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Reconócelo, alguna vez se te ha caído un calcetín cuando estabas tendiendo y, solo por pereza, ni se te ha pasado la cabeza bajar a buscarlo. Y además tener que hablar con el vecino, uffff ¡quita, quita! Pues cuando descubras el corto ‘Vidas apiladas’, dirigido por Laura Hevia, quizás te lo replantees la próxima vez que alguna de tus pertenencias acabe unos pisos más abajo, porque nunca sabes lo que puedes encontrar… 

A Jota y Fran (Alba Gállego y Jacobo Castanera) no les gusta que sus calcetines se queden viudos y, gracias a ello, podremos disfrutar de su historia en ‘Vidas apiladas’

La periodista Laura Hevia escribe y dirige esta historia que nace de una casualidad y que trata de hacernos ver que, a veces, y sin pensarlo, quienes tenemos más cerca pueden hacernos “despertar del letargo”. Tras participar en varios cortometrajes, primero ejerciendo labores de prensa, después como script, en producción y en otras funciones, “metí cabeza” en el mundo del audiovisual que, reconoce, siempre le ha gustado, aunque le parecía algo “inalcanzable”, y se lanzó a escribir esta historia. 

“También fue por culpa del Covid todo esto, del confinamiento, porque lo escribí sin intención de nada, si no lo hubiera hecho más sencillo, pero me vino a la cabeza la historia y luego pensé que no había quedado mal”, explica a Secuenciadas. Sus amigos le plantearon por qué no lo grababa y le empujaron a dar el paso. 

Así comenzó a tomar forma esta historia que nace “de la imagen de ir por la ciudad por la noche, de ver ventanas encendidas y pensar que detrás de cada una puede haber una historia súper bonita”, subraya. En su corto, los actores Alba Gállego y Jacobo Castanera dan vida a Jota y Fran, esos vecinos que acaban conociéndose por la casualidad, por el famoso calcetín que todos perdemos. 

La dire, Laura Hevia, contempla alucinada lo bien que trabajan sus actores (Foto: Eduardo García)

Hevia había currado previamente con Alba Gállego en ‘Millenial’, si bien “Jacobo fue un descubrimiento”, asegura, para resaltar que ambos “han estado impresionantes y se han volcado muchísimo”, hasta el punto de que la dirección de actores “ha sido súper fácil”. “Los veía y me explotaba la cabeza porque eran ellos, se han entendido muy bien en escena y estoy agradecida al cien por cien de su trabajo”. Pero ¡qué majica! Así da gusto, Laura. 

Para poner en escena su historia, la realizadora ha contado con el equipo técnico con el que ha trabajado en los últimos proyectos en los que ha participado, como ‘Millenial’, de Javier Gimeno, y ‘Valiente’, de Ana Pemán, así como “ha habido incorporaciones nuevas”. En la dirección de producción, como ayudante de dirección y montaje está Javier Gimeno, el fan número 1 de Laura y una de las personas que más la animó en esta aventura.

Eduardo García ha sido el director de fotografía; Diego López como gaffer; Lucía Martínez y Eva Trasobares se han encargado del maquillaje; Daniel Caudevilla de arte y vestuario y José Luis Crespo y Alfredo Borraz, de sonido. “Son todos unos cracks”, afirma la dire, para apuntar que, además, en el trabajo colabora el grupo de música local ‘Ziro’, que se hará cargo de la banda sonora.  

El equipo, muy concentrado revisando cómo ha quedado una de las escenas (Foto: Eduardo García)

FIEL AL TEXTO

¿Y cómo se adapta una historia escrita sin pensarse para la pantalla? Pues la dire lo tuvo claro: “he dejado el guión tal cual, aunque con eso me he complicado la vida un poco más, pero he sido fiel” al texto que tenía. Como anécdota relata que había algunas cosas básicas para la historia, como la presencia de un patio interior en el edificio donde se rodara, algo que “nos trajo por la calle de la amargura” a la hora de encontrar un sitio para grabar que cumpliera con el requisito. “Al final lo hicimos en la casa del pueblo de una tía, pero el resultado merece los desplazamientos” que el equipo tuvo que hacer hasta allí. 

‘Vidas apiladas’ se rodó el 1 de mayo en una localización en Zaragoza y, tres semanas después, cuando los confinamientos lo permitieron, el rodaje se trasladó a Alagón y Torres de Berrellén otros dos días más. De esas jornadas recuerda especialmente la “tensión” de no saber si podrían desplazarse para grabar o no, debido a las restricciones de la pandemia. “Fue un estrés añadido y lo que peor he llevado”, reconoce. En cuanto a su primera vez como directora, “estaba nerviosa, pero tranquila también porque el equipo iba a estar allí para ayudar”. 

Un momento divertido del rodaje. ¡Qué ganas de poder ver el resultado! (Foto: Eduardo García)

El cortometraje se encuentra ahora en fase de montaje y ya disponen de una primera versión, pero “estamos haciendo revisiones, viéndolo con distintas personas”. La directora, que está centrada en este proyecto, desea poder estrenarlo en un acto con el equipo y, superadas las limitaciones pandemicas, ¡estamos seguras de que así será!

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