Y Eva también

Y Eva también

Tiempo de lectura: 4 minutos

Insultos, burlas, violencia verbal e incluso física. Todos conocemos casos de acoso escolar o los hemos vivido de cerca. Un problema con el que convivimos cada día y que aún no hemos sabido atajar: el bullying. “Lo primero y más importante es escuchar, en este y en todos los problemas, porque no escuchamos al resto del mundo y somos incapaces de entender y de empatizar”, sostiene la realizadora oscense Laura Torrijos-Bescós

La directora y actriz acaba de finalizar su nuevo proyecto, el cortometraje de animación ‘Y Eva también’, fruto de su propia experiencia personal. “Sufrí mucho acoso escolar, desde los seis años y hasta el último año de carrera”, explica a Secuenciadas. En 2019 escribió un texto para intentar “desahogarse”, para plasmar sus sentimientos al respecto, y ese texto se ha convertido en el guion de un cortometraje que expone cómo el bullying se repite y afecta a quien lo padece muchos años después de haberlo sufrido. 

Imagen del cortometraje 'Y Eva también', de Laura Torrijos-Bescós
La protagonista del corto, en el presente ficticio en el que narra al espectador lo que sufrió cuando era niña.

“Me gradué en el mes de junio y este corto era una forma de cerrar ese capítulo de mi vida”, señala Laura. “No había trabajado la animación y me apetecía mucho” para dar vida a esta historia, la suya y la de tantas personas que se verán reflejadas en ella. 

“No se por qué me hacían bullying, porque era diferente, por tener otros gustos o intereses, por sacar buenas notas; sufrí acoso de todo tipo, a los 11 y 12 años más fuerte, más físico, de hablar con la Policía, pero el colegio no hizo nada”, rememora. Asimismo, padeció acoso psicológico, no solo en su etapa de colegio, también en el instituto e, incluso, en la universidad. “Me insultaban y me hacían el vacío” y, en cuarto de carrera, “el primer mes de clase me tuvieron que cambiar de aula porque mis compañeros me escupían”, lamenta, indicando que estos comportamientos pueden parecer “cosa de niños”, pero no lo son. 

Imagen del cortometraje 'Y Eva también', de Laura Torrijos-Bescós
El corto refleja cómo el bullying se repite y afecta a las personas.

En el colegio, “todos lo veían pero les daba completamente igual, los profesores le echaban el problema a los del año siguiente. Cuando estaba en el instituto pensaron que si me juntaban con los acosadores nos haríamos súper amigos, que era culpa mía, o de mis padres, que me tenía que aprender a defender, o los justificaban diciendo que yo era más madura”. En la etapa de instituto, “me llegaron a llevar a un orientador, pero yo estaba orientada, no era yo quien lo necesitaba”, afirma, para agregar que, al menos, en esa etapa “me escucharon”. Al llegar a la universidad, “en cuarto año me acabaron cambiando de clase porque insistí, quería sobrevivir y si tenía que sentarme en la puerta de la directora hasta que me atendiera, lo hacía”. 

Ante este problema, un primer paso obligatorio debe ser escuchar a quien lo sufre. “Jamás he visto que los políticos se paseen por un centro escolar a ver qué sienten los niños que lo sufren”, para conocer cómo es el bullying, asevera. Aunque se han tomado medidas, son aún insuficientes. El corto lanza un mensaje “desesperanzador”, pero también transmite la importancia de la educación en las familias, porque “quien ha sido acosador, normalmente es hijo de acosador y tendrá hijos acosadores”. “La educación no es solo en el colegio, también es lo que te enseñan en tu casa” y hay que tener en cuenta que las consecuencias del acoso no terminan cuando finaliza la etapa educativa, sino que afectan a la persona durante años o toda su vida. 

Imagen del cortometraje 'Y Eva también', de Laura Torrijos-Bescós
Laura Torrijos-Bescós quiere dedicar este trabajo a quienes sufren el acoso escolar.

A QUIENES LO SUFREN 

“El cortometraje está narrado desde el presente ficticio –con la voz de Laura–, porque la protagonista dice que tiene 30 años”, y la vemos acudir al psicólogo veinte años después de haber sufrido acoso escolar, “porque sigue sufriendo”. Laura desea dedicar este trabajo “a todos los niños que se han suicidado víctimas del bullying y también a quien lo sufre día a día”

En el equipo de esta obra le acompañan Carlos López como responsable de la animación, con quien ha estado trabajando durante año y medio los dibujos, los colores, las referencias; Ana Bescós, Ángel Gonzalvo y Du Cardelin Studio en la producción; Juan Remacha, en montaje y posproducción ; Nacho Moya en sonido y José Ángel Almunia, como responsable de la música. 

Con el lanzamiento del trailer de este trabajo, la directora comenzará a enviarlo a festivales y le gustaría convertirlo, además, en un proyecto educativo, “proponérselo a organizaciones que luchan contra el acoso escolar y por la protección del menor”. 

Graduada en Interpretación Textual en la Escuela Superior de Arte Dramático de Málaga, Laura Torrijos-Bescós ganó el Premio Simón del Cine Aragonés a la mejor obra por su contribución social en 2021 con su cortometraje documental ‘Otra forma de caminar’. Es guionista, directora y actriz y en estos momentos se encuentra trabajando en el guion de un largometraje sobre la Barcelona de principios de siglo. 

Puedes ver el trailer de ‘Y Eva también’ aquí.

Cartel del cortometraje 'Y Eva también', de Laura Torrijos-Bescós
Cartel del cortometraje ‘Y Eva también’, de Laura Torrijos-Bescós

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Juego de Simones en Huesca

Juego de Simones en Huesca

Tiempo de lectura: 8 minutos

La undécima gala de los Premios Simón del Cine Aragonés nos dejó este sábado un buen número de momentazos. Ganadores emocionados, discursos tiernos y divertidos, la Huesca Big Band dándolo todo en el escenario, la maravillosa voz en off de Ana Esteban y un presentador, el actor Rafa Maza, convertido en guardián de la noche y acompañado en sus aventuras por el actor Jaime Ocaña

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Jaime Ocaña cantando una jota lírica al guardián de la noche, Rafa Maza

Y es que las dos horas y veinte minutos de duración de la ceremonia comenzaron con una primicia que anunció el propio Rafa Maza. “En Huesca se ha hecho cine de toda la vida, con Ramiro II ya rodaban… cabezas”, bromeó el intérprete en el inicio de un speech plagado de humor. Con buenas dosis de retranca aragonesa dijo muy convencido a los presentes en el Palacio de Congresos de Huesca que lo importante de la noche no eran los ganadores, sino el anuncio que iba a realizar: “en octubre comenzamos a grabar la próxima temporada de Juego de Tronos: la Campana de Huesca”. Con la trama y la banda sonora de esta serie ya pensados, y apoyado para cantar por Jaime Ocaña, Rafa Maza se metió al público en el bolsillo y ya, de ahí, no salimos gracias al brillante guion y al buen rollo de la gala, en la que lograron cuatro premios cada uno el docu ‘Héroes. Silencio y Rock&Roll’ y el cortometraje ‘Vuelve con mamá’. 

El primer premio de la noche fue para el documental ‘Los acordes de la memoria’, de Fernando Vera, un trabajo sobre el Alzheimer con el que ganó el Simón a mejor contribución social. Le siguió el Simón a mejor sonido, que recayó en Dani Orta por su trabajo en ‘Héroes. Silencio y Rock&Roll’, que recogió el productor de este docu, Miguel Ángel Lamata, bromeando con el hecho de haberse convertido de pronto en Dani Orta y agradeciéndose a sí mismo haber contado con Orta para este trabajo. Lamata se transformó poco después en Nacho Blasco, tras ganar el Simón a mejor montaje por ‘Héroes. Silencio y Rock&Roll’, un trabajo que arrasó en la noche del cine aragonés con cuatro galardones (también mejor largo y mejor dirección de producción para Raúl García Medrano). ¡Lamata, el hombre de las mil caras!

No fue el único que sustituyó a un ganador, ya que el director Ignacio Lasierra también hizo las veces de Laura Gómez-Lacueva al recoger su Simón como mejor actriz por ‘Parresia’; o la madre de Daniel Vergara al subir al escenario a por el premio a mejor fotografía por el trabajo de su hijo en ‘Armugán – el último acabador’. Tanto Gómez-Lacueva como Vergara no paran de trabajar y no pudieron asistir al evento, pero damos fe de que estuvieron también muy bien representados. Los que sí estaban, fueron Jaime Cebrián y Fernando Jiménez (Entropy Studio) que recogieron el galardón a los mejor efectos especiales y/o visuales por la peli ‘García y García’.

Me he quedado toda la noche borrando cromas y vengo de empalmada, comentaba Jaime Cebrián ante el holograma de su compi Fernando Jiménez.

EMOCIÓN 

Y entre los discursos más emotivos de la noche, el de Jesús Aparicio, que se alzó con el Simón a mejor banda sonora por su trabajo en ‘Ansó. Rasmia, funcias y muita historia’. Jesús nos emocionó a todos al asegurar que este premio “es de prestigio, lo mejor que me puede pasar”, tras 43 años dedicado al mundo de la música. Agradeció el trabajo en la gala y durante el año a la Academia del Cine Aragonés; a los académicos por su voto; a Isabel Aparicio García, directora del docu, por su confianza y a Isabel Aparicio Sainz de Varanda, por “su bella fotografía que me inspiró para componer algo para el documental”.

También agradeció a Manuel y Jorge Aparicio su apoyo incondicional; recordó a su madre que le llevó a amar la música desde pequeño, y a “quienes ya no están, pero que estarán celebrando este momento tanto como yo”. Por último, dedicó el galardón a sus hijos y, especialmente, a su mujer “por tus consejos, tu sabiduría y por regalarme cientos de noches para que pueda desarrollar mi pasión por la música y por la composición”, y nos sacó alguna lagrimita a más de uno con sus palabras. ¡Olé, Jesús!

Jesús Aparicio se lleva el Simón a mejor banda sonora: ¡Ya era hora! comenta

Otro discurso que nos ganó fue el de nuestro guardián de la noche, Rafa Maza, que ganó el Simón como mejor actor por el cortometraje ‘Vuelve con mamá’, en el que interpreta a Hitler, un corto que también logró cuatro Simones. Súper emocionado y con un discurso muy breve, aseguró no esperar este premio y lo dedicó a sus padres y familia. Después de la gala, señaló a Secuenciadas que se sentía “doblemente agraciado”, no solo por el premio, sino por presentar por segunda vez la gala de los Simón. “Está siendo una noche increíble”, destacó, para indicar que interpretar a Hitler fue “un reto, pero también un caramelo”, en el que intentó no caer en el cliché, diferenciarse de Chaplin y su ‘Gran dictador’ para hacer un Hitler “con esa dureza del personaje, con esa oscuridad y esa parte humana, si es que le quedaba algo”. 

Qué pavos, señala Rafa Maza

DOBLETES 

Dos veces pisó el escenario del Palacio de Congresos de Huesca el director José Manuel Herraiz para recoger los Simones a mejor cortometraje, por ‘Vuelve con mamá’, y a mejor documental, por ‘Los muros vacíos’, junto a Isabel Soria. Herraiz nos aseguró que hacer este doblete era “algo soñado, pero no lo esperaba y he salido allí totalmente eufórico”. Para el dire, un corto es una aventura y “nunca te imaginas el final”, por lo que conseguir la estatuilla es un gran broche de oro para ‘Vuelve con mamá’. 

Respecto a ‘Los muros vacíos’, docu sobre el patrimonio expoliado, Herraiz nos confesó que ganar fue “un subidón de adrenalina total, porque la competencia es muy difícil y siempre piensas que te vas a ir a casa sin premio”. Isabel Soria agregó que recibir este premio es “un grandísimo honor, estamos muy contentos y es un primer broche maravilloso para el documental”. 

Isabel Soria recoge el Simón, junto a su compañero de batallas del gremio audiovisual, José Manuel Herráiz

Gerald B. Fillmore consiguió también doblete en la noche del cine aragonés, al lograr el Simón a mejor dirección y a mejor guion por ‘For Pete’s Sake’. “Estoy muy contento y muy agradecido porque después de veinte años que empecé en Zaragoza haciendo cortometrajes, que luego me he ido, he vuelto, y es la primera vez que recojo físicamente un premio en mi tierra, me siento agradecido y súper querido”, dijo a Secuenciadas. Ambos premios han sido por el cortometraje ‘For Pete’s Sake’, “una locura basada en una pieza de teatro que escribí y representamos tanto en Zaragoza como en Los Ángeles” y que ahora ha pasado a la pantalla. 

Gerald B. Fillmore sosteniendo el ansiado Simón, pensaba que pesaba más, dijo.

Como gran triunfador de la noche encontramos a ‘Héroes. Silencio y Rock&Roll’, con Simones a mejor largometraje; mejor dirección de producción, mejor montaje y mejor sonido. Uno de los productores del docu, el director Miguel Ángel Lamata, haciendo ya de sí mismo, consideró que “ha habido suerte, porque a los miembros de la Academia les ha gustado, a nosotros nos gusta cómo ha quedado, le gusta al director, a los productores, a los Héroes del Silencio y está gustando mucho en todo el mundo gracias a que se ha visto en Netflix”. Resaltó también que es “una película aragonesa por los cuatro costados y eso es motivo de orgullo”. 

Miguel Ángel Lamata recoge el Simón a mejor largometraje, mientras piensan en sus movidas Raúl García Medrano y Alejandro Cortés

AGRADECIMIENTO A LOS VOLUNTARIOS 

Por su parte, el presidente de la Academia del Cine Aragonés, Jesús Marco, recordó en su discurso en la gala cómo ha cambiado el panorama del cine aragonés en los últimos once años y agradeció la ayuda de los políticos que “han creído que en Aragón tenemos talento, que eso es indudable” y han contribuido desde las instituciones, con recursos públicos, a ayudar a crecer a la industria del audiovisual aragonés. 

Marco dio también las gracias por el patrocinio de la gala al Ayuntamiento oscense y a TuHuesca y lanzó un mensaje a quienes año tras año, de forma voluntaria, hacen posible que se celebre esta ceremonia. “Son pocos y a lo mejor muchos de ellos no se pueden ganar la vida haciendo cine, pero son amantes del cine”, subrayó. 

Terminó su intervención dando paso a un vídeo del director Fernando Colomo, embajador de los Premios Simón 2022, y que no pudo asistir a Huesca debido al covid. Colomo recordó que la capital altoaragonesa fue muy importante en su carrera, ya que presentó sus primeros cortos, y ganó sus primeros premios, en el Festival de Cine de Huesca, y felicitó a todos los premiados. 

SIMÓN DE HONOR 2022

Y otra de las sorpresas de la noche fue encontrar en el escenario un clon del Simón de Honor, Eugenio Monesma, a quien dio vida Rafa Maza para presentar al homenajeado de este año. Realizador y productor de documentales etnográficos, Maza convertido en Monesma aseguró haber recorrido “todo el sistema solar buscando tradiciones y oficios perdidos” y, tras transformarse en el humorista Eugenio, dio paso al verdadero Monesma. 

El director, el Eugenio Monesma verdadero, agradeció a la ACA y a sus miembros el Simón honorífico, “un símbolo entrañable para mí, pues representa uno de los trabajos de Buñuel” y afirmó que el agradecimiento más importante de la noche era para su mujer, Merche Sorrosal, por su apoyo en los años 80 cuando, “con un hijo pequeño y con pocos medios, soñábamos con el futuro y ella me ayudó a tomar la difícil decisión de dejar un trabajo fijo y una vivienda gratuita donde ganaba mi sustento, para lanzarme a la aventura de hacer cine en Huesca”, afirmó. 

También dedicó sus palabras a su mentor, Ángel Gari, y a quienes prendieron la llama de su vocación por las tradiciones y la forma de vida de los pueblos que entraba en esos tiempos en un profundo cambio social; así como a los protagonistas de sus documentales que le han enseñado durante años las técnicas antiguas que se estaban perdiendo, “a tantas y tantas personas que me han abierto las puertas de sus casas y han compartido sus vivencias personales”. 

Todo esto antes era campo, le explica Eugenio Monesma a Félix Zapatero

Con 70 años, aseguró que la ilusión le sigue acompañando, sigue en activo y lanzó un mensaje de estímulo a la nueva generación del audiovisual aragonés: “más vale un hecho, que mil voy a hacer: tratad de convertir vuestros proyectos audiovisuales en realidades, que no se queden solo en intenciones, los medios técnicos están al alcance de cualquiera, ánimo”, transmitió. 

PALMARÉS

Y con este mensaje de impulso os dejamos con el palmarés de la undécima edición de la gala de los Premios Simón

‘Héroes. Silencio y Rock&Roll’, de Alexis Morante – Cuatro premios ⭐⭐⭐⭐

Mejor largometraje

Mejor dirección de producción a Raúl García Medrano

Mejor montaje a Nacho Blasco

Mejor sonido a Dani Orta

Vuelve con mamá, de José Manuel Herraiz – Cuatro premios ⭐⭐⭐⭐

Mejor cortometraje

Mejor actor a Rafa Maza

Mejor dirección artística a Luis Sorando

Mejor maquillaje y peluquería a Irene Tudela

‘For Pete’s Sake’, de Gerald B. Fillmore – Dos premios ⭐⭐

Mejor dirección a Gerald B. Fillmore

Mejor guion a Gerald B. Fillmore

Ansó. Rasmia, funcias y muita historia, de Isabel Aparicio – Dos premios ⭐⭐

Mejor banda sonora original a Jesús Aparicio

Mejor vestuario a la Asociación ‘A Cadiera’ de Ansó

Los muros vacíos, de Isabel Soria y José Manuel Herraiz – Un premio ⭐

Mejor documental

Parresia, de Ignacio Lasierra – Un premio ⭐

Mejor actriz a Laura Gómez-Lacueva

Armugán – el último acabador, de Jo Sol – Un premio ⭐

Mejor fotografía a Daniel Vergara

‘García y García’, de Ana Murugarren – Un premio ⭐

Mejores efectos especiales y/o visuales a Jaime Cebrián y Fernando Jiménez

Los acordes de la memoria’, de Fernando Vera – Un premio ⭐

Mejor obra por su contribución social

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Nominados a los Premios Simón 2022

Nominados a los Premios Simón 2022

Tiempo de lectura: 3 minutos

Listado de nominados a los Premios Simón del Cine Aragonés 2022. La Academia del Cine Aragonés concederá sus premios en una gala que se celebrará el próximo 25 de junio en Huesca.

NOMINACIONES A MEJOR LARGOMETRAJE


Armugán – El último acabador, de Jo Sol
Buñuel, un cineasta surrealista, de Javier Espada
García y García, de Ana Murugarren
Héroes. Silencio y Rock&Roll, de Alexis Morante


NOMINACIONES A MEJOR DOCUMENTAL


Ansó: rasmia, funcias y muita historia, de Isabel Aparicio
Los acordes de la memoria, de Fernando Vera
Los muros vacíos, de José Manuel Herráiz e Isabel Soria
Rosa Rosae. La Guerra Civil, de Carlos Saura
Vilas y sus dobles, de Germán Roda

NOMINACIONES A MEJOR CORTOMETRAJE


For Pete’s Sake, de Gerald B. Fillmore
Hold for applause, de Gerald B. Fillmore
No te verán correr, de Miguel Casanova
Parresia, de Ignacio Lasierra
Vuelve con mamá, de José Manuel Herráiz


NOMINACIONES A MEJOR DIRECCIÓN


Gerald B. Fillmore, por For Pete’s Sake
Ignacio Lasierra, por Parresia
Javier Espada, por Buñuel, un cineasta surrealista
José Manuel Herráiz, por Vuelve con mamá
Miguel Casanova, por No te verán correr


NOMINACIONES A MEJOR DIRECCIÓN DE PRODUCCIÓN


Ana Sanagustin, por No te verán correr
Camino Ivars, por Vuelve con mamá
Inés Laporta, por Parresia
Isabel Soria, por Los muros vacíos
Raúl García Medrano, por Héroes. Silencio y Rock&Roll


NOMINACIONES A MEJOR ACTOR


Gerald B. Fillmore, po For Pete’s Sake
Gerald B. Fillmore, por Hold for applause
Nacho Rubio, por La pared
Rafa Maza, por Vuelve con mamá
Saúl Blasco, por Vuelve con mamá


NOMINACIONES A MEJOR ACTRIZ


Alba Gallego, por Vidas apiladas
Laura Gómez-Lacueva, por Parresia
Marina Herranz, por Parresia
Rosa Lasierra, por Vuelve con mamá
Viki Lafuente, por Aquí y Más Allá


NOMINACIONES A MEJOR FOTOGRAFÍA


Adrián Barcelona, por Pierres Vedel y la magia del agua
Daniel Vergara, por Armugán – El último acabador
Isabel Aparicio Sainz de Varanda, por Ansó: rasmia, funcias y muita historia
José Manuel Herráiz, por Los muros vacíos
Sergio de Uña, por Héroes. Silencio y Rock&Roll


NOMINACIONES A MEJOR GUION


Gerald B. Fillmore, por For Pete’s Sake
Ignacio Lasierra, por Parresia
Isabel Soria y José Manuel Herráiz, por Los muros vacíos
José Manuel Herráiz, por Vuelve con mamá
Miguel Casanova, por No te verán correr


NOMINACIONES A MEJOR MONTAJE


Ignacio Estaregui, por Parresia
José Manuel Herráiz, por Los muros vacíos
Nacho Blasco, por Héroes. Silencio y Rock&Roll
Carlos Saura, por Rosa Rosae. La Guerra Civil
Emilio Gazo, por Vuelve con mamá


NOMINACIONES A MEJOR BANDA SONORA ORIGINAL


Chus Fernández, por Tren a Saturno
Jesús Aparicio, por Ansó: rasmia, funcias y muita historia
Juanjo Javierre, por Armugán – El último acabador
Luis Giménez, por Parresia
Sergio Jiménez Lacima, por No te verán correr

NOMINACIONES A MEJOR MAQUILLAJE Y PELUQUERÍA


Ana Bruned, por Héroes. Silencio y Rock&Roll
Irene Tudela, por Vuelve con mamá
Kike Franco, por Aquí y Más Allá
Laura Liñán, por Golosinas
Virginia Maza, por Elvira de Hidalgo. Donare la Divinità


NOMINACIONES A MEJOR VESTUARIO


Ana Sanagustin, por No te verán correr
Ana Sanagustín, por La pared
Asociación «A Cadiera» de Ansó, por Ansó: rasmia, funcias y muita historia
Laura Sanz, por Vuelve con mamá
Silvia Puyal, por Aquí y Más Allá


NOMINACIONES A MEJOR DIRECCIÓN ARTÍSTICA


Ainhoa Sánchez, por La canción del loco Ralph
Álvaro Sancho Mauleón, por La sombra de quien fui
Arkady Gil Cortés, por García y García
Luis Sorando, por Vuelve con mamá
Sara Abecia y María Espinosa, por Atada


NOMINACIONES A MEJOR SONIDO


Álvaro Pérez y Jesús Aparicio, por Golosinas
Dani Orta, por Héroes. Silencio y Rock&Roll
Irene Solanas, por Parresia
José Manuel Herráiz y Emilio Gazo, por Los muros vacíos
Leo Dolgan, por Armugán – El último acabador


NOMINACIONES A MEJORES EFECTOS ESPECIALES


Álvaro Mazarrasa, por Buñuel, un cineasta surrealista
Emilio Gazo, por Vuelve con mamá
Jaime Cebrián Orgaz, por García y García
Javier Toledo y Paul Lacruz, por Armugán – El último acabador
José Ángel Guimerá y Cristina Vilches, por Tren a Saturno


NOMINACIONES A LA MEJOR OBRA POR SU CONTRIBUCIÓN SOCIAL


Golosinas, de Jorge Aparicio
La calle, de Leonor Bruna
Los acordes de la memoria, de Fernando Vera
Rosa Rosae. La Guerra Civil, por Carlos Saura
Voiceless, El Genocidio Silenciado, por Víctor G.Villavieja

⭐️ SIMÓN DE HONOR 2022 ⭐️

Eugenio Monesma Moliner

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«La pasión que siento por el cine no se me va a pasar nunca»

«La pasión que siento por el cine no se me va a pasar nunca»

Tiempo de lectura: 11 minutos

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Estudió Empresariales, trabajó en la Base Americana y, después, se convirtió en fotógrafo antes de llegar a su actual empleo como técnico en marketing internacional. Pero desde pequeño amó el cine y esa pasión le ha llevado a ser cineasta, ayudante de dirección, actor, locutor, guionista, productor y director de teatro. Es, además, presidente de la Academia del Cine Aragonés (ACA) desde el año 2016. 

Quedamos con Jesús Marco Murillo en un espacio muy apropiado para celebrar este fin de semana el Día de Aragón, el Parque Tío Jorge en Zaragoza. En este nuevo Secuenciando a, hablamos con el director de su carrera profesional, del audiovisual aragonés y del presente y futuro de la ACA.

¿Cómo surgió tu amor por el cine?

Le debo mucho a mi madre, que es una gran cinéfila. Ella coleccionaba los panfletos que daban en los cines y, desde muy pequeño, me decía si había visto tal película, que era muy buena; ahí empezó. Además, iba al colegio Maristas y había un cine abierto al público todos los sábados y domingos por la mañana y yo iba a ver lo que fuera, daba igual lo que pusieran, que iba a verlo. Así, cada vez me gustaba más el cine y era una forma de evadirme. 

¿Qué significaba poder ir al cine todos los fines de semana?

Siempre buscaba los entresijos de ver cómo se había hecho esa película, esos efectos, aunque a esas edades disfrutaba de la misma historia que estaba viendo. Recuerdo que salíamos al acabar la película, nos escapábamos al patio del colegio y nos poníamos a emular lo que habíamos visto. Si era una de mosqueteros, una de mosqueteros, o de espías, vivía las historias. 

¿Las vivías desde el punto de vista del protagonista o también te ponías detrás de la cámara con tus compañeros? 

También. Jugábamos a representar lo que habíamos visto, siempre llevaba la voz cantante y, de pequeño, reunía a mis amigos para poner las películas que tenía en un Cinexin. Después, animado por un profesor de Maristas que vio que valía para eso, hice teatro. El profesor hizo un concurso, había premios, nuestro grupo ganó y yo me llevé el premio a mejor actor. A raíz de eso, el profesor me regaló un libro de teatro contemporáneo, empecé a escribir mis propias obras y logré que se representaran en el colegio, pagando entrada el público. Representamos tres obras de teatro que me inventé, con los compañeros de clase como actores. 

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¿Qué temas te interesaban entonces?

La comedia. Las tres obras que hice fueron comedia pura y dura. Una fue ‘El pequeño Draculín’, me inspiré en una película de Mortadelo y Filemón que vi en el cine y el protagonista era yo. Para las otras dos busqué en la Librería General alguna obra o novela que pudiera adaptar y adapté ‘Tom Sawyer, detective’. Además, con 13 o 14 años, Alejandro Dumas y los tres mosqueteros eran para mí un referente e hice otra obra de teatro titulada ‘Los tres mosqueteros y medio’. Esos fueron mis inicios en el mundo de la farándula; me hubiera gustado hacerlo en cine, pero no tenía dinero, ni medios, ni nada y en aquella época te autoconvencías de que no ibas a poder hacer nada nunca de eso porque eso, era para otra gente con más medios o suerte, o lo que fuera. 

«Mi primer cortometraje fue ‘El pañuelo’, una historia sobre un amor que nunca muere»

¿Cómo llegó ese momento de empezar a hacer cine?

A la vejez, viruelas. Tenía esa espinita clavada de que no me había podido dedicar profesionalmente a algo audiovisual. Trabajaba entonces en la Base Americana, pero los americanos se fueron y nos echaron a todos a la calle y pensé en qué hacer. Había estudiado Empresariales, pero no me gustaba, era algo impuesto por exigencias familiares, y a la vez en el primer año estuve en la Escuela de Arte Dramático, pero hice caso a mis padres y me decanté por lo que no me gustaba. 

Al quedarme en el paro, al cerrar la Base Americana (1992), pensé que era una oportunidad, aunque en esa época no había el movimiento que hay ahora de cortometrajes, no se hacían apenas. Pensé que, ya que no podía contar historias en cine, las contaría en fotografías, y monté un estudio de fotografía del que viví durante más de diez años. En esa etapa tuve acceso a los medios, conocí gente que hacía vídeos y me lancé a hacer el primer cortometraje, que me costó 10.000 pesetas y lo hicimos con la colaboración de amigos y familia. Se llama ‘El pañuelo’ (estrenado en el año 2000).

¿Y de qué va?  

Mezcla la fantasía, jugando un poco con el tiempo. Trata de un soldado que estaba en los Balcanes y que, de repente, se encuentra con un soldado de la Guerra Civil española. Es sobre el amor eterno, el amor que nunca muere, porque este soldado español es un fantasma que se había quedado vagando y se aprovecha del otro soldado para darle el último mensaje a su amada, un pañuelo que ella le da cuando se va a la guerra y, como él muere, no regresa. Y el soldado aprovecha esa ocasión para que vuelva a ella, ya anciana, antes de que también fallezca. 

Pasaste de la comedia en teatro a una fantasía dramática en audiovisual. 

Totalmente. No he sido capaz de hacer comedia en cine. Tengo un trabajo, ‘Tacones de Stanislavsky’, que es una comedia. Pero con lo costoso que es sacar adelante un proyecto, y lo mal visto que estaba llevar comedia a los festivales y es difícil, pues pensé en hacer cosas serias, temas que me interesaran, denuncia social. Quitado ‘Tacones de Stanislavsky’, que el guion en principio no era mío y luego lo adapté, lo demás son todo dramones. 

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¿Cuáles eran tus referentes en el audiovisual a la hora de empezar a trabajar?

A veces lo he pensado, pero tengo tal mezcla, me pasa igual con la música, me gusta toda clase de música siempre que sea buena, que me llegue, y en el cine me pasa igual. Puedo ser un gran admirador de Akira Kurosawa, que es un gran contador de historias, pero también me gusta el cine más comercial, como el de Spielberg, el cine de acción, bélico, los musicales. Tener un referente al que querer copiar, no, aunque sí que tomas cosas de uno y de otro. 

Scorsese me gusta mucho, por ejemplo, sobre todo el estilo visual, de los planos, igual que Spielberg, es otro maestro. O el cine clásico de Chaplin, el cine negro de los 40 y 50. A veces he intentado simular la estética visual del impresionismo, y de enfocar la cámara de Orson Welles, en ‘Ciudadano Kane’ o ‘El tercer hombre’. Me gusta mucho jugar alguna vez con grandes planos secuencia, que son un reto para un director, porque bien hechos me encantan y siempre que puedo intento meter alguno.  

¿Qué trabajo destacarías de tu carrera y por qué? 

Quizás el que más cariño puede que le tenga, porque fue el primero y fue un reto, sin dinero, con condiciones climatológicas adversas, es ‘El pañuelo’. Si ahora lo tuviera que volver a dirigir no lo haría como entonces, cambiaría muchas cosas porque era mi primer trabajo y cada vez que lo veo, veo los fallos que cometí, pero le tengo un cariño especial al guion, creo que es el más redondo que he hecho. Y también lo gocé dirigiendo ‘Al, uno de tantos’, con Jesús Guzmán como actor, por lo que pude aprender de un actorazo como es Jesús Guzmán, y por la historia. Quise adentrarme en el mundo del Alzheimer, de cómo se puede sentir una persona con esa enfermedad. Esos dos son de los que más orgulloso me puedo sentir, aunque de los demás también. 

Es inevitable querer corregir o ver errores en los trabajos realizados… 

Siempre, a veces pasa mucho tiempo sin ver nada y un día te pones a revisar y piensas “por qué he hecho esto así, por qué puse la cámara allí y no en otro lado”. Siempre pensando “si ahora lo volviera a hacer, lo haría de otra forma”, pero ahí queda, es un proceso y cada vez vas aprendiendo más, nunca acabamos de aprender. Y otra de las cosas que me ha valido y que he hecho bastante es de ayudante de dirección con gente muy distinta entre sí, desde Fernando Usón, Sadie Duarte, Raúl Guíu, y son muy distintos a la hora de dirigir, pero eso te aporta mucho porque ves cómo dirigen otras personas. Es una de las facetas, además de como realizador, en la que más disfruto. 

Eres director, ayudante de dirección, director de teatro, productor, guionista, locutor, actor, ¿qué destacas de cada faceta? 

Lo más cómodo quizás es ayudante de dirección, porque tienes una gran responsabilidad como mano derecha del director y te tienes que saber la película igual o mejor a la hora de afrontar un rodaje, pero la carga es menor, porque la responsabilidad la tiene otro. Otra faceta muy cómoda es poner voz, hacer locuciones, porque lanzas el texto y ya está. 

Del resto, lo primero que hice fue ser actor, con 14 años, y es una de las cosas que me encanta y me gusta muchísimo, aunque quizás es una de las facetas que menos estoy haciendo porque me tienen asociado como realizador y no se acuerdan nunca de que como actor llevo una larga trayectoria. He sido profesor de teatro y ahora dirijo un grupo de teatro amateur, en el que nos lo pasamos muy bien. 

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¿Qué se necesita para vivir del audiovisual? 

Estar en el momento adecuado, en el sitio adecuado y tener mucha suerte. Además de si vales o no vales, si no vales por mucho que estés…, aunque es discutible porque hay gente que no vale y ahí está. Con la edad que tengo se me pasó el tren hace mucho tiempo; si ahora me pillara con veinte años no haría lo que hice, porque quería estudiar cine en Madrid, pero no me dejaron mis padres e hice caso. Si ahora volviera atrás no haría caso, me iría a ver qué sale. 

Ahora hay más facilidad y formación.

Es que antes no había nada en Zaragoza, existían los cineclubs, pero profesionalmente no te lo planteabas, la única manera era irse a Madrid o Barcelona a la escuela de cine, que costaba mucho dinero. Y al final te convences tu mismo pensando en que te conformarás con ir al cine, pero ahora es una gozada, en las escuelas públicas puedes estudiar realización, producción, aquí mismo en Zaragoza, si no tienes la privada. 

Aquí estaba la Escuela de Arte Dramático, pero el título no era oficial, no te garantizaba una salida profesional y más en Zaragoza. Podías hacer tu compañía de teatro amateur, pero me autoconvencí, estuve muchos años no queriendo saber nada, pero al tener la posibilidad de coger una cámara y un foco, lo hice y hasta ahora. 

«Estar en la Academia del Cine Aragonés es una manera de vivir el cine y es una ventana para que la sociedad aragonesa conozca lo que se hace en Aragón»

¿Cómo ves el panorama audiovisual aragonés? 

Está muy bien y a las pruebas me remito. Raro es el año que no tengamos algún aragonés nominado a los Goya y es por eso mismo, ha habido mucho acceso a la formación, gente con talento y que se forma ya tiene las herramientas adecuadas para sobresalir. Y llevamos muchos años en que las ayudas al audiovisual han hecho mucho bien. Antes no existían, no había nada, ni un duro de ninguna institución, pero se han ido concienciando de que merece la pena aportar y ayudar a la gente joven, lo que ha hecho que gente bien preparada se haya lanzado a hacer cortos, que han ganado festivales, han llegado ayudas a largometrajes. Y eso ha hecho que tengamos a Paula Ortiz, a Pilar Palomero, a Javier Macipe, que son el futuro del cine no ya aragonés, sino del cine español, porque el cine es global. 

¿Se podría hacer algo más para darle otro empujón al sector? 

Sí, dedicar más presupuesto. Tener en cuenta que a veces las ayudas salen muy tarde, lo que hace que gente que está en el proceso al final no puede hacer su proyecto por no poder adelantar el dinero; aunque poco a poco se ha dado cuenta la administración e intentan que las ayudas salgan cuanto antes. 

Con Aragón TV lo mismo, tenemos una televisión autonómica que gracias a Jaime Fontán (jefe de producción de Aragón TV, fallecido en 2021) apostó por el cine aragonés. Y falta otro pilar que es la privada, que se den cuenta de que si invierten en cine aumentarán las posibilidades de hacer más largometrajes en Aragón. 

Eres el presidente de la Academia del Cine Aragonés y próximamente se celebrará una nueva edición de los Premios Simón, ¿nos puedes hacer algún spoiler de cómo será la gala? 

Se va a hacer en Huesca, por fin, que era una de las reivindicaciones que teníamos como Academia, que no se hicieran solo en Zaragoza. El año pasado lo hicimos en Andorra (Teruel), con grandes problemas climatológicos, y este año la iniciativa no partió de nosotros, porque tras la experiencia del año pasado no nos apetecía mucho movernos, pero ha habido mucho interés por parte de Huesca, porque este año es el 50 aniversario de su Festival de Cine y querían dedicar el año 2022 al cine en Huesca. Tuvimos reuniones, nos convencieron y lo haremos en el Palacio de Congresos el 25 de junio, a las 20.00 horas. 

Este año se han recibido 43 trabajos audiovisuales, que votan los miembros de la Academia para completar la lista de nominados en cada categoría ¿En qué fase están los trabajos presentados a concurso?

En este momento estamos en la fase de que se tienen que estar viendo ya los trabajos presentados y votando para que a mediados de mayo se conozcan los nominados. Cuanto más vote la gente ahora, más justo es el resultado. Como se tienen que votar a tres trabajos se evitan favoritismos, se vota porque ha gustado el trabajo y eso es fundamental. Lo que suele pasar es que la gente vota poco en la primera fase y luego se vota en la segunda, cuando tendría que ser al revés casi. Votar más en la primera fase y también en la segunda, cuanto más mejor. 

Se ha notado este año la pandemia en el número de cortometrajes, ha habido un bajón porque la pandemia frenó los rodajes. En cambio, tenemos tres largometrajes a concurso y muchísimos documentales. Es lógico, porque en cuanto a la vida comercial de un proyecto, para un realizador o un productor es más fácil recuperar el dinero invertido con un documental y la gente se ha volcado más. Además, son de gran calidad, puede que seamos la comunidad que más documentales hace. 

Llevas desde 2016 como presidente de la ACA. ¿Qué significa para ti la Academia?

Desde el año 98, cuando nació la Asamblea de Cineastas Aragoneses e hice mi primer corto, busqué de alguna forma relacionarme con gente que hiciera lo mismo que yo y ahí fue cuando conocí esta Asamblea. Desde el principio me involucré mucho, sin tener ningún cargo ni aspirar a tenerlo, porque es una manera también de vivir el cine, ya que no puedes estar rodando todos los años, es una manera de estar vinculado al mundillo del cine en Aragón y en Zaragoza, viviéndolo de otra forma. ¿Qué significa? Todo mi tiempo libre lo dedico a esto, a veces con los sinsabores de un cargo de responsabilidad que ejerces por amor al arte, pero acompañado de un equipo que curra mucho. Cuando deje de ser presidente seguiré vinculado y trabajando. 

La razón de ser de la Academia es promocionar y dar a conocer el audiovisual de la zona. Si no existiera la gala de los Simón, la gran mayoría de los aragoneses no conoceríamos el audiovisual que se está haciendo en Aragón más que los tres o cuatro poquitos que cada año están nominados a los Goya. De esta forma, es una especie de ventana para la sociedad aragonesa que tiene la oportunidad de conocer de primera mano qué se hace dentro del mundo audiovisual. Pero la ACA no solo son los premios, a lo largo del año intentamos aportar nuestro granito de arena en formación audiovisual, divulgación y actos como proyecciones, cursos, talleres, exposiciones. 

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¿Hacia dónde dirige su futuro Jesús Marco? 

(Ríe) A estar como estoy. La pasión que siento por el cine no se me va a pasar nunca, aunque me jubile o deje de ser presidente de la ACA, porque tienen que venir generaciones jóvenes a tomar el relevo, pero seguiré colaborando como uno más, aportando lo que haga falta y haciendo lo que se me pida, como ayudante de dirección, como actor, lo que sea. Y apoyando a la Academia en lo que me pida. 

También tengo proyectos propios, tres o cuatro, que se han quedado por el camino porque veo complicada la financiación. Prefiero colaborar con proyectos de otros, egoístamente sufro menos, y dedicarme más a fondo a la Academia. Aunque si conocéis a algún productor que ponga la “pasta”, le presento tres o cuatro (ríe). 

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