El director y guionista Nacho García Velilla acaba de rodar en su ciudad natal, Zaragoza, su nueva película, que lleva por título ‘Menudas piezas’. Una historia de superación inspirada en la victoria de cinco alumnos del Colegio Marcos Frechín de la capital aragonesa en un torneo nacional de ajedrez y en la figura de su entrenador, Enrique Sánchez, el maestro que puso en marcha el club de ajedrez en este centro escolar del barrio de Las Fuentes.
Nacho, hemos de reconocer que esta historia nos tiene in love desde el primer minuto, así que juegas con ventaja. Como exalumna del Colegio Marcos Frechín, donde –obviamente– me enseñaron a jugar al ajedrez, no podría ser de otro modo. Por ello, nos hemos alegrado mucho de poder colarnos en el rodaje de algunas escenas en el edificio Paraninfo y conocer de primera mano, en una rueda de prensa, las impresiones del director y de la actriz protagonista, Alexandra Jiménez.
Nacho García Velilla pensando que esa escena está quedando justo como la había pensado en su cabeza. (Fotografía: Ñete)
El cineasta conoció la historia de estos alumnos y del club de ajedrez a través de la prensa. “Es una historia de superación de un grupo de chavales supuestamente perdedores y que dan la sorpresa ante unos supuestos ganadores, le dan la vuelta a la tortilla”. Al descubrir el potencial de la historia, enseguida contactó con sus coguionistas, David S. Olivas y Marta Sánchez, y se pusieron manos a la obra con un proyecto que tiene ingredientes dramáticos y cómicos y “un punto de emotividad bastante grande”.
Inspirados por la realidad, convirtieron al maestro en una profesora más joven, y a los alumnos de Primaria del Marcos Frechín en estudiantes de instituto. “Queríamos acentuar el peligro de unos chavales que están a punto de ser delincuentes y a quienes les cambia la vida” gracias al papel que juega su profesora, de modo que “pasan de ser unos perdedores a unos chavales que consiguen hitos y ganan una autoestima que no tenían”, explica Nacho García Velilla.
El rodaje de esta cinta les ha llevado a localizaciones de Zaragoza como el Instituto Pedro de Luna, lugar donde se sitúa la acción, el barrio de la Magdalena, la calle Alfonso, el paseo Independencia y María Agustín y el edificio Paraninfo, donde han terminado de rodar esta misma semana.
Alexandra Jiménez interpreta a Candela, una maestra que tendrá que pasar de pija a quinqui bien (Fotografía Ñete)
TREMENDO CASTING
Alexandra Jiménez protagoniza esta historia acompañada por cinco jóvenes, sin experiencia en el mundo audiovisual y elegidos entre más de 2.500 chicos que han participado en las audiciones en toda España. ¡Esto sí que es tremendo casting, y no los de OT! También encontramos en el reparto a Rubén Martínez, en un pequeño papel en el que interpreta a un abogado (y no decimos más porque ¡no nos gustan los spoilers!), Jorge Asín, Carmen Barrantes –como trío aragonés, además de la prota–, María Adánez, Alain Hernández, Francesc Orella y Miguel Rellán, entre otros actores. “Tienen papeles pequeños, porque la historia la completan la maestra y sus alumnos”, pero el casting se ha cuidado hasta el mínimo detalle para rodear a los cinco jóvenes de actores experimentados.
Para estos chicos es su primera película, así que entendemos que se pudieran sentir como pez fuera del agua en su primer día de rodaje. No obstante, Nacho García Velilla asegura que siempre ensaya “mucho” con todos sus actores, especialmente en las comedias, dado que todos tienen que acordar el mismo tono. “Mi enhorabuena al equipo de casting, con Jorge Galerón, porque tenemos cinco futuras estrellas, sin ninguna duda”, estima el dire. De hecho, uno de esos futuros ganadores de un Goya es de Zaragoza. “Es muy gracioso porque es el chino en la película y es el único que tiene acento maño”, bromeaba Velilla, para elogiar de nuevo al equipo de casting por su trabajo y a los cinco actores.
El dire, en un momento del rodaje en el edificio Paraninfo (Fotografía: Secuenciadas)
Sobre su regreso a un rodaje en Aragón, el director recuerda que se fue muy joven a estudiar comunicación, cine y guion y “toda mi carrera la he desarrollado fuera”, pero siempre ha intentado realizar sus proyectos en su tierra. “Hasta que un Sabina no hace una canción de Madrid, un Dylan de California o Woody Allen una película de Nueva York, parece que esas ciudades o esos paisajes no tienen relatos. Siempre he creído que en Aragón tenemos suficiente talento, pero nos falta la industria para que nuestras ciudades y paisajes tengan relatos; por eso, siempre que he podido he traído rodajes de envergadura a esta región”.
Ese talento aragonés lo ha incorporado también al equipo técnico con la presencia de la empresa Entropy, de efectos visuales, y con el músico Juanjo Javierre. Tras el rodaje, comenzará el proceso de postproducción, que durará entre ocho y doce meses, y después llegará el estreno, aunque el equipo aún no tiene una fecha decidida. Será “una peli muy bonita, estaréis orgullosos de la ciudad” gracias a esta historia que tiene “un punto de comedia emotiva”.
Además, Nacho García Velilla está terminando de escribir una miniserie y con otra película en mente. Al mismo tiempo, gracias a ‘Menudas piezas’, se ha puesto al día con el ajedrez, un deporte que jugaba de pequeño, pero que “hace años que no practicaba” y que esta peli le ha dado la oportunidad de retomar.
Nacho y Alexandra posan sonrientes para los medios (Fotografía: Secuenciadas)
ILUSIÓN
También cuando era una niña aprendió la actriz zaragozana Alexandra Jiménez a jugar al ajedrez. “Me enseñó mi padre, pero después no he avanzado, ni lo he desarrollado y ahora que estoy contando esta historia me dan ganas de retomarlo”, reconoce. A su padre le enseñó el abuelo de Alexandra y, por eso, “a mi padre le ha hecho especial ilusión que esté contando esta historia, porque a él el ajedrez le cambió sustancialmente en su trayectoria”, mejoró sus estudios y “le abrió un mundo de posibilidades”.
A la protagonista de ‘Menudas piezas’, a Candela, también le enseña a jugar su padre, con el que no tiene una de las mejores relaciones. Candela es profe piji en un colegio privado de Madrid, pero por circunstancias es despedida y regresa a Zaragoza, su ciudad natal, donde se reencuentra con su padre, con sus orígenes y con unos alumnos “muy complicados”. Deberá olvidarse de esa mujer de la alta sociedad “que se ha empeñado en inventar” y reconectar con la chica de barrio que es en realidad. Su prota “tiene un carácter tremendo, un pronto muy fuerte, es vanidosa y bastante inaguantable”. ¡¡Pues menuda pieza!!
No obstante, Candela no es nada soberbia y “eso la salva”, considera la actriz. Es una mujer que conecta con las necesidades de las personas y esa forma de ser le permitirá cambiar a lo largo de la película.
Rodar en Zaragoza le trae a Alexandra recuerdos de rincones e historias “muy significativas” en su vida. “Es la primera vez que tengo la oportunidad de rodar aquí”, indica, y el Paraninfo le acerca a vivencias personales, como las ocasiones en que iba con su hermana a disfrutar de las charlas sobre cine que modera el profesor y escritor Luis Alegre en este edificio. “Esa conexión con los orígenes me conecta directamente con el personaje, por muy opuestas que seamos, pero al final a todos nos suceden las mismas cosas, nunca dejas de ser la persona que eras”, afirma.
¡Menudas piezas en este rodaje! ¡Tremendo equipazo! (Fotografía: Ñete)
ALGO NUEVO CADA VEZ
De esta historia de superación destaca el papel “fundamental” que juega el ajedrez como elemento que motiva y enseña que “uno probablemente tiene más capacidades de las que piensa”. Y como este deporte ayuda a unos chicos que “no dan un duro por sí mismos” y comprueban que son más inteligentes y capaces de lo que ellos mismos pensaban, “se redescubren a sí mismos a través del ajedrez”.
Trabajar con estos cinco jóvenes ha sido “muy bonito” porque su plena disposición “ayuda a uno a recuperar ese tipo de disposición cuando llega al set de rodaje de ir con toda la humildad posible” y de darse cuenta de que “todo es nuevo cada vez y hay que estar atenta y absorber como una esponja si quieres avanzar”, concluye Alexandra Jiménez.
Como os decíamos al principio, en Secuenciadas ya somos fans absolutas de esta peli, que producen Telecinco Cinema, Felicitas Media y Menudas Piezas AIE, con el apoyo de Aragón Film Commission y Aragón TV.
“¿Tienes cara? Te maquillo”. Bien podría ser el lema vital de Ana Bruned, maquilladora, caracterizadora y profesora. Nacida en Jaca, esta oscense trabaja en el audiovisual (televisión, cine, cortometrajes, documentales, videoclips, publicidad); en teatro, ópera y ballet; fotografía y moda, espectáculos de calle; maquillaje de novias y eventos; para marcas comerciales y personajes del mundo de la política, la sociedad y la cultura española, como el rey Juan Carlos I, Penélope Cruz, José Coronado, Ainhoa Arteta, Raphael, Chenoa, Mecano, Los Secretos y un sinfín de caras conocidas y que quedaron bien guapas en sus manos.
Ganadora de dos premios Simón por ‘Leonardo muere’ y ‘Las pesadillas de Cajal’, y de dos cigüeñas de Fuentes de Ebro por su trabajo en ‘La tierra muerta’ y ‘Ofra&Khalil’, la seguimos fielmente en redes como Abrumada y, durante la entrevista, no pudimos pasar más de medio minuto seguido sin que nos hiciera reír. Risueña, bromista y algo vergonzosa ante la cámara, conocemos la trayectoria de Ana Bruned en este nuevo Secuenciando a.
¿Cómo comienzas en el mundo del maquillaje y la caracterización de forma profesional?
Vería alguna película (de niña) y diría: “papá, esto me encanta”. En principio lo que me gustaba eran las Bellas Artes, estuve en la Escuela de Artes Aplicadas y me fascinó, y estando allí fue cuando, de repente, no sé por qué, decidí que quería hacer maquillaje. Aquí en Zaragoza no había, me fui a Madrid y allí, como todavía no había conformado un grado de caracterización que ahora sí que lo hay, busqué a los mejores profesores de maquillaje en cine, en televisión, fotografía, teatro. Fui haciendo cursos y el de teatro, que impartía Juan Pedro Hernández, un caracterizador de TVE, maquillador de Isabel Pantoja y de Pedro Almodóvar, me recondujo al maquillaje de cine, tv y fotografía.
Estando en su clase le llamaron para hacer una película, de Manuel Iborra y Verónica Forqué (‘Caín’), que se iba a rodar en Cádiz, para ver si podía él. Como él no podía, me preguntó si quería ir yo, y como yo no tenía ni una pizca de conocimiento, le dije que sí y fui sin tener ni idea de nada. No me había leído un guion en mi vida, estaba recién salida del curso, me planté allí y estaba todo el rato con la boca abierta, no me enteraba de nada. Todavía no sé cómo pude hacer aquella peli o cómo no me despidieron.
¿Y cómo afrontas ese primer trabajo? ¿Qué recuerdos guardas?
Fue una pasada, porque fueron dos meses en Cádiz, fuera de todo el entorno que tenía habitualmente. Nos llevamos todos muy bien, fueron dos meses de despedirnos y llorar y, de hecho, ese año quedamos en Nochevieja allí. Aprendí mogollón porque la gente que estaba en mi entorno era muy buena trabajando, llevaban tiempo y me encanta como nadie me puso ninguna zancadilla, pensé “qué buena gente”. Porque con cuatro zancadillas me hubiera roto el cráneo, me lo iba rompiendo casi sola, pero muy bien, lo recuerdo fenomenal.
Cuando acabas ese trabajo en Cádiz, ¿vuelves a Madrid o a Zaragoza?
Ya me quedo en Madrid porque ya me estaban saliendo cosas, y pensé en probar allí porque aquí en Zaragoza no tenía ningún contacto tampoco. Me fui de trabajar en bares a estudiar maquillaje en Madrid, por lo que no tenía ningún contacto del medio audiovisual en Zaragoza, los hice en la peli, mientras estaba aprendiendo, y ya me quedé en Madrid. Luego por circunstancias personales me vine a Zaragoza, empecé a tener un entorno laboral en proyectos de fotografía, de moda, a finales de los 80 y principios de los 90. Los últimos coletazos en Madrid fueron en videoclips y dos largos que fueron un horror, un sufrimiento horroroso por el que dije “no vuelvo a hacer cine”, pero no, he vuelto a trabajar en ello.
Trabajas en cine, moda, novias, eventos…
Si es una cara maquillable, yo maquillo. ¿Tienes cara? Maquillo (ríe).
Lo primero que llegó fue una película y cine, pero después, cuando te empiezas a asentar en Zaragoza, ¿en qué te centras?
Me centro en teatro y en moda. Un profesor de la escuela de teatro, cuando se enteró de que había aprendido en Madrid, me ofreció hacer los maquillajes de fin de curso y, luego, dar cursillos. Y otra vez sin conocimiento le dije que claro. Ahora lo pienso, desde donde estoy, y digo: “cómo di clase, cómo pude dar esas clases de maquillaje”, porque impartir docencia es algo serio. Pero lo hice, me picó el gusanillo y ahora es una de las cosas que más me gusta, dar clase. Luego, de hecho, me formé un año completo como formador de formadores. Mi fantasía sería dar clase, y hacer algún cortometraje de vez en cuando.
«Hay algo muy satisfactorio, que jamás pensé que lo diría, que es el maquillaje a particulares; siempre hay satisfacción absoluta»
¿Qué te aporta cada faceta?
La moda está muerta, no aporta nada, porque se hace algún catálogo, pero incluso cuando la moda está viva, las editoriales no remuneran apenas. El teatro no aporta dinero, pero aporta una satisfacción, y dando clase cada año aprendo, porque aprendo de los alumnos y me parece de lo más fascinante que puedo hacer, porque yo les enseño y ellos también me enseñan y es maravilloso.
La caracterización, se me caen las lágrimas de la emoción, es de lo que más me gusta. En el corto ‘Cardelinas’ (2020) hay muchísima caracterización y no se ve, pero es una pasada porque hay caracterización de época y efectos especiales, marcas de hematomas en la piel, en las muñecas, todo eso no era algo visible, no es sangre; lo difícil es hacer algo que no haya sangre y que quede creíble.
Los eventos me gustan y proporcionan dinero. Y hay algo muy satisfactorio, que no pensé jamás que lo diría, que es el maquillaje a particulares. Es fascinante por un doble motivo: porque hay casi un documental a cada sitio que vas, por las interacciones de la gente, es maravilloso, y luego porque son momentos muy gratificantes, son personas que están por la labor, siempre hay satisfacción absoluta, no hay nada de malo.
¿Cómo has vivido la evolución en los materiales con los que trabajas?
Ahora los materiales te permiten hacer unas capas finísimas, las siliconas que se utilizan, incluso los materiales para captar el molde, los tiempos de vulcanización de todo, es todo mucho mejor. Antes en el cine se maquillaba con “pan stick” que es el horror de todo, porque no había una definición total. Yo soy fan del cine, pero no entiendo para qué hace falta un 8k. Eso para los documentales de naturaleza, que hace falta ver bien todo, pero para una piel es matar a los actores; queremos ficción-ficción, no necesito verle el poro entero a esa persona. Los adhesivos de ahora ¡cómo son! Los de antes o brillaba o el látex te intoxicaba.
Un trabajo especial para ti
Uno especial fue el primer trabajo que hice, el primero de mi vida, remunerado y que aprendí mucho, el largometraje de ‘Caín’, de Manuel Iborra y con Verónica Forqué. ¡Qué mujer, qué memoria tenía! Vino a Zaragoza a hacer ‘¡Ay, Carmela!’ y me llamó por teléfono para darme invitaciones. Al paso de los años, en el 93 fuimos a hacerle una entrevista y conforme entramos en su casa me saludó por mi nombre. Y yo pensando: “ ¿te acuerdas de mí? ”. Me pareció increíble. Luego vino ella a una conferencia en el Instituto Aragonés de la Mujer y lo mismo, pero habían pasado 500 años más.
También fue especial el videoclip de Mecano, ‘La fuerza del destino’, porque conocí a bastante gente; otro con Los Secretos, que son cosas que te marcan por cómo son ellos. Porque luego he tenido trabajos con gente muy conocida, pero que no me ha dejado huella. Me da igual eso, es la impronta humana la que deja huella.
¿Cuáles son tus maquillajes y caracterizaciones favoritas? ¿Cuáles te han resultado más difíciles?
Mi favorita es la de ‘Cardelinas’ y una que me resultó difícil, que fue para un vídeo de una obra audiovisual, es ‘Picasso adora la Maar’, que eran los cuadros de Picasso maquillados como trampantojos. Fue chulo, pero la gente se pensó que eran animaciones de vídeo, cuando en realidad eran maquillajes que se fundían con el fondo. De ese trabajo estoy super contenta. Hace poco se recogió en una exposición en el Torreón Fortea y el cartel de esa muestra sobre el trampantojo, también lo hice, dibujando mariposas monarca en la cara (de la modelo), que me llevó un ratico.
«Hay mucha gente con la que siempre trabajaría. Me dirían: «Estás condenada a trabajar con ellos» y sería una condena muy rica»
¿Hay algún director o actores con los que te gustaría especialmente trabajar? ¿O con el que dirías “repetiría toda mi vida”?
Con Alberto Andrés Lacasta repetiría toda mi vida, hay muchos con los que repetiría, con Luis Larrodera también. Me encantaría trabajar con los Coen; con Keanu Reeves, me encantaría maquillarlo, ser su asistente, que me dijera “Ana tráeme, por favor, un vaso de agua” y yo diciéndole que sí aunque no sea mi misión (bromea).
Repetiría siempre con Gorka Otxoa y Barbara Goenaga, con quienes he trabajado en la película ‘Para entrar a vivir’. Trabajaría siempre con Jorge Usón y Carmen Barrantes, todo el rato. Me dirían: “Estás condenada a trabajar con ellos”, y sería una condena muy rica.
Hay mucha gente con la que siempre trabajaría, no os podéis imaginar, más que con la que no trabajaría. Si eres el mejor artista del mundo y eres un capullo, no quiero trabajar contigo, esto me ocurrió en Madrid; la gente que grita al equipo no me gusta, no es necesario hacer eso.
¿Cómo está tu sector en Aragón ahora?
Muy degradado, es terrible, realmente no hay trabajo. Cuando hay mucha oferta de trabajo, hay oferta de calidad, hay una selección de calidad y la gente se preocupa por seguir formándose fuera, por continuar perfeccionando para llegar a un nivel potable, pero se hacen muchas cosas a low cost y se tiene trabajo de low cost, pero esa referencia no es cierta. Estoy con pena porque ya en España hay poco, pero en Aragón peor.
Hay que formarse bien, yo continúo formándome, hace poco he hecho el grado de producción audiovisual y no descarto hacer algo de iluminación, aunque no vaya a trabajar en ello, eso hay que hacerlo.
Es un debate complicadísimo, porque ¿dónde establecemos el límite de quién es profesional? ¿Te ganas la vida con ello dignamente? Antes de la pandemia me ofrecieron una entrevista de trabajo y me dijeron que el pago era salir en los títulos de crédito, pero esto es mi trabajo, tengo que pagar autónomos, el material y vivir de esto; esas desfachateces las tendríamos que guardar.
Si Ana Bruned no fuera maquilladora, ¿qué sería?
Actriz…
Pero ya has hecho pinitos como actriz…
Me parto, ¡qué vergüenza! (ríe). Realmente lo que me gustaría sería ser escultora.
¿Cuáles serán tus próximos trabajos?
Hay proyectos, porque ahora estamos con el tema de las subvenciones y en este último trimestre te piden cartas de compromiso, entonces tengo firmadas un montón. ¿Qué llegará a buen puerto? Ni idea, igual hay tres largometrajes, cortometrajes también tres o cuatro.
Lo más próximo en estreno será el cortometraje de Luis Larrodera, ‘El peor oficio del mundo’, en enero o febrero, pero por decir algo y ser creativa en la fecha (se ríe). También trabajo en los programas de Aragón TV ‘La pera limonera’ y ‘Basura o tesoro’.
Antonio Martínez del Castillo (1894-1962), Florián Rey, marcó estilo propio y logró dejar su huella en la historia del cine. A pesar de ello, el director es una figura aún desconocida para muchos. La gestora cultural y documentalista, Vicky Calavia, recupera ahora su historia en el documental ‘Florián Rey. De luz y de sombra’. El trabajo se ha estrenado en la Semana Internacional de Cine de Valladolid (SEMINCI) y también se ha presentado en la localidad natal del cineasta, en La Almunia de Doña Godina (Zaragoza).
Directora y entrevistada disfrutan en el móvil de ‘Nobleza baturra’. ¡Cómo cantaba Imperio!
“Conozco a Florián Rey prácticamente desde siempre a través de la historia del cine, del libro de Agustín Sánchez Vidal (‘El cine de Florián Rey’), y de las películas que hizo, sobre todo de las musicales con Imperio Argentina que vi de pequeña”, explica Vicky Calavia a Secuenciadas. La dire comenzó a profundizar en su figura cuando el Ayuntamiento de La Almunia la llamó para iniciar un proyecto para impulsar el eslogan ‘La Almunia, de cine’, lo que llevó a poner en marcha una recreación y una ruta basada en el cine de Florián Rey.
En ese momento constató “su alcance como director, su valía, su puesta en escena, su trabajo como director de actores y cómo aplicó lo que había estudiado sobre el sonido y la planificación” y comenzó a tener este proyecto de documental “en mente”. Como buena aragonesa, ese empeño se convirtió en 2016 en los primeros pasos de este trabajo que le ha llevado a rodar desde entonces, aunque con un parón por la pandemia, en Zaragoza, Madrid y La Almunia. El docu recopila entrevistas con expertos y personas vinculadas a la figura de Florián Rey, como su sobrina; quien fuera su director de fotografía, Juan Mariné; el actor Antonio Resines; o José María Pemán, de la Asociación Cultural Florián Rey.
“Queríamos mostrar al Florián Rey director” y el título es tanto un guiño a la proyección de cine, a la luz en un lugar de sombras, como a la propia personalidad del director y a su carrera, en la que tuvo grandes éxitos, pero también fracasos. En lo personal, “era arrollador y enérgico, pero también autoritario y complicado para quien tenía cerca y en su trabajo”, señala Calavia. Su deseo era “mostrar a un personaje de carne y hueso” y al cineasta que logró con ‘La aldea maldita’ ser “uno de los mejores directores de comienzos del XX, que es evidente cuando lo ves, pero que ha sido olvidado y hay mucha gente, incluso del cine, que no sabe que existe”.
El docu recoge testimonios de expertos y personas vinculadas a la trayectoria de Florián Rey.
CANCELADO
Fue falangista, mantuvo una tormentosa relación con Imperio Argentina y fue a la Alemania de Hitler a grabar y dar a conocer su fórmula de éxito. “Después viene a España y se da por hecho que será el gran director del franquismo, pero es lo contrario, no le dan presupuestos, rueda cosas que no le gustan y, con 60 años, abandona el cine y se retira a regentar un restaurante en La Cala de Finestrat, donde sigue hablando de cine y en proyectos relacionados con el cine, pero nunca desarrollará esas iniciativas porque fallece pronto”.
Vicky centra sus esfuerzos en rescatar a personajes aragoneses y a Florián Rey “había que hacerle justicia”, porque películas como ‘La aldea maldita’ son “un hito, un cine adelantado, vanguardista, muy pegado a Europa”; porque Florián conocía lo que se hacía en otros países gracias a su pasión por el cine, a sus viajes y por haberlo estudiado.
Las siguientes cintas del director siguen el camino del cine musical, más comercial, pero siempre con los mismos temas del éxodo del campo a la ciudad, de las relaciones entre hombres y mujeres, de la pérdida de la honra de la mujer (ya sabéis, la preocupación absurda de algunos señoros en aquella época) o de las relaciones entre personas de diferentes razas, clases sociales, económicas y culturas.
Es un cine de integración que gustaba mucho en los tiempos de la II República y que tiene éxito en la Guerra Civil entre ambos bandos. Por ello, Hitler quiere imitar su estilo para difundir el cine hecho desde Alemania en el resto del mundo. “Florián Rey marca estilo y deja una huella importantísima en ese momento”, logrando un éxito internacional y de taquilla que consiguieron pocos cineastas de la época, gracias a un cine muy popular, pegado a las raíces de España. También en Iberoamérica triunfan sus cintas. Sin embargo, esos temas costumbristas lastran su cine en los años 50, cuando otros directores ya proponen una renovación, a pesar de la gran calidad de los trabajos de Rey.
Presentación del docu en La Almunia. Say cheese!
RELACIÓN CON IMPERIO
En una de sus visitas a Andalucía, Florián Rey conoce a una jovencísima Imperio Argentina “y se queda fascinado con ella” e inicia una relación laboral y personal muy cercana, en la que Imperio cuida del hijo de Florián, fruto de su primer matrimonio. Se establece una relación entre ellos y acaban casándose. Graban ‘Nobleza baturra’, que consigue un éxito sin precedentes, ‘Carmen, la de Triana’, que graban en la Alemania nazi, y ‘Morena clara’. Este será el “triunvirato de su cine, su máximo juntos”, unas películas que reflejan “la unión perfecta entre director y actriz” y que demuestran el don que Imperio tenía en su voz.
No obstante, como estamos hablando de cine y nos gustan las emociones fuertes, su relación fue “bastante tormentosa”. Florián era un director muy exigente y perfeccionista y esa exigencia provocaba conflictos con su equipo. Además, en la grabación de ‘Carmen, la de Triana’, Imperio se enamora de su compañero de reparto, Rafael Rivelles, y en este punto comienza la escisión del tándem Florián-Imperio. Su dramática historia “crea una brecha emocional tremenda”. Ninguno de los dos volverá a hacer cine de tanta calidad por separado, “ni a Imperio la dirigieron después tan bien y acertó tanto con sus papeles, ni Florián encontró a su musa”.
El docu, gracias a un profundo trabajo de documentación, relata esta historia a través de testimonios y del propio cine de Florián Rey, así como con alguna representación protagonizada por el actor, David Moreno, que ha participado en las recreaciones de La Almunia encarnando a Florián. Intervienen en este docu: Luis Alegre, Javier Barreiro, Antón Castro, Ángeles Castro Martínez del Castillo, Marta Gracia, Carlos Gurpegui, Javier Hernández, José Manuel Latorre, Juan Mariné, Amparo Martínez, Ángeles Martínez, Carmen Pemán, José María Pemán, Antonio Resines y Agustín Sánchez Vidal.
Nuestro particular Florián Rey tomando un café bien cargado antes de rodar con Imperio.
EL EQUIPO
Con guion y dirección de Vicky Calavia, la acompañan en esta aventura Carlos Navarro, como cámara y director de fotografía; Álvaro Mazarrasa, en la edición y postproducción de imagen; Carlos Estella y José Manuel Huerta, y el Laboratorio Audiovisual de Zaragoza en la producción de sonido; Virginia Maza, en maquillaje; Óscar Baiges, en el diseño gráfico; y como productor delegado de Aragón TV participó en el proyecto Jaime Fontán, fallecido el pasado año, a quien está dedicado el documental.
Con sus luces y sus sombras, Vicky Calavia admira al director “en cuanto a técnica y dirección, porque amo el cine y me parece muy interesante lo que he descubierto al hacer este trabajo, aunque en lo personal no es una figura cercana a mi sensibilidad”. Como en todos sus trabajos, trata al protagonista del documental con objetividad, contando lo mejor y lo peor, en el que es el docu más largo de su trayectoria, con 98 minutos.
Como Vicky no para nunca, ya está en fase de montaje del documental que dedicará a la cantante, cupletista y actriz turiasonense Raquel Meller; también se encuentra preparando la novena edición del festival ‘La mirada tabú’ y está en proceso de rodaje de un documental “muy distinto”, sobre la Zaragoza de los años 70 y su arquitectura. Son sus proyectos más cercanos, pero vendrán muchos más y ¡los seguiremos con atención!
¿Os imagináis ser padres adolescentes? Ser madre a los 14 años, cómo cambia tu vida, cómo te juzga la sociedad, que siempre tiene que opinar de todo. La directora Pilar Palomero regresa a la gran pantalla con esta historia en ‘La Maternal’. La película, que se estrenó en el Festival de San Sebastián, está protagonizada por Carla Quílez, que logró la Concha de Plata a Mejor Interpretación por el papelón que realiza en esta cinta.
Carla Quílez, con melena al viento y aguantando como una campeona el sol de frente. Foto de Laura Sipán.
¡Cuánto talento y emoción en esta peli! Es nuestro primer pensamiento tras asistir al preestreno de ‘La Maternal’ en los Cines Palafox de Zaragoza, un pase del que disfrutaron familiares y amigos del equipo, entre ellos las protagonistas de la primera película de Pilar Palomero, ‘Las Niñas’, con la que cosechó innumerables premios y arrasó en los Goya el pasado año.
En ‘La Maternal’ conocemos la historia de Carla, una chica de 14 años que se entera de que está embarazada cuando ya está de cinco meses y se ve obligada a ser madre. Por su situación personal, la derivan a vivir a una residencia para madres adolescentes en Barcelona, donde conocerá a otras jóvenes en su misma situación. ¡Un problemón! Pero ojo, porque las historias de las chicas son duras, pero no esperéis un dramón. ‘La Maternal’ resalta por encima de todo la fortaleza, valentía y capacidad de superación de estas madres adolescentes, sin evitar hablar del miedo que sufren o del abandono.
“Cuando conocí los casos reales de chicas que habían sido madres en su adolescencia, y me los contaron, fui consciente de lo poco que sabía sobre el tema”, explica la dire, Pilar Palomero, a Secuenciadas. Escribió el guion en el marco del programa de Residencias de la Academia de Cine con el deseo de abordar cómo es la maternidad en la adolescencia, pero especialmente lo que conlleva para estas jóvenes.
Las protas de esta historia haciendo una videollamada a Pilar Palomero. Foto de Laura Sipán.
En la preparación de la película, “la confianza que depositaron las chicas en mí la sentí como algo que yo tenía que tratar con mucho cariño y eso he intentado en todo momento”. Así, las primeras entrevistas con ellas pasaron a ser charlas de amigas, en las que también participó la educadora Carol Ruiz y el coach y actor Rubén Martínez, que también aparecen en la película. El trabajo fue parecido al desarrollado con las protas de ‘Las Niñas’, con un guion cerrado, pero dejando margen a que “estuviera siempre vivo y pudieran darse situaciones inesperadas”.
El rodaje, que se desarrolló en los parajes de Los Monegros y en el entorno de Barcelona, “fue muy guay, muy entrañable”, destaca Palomero. Y es que su equipo estuvo en todo momento “súper volcado” y, además, aunque han trabajado con actrices con experiencia, “para la mayoría era la primera vez que participaban en una película”. “Lo he vivido todo a través de sus ojos, con esa emoción de la primera vez”, relata.
Ahora la película está ya disponible en pantalla grande y la dire desea que “la gente vaya al cine, que le apetezca verla, que la apoyen y que, si les gusta, la recomienden”. “Tenemos muchas ganas de compartirla porque ha sido un trabajo muy bonito, pero también muy duro y estamos muy orgullosas del resultado”, afirma Pilar Palomero.
Carla Quílez paseando en bicicleta por Los Monegros. ¡Qué fresqui! Foto de Laura Sipán.
UNA EMOCIONANTE INTERPRETACIÓN
Y no es para menos. Además de abordar con tremenda sensibilidad un tema tan delicado como la maternidad en la adolescencia, la directora consigue meternos de lleno en cada plano en la vida de estas chicas, interpretadas por un reparto de diez. Carla Quílez da vida a la protagonista, a esa niña de 14 años que tiene que seguir adelante con su embarazo como puede. “Es una niña libre y la maternidad le paraliza; de estar con sus amigos pasa a estar en un centro de maternidad, tiene que aprender a convivir con ello y salir como pueda”, detalla la actriz.
Para preparar su papel, Carla se apoyó en la ayuda y consejos del coach de la peli, Rubén Martínez; de la directora de casting, Irene Roqué; y de Pilar Palomero, “que ha estado en las buenas y en las malas”. “Me llevo de ellos tres un gran aprendizaje y sobre ellos me he basado para hacer el papel técnico”, dado que después, en rodaje, conoció a las chicas que completan el reparto y que cuentan su testimonio sobre lo que supone ser una adolescente embarazada.
Las protas de ‘La Maternal’, disfrutonas y risueñas en las ferias, pensando en subir a la noria. Foto de Laura Sipán.
En este sentido, la actriz observa que no se conoce lo que supone la maternidad en la adolescencia “hasta que no te metes en el papel y sabes por lo que ellas están pasando”. “En esta película yo he pasado ese miedo de ir por la calle con una barriga y que la gente te mire mal, que te juzguen, y pedía que me pusieran un abrigo largo para taparme la barriga, no quería mostrarla”, comenta sobre el miedo que sufren las chicas de ser juzgadas por la sociedad.
Las chicas de barrio llegan a Puerto Venecia. Foto de Laura Sipán.
Carla se come la pantalla en todo momento y, gracias a su talento, logró la Concha de Plata a Mejor Interpretación en San Sebastián. Se enteró del premio cuando llegaba del instituto, “con una inesperada llamada de Pilar”. “Estábamos en casa y, de repente, me dice mi madre “acabas de ganar la Concha de Plata” y me quedé flipando, me tiré al suelo, empecé a llorar, fue un momento muy bonito”, rememora. ¡¡Tuvo que ser una pasada!! ¡Vaya momentazo, Carla!
¿Y cómo ha sido rodar con Pilar Palomero? “Es un amor de persona, para mí Pilar lo ha sido todo, ha puesto un peso muy importante sobre mí y lo he podido llevar de la mejor manera posible porque es una persona muy cercana”. Así que lejos de pensar que un director de cine puede ser una persona muy distante y estricta, Carla ha comprobado que Pilar es todo lo contrario y la considera su “madrina”.
Todas las niñas de Pilar¡Ese equipazo!
MUY ENRIQUECEDOR
Acompañando a Carla encontramos a Ángela Cervantes en el papel de su madre, con quien mantiene una relación un poquito de amor-odio, aunque su madre la comprende bien porque también tuvo a Carla siendo aún joven. Sin desvelar la trama, completan el reparto Jordan Dumes, Pepe Lorente, Olga Hueso, Gal-la Sabaté, Neus Pàmies y Rubén Martínez.
Ángela Cervantes le enseña a su hija de la ficción, Carla Quílez, lo que era Tuenti. Foto de Jorge Fuembuena.
El actor aragonés (Martínez), además de interpretar a uno de los educadores de la residencia, ha participado como coach acompañando a las actrices y a Pilar en la preparación del rodaje. Destaca el proceso de ensayos con Carla, Ángela y Jordan y con el resto de chicas y los educadores. Esos dos bloques de ensayos “basados en improvisaciones, en juegos, en crear relaciones” se unificaron en el rodaje cuando Carla conoció al resto de compañeras, y surgió esa magia que podemos ver en pantalla.
Respecto a su papel, ”ha sido muy bonito” dar vida al educador que trabaja con las chicas y que tiene un peculiar sistema semafórico en el que nosotras siempre desearíamos estar en verde. “Yo he tenido relación con la enseñanza, he sido profesor, pero con temas sociales no había tenido contacto, he tenido que conocer un poco más cuáles son los protocolos y las formas de trabajar y ha sido muy enriquecedor”. También “he aprendido mucho (como lo harán los espectadores) de las actrices que han pasado por esta vivencia”, apunta Martínez.
La película, una producción de Inicia Films y Bteam Prods, cuenta entre su equipo técnico con otros aragoneses como Arantxa Ezquerro, responsable de vestuario; Carmen Arbués, en maquillaje, Jorge Fombuena y Laura Sipán como foto fija o Leo Dolgan, en sonido directo y mezclas. Os dejamos con el trailer de ‘La Maternal’, una peli que a nosotras nos ha enamorado.
Pasión, poder, mentiras y una insana obsesión por los asesinos en serie. Estos son algunos de los ingredientes que conforman ‘Pálido monstruo’, el debut como director del escritor Juan Bolea. El autor ha llevado a la pantalla su novela homónima y ejerce como realizador, guionista y también como actor, acompañado en el reparto por Luis Trébol, Sara de Leonardis y Alberto Santos.
Autoridades, familiares, amigos y fans disfrutaron del primer cortometraje dirigido por Juan Bolea (Fotos: Infinity Comunicación & Broadcast Media)
Juntos dan vida a esta historia de género negro que se ha presentado en los Cines Aragonia de la capital aragonesa, en una sesión a la que asistieron autoridades, familiares y amigos y también numerosos fans del escritor y ahora director, que aprovechó la ocasión para anunciar que su idilio con el audiovisual continuará en 2023 con el rodaje de una película. Y es que entendemos perfectamente a Juan, el cine engancha y uno siempre quiere más.
“Es muy importante para mí por una doble razón, debuto como director con un cortometraje, ‘Pálido monstruo’, y anuncio el rodaje de un próximo largometraje, siento una gran ilusión”, afirma el director a Secuenciadas, con motivo de la primera proyección de su corto. Dar el paso de la novela a la pantalla “ha sido un proceso muy natural, no me he sentido para nada forzado en el papel del director”, dado que conocía a la perfección tanto la historia como el papel que ha interpretado, el del abogado convertido en alcalde, Fidel Paternoy.
Alejandro Bolea (productor ejecutivo) pregunta al reparto si son más de pizza con o sin piña. Alberto Santos hace reír a sus compañeros con su respuesta
“Para mí el cine es algo muy próximo, un novelista que trabaja el género negro está muy cerca del cine negro y de esa manera de guionizar”, sostiene Bolea, para considerar que pasar de la novela al cine “es un salto hasta cierto punto natural, casi una consecuencia y cuando se han dado las circunstancias para poder hacer un cortometraje, lo he hecho”, como también llevará a cabo su proyecto de largometraje, “si estoy bien asesorado técnicamente, eso es muy importante”, una vez que ha comprobado que puede contar la historia en imágenes, y contando con el apoyo técnico de la productora Infinity Comunicación & Broadcast Media.
No obstante, el rodaje fue “muy intenso”, se prolongó durante una semana, el pasado mes de junio, y “me empeñé en rodar escenas largas”. “No quería escenas cortas, quería mucho material para luego poder elegir e insistí mucho en que se hiciesen las escenas largas, que se respetasen los monólogos de mi personaje y luego ya veríamos”, recuerda. Siguiendo la regla del más vale que sobre, filmaron unos 30 minutos que han quedado sintetizados en un cortometraje de 15 minutos y de ritmo trepidante.
MAGNÍFICOS ACTORES
A este intenso ritmo viven los personajes que interpretan el propio Juan Bolea, Alberto Santos, Sara de Leonardis y Luis Trébol, para quienes el director solo tiene palabras de agradecimiento. “Los tres son magníficos actores” y han demostrado su valía en unos papeles “complejos, ambiguos y con muchos matices”.
Juan Bolea y Luis Trébol, un tándem excepcional fuera y dentro de la pantalla
Por su parte, Luis Trébol coincide en destacar el trabajo del equipo de profesionales que ha participado en el corto y de sus jóvenes compañeros, con quienes ha estado “muy cómodo”. También elogia al dire: “Juan es muy receptivo y en el corto se ve que hemos hecho un buen tándem, un buen parchís entre las cuatro fichas que somos”. Trébol encarna al abogado Pedro Crespo, amigo de Fidel Paternoy. Pedro lleva al bufete donde ambos trabajan a su hija, también abogada y que está ligeramente obsesionada con los asesinos en serie. Y, a partir de ahí, suceden cositas que no os queremos desvelar.
Para Alberto Santos, el rodaje “fue bastante intenso”, dado que dedicaron muchas horas en muchas localizaciones diferentes, pero “al final tenemos un equipo muy profesional, nos adaptamos en todo momento y fue una experiencia bastante enriquecedora, muy chula” y que demuestra todo el trabajo que conlleva un cortometraje. Su personaje es Jerónimo Solans, un abogado recién salido de la facultad que trabaja en el despacho de Fidel, en quien encuentra un referente paterno.
Sara de Leonardis es Eloísa Crespo, una abogada que investiga las mentes criminales. “El rodaje fue súper interesante”, rememora, para señalar que su personaje es “complicado, algo que nunca había hecho y bastante alejado de mí”. Se trata de una abogada mayor que la actriz, “con una mente muy diferente a la mía” y, por ello, interpretarla ha sido “un reto”
El equipazo técnico y artístico que ha llevado la novela ‘Pálido monstruo’ a la pantalla
EQUIPO TÉCNICO
En la parte técnica, la producción ejecutiva, a cargo de Alejandro Bolea y de la productora aragonesa Infinity Comunicación & Broadcast Media, descansó sobre un equipo técnico compuesto por jóvenes valores del sector audiovisual aragonés como Javito Sánchez, a cargo de la edición, montaje y VFX; Mario Vizcaíno, como director de segunda unidad; Olenka Arias, ayudante de dirección; Sergio Rodríguez en la cámara o Álex Gracia e Irene Solanas, al frente de la dirección de fotografía y sonido, respectivamente. Se suman a ellos, otros compañeros de equipo como Pablo Abenia, Violeta Ferrer, Tirso Bernad, Dani K.Lafuente, Patricia Domínguez, Paula Browley, Samuel Varoy o Pablo Juberías, entre otros.
Quizá volvamos a disfrutar de este equipazo junto de nuevo en el largometraje que Juan Bolea rodará en junio y julio del próximo año en Zaragoza. El protagonista, en esta ocasión, será el detective Florián Falomir, que saldrá de las páginas de las novelas para contarnos un caso criminal en un thriller de acción con “mucha emoción y muchos personajes”. ¡Ya estamos deseando verla!
El público llenó la sala de los Cines Aragonia en la presentación de este trepidante cortometraje.