la banda sonora; Néstor Rubio en sonido; Joaquín Murillo como Goya; Luna Nueva Estudio encargados del sonido de estudio; Elisa Forcano en la cocreación e investigación; Joshua Escribano en la producción; Guillermo Juberías como asesor de investigación; y Nai Martín en la asistencia de diseño.
El corto se presentó en sociedad en el IAACC Pablo Serrano de Zaragoza, durante la Noche en Blanco que se celebró el 25 de junio pasado, y se va a llevar también a festivales, a la espera de nuevas proyecciones. La productora, Barbecho Productions, se encuentra inmersa en nuevos proyectos de ficción que rodarán este año en la comunidad aragonesa.