“Me gusta mucho hacer entrevistas, que me cuenten, saber, soy muy curiosa”

“Me gusta mucho hacer entrevistas, que me cuenten, saber, soy muy curiosa”

Tiempo de lectura: 9 minutos
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Gestora cultural y documentalista, la directora zaragozana Vicky Calavia ha heredado de sus padres su pasión por el cine. Curiosa por naturaleza, le gusta contar la historia de otras personas en imágenes y le apasiona organizar ciclos y festivales para descubrir el cine a otros, como también hace en su faceta como docente. Certámenes como ‘La Aljafería, un lugar de cine’ o ‘La mirada tabú’ llevan su sello personal.

Quería ser astrofísica, pero la pantalla acabó por atraerla detrás de las cámaras, desde donde ha ideado y dirigido decenas de trabajos en los últimos años. Para este Secuenciando a quedamos con ella en un sitio especial, el antiguo matadero del barrio de Las Fuentes (actual centro cívico Salvador Allende), precisamente uno de los lugares donde se inició su relación con el audiovisual.

¿Cómo surge tu pasión por el audiovisual? 

De pequeña veía mucho cine en casa y mis padres nos llevaban al cine. La primera película que recuerdo ver es ‘Candilejas’ (Charles Chaplin) y me acuerdo que me pegué un sofocón tremendo, llorando sobre las rodillas de mi madre y no tuve entonces una impresión positiva del cine, por el disgusto, pero siempre me gustó porque a mi padre le gustaba y te contagiaba. 

Con ocho años vino al colegio Torrerramona, en Las Fuentes, una chica con una pantalla, un proyector y un altavoz y nos dio una chara sobre cine, explicando el primer plano, el plano americano, el general, y pensé que lo que veía con mi padre tenía un lenguaje. Salí fascinada de esa clase. También coleccionaba revistas de cine, críticas de periódicos, veía programas de televisión y leía libros sobre cine. 

Pero yo hacía ciencias puras, porque se me daban muy bien las matemáticas y quería ser astrofísica, y estaba con mi empeño hasta que descubrí que la física no la entendía, que era muy difícil y la suspendía. Así, me metí a Veterinaria, donde hice grandes amigos y fui a grandes fiestas, pero no era lo que yo quería. En tercero se me hacía muy duro y un amigo me dijo que había un grupo de cine en un bar al que había ido. Fuimos un viernes por la tarde y estaban proyectando cortos y debatiendo, organizaban los Sin retorno films, Javier Estella y José Manuel Fandos, a quienes me autopresenté, y conocí a gente de la Agrupación Artística Aragonesa. Así empezaron mis primeros pasos haciendo festivales, cuando organizamos con Javier Estella un festival de videominuto en el centro cívico del Matadero

Hicimos el festival dos años, la asociación se disolvió, Javi y José Manuel se fueron al mundo más profesional y yo me quedé haciendo el videominuto, que en su cuarto año acabó organizándolo la Universidad de Zaragoza, de modo internacional. Me acuerdo que en esa tercera edición iba casa por casa devolviendo los VHS y así conocí a cantidad de autores.  

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¿Y cómo fueron esos inicios? 

Después me puse a trabajar en distintas cosas, como mecanógrafa, vendiendo fotos de boda… Recalé por casualidad en el bar Casa Lac, donde hacían cosas culturales, y allí surgieron los ‘Cortos de café’, proyecciones los martes por la tarde que hicimos durante dos años y medio, entre los años 1997 y 2000, y todo sin un duro, más que la invitación después a unas tapas. Allí conocí a mucha más gente del cine aragonés, era todo muy ilusionante. 

En esa época comprobé que los libros que hablaban sobre cine aragonés se quedaban en los 90, no estaban actualizados, y se me ocurrió la idea de hacer una exposición para actualizar esa información, un proyecto que presenté en Diputación de Zaragoza y se convirtió en ‘Travesía’. Pasé de gestionar cero euros en Casa Lac a gestionar 120.000 euros en este proyecto, que incluía proyecciones en 35, en súper 8, videoteca de VHS y DVD, exposición de objetos de coleccionistas, videoinstalaciones y el primer videomapping que se hizo en Zaragoza, con Pedro Santero en la fachada de la DPZ. 

Comencé a hacer una base de datos, un material que he ido aumentando sin que exista un archivo audiovisual donde mostrarlo, lo sigo teniendo yo (lamenta). 

Después empecé a dar clases, tras hacer un postgrado en la universidad sobre ‘El lenguaje y la emoción’, y siempre me he ido fuera a ver cosas como videodanza, a certámenes de Bilbao, Valencia o Madrid. 

A partir de ahí, gente a la que había conocido me llamó para hacer producción y mi primer trabajo serio fue para ‘La ambulancia azul’, de Carlos Gil Roig. En esos años aprendí mucho de producción y documentación y eso me ha servido para hacer documentales. 

Mi primer documental serio fue en 2008, ‘Manuel Rotellar. Apuntes desde la fila 8’. Yo venía de un mundo autodidacta, era un poco marciana para los demás y Rotellar era un poco eso también, me sentí súper identificada con él, no tenía más que una calle en el Picarral y pensé en hacerle un documental. Le conté a Multicaja el proyecto y lo financiaron. Después vendrían otros trabajos de Alberto Sánchez o Eduardo Ducay.

«Aprendí producción y documentación y descubrí que contar cosas de los personajes en formato documental era muy interesante»

¿Por qué apuestas desde el principio por el documental? 

Lo que me encantaría saber hacer es videodanza, porque me parece muy difícil. Me gustan las narrativas diferentes, pero para hacer videodanza quizá tendría que haber estado en Barcelona, que era el ambiente propicio, pero mis circunstancias estaban aquí. Me gustaba contar la vida de los demás, aprendí producción y documentación muy exhaustiva con Emilio Casanova y descubrí que contar esas cosas de los personajes en formato documental era muy interesante.

Me gusta mucho hacer entrevistas a los demás, que me cuenten, saber, soy muy curiosa. Quizá fue por eso, aunque hasta que dije que era directora… eso fue hace poco. Era muy tímida, decía que era realizadora, que hacía documentales, me sentía una intrusa en este mundo, pero luego me di cuenta de que había muchos intrusos en este mundo, que no era la única. Tampoco me veía directora de cine y me parece muy difícil hacer diálogos; pensé que la ficción no era exactamente lo mío y hasta hoy. Además, la ficción es cara. 

Has rescatado muchas figuras olvidadas y muchas de ellas mujeres

Todo empieza porque primero hice la documentación de una serie de Aragón Televisión, ‘Estampas’, que hizo Emilio Casanova, que eran 50 personajes de la cultura aragonesa. Había muchos hombres, hacía toda la documentación y de las pocas mujeres que había estaban Josefa Amar y Borbón, Agustina de Aragón, María Moliner, Pilar Bayona, Raquel Meller, y pocas más. Al descubrir a María Moliner y que se había muerto sin acordarse de nada, que no sabía ni nombrar las cosas porque tuvo un Alzheimer final, me impresionó tantísimo una mujer que había hecho un diccionario y nadie sabía quién era, pensé que algún día tenía que hacer algo. 

Comencé después a hacer la lista de mujeres: Raquel Meller estoy ahora en ello; María Domínguez (‘La palabra libre’) me vino por otro lado, por la Fundación María Domínguez; a Natividad Zaro (‘En voz alta’), una borjana que era productora y guionista, me la descubrió el escritor Félix Romeo.

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¿Cómo es el proceso de la idea hasta que lo vemos en pantalla? ¿Cuánto tiempo te lleva? 

Me lleva mucho tiempo, primero porque no me dedico solo a eso, doy clases, organizo festivales. Pienso en el personaje; me documento mucho; contacto con la familia, porque hay que contar con sus permisos siempre; con expertos sobre el personaje y preparo un guión previo. Después hago el proyecto, lo presento a instituciones, aunque no siempre consigues todo lo que necesitas o te gustaría tener, pero con lo que tengo reformulo. 

Mis documentales no son caros, son ajustados a lo que tengo y, en ese sentido, he sido siempre muy posibilista, prefiero hacer un documental bien hecho con lo que tengo, meter esfuerzo, no ganar yo dinero y pagar bien al equipo, a esperar a tener muchísimo presupuesto y que luego en el camino haya podido hacer otros trabajos y solo haya hecho uno. Siento como Alicia en el país de las maravillas, que no tiene tiempo y la lista de proyectos es muy larga y quiero contarlos. Se me acumulan los trabajos por mis ansias de contar cosas

¿Al final serán años de trabajo sobre un mismo personaje?

Claro, con María Moliner pasaron cuatro; con Elvira de Hidalgo (‘Calante Divinità’), tres años y medio. En esos procesos empiezo otros, hay que pedir ayudas escalonadamente y los proyectos se van solapando, pero uno me cuesta tres o cuatro años, porque soy lenta, le doy muchas vueltas a la edición, hago versiones largas y cortas, reviso y a veces añado entrevistas que me faltan. Me cuesta mucho cerrar, me tienen que poner fecha, pero hay que cerrar alguna vez también.  

También organizas ciclos y festivales

He propuesto eventos como ‘Travesía’, ‘ProyectAragón’, ‘La mirada tabú’, ‘La Aljafería, un lugar de cine’, en otros me han llamado, como en Animainzón. Me gusta mucho programar y me gusta mucho lo que hago, aunque es duro, porque eres autónoma y a veces no duermes, es complicado mantenerte por ti misma, pero me gusta mucho lo que hago. 

¿Cómo será la próxima edición del ciclo ‘La Aljafería, un lugar de cine’?

Este año pasan tres autores, para que los presupuestos sean más holgados. Estarán Mercedes Gaspar, que hará un documental ficcionado; Gala Gracia, con una videodanza; y Álvaro Mazarrasa, con un videoclip con su grupo Dadá.

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¿Qué te aporta tu faceta como docente? 

Aprendo muchas cosas de los alumnos, otros puntos de vista, cómo descubren las películas desde una posición más virgen, les descubro películas raras, de culto, rarezas del cine español, comento con ellos cine dentro y fuera de clase. Es como una gran familia, con gente de todas las edades, muy variada. 

Además eres perito audiovisual judicial, ¿en qué consiste esta labor?

Me llamó un abogado y me dijo que quería a alguien para hacer peritaje en pruebas de delitos grabados en cámaras de seguridad. Un compañero ya lo había hecho y había que averiguar si en unas imágenes una persona sale o no, usando nuestros programas de ordenador y pasando fotograma a fotograma para ver si se le identifica. Emití un informe razonado y eso ha servido como prueba en un juicio. Es complicado, porque es una gran responsabilidad. 

¿Cuáles son tus últimos trabajos? 

He estrenado el documental ‘Elvira Hidalgo. Calante Divinità’, sobre esta mujer que fue maestra de la Calas, una soprano de comienzos del siglo XX que no era nada conocida, pero una mujer con mucha rasmia, con mucha fuerza, energía y muy divertida. Tengo pendiente el de Raquel Meller, en el que tengo mucha documentación, pero va para largo; y antes tengo que acabar y estrenar ‘Florián Rey, De luz y de sombra’. Florián Rey es otro gran personaje y, además, controvertido por sus ideas políticas, porque hacía el cine de la españolada, como lo llamaba él, pero no mucha gente sabe lo bien que grababa y dirigía. 

También tengo pendiente acabar ‘Natividad Zaro. En voz alta’, y otro que se titula ‘Mi primera vez’, sobre la primera película que nos ha gustado en el cine y la primera vez que fuimos al cine, en el que he entrevistado a muchas personas del oficio y cinéfilos y estoy con un montaje previo, le quiero dar una forma personal. 

«El cine aragonés siempre ha vivido una época dorada. Buenos cineastas ha habido, hay y habrá»

Recientemente has participado de nuevo en la Seminci, en Valladolid, con tu documental sobre Elvira Hidalgo. ¿Cómo ha sido la experiencia? 

Valladolid es un festival histórico, serio, riguroso, y me encanta estar seleccionada porque quiere decir que lo que haces interesa, gusta y llega, y eso ya es un premio. Es una ciudad donde la gente se toma muy en serio ir al cine, comentarlo, son muy cinéfilos los vallisoletanos. Hay una programación interesante, también cine moderno de gente joven, y me gusta mucho esa parte de la Seminci, y el cine de los grandes clásicos. Ahí teníamos a Carlos Saura con ‘El rey de todo el mundo’, que me gustó mucho porque es una película con un ritmo impresionante hecha por un hombre de 89 años, es maravillosa. La Seminci siempre es una experiencia muy bonita, es especial siempre.


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¿Qué opinas del momento que vive el audiovisual aragonés? 

El cine aragonés siempre ha vivido una época dorada, tenemos tantos grandes nombres a lo largo de la historia que no me parece que sea especialmente más fructífera ahora. Me parece que ahora hay más gente con más facilidad de hacer cosas porque se han democratizado los medios, el acceso a lo digital, ahora se monta y se graba con más agilidad que antes, eso ayuda.

Luego también los medios de comunicación habéis ayudado mucho a darle esa relevancia, a contarlo más, a que la gente se entere de quién es quién y de que hacemos cine. 

Y quizás a lo largo del tiempo hemos conseguido más seguridad, nos lo creemos más esto de que hacemos cine, ahora lo decimos cada vez menos con la boca pequeña y más de verdad. Aragón es un lugar de cine, con muchos cineclubs y gente que va al cine, que habla de cine. Todo eso en el tiempo va dejando ese poso, pero cineastas buenos ha habido, hay y habrá. Aquí no se por qué nos da por hacer cine y música. 

¿Cuál será de tus trabajos será el próximo que podremos ver?

El primero será el de Natividad Zaro, el resto no lo puedo aventurar porque no lo se todavía como irá mi vida. Lo presentaré en Borja, en un preestreno el año que viene, a comienzos de año. 

Vicky Calavia responde a nuestro test de secuenciando a, con preguntas de lo más curiosas. ¿Qué nos habrá respondido?


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El martirio de Sebastienne

El martirio de Sebastienne

Tiempo de lectura: 4 minutos

Sebastienne es un restaurador de patrimonio del Palacio de la Aljafería que un día recibe un grabado sobre el martirio de San Sebastián. Desde ese momento, le empiezan a pasar movidas extrañas que le llevan al límite entre la realidad y un mundo onírico en el que lucha contra sí mismo y sus fantasmas por reivindicar su propia personalidad y su manera de ser. ¿Cómo os quedáis? Pues si ya alucináis con la trama aún lo haréis más al contemplar la belleza visual que ha creado el realizador oscense José Alberto Andrés Lacasta en ‘Sebastienne’. 

Ingrid y Antonio en un momento del rodaje de ‘Sebastienne’ (Foto: Leonor Villaluenga)

“Indagando en los archivos del Palacio de la Aljafería descubrí que tenían un grabado del santo, una estampa que nunca habían expuesto, pero que forma parte de sus colecciones, y gracias a los conservadores descubrí que era un grabado magnífico, en el sentido más colorista”, nos explica el realizador. Mientras las representaciones de otros santos son más austeras, clásicas y sobrias, éste es “totalmente colorista”, con tonos rosas, verdes, azules, y esa estampa le inspiró en su trabajo. 

A la figura de San Sebastián se le vincula una leyenda en la que se elucubra sobre la posibilidad de que estuviese enamorado de una persona de su mismo sexo y que esa circunstancia le costara el martirio, relata Lacasta, para destacar que en la representación del martirio aparece “ajeno al dolor, lleno de flechas, pero sin dolor, y posando, a diferencia de otros santos”, algo que le pareció muy curioso. 

(Foto: Leonor Villaluenga)

CINE EXPERIMENTAL 

Este trabajo “tiene mucho de cine experimental” nos confiesa su director y no tiene un desarrollo tradicional de presentación, nudo y desenlace, aunque lo pretende. “Bailamos con las estructuras clásicas de la narración y proponemos al público que haga un viaje con el personaje”, una experiencia a momentos inquietante, con unos bailarines hipnóticos y visualmente una pasada.  

Se rodó en distintos espacios del palacio, como la escalinata, la biblioteca o la Torre del Trovador, “grabamos en tres noches” y, salvo el inicio y el final, todo transcurre de noche. “Fuimos un millón de veces antes para preparar el rodaje, a medir la luz, a preparar los tiros de cámara”, recuerda el director, agregando que todo se inicia con la creación de la banda sonora, para la que Lacasta ya tenía una idea y que es obra de Pablo Contreras, y de la coreografía exclusiva, que idearon e interpretan los bailarines Antonio Ayesta e Ingrid Magrinyà

El director y Antonio, súper concentrados, antes de grabar (Foto: Leonor Villaluenga)

EQUIPAZO 

Todo el equipo participó y aportó sus ideas para llevar a escena esta danza, en la que también aparecen como actores Félix Martín y Ana Pórtoles. Producido por Factory du Cardelin, encontramos a Lacasta y Leonor Villaluengua en la dirección de producción; a Óscar Lorente y Javier Espada como productores asociados; a las cámaras a Diego Martín y Jorge Yetano; M.A. Ochoa y Jorge Claver como eléctricos; Ana Bruned es la responsable de maquillaje y efectos especiales; Diego Martín, de VFX; y Leonor Villaluengua y el dire están a cargo del vestuario. Además, Daniel Peña se ha hecho cargo del sonido; Jorge Yetano de la edición; Jorge Armengod y Jorge Yetano de la dirección de fotografía; y Carmen Pérez ha ejercido de ayudante de dirección.   

Todos ellos han contribuido a lograr esa puesta en escena con una iluminación “muy barroca”, en la que han tenido como referente a Caravaggio. “Trabajamos con un concepto de la teatralidad con el fondo imponente de la arquitectura de la Aljafería, focalizando mucho en la expresión facial de los personajes, eso me obsesionaba”, reconoce el realizador. Rodado con dos cámaras Blackmagic URSA en 4k, el resultado es, según su director, “elegante, con una parte de deleite visual”. “Queríamos que fuera algo digno de ver y que le sacara partido a la arquitectura de la Aljafería y al propio baile”, subraya.    

Un momento del rodaje en la escalinata, Ingrid ante la cámara de Lacasta (Foto: Leonor Villaluenga)

Hay algo muy bizarro, un gallo que es una “aparición buñuelesca, una presencia casi demoniaca”. Pobre gallo, tan tranquilo paseando por el palacio sin saber que está encarnando a una figura diabólica. En cuanto al vestuario, está basado en dos bocetos de la diseñadora Miriam Ocariz, con referencias en su paleta de colores y la forma de tratar determinados tejidos, aunque es creación de Villaluengua y Lacasta.

NON STOP 

La cinta se presentó en formato online en el estreno de los trabajos del ciclo ‘‘La Aljafería, un lugar de cine’, liderado por Vicky Calavia y que este año ha reunido además los trabajos de Javier Estella, ‘Retirada’; Pilar Gutiérrez, ‘Centella’ e Ignacio Lasierra, ‘Parresia’ con más de 400 personas disfrutando de los cortos desde sus ordenadores. Desde entonces, “estamos teniendo un aluvión de selección en festivales”, tanto en el circuito de cine experimental y de videodanza, como en certámenes generalistas y el feedback “está siendo muy positivo”.

José Alberto Andrés Lacasta tiene una extensa trayectoria en el audiovisual aragonés, como los docus ‘La Nakba permanente’ o ‘Una mujer sin sombra. Asunción Balaguer’; el docu largo ‘Tras Nazarín’, o los cortos ‘Residencia el Milagro’, ‘Epílogo para la muerte del Fauno’, ’Prelinger: chapter 19’ y su más reciente ‘Ofra & Khalil’, que lo está petando aún en el circuito festivalero, con su selección para el próximo Festival de Cine de La Almunia.

En estos momentos se encuentra grabando un documental sobre Manolo Kabezabolo, con la participación del cantautor y al que dedicará este año; así como escribe a cuatro manos junto al actor y dramaturgo José Luis Esteban un proyecto de serie. ¡Un no parar! del que nos alegramos enormemente. 

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Una jubilación en plano secuencia

Una jubilación en plano secuencia

Tiempo de lectura: 7 minutos

Tere lleva 35 años siendo guía en el Palacio de la Aljafería y, al fin, ha llegado el día de su jubilación. Para otros sería una fecha de celebración junto a los compañeros, de recordar momentos felices (y otros odiosos, que hay turistas muy cansinos) en un lugar de gran belleza. Pero Tere guarda un secreto que el director Javier Estella desvela en un plano secuencia en el corto ‘Retirada’, una de las obras audiovisuales que ha formado parte de la nueva edición del ‘La Aljafería, un lugar de cine’, que lidera la realizadora Vicky Calavia. Un ciclo en el que se presta el palacio de Zaragoza como escenario y una pequeña aportación económica para varios proyectos.

Tere (Maite Sequeira), pensando que en unas horas inicia su jubilación y por fin podrá irse a vivir tranquila a Marina d’Or (Foto: César Coste)

Estella une de nuevo en este trabajo a las actrices, madre e hija en la vida real, Maite Sequeira, en el papel de Tere, y Laura Contreras, como Alex, quienes ya protagonizaron un corto suyo anterior ‘A tu vera’ (2008). Estella recupera también de su anterior trabajo la idea de hacer un plano secuencia, porque en aquella ocasión le debió de parecer sencillo obrar ese milagro de la coordinación, y presenta ahora una coreografía perfectamente ensayada en el patio de Santa Isabel del palacio, donde Tere y Alex, trabajadora y jefa, se verán las caras con Luna, la señora de la limpieza que encarna Laura de San Pío. Y, sin ánimo de hacer spoileres, el dire nos avisa: este corto no tiene un final, así que nada de frustrarse con las aventuras de nuestro trío femenino. 

Vicky me propuso participar en la convocatoria de este año, ya había rodado cosas en la Aljafería, como vídeos musicales o documentales, pero nunca había rodado algo para mi”, recuerda Estella, para indicar que quizá la realizadora “pensó que me apetecería hacer algo documental, pero me apetecía volver a la ficción”, explica el dire a Secuenciadas. 

Para Estella, este regreso a la ficción era una forma de “desengrasarse”, de contar su propia historia y “fue chulo”. “Me apetecía contar algo relacionado con el poder, porque la Aljafería es un espacio que siempre ha sido un centro de poder” y situó la acción en el patio de Santa Isabel, un cruce de caminos entre las dependencias del palacio, que le permitía “jugar más con la idea del encuentro de los personajes en ese lugar de paso, que mezcla lo arquitectónico con la naturaleza”.  

Alex (Laura Contreras), atendiendo al comercial de telefonía que ha llamado hoy por octava vez. ¡Que no queremos contratar el fútbol, que esto es un lugar de trabajo! (Foto: César Coste)

NUEVE MINUTOS SIN CORTES 

Ese deseo de rememorar el corto ‘A tu vera’ y la presencia de la alberca en este patio, con el fluir del agua, “me hicieron pensar en una película continua en el tiempo, sin cortes”. Así, se lanzó de cabeza a la idea del plano secuencia y, para conseguir rodarlo sin cortes, programaron dos días previos de ensayos en ese mismo espacio. “Son nueve minutos de corto y en nueve minutos pueden ocurrir muchos problemas, porque hacemos un movimiento alrededor del patio y se pueden producir problemas de sonido, al ser un exterior en un interior”, indica como ejemplo. 

Técnicamente complicado, pero nada es imposible, ¿no? “Me gusta esa coreografía con la cámara, que la cámara narre las cosas alrededor del cuerpo de los actores; siempre me han interesado los planos secuencia no como un mero recurso, sino como un sentido profundo para contar algo”, admite el realizador. 

En este punto, Estella asegura que, en ocasiones, descubre más cosas sobre sus trabajos una vez que los ha realizado y contemplado el resultado. “Escribo el guión como un punto de partida y es en el escenario cuando se crea, a veces voy al rodaje para descubrir lo que quiero contar”, dejando la puerta abierta a lo que ocurra y surja en el momento, “pero para eso necesitas tiempo” y algo de preparación en el caso del plano secuencia. “Me interesa estar preparado para lo imprevisto”, comenta, agregando que a veces “la distancia es colosal” entre lo que uno piensa y lo que hace y el sentido de cada trabajo también se acaba descubriendo con el tiempo y “a través de los ojos de otros”. 

Luna (Laura de San Pío) igual te canta por Camarón de la Isla que te deja el patio como los chorros del oro. ¡Queremos tu voz! (Foto: César Coste)

‘Retirada’ tuvo dos días de ensayos y una jornada de grabación que se concentró en unas ocho horas. Se rodó con una Panasonic GH5, que le ofrecía al director la posibilidad de realizar los movimientos de cámara precisos, al ser un dispositivo pequeño que dejaba el suficiente espacio para desarrollar la acción. 

RESONANCIAS DEL PASADO 

Además de la propia historia, “me gustaba la idea de que hubiera resonancias a los usos que ha tenido el palacio, por donde han pasado árabes, cristianos, el tribunal de la Inquisición, ha sido cuartel militar, muchos usos relacionados con el poder y quería que eso estuviera en la trama y en los personajes”. 

Como ejemplo, la señora de la limpieza, Luna (Laura de San Pío) canta en alguna escena, ella es cantante flamenca, y hace referencia a las esclavas cantoras que residían en los palacios en los tiempos de Al-Ándalus. El corto también hace referencia al uso actual de la Aljafería, con dos figuraciones, Jesús Pola y Raymond Yanes, que hacen las veces de políticos. “El corto es como una presentación de personajes”, apunta. 

En el equipo técnico encontramos a Javier Estella y Laura de San Pío a cargo del guión; a José Manuel Fandos en la dirección de fotografía, corrección del color y etalonaje; a Cristina Casero como jefa de producción; Ricardo Bullón como operador de cámara; Víctor N. Malo, como jefe de sonido; Raisa en maquillaje y peluquería y Marta Horno como jefa de eléctricos.  Óscar Sanmartín se ha encargado del diseño gráfico; Laura la de los Laureles (Laura de San Pío), de la música; Manuel García ha ejercido como foquista; Irene Alconchel y César Coste, ayudantes de producción; y Miguel Romance se ha encargado de la fotografía.

El equipo rodando ‘Retirada’ en el Patio de Santa Isabel e intentando que Maite les cuente el oscuro secreto que guarda su personaje (Foto: César Coste)

RORDAR EN LA ALJAFERÍA 

Respecto a la oportunidad de rodar un trabajo propio en la Aljafería, Javier Estella subraya que siempre ha encontrado “mucha disponibilidad” en el personal que trabaja en el palacio y “estoy agradecido a Vicky por proponérmelo”. “Todos los trabajadores nos ayudaron en todo momento, todo fue a favor nuestro”, asegura, para resaltar que, además,“el escenario es como otro personaje, porque está siempre presente en todos los planos”.  

Este año, por motivos pandémicos que todos conocemos, el ciclo ha tenido que presentar sus cuatro cortometrajes de la actual edición en formato online. Pero no hay mal que por bien no venga, dicen. “Nos han contado que ha sido el año que más gente los ha visto, lo llegaron a ver 400 personas en el momento de la emisión en directo”, mientras que la sala donde se proyectan habitualmente no tiene tanta capacidad. “Ha tenido más difusión al ser online”, algo positivo, a pesar de todo. 

Mira, tía, que no vamos a contratar la telefonía con ellos aunque nos regalen también el canal de música (Foto: Miguel Romance)

ESTELLA Y NANUK 

En 1998, Javier Estella fundó junto a José Manuel Fandos la productora Nanuk Audiovisual, donde desarrollan un cine de temática social que les ha llevado a diferentes partes del mundo para narrar historias sobre la violencia de género, el acceso a la educación, la memoria histórica, la inmigración, la ecología. En 2017, la productora recibió el premio Cine y Salud a la Trayectoria Local, que otorga el Gobierno de Aragón. Llevan a cabo sus propias producciones y ofrecen servicios de guión, dirección de producción, dirección de fotografía, operador de cámara. 

Javier Estella es director/jefe de producción y ha trabajado y trabaja en programas de televisión, como ‘Sin cobertura’, de Aragón TV; en diferentes campañas de publicidad; documentales, el último de ellos ‘La roca del mar’, con Freeman Creación (2020), que está en fase de postproducción. De la mano de su productora ha impulsado numerosos trabajos documentales de temática social y en el ámbito de los derechos humanos. 

En la ficción, su primer corto fue ‘A tu vera’, con Nanuk Audiovisual, en 2008; ‘Il mondo mío’, coproducción de Tropo Audiovisual y Nanuk, en 2010; ‘Declaración de amor’, con Nanuk, en 2012; y ahora está implicado en el proyecto de largometraje ‘Cariñena’, de Javier Calvo, que se encuentra en fase de desarrollo. Se trata de una novela de Antón Castro que está adaptando Calvo y Estella ejerce como director de producción. Los tres trabajan juntos en el programa ‘Sin cobertura’ de Aragón TV.  

Vamos, que es muy completos estechicos y, también, muy agradecido, ya que Estella finaliza nuestra entrevista dando las gracias a las actrices de su corto, Maite y las dos Lauras “por su tiempo y por su implicación en el proyecto”, un agradecimiento que hace extensible al resto del equipo técnico. Esperaremos con ansias poder tener la oportunidad de ver de nuevo este trabajo, porque en Secuenciadas nos encantan los planos secuencia. 

El dire, Javier Estella, muy atento en pleno rodaje del plano secuencia en ‘Retirada’ (Foto: Miguel Romance)

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