“Con la caracterización se me caen las lágrimas de la emoción, es de lo que más me gusta”

“Con la caracterización se me caen las lágrimas de la emoción, es de lo que más me gusta”

Tiempo de lectura: 8 minutos

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“¿Tienes cara? Te maquillo”. Bien podría ser el lema vital de Ana Bruned, maquilladora, caracterizadora y profesora. Nacida en Jaca, esta oscense trabaja en el audiovisual (televisión, cine, cortometrajes, documentales, videoclips, publicidad); en teatro, ópera y ballet; fotografía y moda, espectáculos de calle; maquillaje de novias y eventos; para marcas comerciales y personajes del mundo de la política, la sociedad y la cultura española, como el rey Juan Carlos I, Penélope Cruz, José Coronado, Ainhoa Arteta, Raphael, Chenoa, Mecano, Los Secretos y un sinfín de caras conocidas y que quedaron bien guapas en sus manos. 

Ganadora de dos premios Simón por ‘Leonardo muere’ y ‘Las pesadillas de Cajal’, y de dos cigüeñas de Fuentes de Ebro por su trabajo en ‘La tierra muerta’ y ‘Ofra&Khalil’, la seguimos fielmente en redes como Abrumada y, durante la entrevista, no pudimos pasar más de medio minuto seguido sin que nos hiciera reír. Risueña, bromista y algo vergonzosa ante la cámara, conocemos la trayectoria de Ana Bruned en este nuevo Secuenciando a. 

¿Cómo comienzas en el mundo del maquillaje y la caracterización de forma profesional?

Vería alguna película (de niña) y diría: “papá, esto me encanta”. En principio lo que me gustaba eran las Bellas Artes, estuve en la Escuela de Artes Aplicadas y me fascinó, y estando allí fue cuando, de repente, no sé por qué, decidí que quería hacer maquillaje. Aquí en Zaragoza no había, me fui a Madrid y allí, como todavía no había conformado un grado de caracterización que ahora sí que lo hay, busqué a los mejores profesores de maquillaje en cine, en televisión, fotografía, teatro. Fui haciendo cursos y el de teatro, que impartía Juan Pedro Hernández, un caracterizador de TVE, maquillador de Isabel Pantoja y de Pedro Almodóvar, me recondujo al maquillaje de cine, tv y fotografía.  

Estando en su clase le llamaron para hacer una película, de Manuel Iborra y Verónica Forqué (‘Caín’), que se iba a rodar en Cádiz, para ver si podía él. Como él no podía, me preguntó si quería ir yo, y como yo no tenía ni una pizca de conocimiento, le dije que sí y fui sin tener ni idea de nada. No me había leído un guion en mi vida, estaba recién salida del curso, me planté allí y estaba todo el rato con la boca abierta, no me enteraba de nada. Todavía no sé cómo pude hacer aquella peli o cómo no me despidieron. 

¿Y cómo afrontas ese primer trabajo? ¿Qué recuerdos guardas?

Fue una pasada, porque fueron dos meses en Cádiz, fuera de todo el entorno que tenía habitualmente. Nos llevamos todos muy bien, fueron dos meses de despedirnos y llorar y, de hecho, ese año quedamos en Nochevieja allí. Aprendí mogollón porque la gente que estaba en mi entorno era muy buena trabajando, llevaban tiempo y me encanta como nadie me puso ninguna zancadilla, pensé “qué buena gente”. Porque con cuatro zancadillas me hubiera roto el cráneo, me lo iba rompiendo casi sola, pero muy bien, lo recuerdo fenomenal. 

Cuando acabas ese trabajo en Cádiz, ¿vuelves a Madrid o a Zaragoza?

Ya me quedo en Madrid porque ya me estaban saliendo cosas, y pensé en probar allí porque aquí en Zaragoza no tenía ningún contacto tampoco. Me fui de trabajar en bares a estudiar maquillaje en Madrid, por lo que no tenía ningún contacto del medio audiovisual en Zaragoza, los hice en la peli, mientras estaba aprendiendo, y ya me quedé en Madrid. Luego por circunstancias personales me vine a Zaragoza, empecé a tener un entorno laboral en proyectos de fotografía, de moda, a finales de los 80 y principios de los 90. Los últimos coletazos en Madrid fueron en videoclips y dos largos que fueron un horror, un sufrimiento horroroso por el que dije “no vuelvo a hacer cine”, pero no, he vuelto a trabajar en ello. 

Trabajas en cine, moda, novias, eventos…

Si es una cara maquillable, yo maquillo. ¿Tienes cara? Maquillo (ríe). 

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Lo primero que llegó fue una película y cine, pero después, cuando te empiezas a asentar en Zaragoza, ¿en qué te centras?

Me centro en teatro y en moda. Un profesor de la escuela de teatro, cuando se enteró de que había aprendido en Madrid, me ofreció hacer los maquillajes de fin de curso y, luego, dar cursillos. Y otra vez sin conocimiento le dije que claro. Ahora lo pienso, desde donde estoy, y digo: “cómo di clase, cómo pude dar esas clases de maquillaje”, porque impartir docencia es algo serio. Pero lo hice, me picó el gusanillo y ahora es una de las cosas que más me gusta, dar clase. Luego, de hecho, me formé un año completo como formador de formadores. Mi fantasía sería dar clase, y hacer algún cortometraje de vez en cuando.

«Hay algo muy satisfactorio, que jamás pensé que lo diría, que es el maquillaje a particulares; siempre hay satisfacción absoluta»

¿Qué te aporta cada faceta?

La moda está muerta, no aporta nada, porque se hace algún catálogo, pero incluso cuando la moda está viva, las editoriales no remuneran apenas. El teatro no aporta dinero, pero aporta una satisfacción, y dando clase cada año aprendo, porque aprendo de los alumnos y me parece de lo más fascinante que puedo hacer, porque yo les enseño y ellos también me enseñan y es maravilloso. 

La caracterización, se me caen las lágrimas de la emoción, es de lo que más me gusta. En el corto ‘Cardelinas’ (2020) hay muchísima caracterización y no se ve, pero es una pasada porque hay caracterización de época y efectos especiales, marcas de hematomas en la piel, en las muñecas, todo eso no era algo visible, no es sangre; lo difícil es hacer algo que no haya sangre y que quede creíble.  

Los eventos me gustan y proporcionan dinero. Y hay algo muy satisfactorio, que no pensé jamás que lo diría, que es el maquillaje a particulares. Es fascinante por un doble motivo: porque hay casi un documental a cada sitio que vas, por las interacciones de la gente, es maravilloso, y luego porque son momentos muy gratificantes, son personas que están por la labor, siempre hay satisfacción absoluta, no hay nada de malo. 

¿Cómo has vivido la evolución en los materiales con los que trabajas?

Ahora los materiales te permiten hacer unas capas finísimas, las siliconas que se utilizan, incluso los materiales para captar el molde, los tiempos de vulcanización de todo, es todo mucho mejor. Antes en el cine se maquillaba con “pan stick” que es el horror de todo, porque no había una definición total. Yo soy fan del cine, pero no entiendo para qué hace falta un 8k. Eso para los documentales de naturaleza, que hace falta ver bien todo, pero para una piel es matar a los actores; queremos ficción-ficción, no necesito verle el poro entero a esa persona. Los adhesivos de ahora ¡cómo son! Los de antes o brillaba o el látex te intoxicaba.

Un trabajo especial para ti

Uno especial fue el primer trabajo que hice, el primero de mi vida, remunerado y que aprendí mucho, el largometraje de ‘Caín’, de Manuel Iborra y con Verónica Forqué. ¡Qué mujer, qué memoria tenía! Vino a Zaragoza a hacer ‘¡Ay, Carmela!’ y me llamó por teléfono para darme invitaciones. Al paso de los años, en el 93 fuimos a hacerle una entrevista y conforme entramos en su casa me saludó por mi nombre. Y yo pensando: “ ¿te acuerdas de mí? ”. Me pareció increíble. Luego vino ella a una conferencia en el Instituto Aragonés de la Mujer y lo mismo, pero habían pasado 500 años más.

También fue especial el videoclip de Mecano, ‘La fuerza del destino’, porque conocí a bastante gente; otro con Los Secretos, que son cosas que te marcan por cómo son ellos. Porque luego he tenido trabajos con gente muy conocida, pero que no me ha dejado huella. Me da igual eso, es la impronta humana la que deja huella. 

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¿Cuáles son tus maquillajes y caracterizaciones favoritas? ¿Cuáles te han resultado más difíciles?

Mi favorita es la de ‘Cardelinas’ y una que me resultó difícil, que fue para un vídeo de una obra audiovisual, es ‘Picasso adora la Maar’, que eran los cuadros de Picasso maquillados como trampantojos. Fue chulo, pero la gente se pensó que eran animaciones de vídeo, cuando en realidad eran maquillajes que se fundían con el fondo. De ese trabajo estoy super contenta. Hace poco se recogió en una exposición en el Torreón Fortea y el cartel de esa muestra sobre el trampantojo, también lo hice, dibujando mariposas monarca en la cara (de la modelo), que me llevó un ratico. 

«Hay mucha gente con la que siempre trabajaría. Me dirían: «Estás condenada a trabajar con ellos» y sería una condena muy rica»

¿Hay algún director o actores con los que te gustaría especialmente trabajar? ¿O con el que dirías “repetiría toda mi vida”?

Con Alberto Andrés Lacasta repetiría toda mi vida, hay muchos con los que repetiría, con Luis Larrodera también. Me encantaría trabajar con los Coen; con Keanu Reeves, me encantaría maquillarlo, ser su asistente, que me dijera “Ana tráeme, por favor, un vaso de agua” y yo diciéndole que sí aunque no sea mi misión (bromea). 

Repetiría siempre con Gorka Otxoa y Barbara Goenaga, con quienes he trabajado en la película ‘Para entrar a vivir’. Trabajaría siempre con Jorge Usón y Carmen Barrantes, todo el rato. Me dirían: “Estás condenada a trabajar con ellos”, y sería una condena muy rica. 

Hay mucha gente con la que siempre trabajaría, no os podéis imaginar, más que con la que no trabajaría. Si eres el mejor artista del mundo y eres un capullo, no quiero trabajar contigo, esto me ocurrió en Madrid; la gente que grita al equipo no me gusta, no es necesario hacer eso. 

¿Cómo está tu sector en Aragón ahora?

Muy degradado, es terrible, realmente no hay trabajo. Cuando hay mucha oferta de trabajo, hay oferta de calidad, hay una selección de calidad y la gente se preocupa por seguir formándose fuera, por continuar perfeccionando para llegar a un nivel potable, pero se hacen muchas cosas a low cost y se tiene trabajo de low cost, pero esa referencia no es cierta. Estoy con pena porque ya en España hay poco, pero en Aragón peor. 

Hay que formarse bien, yo continúo formándome, hace poco he hecho el grado de producción audiovisual y no descarto hacer algo de iluminación, aunque no vaya a trabajar en ello, eso hay que hacerlo. 

Es un debate complicadísimo, porque ¿dónde establecemos el límite de quién es profesional? ¿Te ganas la vida con ello dignamente? Antes de la pandemia me ofrecieron una entrevista de trabajo y me dijeron que el pago era salir en los títulos de crédito, pero esto es mi trabajo, tengo que pagar autónomos, el material y vivir de esto; esas desfachateces las tendríamos que guardar. 

Si Ana Bruned no fuera maquilladora, ¿qué sería? 

Actriz…

Pero ya has hecho pinitos como actriz…

Me parto, ¡qué vergüenza! (ríe). Realmente lo que me gustaría sería ser escultora.

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¿Cuáles serán tus próximos trabajos?

Hay proyectos, porque ahora estamos con el tema de las subvenciones y en este último trimestre te piden cartas de compromiso, entonces tengo firmadas un montón. ¿Qué llegará a buen puerto? Ni idea, igual hay tres largometrajes, cortometrajes también tres o cuatro. 

Lo más próximo en estreno será el cortometraje de Luis Larrodera, ‘El peor oficio del mundo’, en enero o febrero, pero por decir algo y ser creativa en la fecha (se ríe). También trabajo en los programas de Aragón TV ‘La pera limonera’ y ‘Basura o tesoro’.

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Y el premio Simón es para…

Y el premio Simón es para…

Tiempo de lectura: 6 minutos

Este año se han hecho esperar, debían celebrarse en mayo y el bicho lo impidió. Pero el coronavirus no sabe bien con quién se mete, porque al audiovisual aragonés no hay quien lo pare. Así, todos con ganas de fiesta y de reconocer el talento, este domingo 20 de septiembre se celebró la novena gala de los Premios Simón que concede la Academia del Cine Aragonés. Una ceremonia en la que brilló la actriz Luisa Gavasa, Simón de Honor por su trayectoria profesional. ¡¡Olé tú, maña!!

Luisa Gavasa, estrella aragonesa en la gala de los premios Simón 2020. Foto de Isabel Aparicio

A los mandos de la nave estuvo Alejandro Aísa, quien comenzó recordando a los profesionales sanitarios que combaten el COVID, a las administraciones que trabajan cada día para recuperar la normalidad y a todas las familias que lo están pasando mal. Desplegó durante la noche todo su buen hacer y talento, recordó las protestas del mundo del espectáculo y su Alerta Roja, citó los filmes de Luis Buñuel como si estuviera en la EGB hasta detenerse en Simón del Desierto y ofreció buenas dosis de humor en su guión. Alex, nosotras te contrataríamos para la próxima comedia de Nacho García Velilla, ¡ahí dejamos el poso! 

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Alejandro Aisa, con su chaqueta de alerta roja derrochando buen humor durante la entrega de premios. Foto de Lorenzo Izquierdo.

Otra sorpresa magnífica fue escuchar a Viky (Lafuente) and the wild, abriendo la gala con su potente voz y sus pies descalzos para iniciar una noche en la que hubo emoción, risas, y un momento Oscar: qué sería de una entrega de premios sin equivocación en los sobres de nominados. Ana Bruned supo con antelación que lograría su Simón en maquillaje y peluquería al mencionarse su nombre cuando era el turno de la tarjeta de vestuario, pero se lo tomó con humor y desparpajo. Fue un momentazo y nos alegramos millones por el premio a su trabajo en ‘Leonardo muere’

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Ana Bruned recogiendo entre risas el galardón por el maquillaje de ‘Leonardo Muere’. Foto de Lorenzo Izquierdo

“El cine es vida”, subrayó Luisa Gavasa en su discurso tras recibir el Simón de Honor 2020, para agradecer a la Academia del Cine Aragonés su esfuerzo por organizar este acto en tiempos difíciles para la cultura y el arte. Este premio, según dijo, “te obliga a mirar hacia atrás” aunque ella es más “de mirar hacia adelante”. «He llegado hasta aquí con una carrera profesional y nunca nadie me ha regalado nada, lo he hecho con trabajo y estoy muy orgullosa”, resaltó, indicando que, además, en ese trabajo no ha estado sola. 

Recordó entonces al director de teatro aragonés Mariano Cariñena, quien inculcó en Luisa Gavasa el amor por el teatro, pero también a su manager Alberto Bongiorno, que le ha llevado “de la mano” durante 25 años, convirtiéndose en su “hermano, confidente, complice, amigo y amor” y que “se ha ido de manera rápida y cruel”, dijo muy emocionada, para dedicarle este premio a su amigo porque “seguro que desde algún lugar del universo me sigue apoyando”. La Sala Mozart en pie dio a la actriz una sonora y merecida ovación.

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Luisa Gavasa alzando al aire su merecido premio Simón, el tercero, pero esta vez el de honor. Foto de Lorenzo Izquierdo

SELLO DE CALIDAD 

Por su parte el presidente de la ACA, Jesús Marco, consideró que “algo estaremos haciendo bien cuando están aquí los cuatro pilares que hacen que el cine aragonés suene cada vez más” y se descubra que en esta comunidad “hacemos un cine que merece el sello de denominación de origen”. 

Esos cuatro pilares, enumeró, son la cantera y el talento de los profesionales; las academias, institutos y escuelas que promueven la formación; las instituciones que “poco a poco se creen que en Aragón tenemos un gran talento y gente capaz de hacer lo que estamos haciendo”, como la directora Pilar Palomero que ha ganado la Biznaga en Málaga con su primera película; y, por último, las empresas que han comprobado que “invertir en cine es invertir en riqueza”. Apostó por trabajar todos unidos y finalizó su discurso citando a Calderón de la Barca. ¡Qué tiemblen en los Nobel!

PREMIADOS 

Y una gala de entrega de premios no es nada sin sus premiados, así que vamos al lío. El mejor largometraje este año es ‘Planeta 5000’, del director Carlos Val y producido por José Ángel Delgado, película que también ganó el premio a mejor sonido para Vicente Bordonaba y Steve Miller. Ya sabéis lo que dice la peli: unos quieren entrar y otros salir, pero está claro que en los Simón todos nos quedamos a vivir en este planeta.

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José Ángel Delgado, productor y Carlos Val, director, disfrutando del premio Simón a mejor largo por ‘Planeta 5000’. Foto de Lorenzo Izquierdo

Como mejor documental encontramos ‘Aute Retrato’, el trabajo de Gaizka Urresti sobre Luis Eduardo Aute; mientras que el mejor corto de los Simón 2020 es ‘Gastos incluidos’, de Javier Macipe. Como mejor directora, la reivindicativa Nata Moreno por su trabajo detrás de las cámaras en ‘Una vida entre las cuerdas’

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Nata Moreno, felicísima, con su premio SImón a mejor dirección. Foto de Lorenzo Izquierdo

Carla Pérez de Albéniz se llevó el Simón a mejor dirección de producción por la peli ‘Mientras dure la guerra’, de Alejandro Amenábar; Javier Macipe repitió en el escenario al recoger el galardón a mejor guión por ‘Gastos incluidos’; Carmen Barrantes ganó en la categoría de mejor actriz por ‘Cardelinas’ y Alfonso Desentre logró su estatuilla como mejor actor por ‘Intimidad’

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Alfonso Desentre saltó al escenario a agarrar su premio Simón a mejor actor. Foto de Lorenzo Izquierdo

La mejor fotografía fue para los dos cracks Beltrán García Valiente y Adrián Barcelona por el docu ‘The rise of de synths’, un trabajo que también consiguió el premio a mejor montaje, para Iván Castell, su director . ¡Arriba esos sintetizadores!

La mejor banda sonora original se la llevó La Ronda de Boltaña por el corto ‘Mermelada de moras’; el Simón a mejor dirección artística fue para el gran Pablo Lagartos por ‘Leonardo muere’, un corto que, como ya os hemos avanzado, también consiguió el reconocimiento a maquillaje y peluquería, para nuestra (la de todos) querida @Abrumada, y el galardón de vestuario, para Ana Sanasgustín

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Pablo Largatos con chaleco de Emidio Tuzzi sostiene su Simón a mejor dirección artística por ‘Leonardo muere’. Foto de Lorenzo Izquierdo

El Simón a mejores efectos especiales fue para Juan Remacha por su labor en ‘Ofra & Khalil’ y en la categoría de mejor obra por su contribución social arrasó ‘Esta no soy yo. Autorretrato de una anoréxica’, de Mónica Callejo, quien emocionó al público al recoger este premio y desear que esta dura experiencia personal pueda servir de ayuda a personas que están pasando por lo mismo. ¡Brava Mónica!

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Una emocionada Mónica Callejo, directora de ‘Esta no soy yo’, sostiene su premio a mejor obra por su contribución social. Foto de Isabel Aparicio.

En un año complicado, los Simón han podido realizar de nuevo con éxito su travesía por el desierto. Enhorabuena a la organización de la gala por esta noche emocionante y de reencuentros para el audiovisual aragonés. Nosotras ya estamos esperando con ansia viva la próxima edición… 

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Los Simón y el cine aragonés de calidad

Los Simón y el cine aragonés de calidad

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Desde hace nueve años, el audiovisual aragonés tiene una cita ineludible para reconocer los trabajos de los profesionales del sector: los Premios Simón que organiza la Academia del Cine Aragonés (ACA). Sabemos de sobra que nuestros creadores tienen talento a raudales y que son muy guerreros, así que este año el coronavirus no va a impedir que celebren su gran fiesta anual para distinguir la calidad de un arte con denominación de origen propia en Aragón.  

El cine hay que vivirlo, sentirlo y celebrarlo como la parte esencial de nuestras vidas que es. “Esto del COVID ha demostrado la importancia de la cultura en nuestras vidas, sin ella no se vive igual y aunque ha sido el patito feo para los gobiernos, cuando pasan cosas como esta pandemia vemos lo importante que es ver una obra de teatro, una película, asistir al cine”, subraya el presidente de la ACA, Jesús Marco

La gala del cine aragonés debía haberse celebrado el pasado 23 de mayo, en pleno confinamiento, y tuvo que suspenderse. “Pensamos en realizar una entrega virtual de premios, pero eso no era lo ideal, preferimos esperar”, detalla a Secuenciadas. 

Como buenos aragoneses, cabezonería a tope y en el buen sentido, este próximo 20 de septiembre la sala Mozart del Auditorio de Zaragoza acogerá a las 20:00 horas una ceremonia “totalmente condicionada por el protocolo para prevenir el COVID”, con un aforo reducido al 35 por ciento, la prohibición de realizar fotos de grupo, de instalar el photocall en el interior, la obligatoriedad de llevar mascarilla, de desinfectar y mantener las distancias. “Será una gala muy rara y atípica”, reconoce, pero lo importante es que se llevará a cabo.

La dirección artística correrá a cargo de la propia Academia, presentará el periodista Alejandro Aísa, quien también ha realizado el guión, y dirigirá la ceremonia Raúl Ortega. El equipo tendrá el reto de cumplir con el tiempo límite que se ha fijado en hora y media, por lo que ha sido necesario “recortar muchísimas cosas para que sea más ligera”. “No será una súper gala, pero la intención es que los nominados y los premiados reciban sus premios y se reconozca su trabajo y mérito”. 

Como sorpresa, se han programado dos actuaciones musicales que serán top secret hasta ese mismo día. Y la ceremonia se emitirá en directo en Aragón Cultura desde las 20:00 horas y en diferido en Aragón Televisión.

ACTOS PREVIOS 

Como actos previos, el pasado julio pudimos disfrutar de talento aragonés al aire libre con la proyección de los dos únicos largometrajes de ficción nominados este año ‘Planeta 5000’ y ‘Ojos negros’ una re conversión de la Filmoteca de Zaragoza que abrió sus puertas para trasladarse a la plaza del Centro de Historias de la ciudad.

Este mismo miércoles ha continuado este ciclo, ya en la sede original de la Filmoteca de Zaragoza, con entrada libre, pero aforo limitado, con los documentales nominados a los premios este año, ‘Esta no soy yo. Autorretrato de una anoréxica’, de Mónica Callejo, y ‘Los cielos españoles’, de Isabel Soria y José Manuel Herraiz; mientras que el jueves 10 el público ha disfrutado de ‘Auterretrato’, el largometraje documental de Gaizka Urresti.

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Las secuenciadas nos quedamos perplejas con las palabras de Mónica Callejo y su docu más personal ‘ ‘Esta no soy yo. Autorretrato de una anoréxica‘. Foto Comunicación ACA

Las sesiones continuarán el miércoles 16, con el largo ‘Zaragoza vil’, de Antonio Tausiet; el día 18, con los cortometrajes nominados a los Simón: ‘Cardelinas’, de Tomás Generelo, ‘Gastos incluidos’, de Javier Macipe, ‘Intimidad’, de Alfonso Desentre, ‘Leonardo muere’, de José Luis Galar, y ‘Ofra & Khalil’, de José Alberto Andrés Lacasta. Por último, el sábado 19 se proyectará el largo documental ‘The rise of the synths’, de Iván Castell. ¡No tenéis excusa para no disfrutar de todos ellos!

Además, este sábado, día 12, la Academia ha organizado un acto al aire libre para proceder a la entrega de diplomas acreditativos de las nominaciones a todos los nominados de esta novena edición de los premios. “Ha sido un acto más íntimo, para pasar un rato agradable con todos ellos como antesala de los Simón”, indica Marco. Este acto ha contado con Jorge Aparicio como presentador y se ha entregado también una estatuilla de la ACA a José Ángel Delgado, anterior presidente, Antonio Tausiet y Jesús Aparicio en reconocimiento a sus años de dedicación a la Academia y a su trabajo en anteriores ediciones de los premios Simón.

Foto de final de carrera de varios de los nominados a los Premios Simón 2020 que han asistido a la recogida de diplomas. Foto Comunicación ACA

LUISA, WE LOVE YOU 

La Academia del Cine Aragonés rendirá homenaje en esta edición a la actriz Luisa Gavasa, a quien nosotras concederíamos más Simones, Goyas, la tira de Oscars… y, tras su aparición en la serie ‘El último show’, otra cita con Armando del Río a ver si solucionan lo suyo. “Luisa está encantandísima y muy emocionada”, asegura el dire de la ACA, porque ya se sabe que lo que más puede llenar a un profesional es sentir el reconocimiento y el cariño de su tierra.  

“Desde que ganó el Goya (mejor interpretación femenina de reparto en 2016 por ‘La novia’, de la también aragonesa Paula Ortiz) no ha parado de recibir homenajes y de trabajar aún más” y en la ACA están “encantadísimos” de dedicarle esta distinción. “Queremos que su protagonismo en la gala sea absoluto”, subraya. La actriz acudirá a Zaragoza para recibir los aplausos de sus compañeros y abanderar esta cita con el audiovisual aragonés.  

La actriz Luisa Gavasa cuando le comunicaron la noti de su Simón de Honor este año.

CALIDAD CON DENOMINACIÓN DE ORIGEN

De nuevo los Simón se proponen reivindicar que en Aragón “se hace cine de primera calidad”, algo que está quedando demostrado estas mismas semanas con la película ‘Las niñas’. La zaragozana Pilar Palomero triunfó en Málaga y ahora en los cines, recuerda Marco. “Tenemos una denominación de origen de calidad en el cine aragonés, los profesionales que se forman aquí no tienen nada que envidiar a otros y, además, en los últimos años las abanderadas del cine aragonés están siendo mujeres y eso nos llena de más orgullo todavía”, resalta, para mencionar los trabajos de Paula Ortiz, Pila Palomero, Luisa Gavasa, Nata Moreno, la labor de la guionista Isabel Peña o Carla Pérez de Albéniz que ganó un Goya este mismo año como directora de producción de la película ‘Mientras dure la guerra’, de Alejandro Amenábar y que también está nominada en nuestros premios este año.

En los propios nominados a los Simón se demuestra cada año “que los trabajos que se presentan son de mayor calidad y profesionales”, manifiesta, si bien advierte de que para la próxima edición sobrevuela la incógnita de cuántos largos, cortos y docus podrán competir si el COVID sigue afectando a los estrenos este año, dado que muchos proyectos se han tenido que suspender o retrasar. 

CANTERA Y TALENTO INNATO

Mientras que hace algunos años para hablar del cine aragonés “siempre había que remontarse a Segundo de Chomón, Luis Buñuel o Carlos Saura, ahora ya tenemos una cantera de gente joven que es una realidad en el cine español y de la que estamos orgullosos”. 

Este despertar y la época de oro que vive el audiovisual aragonés responde, en su opinión, a tres factores: el apoyo de las instituciones, la labor de los centros de formación públicos y privados y, especialmente, “al talento innato de nuestros profesionales” que han permitido que el nombre de Aragón en el cine nacional resuene cada día con más fuerza. 

También esta comunidad tiene un gran potencial como escenario de rodajes. “Pocos sitios en España pueden presumir de que se puede hacer cualquier cosa en cualquier paisaje, tenemos montañas, desiertos, ciudades grandes, pequeños pueblos, se puede recrear cualquier ambiente y ese es un gran valor aún poco explotado”, considera, para agregar que a la labor de la Aragón Film Commission, “a la que la ACA siempre ha apoyado”, aún le queda “camino” para mejorar en este sentido. 

Con música de banda sonora de película de fondo, porque para hablar del séptimo arte, como os decíamos, hay que vivirlo a tope, ya estamos living esperando que llegue el día 20 para celebrar la fiesta del cine aragonés.

(Conoce a todos los nominados y las distintas categorías de esta edición)

Cartel de la IX Edición de los Premios Simón del Cine Aragonés del 2020. Diseño de Raúl Navarro.

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