La party del cine aragonés

La party del cine aragonés

Tiempo de lectura: 8 minutos

La Academia del Cine Aragonés entregó el domingo los XII Premios Simón, una fiesta anual para reconocer el trabajo y talento de los profesionales aragoneses del sector audiovisual. Y como no nos perdemos una buena party, Secuenciadas asistió a la gala para celebrar la noche del cine aragonés

La actriz Patricia Coronas fue la encargada de conducir con mucho humor y vestimenta a lo aragonés la ceremonia, en la que Viki Lafuente puso el toque musical. Y como venimos a hablar de cine, os adelantamos, antes de que lleguéis al palmarés, que la película ‘La maternal’, de Pilar Palomero’, triunfó con cuatro Simones. ¡Olé tú, maña!

La presentadora, Patricia Coronas, con un bolso de lo más guay tipo adoquín del Pilar ¡La última moda! Foto de Isabel Aparicio

No obstante, los Simones estuvieron más repartidos que el premio Gordo de la Lotería Nacional, con tres premios Simón para la peli ‘Para entrar a vivir’, de Pablo Aragüés y Marta Cabrera; otros tres para el cortometraje ‘Dativa’, de Daniel Calavera y Bosnerau Producciones: y tres más para el documental ‘Fleta, tenor, mito’, de German Roda. También recibieron su reconocimiento los trabajos ‘Labordeta, un hombre sin más’, ‘El Vidal Mayor, la joya de la identidad aragonesa’, ‘Las tres revelaciones’ y ‘Luz de gas’.  

Precisamente fue el documental ‘Luz de gas’, de Ana Asión Suñer, sobre la industria del carbón y la Central Térmica de Andorra, el trabajo que logró el primer Simón de la noche, el premio a mejor obra por su contribución social. “Este premio pertenece a todas las personas que creyeron, que defendieron y que lucharon por un patrimonio y por una gente que no queremos que caiga en el olvido, los pueblos mineros del carbón”, subrayó en su discurso. Recordó también a una persona que defendió a estos pueblos, el cantautor Joaquín Carbonell, y dedicó emocionada el galardón a sus padres. 

Ana Asión Suñer, encantadísima con su última visita al dentista; al fondo Carlos Laforga, productor. Foto de Josian Pastor

Esa emoción perduró durante toda la gala en los vítores de alegría de los nominados y premiados. Si tuviéramos que conceder un premio Secuenciadas a los más animados sería para el equipazo de ‘Dativa’, jaleando a sus candidatos y a los ganadores de sus tres Simones. ¡Bravos! 

SIEMPRE EN EL RECUERDO 

Y también con mucha emoción recordaron presentadores y ganadores a los recientemente fallecidos, el director Carlos Saura y la actriz, Laura Gómez-Lacueva, dos profesionales muy queridos en Aragón y que recibieron los aplausos de una sala Mozart repleta de público, con 1.100 lovers del cine disfrutando de la fiesta. Entre ellos, el director German Roda, al recoger su Simón a mejor montaje, por el que estaba nominado junto a Nacho Blasco, y que lo dedicó muy emocionado “a una gran amiga, una de las que más me ha hecho reír en la vida, que nos ha hecho reír a todos aquí”. 

También Jorge Usón, Simón a mejor actor por la película ‘Para entrar a vivir’, quien reivindicó la necesidad de que se hagan series en Aragón, ficción aragonesa, como ‘Grupo 2 Homicidios’ en la que él participó, y emplazó a pelear para que los profesionales aragoneses no vean la necesidad de marcharse fuera de la comunidad a trabajar. Dedicó su Simón a “una de las grandes figuras de la historia de la cultura aragonesa, Laura Gómez-Lacueva, íntima amiga”, dijo, para animar a “honrar nuestra vida con la de ella, por el legado que nos dejó de amor, de tesón y de trabajo”. ¡Maravilloso, Jorge! 

El actor Jorge Usón alzando triunfalmente el Simón, Ana Roché orgullosa de su compi. Foto de Josian Pastor

Precisamente el pasado año la actriz Laura Gómez-Lacueva ganó el Simón por su trabajo en el cortometraje ‘Parresia’. También Pilar Palomero, al recoger su premio a mejor dirección, recordó a la intérprete: “una compañera que ha sido importantísima para todos los directores aragoneses y que ha sido una gozada poder contar con su talento y su cariño”.  

Ese cariño se expresó también en el vídeo in memoriam de los Premios Simón, dedicado este año a la actriz Sara Castells, la realizadora Natacha Calvo, el actor Carlos Vega, el cinéfilo y miembro de la tertulia Perdiguer, Rafael Alarcón, el productor y técnico audiovisual Luis Lasheras, al cineasta Carlos Saura y a Laura Gómez-Lacueva. 

“POR FIN NOS LO CREEMOS” 

En su discurso en la gala, y siempre al ritmo de 007, el presi de la Academia del Cine Aragonés, Jesús Marco, consideró que en Aragón “ya nos lo estamos creyendo, nos creemos que valemos, que tenemos talento (en el audiovisual)” y pidió oportunidades para los profesionales aragoneses, animando a los productores a que vengan a esta comunidad a realizar sus proyectos. 

En esta idea coincidió el miembro de la junta directiva de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España, Juan Vicente Córdoba, que ha sido este año embajador de los Premios Simón. Rememoró el impulso que supuso Zaragoza en los inicios de su carrera, con la película ‘Aunque tu no lo sepas’, y la excelente acogida que tuvo en la ciudad, a la que llegó de la mano de su amiga Luisa Gavasa, “que es una de las grandes embajadoras de vuestra tierra allá por donde va”. 

Elogió el gran momento que vive el cine y el audiovisual de Aragón, el surgimiento de cineastas que, con los ya consagrados, “estáis dando que hablar y en boca de todo el país”, destacó, agradeciendo también su ayuda a las instituciones aragonesas en esta materia. Y se vino arriba, claro que sí, para decirnos que tenemos que pelear para acoger la próxima gala de los Goya. “Caminemos todos juntos, hagamos crecer el cine y el audiovisual de nuestro país todos juntos de la mano y ¡larga vida a los Premios Simón!”, exclamó. 

¡VIVA LA FILMOTECA!

Lo reconocemos, estamos in love con el Premio Simón de Honor 2023, que ha recaído este año en la Filmoteca de Zaragoza. El Simón de Honor 2022, Eugenio Monesma, entregó el premio en el escenario a la vicealcaldesa de Zaragoza y consejera municipal de Cultura, Sara Fernández, la directora del departamento de investigación y archivo de la Filmoteca, Ana Marquesán, y la directora del departamento de exhibición y difusión, Toña Estévez. 

La vicealcaldesa inició su discurso recordando que, próximamente, se dedicará una calle de la ciudad a la actriz Laura Gómez-Lacueva, aunque “siempre será un homenaje muy pequeño comparado con las alegrías y la felicidad que ella nos ofreció”. Dio lectura a un mensaje conjunto de todos los trabajadores de la Filmoteca, que acaba de celebrar su 40 aniversario. 

La vicealcaldesa de Zaragoza, Sara Fernández Escuer, celebrando los 40 años de la Filmoteca de Zaragoza. Foto de Emilio Gazo

“Reiteramos hoy aquí  nuestro compromiso con la conservación y difusión del patrimonio audiovisual”, resaltó, para acabar citando unas palabras de Carlos Saura como homenaje. “Alguna vez me he parado a pensar qué hacemos nosotros, los hombres de cine,  ilusionados con el juguete que tenemos entre las manos. Ponemos la cámara ante paisajes que nos fascinan, buscamos lugares que no existen, músicas que amamos, rostros que solo vemos en nuestros sueños, deseos y pasiones que nos gustaría haber experimentado. Eso es el cine para mí. El futuro es incierto, pero llenó de posibilidades para los soñadores”. “Larga vida para la Filmoteca de Zaragoza”, concluyó Fernández. 

Ana Marquesán se animó ante el micrófono para dedicar el premio al público, “en este camino nuestro que es de ida y vuelta”. Por su parte, Toña Estévez agradeció el homenaje a los académicos y finalizó su intervención recordando que “la Filmoteca es vuestra casa. Nos vemos en el cine”. 

“NI DE COÑA”

Y con tantas emociones llegamos al final de la gala, acompañados en todo el recorrido por la increíble voz de Ana Esteban. El director Daniel Calavera, junto a todo su equipo en el escenario del Auditorio, aseguró que “ni de coña” se esperaban recoger el premio a mejor cortometraje del año en Aragón por ‘Dativa’. “Me hace mucha ilusión porque somos un cortometraje de género fantástico, que está muy castigado y hay que apoyarlo más, y porque, por fin, toda esta gente maravillosa ha recibido un premio en casa y es una pasada”. ¡¡Viva Dani y su equipo!!

El dire Daniel Calavera sorprendido por el Simón a mejor corto por ‘Dativa’ y ovacionado por su equipo. Foto de Emilio Gazo

En mejor documental, y como lo han venido petando en los premios a nivel nacional, Gaizka Urresti y Paula Labordeta se hicieron con el Simón por ‘Labordeta, un hombre sin más’. Gaizka mencionó al equipo, “que en un documental son pocos, pero no poco”, y a las instituciones que apoyaron el proyecto y permitieron una peli cien por cien aragonesa, y a quienes pidió más apoyo a la ficción. Por su parte, Paula expresó su emoción por recoger un premio en Aragón, su tierra, y dedicó el galardón a sus “cómplices”, a sus amigos y familia, y especialmente a su padre, de quien dijo que “aprendimos a ser mujeres libres, felices y vulnerables”, y a su madre, Juana de Grandes, que “sigue siendo la puñetera estrella del rock and roll”. ¡Aupa, Juana!

Paula Labordeta y Gaizka Urresti decidiendo quién se lleva el Simón a casa. Foto de Josian Pastor

Y como toda gala tiene que terminar, aunque las tres horas de esta XII edición se nos pasaron en un suspiro, el equipo de ‘La maternal’ subió al escenario para recibir el último premio de la noche, el Simón a mejor largometraje. La dire, Pilar Palomero, agradeció a sus productores Valerie Delpierre y Alex Lafuente y a las instituciones su apoyo en este proyecto. “Yo querría haber traído todo el rodaje a Aragón, y os agradezco el esfuerzo de traerlo, porque se lo difícil que era, y gracias por ayudarme a cumplir esa meta de rodar en mi tierra, que ojalá lo pueda seguir haciendo” y agradeció también el cariño que encontraron durante el rodaje en las localizaciones aragonesas (en Monegros, Sariñena, Monegrillo, Lastanosa y Poleñino). “Ojalá podamos seguir haciendo muchas películas en Aragón, sobre Aragón, y que se vean en todas partes”, deseó. 

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Pilar Palomero recogiendo el cuarto simón por ‘La maternal’ y prometiendo que seguirá rodando en su tierra, Aragón. Foto de Josian Pastor

Palmarés de la XII edición de la gala de los Premios Simón del Cine Aragonés

‘La Maternal’, de Pilar Palomero – Cuatro premios ⭐⭐⭐⭐

Mejor largometraje

Mejor dirección a Pilar Palomero

Mejor guion a Pilar Palomero

Mejor vestuario a Arantxa Ezquerro 

‘Para entrar a vivir’, de Pablo Aragüés y Marta Cabrera – Tres premios ⭐⭐⭐

Mejor actor a Jorge Usón

Mejor actriz a Luisa Gavasa

Mejor banda sonora original a Álvaro Aragüés


‘Dativa’, de Daniel Calavera y Bosnerau Producciones – Tres premios ⭐⭐⭐

Mejor cortometraje

Mejor fotografía a Manuel Buil

Mejor dirección de arte a Pilar Sicilia

‘Fleta, tenor, mito’, de Germán Roda – Tres premios ⭐⭐⭐

Mejor dirección de producción a Patricia Roda

Mejor montaje a Germán Roda y Nacho Blasco

Mejor sonido a Irene Solanas

‘Labordeta, un hombre sin más’, de Gaizka Urresti y Paula Labordeta – Un premio ⭐

Mejor documental

‘El Vidal Mayor, la joya de la identidad aragonesa’, de Isabel Soria – Un premio ⭐


Mejores efectos especiales y/o visuales a David Guirao y Emilio Gazo 

‘Las tres revelaciones’, de Manuel Sin – Un premio ⭐

 
Mejor maquillaje y peluquería a Manuel Sin y Kike Franco

‘Luz de gas’, de Ana Asión Suñer – Un premio ⭐

‘Luz de gas’, de Ana Asión Suñer – Un premio ⭐

Mejor obra por su contribución social 

⭐ Simón de honor 2023 ⭐

Filmoteca de Zaragoza 

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“Con la caracterización se me caen las lágrimas de la emoción, es de lo que más me gusta”

“Con la caracterización se me caen las lágrimas de la emoción, es de lo que más me gusta”

Tiempo de lectura: 8 minutos

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“¿Tienes cara? Te maquillo”. Bien podría ser el lema vital de Ana Bruned, maquilladora, caracterizadora y profesora. Nacida en Jaca, esta oscense trabaja en el audiovisual (televisión, cine, cortometrajes, documentales, videoclips, publicidad); en teatro, ópera y ballet; fotografía y moda, espectáculos de calle; maquillaje de novias y eventos; para marcas comerciales y personajes del mundo de la política, la sociedad y la cultura española, como el rey Juan Carlos I, Penélope Cruz, José Coronado, Ainhoa Arteta, Raphael, Chenoa, Mecano, Los Secretos y un sinfín de caras conocidas y que quedaron bien guapas en sus manos. 

Ganadora de dos premios Simón por ‘Leonardo muere’ y ‘Las pesadillas de Cajal’, y de dos cigüeñas de Fuentes de Ebro por su trabajo en ‘La tierra muerta’ y ‘Ofra&Khalil’, la seguimos fielmente en redes como Abrumada y, durante la entrevista, no pudimos pasar más de medio minuto seguido sin que nos hiciera reír. Risueña, bromista y algo vergonzosa ante la cámara, conocemos la trayectoria de Ana Bruned en este nuevo Secuenciando a. 

¿Cómo comienzas en el mundo del maquillaje y la caracterización de forma profesional?

Vería alguna película (de niña) y diría: “papá, esto me encanta”. En principio lo que me gustaba eran las Bellas Artes, estuve en la Escuela de Artes Aplicadas y me fascinó, y estando allí fue cuando, de repente, no sé por qué, decidí que quería hacer maquillaje. Aquí en Zaragoza no había, me fui a Madrid y allí, como todavía no había conformado un grado de caracterización que ahora sí que lo hay, busqué a los mejores profesores de maquillaje en cine, en televisión, fotografía, teatro. Fui haciendo cursos y el de teatro, que impartía Juan Pedro Hernández, un caracterizador de TVE, maquillador de Isabel Pantoja y de Pedro Almodóvar, me recondujo al maquillaje de cine, tv y fotografía.  

Estando en su clase le llamaron para hacer una película, de Manuel Iborra y Verónica Forqué (‘Caín’), que se iba a rodar en Cádiz, para ver si podía él. Como él no podía, me preguntó si quería ir yo, y como yo no tenía ni una pizca de conocimiento, le dije que sí y fui sin tener ni idea de nada. No me había leído un guion en mi vida, estaba recién salida del curso, me planté allí y estaba todo el rato con la boca abierta, no me enteraba de nada. Todavía no sé cómo pude hacer aquella peli o cómo no me despidieron. 

¿Y cómo afrontas ese primer trabajo? ¿Qué recuerdos guardas?

Fue una pasada, porque fueron dos meses en Cádiz, fuera de todo el entorno que tenía habitualmente. Nos llevamos todos muy bien, fueron dos meses de despedirnos y llorar y, de hecho, ese año quedamos en Nochevieja allí. Aprendí mogollón porque la gente que estaba en mi entorno era muy buena trabajando, llevaban tiempo y me encanta como nadie me puso ninguna zancadilla, pensé “qué buena gente”. Porque con cuatro zancadillas me hubiera roto el cráneo, me lo iba rompiendo casi sola, pero muy bien, lo recuerdo fenomenal. 

Cuando acabas ese trabajo en Cádiz, ¿vuelves a Madrid o a Zaragoza?

Ya me quedo en Madrid porque ya me estaban saliendo cosas, y pensé en probar allí porque aquí en Zaragoza no tenía ningún contacto tampoco. Me fui de trabajar en bares a estudiar maquillaje en Madrid, por lo que no tenía ningún contacto del medio audiovisual en Zaragoza, los hice en la peli, mientras estaba aprendiendo, y ya me quedé en Madrid. Luego por circunstancias personales me vine a Zaragoza, empecé a tener un entorno laboral en proyectos de fotografía, de moda, a finales de los 80 y principios de los 90. Los últimos coletazos en Madrid fueron en videoclips y dos largos que fueron un horror, un sufrimiento horroroso por el que dije “no vuelvo a hacer cine”, pero no, he vuelto a trabajar en ello. 

Trabajas en cine, moda, novias, eventos…

Si es una cara maquillable, yo maquillo. ¿Tienes cara? Maquillo (ríe). 

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Lo primero que llegó fue una película y cine, pero después, cuando te empiezas a asentar en Zaragoza, ¿en qué te centras?

Me centro en teatro y en moda. Un profesor de la escuela de teatro, cuando se enteró de que había aprendido en Madrid, me ofreció hacer los maquillajes de fin de curso y, luego, dar cursillos. Y otra vez sin conocimiento le dije que claro. Ahora lo pienso, desde donde estoy, y digo: “cómo di clase, cómo pude dar esas clases de maquillaje”, porque impartir docencia es algo serio. Pero lo hice, me picó el gusanillo y ahora es una de las cosas que más me gusta, dar clase. Luego, de hecho, me formé un año completo como formador de formadores. Mi fantasía sería dar clase, y hacer algún cortometraje de vez en cuando.

«Hay algo muy satisfactorio, que jamás pensé que lo diría, que es el maquillaje a particulares; siempre hay satisfacción absoluta»

¿Qué te aporta cada faceta?

La moda está muerta, no aporta nada, porque se hace algún catálogo, pero incluso cuando la moda está viva, las editoriales no remuneran apenas. El teatro no aporta dinero, pero aporta una satisfacción, y dando clase cada año aprendo, porque aprendo de los alumnos y me parece de lo más fascinante que puedo hacer, porque yo les enseño y ellos también me enseñan y es maravilloso. 

La caracterización, se me caen las lágrimas de la emoción, es de lo que más me gusta. En el corto ‘Cardelinas’ (2020) hay muchísima caracterización y no se ve, pero es una pasada porque hay caracterización de época y efectos especiales, marcas de hematomas en la piel, en las muñecas, todo eso no era algo visible, no es sangre; lo difícil es hacer algo que no haya sangre y que quede creíble.  

Los eventos me gustan y proporcionan dinero. Y hay algo muy satisfactorio, que no pensé jamás que lo diría, que es el maquillaje a particulares. Es fascinante por un doble motivo: porque hay casi un documental a cada sitio que vas, por las interacciones de la gente, es maravilloso, y luego porque son momentos muy gratificantes, son personas que están por la labor, siempre hay satisfacción absoluta, no hay nada de malo. 

¿Cómo has vivido la evolución en los materiales con los que trabajas?

Ahora los materiales te permiten hacer unas capas finísimas, las siliconas que se utilizan, incluso los materiales para captar el molde, los tiempos de vulcanización de todo, es todo mucho mejor. Antes en el cine se maquillaba con “pan stick” que es el horror de todo, porque no había una definición total. Yo soy fan del cine, pero no entiendo para qué hace falta un 8k. Eso para los documentales de naturaleza, que hace falta ver bien todo, pero para una piel es matar a los actores; queremos ficción-ficción, no necesito verle el poro entero a esa persona. Los adhesivos de ahora ¡cómo son! Los de antes o brillaba o el látex te intoxicaba.

Un trabajo especial para ti

Uno especial fue el primer trabajo que hice, el primero de mi vida, remunerado y que aprendí mucho, el largometraje de ‘Caín’, de Manuel Iborra y con Verónica Forqué. ¡Qué mujer, qué memoria tenía! Vino a Zaragoza a hacer ‘¡Ay, Carmela!’ y me llamó por teléfono para darme invitaciones. Al paso de los años, en el 93 fuimos a hacerle una entrevista y conforme entramos en su casa me saludó por mi nombre. Y yo pensando: “ ¿te acuerdas de mí? ”. Me pareció increíble. Luego vino ella a una conferencia en el Instituto Aragonés de la Mujer y lo mismo, pero habían pasado 500 años más.

También fue especial el videoclip de Mecano, ‘La fuerza del destino’, porque conocí a bastante gente; otro con Los Secretos, que son cosas que te marcan por cómo son ellos. Porque luego he tenido trabajos con gente muy conocida, pero que no me ha dejado huella. Me da igual eso, es la impronta humana la que deja huella. 

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¿Cuáles son tus maquillajes y caracterizaciones favoritas? ¿Cuáles te han resultado más difíciles?

Mi favorita es la de ‘Cardelinas’ y una que me resultó difícil, que fue para un vídeo de una obra audiovisual, es ‘Picasso adora la Maar’, que eran los cuadros de Picasso maquillados como trampantojos. Fue chulo, pero la gente se pensó que eran animaciones de vídeo, cuando en realidad eran maquillajes que se fundían con el fondo. De ese trabajo estoy super contenta. Hace poco se recogió en una exposición en el Torreón Fortea y el cartel de esa muestra sobre el trampantojo, también lo hice, dibujando mariposas monarca en la cara (de la modelo), que me llevó un ratico. 

«Hay mucha gente con la que siempre trabajaría. Me dirían: «Estás condenada a trabajar con ellos» y sería una condena muy rica»

¿Hay algún director o actores con los que te gustaría especialmente trabajar? ¿O con el que dirías “repetiría toda mi vida”?

Con Alberto Andrés Lacasta repetiría toda mi vida, hay muchos con los que repetiría, con Luis Larrodera también. Me encantaría trabajar con los Coen; con Keanu Reeves, me encantaría maquillarlo, ser su asistente, que me dijera “Ana tráeme, por favor, un vaso de agua” y yo diciéndole que sí aunque no sea mi misión (bromea). 

Repetiría siempre con Gorka Otxoa y Barbara Goenaga, con quienes he trabajado en la película ‘Para entrar a vivir’. Trabajaría siempre con Jorge Usón y Carmen Barrantes, todo el rato. Me dirían: “Estás condenada a trabajar con ellos”, y sería una condena muy rica. 

Hay mucha gente con la que siempre trabajaría, no os podéis imaginar, más que con la que no trabajaría. Si eres el mejor artista del mundo y eres un capullo, no quiero trabajar contigo, esto me ocurrió en Madrid; la gente que grita al equipo no me gusta, no es necesario hacer eso. 

¿Cómo está tu sector en Aragón ahora?

Muy degradado, es terrible, realmente no hay trabajo. Cuando hay mucha oferta de trabajo, hay oferta de calidad, hay una selección de calidad y la gente se preocupa por seguir formándose fuera, por continuar perfeccionando para llegar a un nivel potable, pero se hacen muchas cosas a low cost y se tiene trabajo de low cost, pero esa referencia no es cierta. Estoy con pena porque ya en España hay poco, pero en Aragón peor. 

Hay que formarse bien, yo continúo formándome, hace poco he hecho el grado de producción audiovisual y no descarto hacer algo de iluminación, aunque no vaya a trabajar en ello, eso hay que hacerlo. 

Es un debate complicadísimo, porque ¿dónde establecemos el límite de quién es profesional? ¿Te ganas la vida con ello dignamente? Antes de la pandemia me ofrecieron una entrevista de trabajo y me dijeron que el pago era salir en los títulos de crédito, pero esto es mi trabajo, tengo que pagar autónomos, el material y vivir de esto; esas desfachateces las tendríamos que guardar. 

Si Ana Bruned no fuera maquilladora, ¿qué sería? 

Actriz…

Pero ya has hecho pinitos como actriz…

Me parto, ¡qué vergüenza! (ríe). Realmente lo que me gustaría sería ser escultora.

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¿Cuáles serán tus próximos trabajos?

Hay proyectos, porque ahora estamos con el tema de las subvenciones y en este último trimestre te piden cartas de compromiso, entonces tengo firmadas un montón. ¿Qué llegará a buen puerto? Ni idea, igual hay tres largometrajes, cortometrajes también tres o cuatro. 

Lo más próximo en estreno será el cortometraje de Luis Larrodera, ‘El peor oficio del mundo’, en enero o febrero, pero por decir algo y ser creativa en la fecha (se ríe). También trabajo en los programas de Aragón TV ‘La pera limonera’ y ‘Basura o tesoro’.

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Buscando la casa de sus sueños

Buscando la casa de sus sueños

Tiempo de lectura: 5 minutos

Érase una vez una pareja, Ana y Maxi, que buscaba la casa de sus sueños. Tras una larga búsqueda, encontraron la casa perfecta, aquella con la que habían fantaseado muchas veces y, además, barata. Se mudaron felices y contentos sabiendo que lo habían conseguido. Entonces ocurrió algo inesperado, la casa les concedía todo aquello que le pedían, un café caliente, un carrito de bebé o que la casa estuviera limpia y reluciente. Pasaron los días y el cuento se fue torciendo, se dieron cuenta de que si dejaban de pedirle deseos, podían acabar como los anteriores inquilinos. Este es el argumento de la nueva película de Pablo Aragüés, y de la productora Marta Cabrera, ‘Para entrar a vivir’.

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Ana y Maxi decidiendo dónde poner los libros que nunca leerán. Fotograma de ‘Para entrar a vivir’

‘Para entrar a vivir’ es una fábula en clave de comedia, mezclada con fantasía. «Parte de una cosa muy costumbrista, como es una pareja buscando una casa y lo que hace es ir yéndose a lo fantástico. Ver algo que es muy normal, desde una perspectiva fantástica», explica Pablo Aragüés a Secuenciadas. «Es una reflexión de lo que necesitamos versus lo que queremos«.

Esta pareja tan codiciosa está interpretada por Bárbara Goenaga y Gorka Otxoa, pero hay una tercera protagonista. Puede pasar desapercibida a los ojos del espectador, pero se trata de la casa encantada ¡Uy qué yuyu! La casa siempre está presente como un tercer habitante más. » La cara visible de la casa es la chimenea. Si ellos dos están en plano, siempre está de fondo, como si los estuviera observando», desvela el director y también guionista. Bárbara y Gorka se conocen desde que tenían 13 años ya que comenzaron en la actuación en series de la ETB (autonómica vasca) y para Pablo Aragüés era un punto a favor. «En la peli son una pareja que lleva 10 o 15 años junta y ya tienen otra manera de relacionarse de cuando se empieza a salir», observa.

Kira Miró (Beti) y Jorge Usón (Rafa), los amiguis, se quedan LOL con lo que les están contando. Fotograma de ‘Para entrar a vivir’.

El personaje de Gorka (Maxi) es la parte cómica, disfruta del servicio y no piensa, y el de Goenaga (Ana) es el punto dramático, la parte cabal de la pareja que se pregunta ¿por qué la casa me está dando todo esto? y ¿tendrá consecuencias? También están los amigos, Kira Miró y Jorge Usón, que no se creen lo que les están contando, y la gran Luisa Gavasa, que es la artífice de toda la historia, es la persona que les vende la casa.

Lucía Fernández (Luisa Gavasa), feliz de quitarse de encima con la venta la casa encantada. Fotograma de ‘Para entrar a vivir’.

LOCALIZANDO EN ZARAGOZA CITY

Si pensamos en la preproducción del largometraje, estaréis de acuerdo en que una de las cosas más difíciles era encontrar el hogar de los protas, esa casa encantada que le quiere hacer la competencia a Amazon. Pidieron ese deseo y les fue concedido. La encontraron en el centro de Zaragoza, no se lo podían creer. «Lo tenía todo», confiesa Pablo Aragüés. «No está compuesta de tres localizaciones diferentes en la ficción, sino que es la misma casa, el jardín, la piscina, todo».

Bárbara Goenaga, Pablo Aragüés y Gorka Otxoa debatiendo sobre quién ganará La isla de las tentaciones.

Montaron una especie de plató, guardaron espacios para la oficina, los camerinos y, como si fueran compañeros de piso, todo el equipo convivió entre sonido, cámara y acción. «Era cómodo por un lado porque teníamos todo a mano, pero también era un desafío porque rodábamos siempre en el mismo sitio. Adrián y yo mirábamos mucho de no repetir siempre el mismo ángulo. Que los días tuvieran su personalidad y las noches también», recuerda Aragüés al resaltar el trabajo del director de fotografía, Adrián Barcelona.

Además de Zaragoza ciudad, rodaron también en Cariñena, en el restaurante Entre viñedos, y en Bujaraloz. Fueron 17 días de rodaje en octubre del pasado año y con los que Pablo Aragüés y Marta Cabrera consiguieron sacar la película adelante, desde Zaragoza y con equipo aragonés.

Su primera proyección fue en el Festival de Cine de Tarazona, a la que asistió el director y la actriz Luisa Gavasa. «Luisa y yo nos cogimos de la mano y de repente la gente se empezó a reír. Fue como vale, lo hemos conseguido, se ríen» y fuera también está gustando. Poco después el director cogió un avión a USA, al Tallgrass Film Festival, en Kichita (Kansas). «Estar en un cine con unas 100 personas riéndose era alucinante. Curiosamente había unas 200 pelis y dos o tres eran hispanohablantes, todas las demás eran en inglés. Ganamos el premio del público». También ganó en el premio a mejor largometraje en el Boston Horror Comedy Film Festival, también en USA, y en el Madras Independent Film Festival (India) se llevó el premio a mejor largo y a mejor actriz para Bárbara Goenaga.

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¡Equipazo!

El equipo formado por Aragüés y Cabrera no pisa el freno, está preparando el rodaje para el año que viene de su próxima peli, ‘Ancestral’, que se rodará en las tres provincias aragonesas y el argumento promete. Un ente sobrenatural acecha a varias mujeres encerradas en una casa en la montaña. Mientras, la peli ‘Para entrar a vivir’ continúa en la cartelera, para que puedas vivir una experiencia sobrenatural y divertida. Ver cine en pantalla grande siempre mola.


Ficha técnica
Directores: Pablo Aragüés, Marta Cabrera
Producción ejecutiva: Marta Cabrera
Guionista: Pablo Aragüés
Director de fotografía: Adrián Barcelona
Compositor música: Álvaro Aragüés
Diseño de sonido: Sergio López Eraña
Sonido directo: Irene Solanas
Directora de arte: Julia Sopesens
Maquillaje y peluquería: Ana Bruned
Diseño de vestuario: Marta Cabrera
Figurinista: Ana Sanagustín
Montaje: Pablo Aragüés, Iván Castell
Músicas: Zahara, _juno

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‘Fleta, tenor, mito’ y pasión

‘Fleta, tenor, mito’ y pasión

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Nacido en 1897 en la localidad oscense de Albalate de Cinca, en sus inicios cantaba jotas y su pasión por el canto le llevó a ser el mejor tenor del mundo durante una década. Tuvo una carrera fulgurante, muy exitosa, que terminó de manera prematura al fallecer en 1938. Hablamos de Miguel Fleta, cuya vida y trayectoria recorre el documental ‘Fleta, tenor, mito’, de Germán Roda, que se ha estrenado este viernes en el Teatro Olimpia de la capital altoaragonesa, en el marco del Festival de Cine de Huesca. 

Fleta trabajó con los mejores artistas de la época y conquistó los teatros de 50 países (Foto: Estación Cinema)

“La idea de este documental surgió hace unos años (antes de la pandemia) cuando fui a ver una exposición sobre Miguel Fleta y vi que se había publicado un libro sobre el tenor”, obra de Alejandro Martínez y Sergio Castillo, recuerda Germán Roda. Se quedó in love del personaje y de la persona: “me leí el libro y me apasionó, como me ha ocurrido en mis últimos proyectos”, explica a Secuenciadas. Por ello, contactó con los autores de la publicación y analizaron la posibilidad de rodar un documental sobre el tenor, un personaje que “no era desconocido, como Marcelino Orbés –el mejor payaso del mundo y a quien Roda dedicó un trabajo anterior–, pero que no era considerado como se debía”. 

El director, de hecho, encuentra paralelismos entre la vida del payaso Marcelino y de Miguel Fleta, ya que ambos “triunfaron en épocas muy parecidas”. Cuando comenzó a investigar se dio cuenta de “lo grande que era Fleta” y de que se reunían todos los ingredientes para hacer una buena historia. “Ser el mejor tenor del mundo durante una década muy pocos artistas lo han conseguido, y españoles menos”, subraya, si bien también le interesaba “la historia que había por debajo”, el ascenso y la rápida caída del personaje, que empezó a cantar muy tarde, y acabó muy pronto, que tuvo una carrera fulgurante”. Además, vivió en los años de la política más cambiante en España: el reinado de Alfonso XIII, la dictadura de Primo de Rivera, la II República y la Guerra Civil, un periodo “tremendo”. 

Quienes disfruten del documental, como ya lo ha hecho el público del festival oscense, se van a sorprender porque “no somos conscientes de lo bueno ni de los éxitos que logró Miguel Fleta, se van a sorprender de que fuera tan bueno y triunfara en tantos países”, ya que cosechó aplausos en teatros de más de 50 países, entre ellos La Scala de Milán o el Metropolitan de Nueva York. Además, aunque se han editado otros libros y trabajos sobre el tenor, “hemos encontrado en exclusiva unas imágenes de Fleta que nadie sabía que existían”. El equipo localizó en la Filmoteca de Polonia unas imágenes conocidas antes, pero que no habían aparecido nunca en televisión, y encontró en la Filmoteca de Budapest, gracias al trabajo de investigación de Patricia Roda (Estación Cinema), unas imágenes de Miguel Fleta en las calles de la ciudad, de las que no se conocía ni su existencia. 

Un jovencísimo Miguel Fleta cantando jotas; así comenzó su carrera

“Que de un personaje de hace cien años aún salgan cosas es algo mágico y la figura de Fleta se lo merece porque creíamos que no se había contado bien su historia, que la gente se quedaba con una serie de datos que son ciertos, pero que no le hacían justicia y queríamos dejar a su personaje donde se merece”, remarca. 

Junto al recorrido artístico y personal, veremos el periodo histórico y cómo las decisiones que Fleta tomó fueron afectando a su carrera. “Estuvo ligado al poder por las circunstancias, era un artista y los grandes mandatarios se acercaban a él, que salió escaldado de estas compañías, como también le pasó a Marcelino”, apunta el dire uniendo de nuevo a los dos artistas y protas de sus documentales. 

CÓMO SE CUENTA SU HISTORIA 

El rodaje se ha llevado a cabo en los últimos dos años en Albalate de Cinca, municipio natal de Fleta y donde entrevistaron a su bisnieto Servando; en el Liceo de Barcelona, donde se encontraron con su nieta María; en el Teatro Olimpia de Huesca; en el Teatro Principal y el Auditorio de Zaragoza; en Madrid y en La Scala de Milán

Para narrar la historia de Miguel, han optado por hacerlo con una voz en off, la de Jorge Usón, que no hace de Fleta, sino de narrador; y por secuencias ilustradas, como en sus docus ‘Juego de Espías’ o ‘600 años sin descanso. El Papa Luna’. “Creía que no se iba a reflejar bien un actor haciendo playback, y nadie canta como Fleta, por lo que optamos por utilizar secuencias de animación” para trasladar al espectador a aquellos hitos del personaje de los que no se conservan testimonios gráficos. 

En el equipo técnico le han acompañado Nacho Blasco en guión y montaje, junto a Germán Roda; Patricia Roda en la producción ejecutiva; Ana Peláez en la producción ejecutiva de TVE; Daniel Vergara como director de fotografía; y Jorge Usón, como narrador del trabajo; así como han participado Javier Camarena, Ramón Gener, María Fleta y Pedro Lavirgen.

Y una vez realizada la investigación y terminado el documental, ¿quién es Miguel Fleta para Germán Roda? El director lo tiene claro: “otro grande más de los artistas de la historia de Aragón que de tan grande, tan grande, tan grande, duró poco tiempo, se desgastó en poco tiempo”. “Si se hubiera cuidado más la voz quizá no habría llegado tan alto, pero hubiera tenido una carrera más larga, pero lo sentimental iba en su caso por encima de lo cerebral; antepuso su pasión y, por eso, su carrera duró tan poco, porque era un gran apasionado”. 

PREMIERE EN HUESCA 

Con este trabajo, Roda ha creado, de manera involuntaria, una trilogía de documentales dedicados a tres grandes oscenses, Marcelino Orbés, el escritor Manuel Vilas y Miguel Fleta. Es, además, la cuarta vez que estrena un trabajo en el Festival de Huesca, después de ‘El encamado’, ‘Marcelino, el mejor payaso del mundo’ y, el pasado año, ‘Vilas y sus dobles’. El estreno en este certamen de ‘Fleta, tenor, mito’ era casi obligado, ya que Fleta “inauguró el Teatro Olimpia hace 97 años (el 9 de junio de 1925); este era el sitio, no podía haber otro”, opina, para avanzar que el equipo programará también una proyección en Albalate de Cinca. Sobre el festival de Huesca, Roda destaca que “nos ha apoyado siempre y estamos felices de estar”. “Esta semana he estado de jurado de documentales y vivirlo es siempre gozoso en todos los sentidos, estamos encantados de estrenar aquí”.  

Entre los próximos proyectos de Germán Roda se encuentra una docuficción sobre Federico García Lorca, que está ya acabando y en la que ha contado con el actor Carmelo Gómez. La base del trabajo es la función teatral ‘A vueltas con Lorca’, que lleva dos años de gira por España. El docu “tiene una parte de road movie, siguiendo a Carmelo de gira, y una parte ficcionada para sacar el teatro de los escenarios”.  “Ha sido espectacular”, avanza el cineasta para dejarnos con la miel en los labios, y es que ya tenemos ganas de disfrutar del trabajo sobre Lorca en el que, de nuevo, Estación Cinema ha puesto toda su pasión. “Seguimos contando historia de Aragón (y otras) que nos parecen apasionantes y aún tenemos muchas por descubrir”, promete Roda. 

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“Cuando hay proyectos en Aragón vengo con el doble de ganas porque es hacer lo que me gusta y en casa”

“Cuando hay proyectos en Aragón vengo con el doble de ganas porque es hacer lo que me gusta y en casa”

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Rubén Martinéz, actor guapo, actor aragonés, cine aragonés, cine español, personajes élite, élite, padre esther expósito élite

El actor zaragozano Rubén Martínez estaba destinado a ser una estrella, aunque de pequeño se resistiera a interpretar ese papel en una función navideña de la escuela (sííí, luego os explicamos). El interprete dejó su trabajo como profesor para apostar por la actuación y afirma que, en este tiempo, ha sido como una hormiguita, un incansable trabajador que ha logrado crecer en su carrera

‘Élite’, ‘Antidisturbios’, ‘El último show’, ‘Planeta 5000’, ‘Nosotros’, ‘Grupo 2: Homicidios’. Su nombre forma parte de un sinfín de obras en televisión, teatro y cine. Firme defensor de sus personajes y de dar lo mejor de sí mismo en cada papel, es también coach de actores. Amable, paciente y divertido (es un amor, eso es así), nos transmite su pasión por la profesión mientras paseamos junto a la ribera del Ebro, y convertimos nuestra charla en esta entrevista sobre su vocación como actor y su trayectoria profesional. 

¿Cómo surgió tu vocación, ya de pequeño querías ser actor?

Surge de cuando iba al cine, cuando hacía teatro en el colegio, el típico festival de Navidad, y veía que era algo que me gustaba, me lo pasaba bien, me despertaba curiosidad, y de alguna manera siempre que había oportunidad me apuntaba. 

Recuerdo en el colegio que, en el festival de Navidad, me tocó hacer de pastorcillo 3. Mi madre me preguntó si en la función hablaría y cuando fui al reparto de personajes, como era rubito, me dijeron que iba a ser la estrella. Yo me imaginaba que iba a estar toda la función de medio lado encima del portal y decía: “¿pero la estrella habla?” y me decían “no, la estrella no habla, pero es la protagonista”. Entonces les dije que no quería ser la estrella y las monitoras flipaban porque la estrella de Belén es a quien todos buscaban, pero yo pensaba “si no habla, no quiero” y pensaba en la bronca que me echaría mi madre si venía a verme y se quedaba en los ensayos y luego no abría la boca en la función. 

Me ofrecieron ser pastorcillo y me acuerdo que me dieron un papelito mecanografiado y mi texto era: ‘queremos que nos ayudes a buscar la estrella’. Nos dijeron que teníamos que hablar claro y alto para que nos entendiera el público en el salón de actos. 

Llegó el día de la función, me tocaba salir y, milagrosamente, había un micrófono aquel día; yo me quedé con que había que hablar alto y claro y dije: “¡¡QUEREMOS QUE NOS AYUDES A BUSCAR LA ESTRELLA!!” (gritando). Creo que mi madre debió de pensar: “para qué le diría yo que hablara”. Reventé el tímpano de todos los asistentes y me quedé a gusto pensando que se me había oído. Y vaya si se me oyó (ríe). 

Eras profesor, pero ¿cuándo decides dar ese cambio, irte a Madrid y apostar por la actuación?

Me había dedicado a nadar, una actividad que requiere mucho tiempo y dedicación, y cuando me retiro de nadar tengo tiempo y digo, ahora voy a ser actor. Empecé en un grupo de teatro universitario que se llamaba ACME Teatro, que lo dirigía María Ángeles Pueo, actual directora de Teatro Che y Moche. 

Acabé magisterio de educación física, era también entrenador de natación y durante un momento compaginaba el trabajo de educación física con el teatro, de una manera amateur, pero veía que me servía para jugar, para divertirme, para evadirme y seguir aprendiendo. 

En clase tenía que poner yo las actividades, corregir, pero en el teatro era abandonarte y decir qué hay que hacer. Me lo pasaba bien, disfrutaba y llegó un momento que sentía que quería profundizar más en la interpretación y me dije “date la oportunidad” porque veía que pasaba el último tren y era “o coge y súbete o lo pierdes”. Decidí correr y hasta el día de hoy; me fui para un año a Madrid y van a ser ya veinte años. 

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«He sido una hormiguita que ha ido subiendo escalones; sentía que iba siempre en camino ascendente, que cada trabajo sumaba y aportaba»

En Madrid seguiste formándote 

Allí estuve en la escuela de interpretación de Antonio Malonda, en Bululu2120, y luego he complementado mi formación con cursos, con canto, con danza, y también aprendes mucho trabajando. 

¿Cuándo comienzas a trabajar como profesional?

En teatro empecé haciendo alguna cosa aquí en Zaragoza y como de alguna manera en ese momento yo me estaba ganando la vida con otro trabajo, no era mi prioridad. Para mí, la mayor de las recompensas era actuar, aunque luego llega un momento en que dices “esta es mi apuesta profesional”, pero al principio no lo consideraba ni trabajo, era un placer pagado, una maravilla. 

¿Qué recuerdas de aquella etapa?

La historia era que era llegar a Madrid y comenzar a construir desde un solar enorme, porque no conoces a nadie, nadie te conoce, no sabes por dónde empezar. Y ahora echo la vista atrás y pienso en todo lo que he conseguido, sin pegar un petardazo, ni hacer una carrera explosiva, pero en veinte años he sido una hormiguita que ha ido subiendo escalones, que ha ido consiguiendo logros pequeños, pero firmes; sentía que iba siempre en camino ascendente, que cada trabajo sumaba y aportaba y que de un trabajo salía otro. 

Y ahora soy consciente y me pregunto: “¿a día de hoy tendrías fuerza para empezar algo así como en aquel momento?” y piensas “no lo se”. Pero no me ha parecido que haya sido costoso ni duro, echo la vista atrás y me fui con nada, sin conocer a nadie ni tener ningún contacto y no me puedo quejar porque no he parado de trabajar en teatro, cine, televisión, ahora también como coach. Qué suerte, qué afortunado soy que sigo aprendiendo y sigo creciendo y estoy muy contento. 

Si no fueras actor, ¿qué serías ahora? 

Seguramente seguiría siendo profesor. 

¿Te lo has planteado alguna vez?

Estaba en un colegio dando clases y en una piscina, y si tuviera que volver a la enseñanza creo que lo llevaría bien porque me gusta. Pero después de haber estado veinte años como actor y dedicado también a la enseñanza, pero más enfocada en el tema de la interpretación, después de probarlo sería como más duro. Pero no me importaría volver, me encanta, prefiero ser actor, pero si tuviera que volver no sería una tortura. 

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«‘Grupo 2: Homicidios’ fue un master en el audiovisual, aprendimos mucho y tengo un buen recuerdo»

¿Cuál crees que fue el proyecto que te dio esa oportunidad en el mundo del audiovisual? 

He ido sumando pequeños trabajos, cortometrajes, en televisión, pero ‘Grupo 2: Homicidios’ fue como el master que hice de audiovisual, porque poder estar siete capítulos coprotagonizando con Jorge Usón, y aprendiendo mucho de Jorge, haciéndote con la parte externa de la interpretación en el audiovisual, que hay que tener en cuenta cámaras, focos, marcas, y fue tan intensivo y tan gratificante. 

Aprendimos mucho y fue de una manera divertida, relajada y tengo un buen recuerdo. Ese fue un máster y siento que en los trabajos que he hecho después esa experiencia está ahí. Me pesa a favor, es una mochila cargada de buenas herramientas. 

Te hemos visto en cine, en televisión y en teatro, ¿qué te aporta cada uno? 

Me encantan los tres medios, tienen sus matices. El teatro es la magia del directo, el riesgo, la adrenalina del pase lo que pase hay que seguir y esto ni se tiene que notar ni se puede parar y es maravilloso, además del contacto con el público, porque hay un diálogo evidente, aunque no hables directamente con el público, lo sientes, lo percibes y compartes la función con ellos. 

Eso en audiovisual no lo puedes sentir, en el teatro sí, y es mágico y precioso. En audiovisual, la tele requiere de una inmediatez y un tiempo y eso también te permite ser ágil y tienes el reto de hacer creíble algo que no es nada creíble.

El cine te permite construir de una manera más profunda, que los personajes tengan capas, darle más tiempo al proceso de creación del personaje, al trabajo con el director. Es el que menos tengo trabajado como actor a día de hoy, pero cuando me ha tocado hacer algo me ha gustado mucho. 

¿Cómo construyes tus personajes? 

Me gusta mucho investigar los entornos. En ‘Grupo 2’ tuve la suerte de poder tomar un café cada capítulo con el personaje real que interpretaba, y eso era maravilloso. Otras veces desde lo corporal, ves personajes que tienen una actitud, o el vestuario ayuda mucho y te coloca. Aprovechar los elementos de caracterización, vestuario, peluquería, maquillaje, arte. Porque de repente arte te pone un vestidor lleno de relojes y de trajes y ya no tienes que apretar en la interpretación porque lo cuenta el entorno. 

Observando mucho, en la calle hay unos personajes maravillosos. Me encanta observar porque sacas cosas y matices de personajes y te los quedas. A veces también me gusta hacer un homenaje a personas de mi entorno a través de un personaje. Por ejemplo, mi trabajo de fin de carrera en la escuela, que era ‘El enfermo imaginario’ y yo interpretaba a Argan, era un homenaje a mi abuela Emiliana, que era la mejor enferma imaginaria que te podías encontrar, porque siempre estaba mala y se iba a morir, y se murió a los cien años. 

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«Construyo a los personajes para que no haya un juicio desde el actor, que sea el espectador el que los etiquete o valore»

¿Recuerdas algún personaje especialmente? 

Cuando me confirmaron el personaje de ‘Élite’ le dije a mi madre: “mamá, voy a tener una vida que nunca he tenido y nunca tendré”. De repente era decir qué guay jugar a ser rico, que es algo que yo no busco porque no creo que la riqueza me vaya a dar la felicidad, pero jugar a ser rico, a tener poder y ser malo, poderte permitir tener licencia para hacer maldad. Además, me encanta no juzgar a los personajes, sino defenderlos a tope, y para mí Teo en ‘Élite’ no es malo. Se por qué hace las cosas, y construyo para que no haya un juicio desde el actor, que sea el espectador el que le de una etiqueta o lo valore, pero personaje que haga siempre lo voy a defender a muerte y le voy a dar dignidad. 

Me gustó mucho ponerme en el lugar de Teo porque era divertido. Y también me está ayudando en mi carrera, para posicionarte en la profesión, como una referencia, que no eres ni mejor ni peor actor, pero de cara al escaparate estar en una serie que ha sido de las más vistas a nivel mundial en su estreno, un productor que no te conoce ya te coloca en un sitio que le das confianza. Sin ser ni mejor ni peor actor que antes, pero te ayuda de cara a la profesión. 

¿Cómo es el trabajo en una serie como ‘Élite’?

Pues está muy cuidado en todos los aspectos, a nivel de foto, vestuario, arte, peluquería, maquillaje, guion, y sientes que estás muy protegido, trabajas de manera muy relajada, trabajas con varios directores, entre todos vas sumando cosas y construyendo el personaje y ha sido una experiencia muy agradable. 

Tuve la suerte en la primera temporada de trabajar con Ramón Salazar, que es un excelente director de actores, y el primer día en el set de rodaje estábamos la familia y dijo una frase que me ayudó a colocar al personaje: “me encanta esta familia porque sois perfectos por fuera y estáis podridos por dentro”, y con eso ya sabía que es todo fachada, apariencia y aunque por dentro sienta que hay cosas que huelen mal, no tienen que salir, no se tienen que notar. Los buenos directores con poquitas palabras te abren un mundo como actor y te dirigen. Ha sido un gustazo poder trabajar con muchos directores en ‘Élite’ y con Ramón empezar a construir a Teo. 

Es muy importante la dirección de actores

Muy importante. Un buen director puede salvar a un mal actor y un buen actor puede salvar una mala dirección. Cuando esas dos cosas son buenas, la magia se da y el resultado es evidente. Cuando a un director le encanta trabajar con actores, le encanta escucharlos y crea un clima de confianza en el proyecto. 

En eso recuerdo a Rodrigo Sorogoyen. Yo tenía una secuencia pequeñita en ‘Antidisturbios’, tuvimos un día de ensayo con él y con los compañeros y allí miraba a mi alrededor y pensaba “aquí hay más Goyas que en el Prado”. Rodrigo escucha a los actores, no le importa cambiar el guion, tachar, corregir, poner notas nuevas, cambiar las líneas de orden cuando ve que suma a la historia, a lo que quiere contar. Si el actor le vende la propuesta y él la entiende y cree que aporta, no tiene ningún problema en ajustarla, no va a considerar que es una debilidad del director. Eso sí, una vez trabajado, hablado, dado forma y todos de acuerdo, el día del rodaje no nos ponemos creativos. Y el día del rodaje ya teníamos todos los deberes muy bien hechos, sabíamos lo que quería transmitir y contar, sabíamos cómo teníamos que intervenir, él operaba cámara en mano. Todo el mundo tiene claro lo que tiene que hacer y por qué lo hace y es genial. 

«No entiendo el trabajo del actor como un sufrimiento, tiene que ser siempre como un juego»

Deseas hacer un papel dramático, algo que todavía no hayas hecho, ¿qué te gustaría? 

Me gustaría un personaje que tuviera una referencia en un momento histórico concreto por hacer el trabajo también de documentarme; Edad Media, Guerra Civil, Guerra Mundial. Estos regalos como actor que tienes que hacer tus deberes, documentarte, leer, y que haya una carga emocional interesante, que al personaje le pasen cosas, que haya conflicto, sufrimiento, aunque me encanta la comedia. 

María Ángeles Pueo me dijo que con esta cara no iba a hacer drama en mi vida y ahora lo que no hago es comedia, ¡será posible! (ríe). 

Me apetece hacer como comedia en teatro y en audiovisual algo muy potente, un poco lo que hice en el corto ‘Nosotros’ (dirigido por Silvia Pradas), pero poder disfrutar ese trabajo más tiempo, porque lo rodamos en un fin de semana a tope y fue como muy duro. 

Me gustaría hacer un trabajo con profundidad, con peso, porque además creo que bajaría a los infiernos y lo trataría de hacer de una manera saludable. No entiendo el trabajo del actor como un sufrimiento, tiene que ser siempre como un juego porque si no puede ser muy peligroso, se te puede ir la pinza. 

¿Cuál ha sido tu último trabajo?

El último fue en julio, en ‘Desaparecidos’. Era un personaje pequeño, hacía de sospechoso y tenía dos escenas. Fui dos días, tenía una secuencia cada día y eran dos interrogatorios, pero tuve la suerte de trabajar con una directora maravillosa, Begoña Álvarez Rojas. A veces es muy difícil que en tele se dedique tiempo al actor y ella lo hacía, siempre apoyando, te decía anotaciones para ir afinando la interpretación. Un poco como yo hacía con Miguel Ángel Tirado (Marianico el Corto) en ‘El último show’, donde yo era coach. Cuando ya lo teníamos me acercaba, le decía que ya lo teníamos y que íbamos a por el doble tirabuzón. 

Cuando ves que el actor ya está tranquilo porque está a lo que el director quiere, se puede seguir arriesgando, jugando y por eso disfruté mucho también. El trabajo con el actor Chani Martín (en ‘Desaparecidos’) también fue muy guay y lo rodamos en una hora, pero fue una sensación muy bonita. 

No hay personaje pequeño, a veces vas a una serie y haces dos secuencias, pero las disfrutas y luego luce el trabajo en pantalla. 

¿En qué momento de tu carrera surge tu trabajo como coach de actores?

De una manera natural, en Madrid ayudaba a compañeros a preparar pruebas de casting y me decían que se me daba muy bien, pero no le daba valor. 

Pilar (Palomero) empieza ‘Las Niñas’ y aunque siempre se dice “no trabajes con animales, ni con niños”, pues ella en su primera película como directora novel se mete con un reparto de niñas. Se acordó de mí y me dijo si me gustaría ayudarla con la interpretación de las niñas. Por varios factores: porque yo era profe, había conocido la Zaragoza del año 92, había estudiado en un colegio de curas, donde éramos todo niños, y ella y yo nos conocíamos de hace tiempo. 

Me lo dijo y me pareció fascinante. Estuve de coach y mientras hacía el rodaje de la película hice casting para la serie ‘El último show’, con Alex Rodrigo, que fue muy divertido, me cogieron y vieron que haría falta un coach también y me ofrecieron esa doble función

De una manera natural he ido enlazando lo que mis amigos decían y yo de alguna manera no les creía, parece que era una posibilidad que se está dando. 

¿Cuál es tu método para trabajar como coach? 

Como coach me gusta trabajar siempre con el director, porque mi labor es ser el canal de comunicación entre director y actor. Primero tengo que saber qué quiere el director y después ayudar al actor a conseguir lo que el director necesita. Si como coach trabajo solo con el actor, vamos al set y el director dice que eso no es lo que quiere habría mareado al actor y hecho una propuesta de dirección cuando no es mi película. 

Me gusta trabajar bien con el director y cuando me transmite qué quiere de los personajes, del tono de la interpretación, voy a ayudar al actor a conseguir eso. Es como un acompañamiento del actor, pero teniendo muy claro que no es lo que yo considero como director, sino lo que el director necesita y qué herramientas te doy para conseguir llegar a lo que pide.

Si es naturalidad, si es energía, el estado emocional que necesite el personaje, si tienes problemas para memorizar el texto qué consejos te puedo dar, si tienes problemas porque el texto te canta cómo lo podemos matar de ritmo y darle naturalidad. Darles herramientas que les ayuden.

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¿Cómo ves el panorama audiovisual aragonés? 

Afortunadamente en los últimos años hay un antes y un después aquí en Aragón, creo que se están haciendo las cosas muy bien. Vamos a echar mucho de menos a Jaime Fontán (jefe de producción de Aragón TV), que ha hecho mucho por el audiovisual aragonés, y cada trabajo y éxito de estos años estaba esa firma discreta de Jaime, porque era un hombre de una discreción maravillosa y que siempre estaba dispuesto a escuchar a todo el mundo.

Espero que se siga en esa línea, en apostar por darle cabida a todo el mundo, por apoyar los trabajos y hacer que el talento que hay en la tierra sea mejor, más visible y que sigamos creyendo en lo que tenemos en casa porque es muy grande, tanto a nivel técnico como artístico. 

Los últimos años han sido muy buenos y hay que seguir apostando. Y esto también lo dice la industria, tenemos directoras como Paula Ortiz, Nata Moreno, Pilar Palomero, Elena Cid o Silvia Pradas que están teniendo repercusión con sus trabajos a nivel nacional. En Aragón hay unas directoras estupendas. 

Eres un actor de trayectoria nacional, pero cuando puedes vienes a trabajar a Aragón. ¿Te sientes profeta en tu tierra y sientes ese cariño de los aragoneses? 

Me siento muy querido y es una suerte, me siento privilegiado porque podría haber gente que piensa que reniegas de tu tierra porque te vas, pero no, no es eso. Es seguir aprendiendo, creciendo como actor, pero se de dónde vengo y tengo claro a dónde quiero volver siempre que me necesiten. Cuando la agenda lo permite, cuando hay proyectos interesantes que se hacen aquí en casa yo vengo con el doble de satisfacción y de ganas, porque es hacer algo que te gusta y, encima, en casa.

 

¿Dónde te podremos ver próximamente? 

El mes que viene se estrena ‘Historias para no dormir’ (Amazon Prime Video) y tengo una pequeña participación en el capítulo ‘El asfalto’, que ha dirigido Paula Ortiz. También la segunda temporada de ‘Desaparecidos’ (Amazon Prime Video) irá en breve y en ‘Fuerzas de paz’ (TVE), que es lo último que he hecho en julio. Y hay un proyecto dentro de poco, después de la pandemia vamos retomando el ritmo, y este proyecto para los próximos meses me apetece mucho. 

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