¿Alguna vez os gustaría regresar a los tiempos de instituto? No nos vamos a poner en plan cualquier tiempo pasado fue mejor, pero sí que sentimos morriña de aquellos años una vez por curso, cuando descubrimos la programación de ese año del ciclo ‘Un día de cine’. La actividad, que comenzó su andadura en 1999 en el IES Pirámide de Huesca, persigue la alfabetización audiovisual de los jóvenes aragoneses y este año llega a 29.000 estudiantes no universitarios, de 10 años en adelante.
Los alumnos súper atentos en una de las proyecciones del ciclo ‘Un día de cine’. ¡Esto sí que mola y no solo estudiar teoría!
El cineasta y educador Ángel Gonzalvo coordina el programa que este año presenta dos novedades: la primera de ellas, proyecciones también en los centros de educación de adultos de la comunidad y, la segunda, obligada por la pandemia, las sesiones en cines han pasado a ser recursos en aula, un cambio que “esperamos sea transitorio” y en próximos cursos los alumnos puedan regresar a los cines.
En este curso, ‘Un día de cine’ está trabajando la inclusión. “Pensamos en trabajar con ellos normalizar la discapacidad”, señala Gonzalvo. “Conocía el corto ‘The present’, de Jacob Frey, y el documental ‘Otra forma de caminar’, de Laura Torrijos-Bescós, y vimos que había posibilidad de que funcionara y tratar de hacer sesiones diferenciadas por edades”, de modo que unos estudiantes vieran ‘The present’, y en otras aulas se trataran los trabajos de Torrijos-Bescós y el corto ‘Robarte una noche’, de Fernando Vera, facilitando también guías didácticas para trabajar los temas tanto antes como después de ver los audiovisuales.
Laura Torrijos-Bescós, directora de ‘Otra forma de caminar’, y Josán Rodríguez, el protagonista, en una videoconferencia con el IES Lázaro Carreter de Utrillas, respondiendo las preguntas de los alumnos sobre su docu
Pero, ¿aún es necesario hablar de estos temas y trabajar la inclusión? La respuesta es sí. “Todavía hay una visión un poco paternalista” de las personas con diferentes capacidades, asegura el coordinador, para defender que “tenemos que acostumbrarnos a mirar a las personas como son y adaptarnos todos a todos”. Gracias al ciclo y al trabajo en el aula, el mensaje “cala poquito a poquito”, si bien es esencial que se refuerce en la educación informal, fuera de clase.
“DE MARAVILLA”
El objetivo, por tanto, ha sido este año integrar en los contenidos la discapacidad, el crecimiento personal y la alfabetización audiovisual con trabajos, como cada curso, “no al uso, sino diferentes”, una fórmula que funciona “de maravilla”, resalta Gonzalvo, indicando que también se ha apostado por incluir a cortometrajistas aragoneses para tratar otros temas sociales, como el Alzheimer con Jesús Bosque y su corto ‘Recuerdos’; o la importancia de las relaciones, y su vinculación con la pandemia y el confinamiento, en ‘A dos metros de distancia’, de Alfonso Rodríguez Naranjo y María Díaz Megías.
Además, se trabaja con la obra de Segundo de Chomón, coincidiendo con el 150 aniversario de su nacimiento, en un curso en el que se han ofertado 40 cortos y once largometrajes diferentes. Debido al cambio de formato, se ha duplicado el número de alumnos asistentes, mientras el pasado curso fueron 14.000, este año 29.000 estudiantes disfrutarán de las actividades programadas.
El ciclo propone también disfrutar de trabajos en inglés y francés. We love it!!
La siguiente edición, sin conocer aún si podrá regresar a los cines o se mantendrá como recurso en el aula, trabajará con cine aragonés, como ‘Huidas’, de Mercedes de Gaspar; se centrará especialmente en el cine realizado por mujeres y se mantendrá la oferta de audiovisual en inglés y francés, en colaboración con el British Council y el Instituto Francés, que en este curso ha permitido proyectar cortos y largos en ambos idiomas para 400 alumnos.
ROBARTE UNA NOCHE
Uno de los cortometrajes incluidos este año en la programación del ciclo es ‘Robarte una noche’, con guión y dirección del zaragozano Fernando Vera. El corto “trata sobre las muletas que usamos para vivir y cómo, en algún momento de nuestra vida, queremos desprendernos de ellas”, seamos conscientes o no de que las llevamos. Una mujer, a la que da vida la actriz Miren Ibarguren, entra a robar una noche a la casa de Leo, interpretado por el actor Telmo Irureta, y nos regalan una historia tierna y divertida, así que ¡dadle al play también vosotros!
Miren y Telmo dispuestos a robarnos una noche con mucho humor
“El trato a las personas con discapacidad depende mucho de la experiencia que tenemos con ellas, si en nuestra vida hemos tenido oportunidad de tratarles”, indica el dire. Formado como maestro de educación especial, Vera ha tratado habitualmente esta cuestión y considera que quien esté ajeno a ese mundo “estará muy verde” y se tiende a “sobreproteger, infantilizar e, incluso, a rechazar a veces”. Aunque esta situación ha cambiado, “quiero pensar que a lo mejor, todavía hay ciertas resistencias y aprendizajes necesarios” para darnos cuenta de que cada uno de nosotros tenemos unas capacidades o discapacidades en cierto grado y para ciertas cosas.
De hecho, el corto no se planteó inicialmente como un trabajo sobre la discapacidad, sino que un actor con discapacidad era el protagonista y el guión tenía que tener eso en cuenta, si bien el personaje de Miren “tiene sus propias carencias y están reflejadas”. ‘Robarte una noche’ se rodó durante tres días en 2018 en San Sebastián y el piso donde transcurre la acción, como curiosidad, es la propia casa del director.
Fernando Vera trabaja desde hace diez años en San Sebastián temas de cine en el aula, como herramienta didáctica y pedagógica. “Es una cosa súper necesaria y muy evidente, los chavales de 13 a 15 años consumen muchísimo contenido audiovisual, pero no siempre tienen los filtros ni entienden las claves para interpretarlo, ven mucho redes sociales y el trabajo de un ciclo como este es muy pertinente”, subraya.
Que levante la mano quien haya disfrutado en La Magdalena de una noche con amigos o de un paseo por sus calles y comercios. ¿Ya estamos todos con una mano arriba? Ahora imaginad que podéis descubrir las historias de esta zona de la capital aragonesa de la mano de sus vecinos, los mejores cicerones que se pueden encontrar.
Recuperar la calle y el contacto con nuestros vecinos son precisamente las propuestas del documental colectivo ‘Madaleneando’, liderado por la polifacética periodista María de Raday su productora ‘El patio de las pinzas’, un audiovisual aragonés con el que nos adentramos en este barrio de Zaragoza a través de 19 historias y sus protagonistas.
“He trabajado como periodista, reportera y guionista de televisión, pero hubo un momento en el que quería contar historias que, de otra manera, no se podrían contar, historias más pequeñitas y de gente de la calle”, explica la periodista a Secuenciadas.
Además, vivimos en una época en la que nos comunicamos por pantallas, como si Black Mirror ya dominara nuestras vidas, por lo que Rada un día pensó en crear un audiovisual que favoreciera el contacto entre las personas. Así, así, ¡viva el roce!
“Había escuchado hablar de losdocumentales colectivosy pensé en dedicar uno a nuestros vecinos, a las historias que no conocemos”. Ir más allá del tradicional: qué majo es el vecino que me saluda y conocer su vida, implicarse en ella.
RETORNO SOCIAL
De este modo, los vecinos toman el liderazgo de este trabajo, supervisados por María de Rada, para contar esas pequeñas historias que permiten conocer el entorno. Es un documental audiovisual, artístico, pero también con retorno social porque, al final, se trata de que nos comuniquemos cara a cara, como en los tiempos en que no llevábamos al señor Google en el bolsillo y nos interesábamos por el último vídeo clip que habíamos grabado de nuestros grupos musicales favoritos en la tele.
María de Rada y Ana Fontán posan junto a varias vecinas del barrio de La Magdalena
Trabajando codo con codo con los vecinos, se propusieron temas y surge un proyecto “que al final es mucho más auténtico» porque uno puede ir a un sitio y hacer preguntas, y a veces hasta que se las contesten, pero si quien te interpela es una persona conocida siempre estarás más receptivo a abrir las puertas de tus recuerdos.
Son 19 relatos de vida distintos y muy variados, que recorren desde el trabajo de Cáritas o Gusantina en el barrio, a festivales culturales, la recuperación de la Iglesia de la Magdalena, los antiguos comercios o las nuevas tiendas. “La Magdalena es mucho más que el juepintxo”, es diversidad cultural, historia de Zaragoza y lucha social. Y nosotras queremos saber.
“Propusimos una visita guiada por los vecinos y para los vecinos, para recordar cómo era el barrio, y vinieron 200 personas, fue flipante”, resalta Rada, para detallar que la experiencia se ha prolongado más allá del documental, dado que un grupo de vecinos ha retomado la conexión, quedan todas las semanas y se cuentan historias. Vamos, que han creado su propio «patio de las pinzas», su grupo de WhatsApp en vivo. «Ese es el objetivo final del documental, no es que vaya a ganar premios, pero une personas”.
Momento de la visita guiada del barrio, asistieron 200 personas ¡Flipante!
TORRERO
María de Rada rodó un trabajo previo similar en el barrio de Torrero, uno de sus favoritos de la ciudad, y dedica este documental a la Magdalena por ser una zona donde ha trabajado y que merece la pena conocer, «es muy especial”.
El documental fue elegido como proyecto de innovación social dentro de la convocatoria Mediación, Innovación y Emprendimiento de la Universidad de Zaragoza y Zaragoza Activa. María de Rada dedicó la parte teórica a estudiar el periodismo comunitario y la práctica fue el rodaje del trabajo, que inició su andadura en marzo, con las primeras reuniones de vecinos, se grabó en junio y julio y se ha editado entre agosto y septiembre, cuando se ha estrenado en el Centro de Historias. Para haber contado con la complicidad de tanta gente, nos parece un tiempo récord.
María de Rada presentando el documental ‘Madaleneando’ en el Centro de Historias de Zaragoza
María de RadaAna Fontán, ayudante de producción
Su deseo es que pueda emitirse en televisión y hacer un pase doble con el trabajo sobre Torrero, también dedicado a este tipo de proyecto colectivo en el que los vecinos sugieren los temas, aportan su enfoque y realizan las entrevistas, de la mano de la periodista y con una dirección coral, ya que en el proyecto han participado unas 300 personas. Y engancha, porque Rada reconoce que le gustaría retomar este formato “en todos los barrios de Zaragoza, en otros municipios de Aragón» y seguramente en el resto del mundo y parte de la galaxia. Porque, cuores, quedar, echarse unas risas y hablar cara a cara es lo más sano que hay.
Uno de los vecinos de barrio cuenta su historia en este documental colectivo
Tras esta experiencia, María de Rada lo tiene claro: “es muy importante que recuperemos las calles, a los vecinos, el contacto con los seres humanos, con las personas, porque no es lo mismo poner un mensaje en Facebook que verte la cara, mirarnos. Así nos entenderemos mejor y contaremos mejor nuestras historias”. Pues eso, más quedar y menos chatear porque las mejores redes sociales siguen siendo las calles.