Parece que bailar es un derecho y un placer que todos tenemos, pero el documental ‘Pares sueltos’, de Javier Gracia, demuestra que no es así.
En el docu se pone en tela de juicio si se cumple el artículo 27 de la Declaración Universal de Derechos Humanos que indica: Toda persona tiene derecho a tomar parte libremente en la vida cultural de la comunidad y a gozar de las artes. Y no estamos hablando solo de accesibilidad a un evento cultural: ¿te has planteado alguna vez que una persona, por ejemplo en silla de ruedas, pueda ser la artista que va a mostrar su arte en ese evento cultural? «Me parecía muy interesante conocer de mano de las protagonistas, si efectivamente se cumplía o qué problemas hay y qué barreras», explica el director, Javier Gracia, a Secuenciadas.
Un día Gracia, que trabaja de operador de cámara en Aragón TV, estaba en una grabación y conoció a la persona que le motivaría a realizar este corto. «Conocí a una artista que se llama Lydia Onaran y me enamoré de ella, porque me parecía muy guay cada movimiento que hacía en la representación que estaban grabando». Un momentazo el que vivió el director con Lydia. Se trataba de la compañía de danza inclusiva Pares sueltos, que ofrece clases de teatro y danza para todas las personas, sin exclusión, cosa que ¡nos encanta! «Sobre todo quería grabarla a ella, y a raíz de eso conocí a Violeta y Letizia que son la profes y creadoras de la compañía. Poco a poco, documentándome, descubrí que había también otra historia que contar».
Javier Gracia le propuso a Mirella R. Abrisqueta, responsable de ‘Sintregua Comunicación’, producir el corto. Y así comenzó a seguir con la cámara a estas artistas, pero no se limitó solo a ello, ya que decidió dejarse llevar y experimentar con algo que hasta entonces le era ajeno. «Las primeras semanas estuve yendo a bailar con ellas y me metí dentro de las clases. Aunque me escapaba enseguida a ponerme detrás de la cámara, en cuanto me perdían de vista», rememora.
Violeta Fatás, fundadora de la compañía Pares Sueltos, entrevista a la bailarina francesa Mailys Arabit; el dire Javier Gracia atento a la derecha.
Con el método dirty dancing, Gracia empezó a ganarse la confianza de los protagonistas de su documental. «No todo el mundo se abre así de primeras a un persona que llega», afirma. «Creo que una vez que vieron que estaba ya dentro, confiaron en mí y se lo agradezco mucho. Creo que ha quedado bien por eso, porque han confiado en mí y estoy muy contento». Entre baile y baile, el dire iba entrevistando a los bailarines que cuentan a cámara su opinión sobre el sitio que ocupan ellos, personas con diversidad funcional, en el arte. También entrevista a otros miembros del grupo que cuentan lo que a ellas les aportan estos bailes.
PARES SUELTOS Y LYDIA
A Gracia, además de quedarse in love de Lidia, también le conquistó el nombre de la compañía, ‘Pares sueltos’. Tanto es así que, sin ninguna vergüenza, copió el nombre para el título del docu. «Creo que es un nombre que no dice mucho, pero que a cada persona le puede inspirar una cosa distinta de lo qué es un par suelto«.
En el trabajo seguimos al grupo de baile, pero en un giro de guion Lydia Onaran decide volar sola. «De repente un día después de mucho tiempo, cuando además estaba muy atascado con el documental, Lydia me dijo que lo que habíamos grabado hacía un tiempo no podía hacerlo ya, que su cuerpo no estaba para ello. Por otro lado, le habían llamado para participar en el festival ‘Pies para que os quiero’, en el Teatro del Mercado», recuerda el realizador.
Lydia Onaran haciendo flexiones en el Teatro del Mercado
El director, que vivía un momento de bajón creativo, volvió a emocionarse y a grabar los ensayos de la artista. «Un documental es algo muy vivo y de repente cuando estás atascado te manda un mensaje Lydia y te dice que va actuar en el Teatro del Mercado y todo vuelve a revivir«, subraya. «Por eso hablaba mucho antes de la confianza, no basta con llegar a un sitio y ponerte a grabar, tienes que implicarte mucho. Quizás si no Lidia nunca me hubiese mandado ese mensaje de que iba a actuar», considera.
Estos ensayos culminan con su actuación en el teatro, que tiene unos problemillas de accesibilidad. «Ya no de acceder como público, sino de ser el artista, que es una de la cosas que nunca nos planteamos, que una persona que se mueve en silla de ruedas pueda bailar o pueda ser la protagonista del espectáculo», aclara. A pesar de que iban a mostrar esta realidad, el director asegura que fueron todo facilidades a la hora de grabar dentro del Teatro del Mercado de Zaragoza.
También hay más protagonistas que participan en el corto, como el locutor Javier Vázquez. En su caso, Gracia valoró que sería «una forma interesante de contar algo, en vez de grabar entrevistas a cámara, hacerlo a través de la radio» y con Mailys Arabit, quien «vino a impartir un taller de danza a Pares Sueltos y tuve la oportunidad de grabar su experiencia como bailarina y coreógrafa desde la silla de ruedas«.
Javier Vázquez enterándose de qué es Pares Sueltos. Violeta Fatás y Letizia Solanas se lo cuentan. Javier Gracia cuando no bailaba
DETRÁS DE LAS CÁMARAS
Javier Gracia es el director, guionista, cámara y editor de la obra, una multitarea que le ha llevado más de dos años de trabajo. Mirella R. Abrisquetaes la productora ejecutiva y tiene amplia experiencia en el mundo del documental, también como directora; Ana Esteban ha realizado la producción, es actriz, locutora y ganadora del último premio Simón 2021 del Cine Aragonés a mejor dirección de producción; y Marisa Fleta ha estado de cámara y sonido.
‘Pares Sueltos’ se estrenó dentro del ‘Festival Dispar’, en diciembre, y en su primera proyección el público quedó emocionado y algunos sorprendidos de que existiera esa realidad que muchos desconocíamos. «El que todos podamos participar en una clase juntos me ha roto muchos esquemas, no sé si es porque desde pequeños se nos educa a no convivir, estarseparados unos y otros«, reflexiona el director. «A pesar de que la danza es para mí muy ajena, tiene la capacidad de reunir a todas las personas, seamos como seamos, y de hacer algo bonito»; es el aprendizaje que tuvo el director cuando se encontraba tirado por los suelos y bailando con todo el mundo. Fuera miedos y ¡a bailar!
Letizia, Javier y Violeta escuchan los secretos entre bambalinas de Lydia
El corto documental se va ahora de ruta por festivales y su primera selección ha sido en el ‘Festival de Cine y Derechos Humanos de Madrid’, una gran noticia y un gran honor para Javier Gracia estar seleccionado. «Estoy muy contento por el apoyo de la productora y porque he hecho lo que quería«, confiesa. La obra también ha sido seleccionada en el Resistencia Film Fest de Chile y el 2 de marzo podrá verse dentro de la XVIII Muestra de Cine y Derechos Humanos de Zaragoza. Y como a Gracia no le gusta ponerse barreras, ha subtitulado la obra en castellano, francés, inglés, italiano y portugués, para poder llevarla por todo el mundo.
¿Os acordáis del mítico anuncio del juego Tabú de los 90? Varias personas tienen que describir un término sin decir las palabras prohibidas. Este es el planteamiento del corto documental ‘Prohibido mirar’, de Alberto Monreal, que ha recuperado el espíritu de este juego y le ha dado una vuelta que nos ha dejado ‘to’ locas.
Alberto Monreal es un fan incondicional de ‘La mirada tabú’. Foto de Secuenciadas.
Pero este docu no ha nacido espontáneamente, ya que ha germinado dentro del festival ‘La mirada Tabú’, que lleva ocho años celebrándose en la capital maña y que nos muestra los trabajos audiovisuales más incómodos y que todos estamos deseando ver. Bajo este concepto, su directoraVicky Calavia pensó que era el momento de hacer, de propio, un vídeo para el festival.
«Vicky quería hacer una mirada grupal sobre el tabú y como sabía que yo había trabajado cosas parecidas previamente, me habló de la idea y empezamos a desarrollarla», recuerda Monreal. Pero la historia fue mutando, como una noche cualquiera en la que empiezas con un chupito y acabas haciendo algo tabú. «Es curioso porque al principio empezó siendo un vídeo promocional súper cortito y terminó en un corto de 20 minutos, varios vídeos de tres minutos y dos spots». Vamos, que se emocionaron con el proyecto y apostaron por algo más largo.
TABÚS EN EL RODAJE
Empecemos por el principio, el título. ‘Prohibido mirar’, nunca un título había sido tan premonitorio y es que los protagonistas que aparecen, tienen prohibido mirar al objetivo, primer tabú: ¡No mires a cámara! Algo que a priori puede parecer sencillo, pero solamente hay dos personas que consiguen esquivar al ojo indiscreto.
Segundo tabú, hay trece palabras que no pueden nombrar y que están relacionadas con el campo semántico de lo tabú. «Según la personalidad de cada cual esto coarta más o menos a la hora de hablar, de corregirse o de entrar en ese estado de autocensura al dar los testimonios», explica el dire a Secuenciadas. «Yo creía que todo el mundo se iba a preocupar y, sin embargo, hubo gente que se lo pasó por el forro totalmente y fue divertidísimo también encontrarse con eso». Y uno de esos momentos es cuando a una de las protas se le ocurre subirse a la pared, en modo escalar el Everest, y todo con ayuda del dire por supuesto, al que le costó mantener su posición de director serio en este momentazo.
Alberto Monreal, ojiplático, cuando una de sus protagonistas se dispone a escalar el Everest. Foto de Carlos Colás.
LOS PROTAGONISTAS Y LAS PROTAGONISTAS
Estas personas, ante la llamada del director pidiéndoles participar en el corto, lejos de negarse le dieron el sí quiero. Una confianza ciega la que muestran los portas en Alberto, y que se puede intuir al ver el corto.
Son trece los vídeos que conforman el cortometraje, con catorce personas hablando de lo tabú y de su profesión, la cuál está relacionada con el tema del corto. «Una de la participantes, que es vidente, me dijo: «uy trece personas no se yo…» y justo me falló una de ellas y dije pues mira, voy a jugar un poco. Voy a engañar a la suerte y en vez de llamar a una persona voy a llamar a dos. Entonces habrá trece videos, pero habrá catorce personas«. Los que sois de letras, como nosotras, no os preocupéis que lo entenderéis al ver el audiovisual.
Rodado en un estudio de fotografía, una a una, y otras que son dos, van apareciendo en pantalla y jugando al juego que les propone Monreal. No vemos sus nombres, no vemos sus profesiones, así que a través de sus testimonios vamos adivinando quiénes son estas personas. Un juego que el director propone al espectador y que se descubre al finalizar, cuando ya se ponen etiquetas con los créditos.
Alberto con las Pili y Mili de su obra, se tira por los suelos saltándose el protocolo. Foto de Carlos Colás.
Y para seguir jugando a este juego tan maravilloso, os vamos a nombrar a varios personajes, pero utilizando eufemismos, por seguir en el rollo de este trabajo tan guay. El elenco: un hombre que juega con animales con cuernos, una pretty woman, un hombre que pagó por sus pecados, una mujer que divide cuerpos a diario, un hombre muy oscuro (de piel), una mujer que se retuerce al ritmo de C. Tangana o lo que le echen y un hombre que conoce sus derechos.
Y a este último sí que le vamos a poner nombre y apellido y es que se trata del abogado experto en penal, Rafael Ariza, que también es actor y director de obras teatrales amateur. «La abogacía implica que determinadas personas nos cuenten algunos de sus secretos más inconfesables». Ariza revela a Secuenciadas el por qué de su participación en el docu. Y hablando de lo tabú, señala su punto de vista: «creo que es un poco ese elemento de lo que deseas, pero no te atreves a desear del todo». Ariza, que está encantado de participar en la obra, está seguro de su éxito. «Yo creo que va a despertar mucho interés en la gente».
A Alberto Monreal le puede la lujuria con una de sus protas, Hierbaluysa «ya van dos veces hoy que me toca la teta», afirma ella. Foto de Carlos Colás.
EL DIRECTOR, ALBERTO MONREAL
Este showman, showbussines, te monta un show allá donde se lo pidas. Además de realizar el documental, se mueve por los espacios escénicos, en danza butoh, performances, teatro… «Estoy más en las tablas», confiesa. Luego «a nivel de vídeo trato de fusionar performance con videoarte, porque es inevitable para que algo se quede registrado. Y sobre todo ahora, que con la pandemia nos ha surgido todo este campo de experimentación y de exploración de la performance retransmitida en directo». Entonces, Alberto, te estaremos mirando.
El elenco al completo, con Vicky Calavia a la derecha, se quedan ciegos con la luz del proyector, en el estreno del docu. Foto de secuenciadas.
Decía Joaquín Sabina que al lugar donde has sido feliz no debieras tratar de volver. Pero no acabamos de estar muy de acuerdo con esta afirmación. Al final, los recuerdos, tristes y felices, son parte de nosotros y regresar a los lugares y personas que formaron parte de nuestras vidas es algo tan normal como inevitable. Somos muy de comernos el coco, eso es así.
Todo ello forma el hogar de una persona; sí, incluidos el cuñado pesado que te da la cena cada Nochevieja o el vecino del pueblo que pasaba por mil aventuras. Esas memorias que todos guardamos son las que rescata el realizador oscense Martín Gutiérrez en su película ‘Amateur’, recientemente distinguida con el premio Festival de Málaga en el Málaga Work in Progress, evento del Málaga Festival Industry Zone que se ha desarrollado online en el mes de marzo. El certamen, en el que participaban 22 proyectos, tiene como objetivo impulsar la financiación de estos trabajos, hacer viable su postproducción y su distribución internacional.
‘Amateur’ es una película “sobre los espacios y la gente que para mí construyen una idea de hogar”, explica el director a Secuenciadas. Martín Gutiérrez vivió en el municipio altoaragonés de Hecho hasta los 18 años, después residió en Barcelona y viajó por Cuba y diversos países del mundo hasta regresar de nuevo a la Ciudad Condal.
Martín Gutiérrez, cámara en nieve, a lo Felix Rodríguez de la Fuente en la Selva de Oza en el Valle de Hecho (Huesca). Cámara JVC que graba en cinta VHS.
“Pasé de no moverme nada a moverme mucho” y esa sensación de desarraigo y la idea del hogar son el germen de este proyecto, la necesidad de identificarse con un espacio que te resulta cómodo y reflexionar sobre la búsqueda “de esos sitios que ya no volverán”. De hecho, la cinta no se basa en una idea como tal, sino que ha sido un proceso y “llevo rodando mucho tiempo, con gente muy cercana” para dar forma a esta obra que se inspira en trabajos como ‘Reminiscencias de un viaje a Lituania’, de Jonas Mekas, o en la filmografía de la japonesa Naomi Kawase, “un cine que me gusta mucho”.
Cuando se trata de construir el relato de los recuerdos de una vida, el proceso se alarga, obviamente. Nadie podría grabarlo en tiempo récord y, en este caso, el director lleva filmando diez años, aunque muchos de los planos que aparecen en la película son “de hace dos años y medio” y ahora está en proceso de edición. Ese gesto de filmar y registrar lo que ocurría a su alrededor acompaña a Martín desde que se marchó a estudiar y ya no le ha abandonado.
TRES HISTORIAS
En ‘Amateur’ se centra en tres historias. La primera es la del matrimonio más anciano del pueblo, sus abuelos. “Me cuidaron cuando era pequeño, porque mis padres trabajaban en un restaurante y tenían mucho trabajo en invierno”, rememora. Así, comenzó a grabarles y retratar sus historias, su forma de entender la vida.
Abuelicos del director, Martín Gutiérrez, unos de los protagonistas de su documental ‘Amateur’. Cámara Arri BL III de 35 mm con película Kodak.
Su abuela, ya senil, no recuerda todo, mientras que su abuelo, con 101 años, “lo recuerda todo perfectamente”. “Él ha estado muchas veces a punto de morir y el tema de la muerte siempre está presente” en su pieza, detalla.
La segunda historia se centra en un hombre que fue a Hecho con el firme propósito de suicidarse. Ocurrió cuando Martín tenía 12 años y recuerdan a aquel hombre por su actitud optimista y por el hecho de que llegó al pueblo con una bicicleta de montaña. “Todos los niños estábamos en shock con la bici y se la regaló a un amigo”, asegura, indicando que el hombre acabó por ahorcarse dos meses después de llegar a Hecho.
Este recuerdo es “un retrato de mi generación, de cómo se entendió aquello” y del contraste que se generó entre las ganas de vivir y la manera en que se entendió el suicidio en un pueblo “muy católico, conservador, pero cercano a la naturaleza y a esa libertad”.
La última historia rememora el rodaje de la película de Jaques Audiard, ‘The sisters brothers’ (2018), rodada en Selva de Oza y que tiene como protagonistas a Joaquin Phoenix y Jake Gyllenhaal. “Se rueda donde se suicidó este hombre y donde mi abuelo se quedaba a dormir cuando trabajaban la madera” y este rodaje le da pie para hablar del cine y de las películas que, a partir de la observación, dejan al espectador su espacio para pensar.
Maravillosa vista de una de los paisajes que aparece en la peli ‘Amateur’, rodada a lo vintage en formato 4:3.
Y durante los 10 años que ha durado el rodaje, varias han sido las cámaras que han captado la imagen de esta película; la Arri SR II de 16mm, una Canon 814 de súper 8 con Kodak Vision 3, una Arri BL III de 35 mm con película Kodak vision 2, una cámara JVC de las grandes que graba en cintas de VHS y una betacam analógica de cintas MiniDv, con óptica fujinon, una maravilla.
Con estos ingredientes en su proyecto, “una amiga que es montadora me recomendó participar en este evento en Málaga” y ¡qué buen ojo tuvo tu amiga!. Tras cumplir mil y un requisitos técnicos, “que te seleccionen ya es un premio”, pero el reconocimiento ha llegado con el premio del jurado y dos distinciones más. El director confía en que sirva de impulso a esta película “familiar, pequeña”.
MARTÍN GUTIÉRREZ
Martín Gutiérrez reside en Barcelona, donde imparte clases en el proyecto audiovisual ‘Cinema en curs’, en el que desarrollan una película documental cada año con los alumnos de este proyecto de formación. Este taller documental lo imparte en el instituto de San Viçent Catellet, si bien el programa se inició en 2005 en Cataluña y se desarrolla ahora en otros municipios de esta Comunidad, en Galicia, Madrid, Euskadi y en países como Argentina, Chile y Alemania.
El cineasta oscense, de 38 años, es graduado en Dirección Cinematográfica en la Escuela Superior de Cine y Audiovisuales de Cataluña y máster en guión avanzado y comisariado de artes en los nuevos medios, realizados en Cuba y Barcelona, respectivamente.
Ha sido director artístico y coordinador de ‘Lo mon contemporáneo’, con residencias artísticas en el Valle de Echo; montador del largometraje ‘La bronca’, de Diego y Daniel Vega y segundo montador de la serie ‘Matar al padre’, de Mar Coll. Como director, ‘Amateur’ es su primer largo experimental y ha participado en las películas colectivas ‘Histeria de Catalunya’ e ‘Histeria de España’; ha trabajado en el guión y dirección de los documentales ‘Luchador récords’ y ‘Videodrum’; en distintos cortometrajes y videoclips, algunos de ellos de su grupo de música Mujeres (2007-2014), así como también ha ejercido labores de director de fotografía.
Martín Gutiérrez disfrutando de un apacible baño en las aguas del pirineo aragonés en un momento de descanso del rodaje.