La Academia del Cine Aragonés entregó el domingo los XII Premios Simón, una fiesta anual para reconocer el trabajo y talento de los profesionales aragoneses del sector audiovisual. Y como no nos perdemos una buena party, Secuenciadas asistió a la gala para celebrar la noche del cine aragonés.
La actriz Patricia Coronas fue la encargada de conducir con mucho humor y vestimenta a lo aragonés la ceremonia, en la que Viki Lafuente puso el toque musical. Y como venimos a hablar de cine, os adelantamos, antes de que lleguéis al palmarés, que la película ‘La maternal’, de Pilar Palomero’, triunfó con cuatro Simones. ¡Olé tú, maña!
La presentadora, Patricia Coronas, con un bolso de lo más guay tipo adoquín del Pilar ¡La última moda! Foto de Isabel Aparicio
No obstante, los Simones estuvieron más repartidos que el premio Gordo de la Lotería Nacional, con tres premios Simón para la peli ‘Para entrar a vivir’, de Pablo Aragüés y Marta Cabrera; otros tres para el cortometraje ‘Dativa’, de Daniel Calavera y Bosnerau Producciones: y tres más para el documental ‘Fleta, tenor, mito’, de German Roda. También recibieron su reconocimiento los trabajos ‘Labordeta, un hombre sin más’, ‘El Vidal Mayor, la joya de la identidad aragonesa’, ‘Las tres revelaciones’ y ‘Luz de gas’.
Precisamente fue el documental ‘Luz de gas’, de Ana Asión Suñer, sobre la industria del carbón y la Central Térmica de Andorra, el trabajo que logró el primer Simón de la noche, el premio a mejor obra por su contribución social. “Este premio pertenece a todas las personas que creyeron, que defendieron y que lucharon por un patrimonio y por una gente que no queremos que caiga en el olvido, los pueblos mineros del carbón”, subrayó en su discurso. Recordó también a una persona que defendió a estos pueblos, el cantautor Joaquín Carbonell, y dedicó emocionada el galardón a sus padres.
Ana Asión Suñer, encantadísima con su última visita al dentista; al fondo Carlos Laforga, productor. Foto de Josian Pastor
Esa emoción perduró durante toda la gala en los vítores de alegría de los nominados y premiados. Si tuviéramos que conceder un premio Secuenciadas a los más animados sería para el equipazo de ‘Dativa’, jaleando a sus candidatos y a los ganadores de sus tres Simones. ¡Bravos!
SIEMPRE EN EL RECUERDO
Y también con mucha emoción recordaron presentadores y ganadores a los recientemente fallecidos, el director Carlos Saura y la actriz, Laura Gómez-Lacueva, dos profesionales muy queridos en Aragón y que recibieron los aplausos de una sala Mozart repleta de público, con 1.100 lovers del cine disfrutando de la fiesta. Entre ellos, el director German Roda, al recoger su Simón a mejor montaje, por el que estaba nominado junto a Nacho Blasco, y que lo dedicó muy emocionado “a una gran amiga, una de las que más me ha hecho reír en la vida, que nos ha hecho reír a todos aquí”.
También Jorge Usón, Simón a mejor actor por la película ‘Para entrar a vivir’, quien reivindicó la necesidad de que se hagan series en Aragón, ficción aragonesa, como ‘Grupo 2 Homicidios’ en la que él participó, y emplazó a pelear para que los profesionales aragoneses no vean la necesidad de marcharse fuera de la comunidad a trabajar. Dedicó su Simón a “una de las grandes figuras de la historia de la cultura aragonesa, Laura Gómez-Lacueva, íntima amiga”, dijo, para animar a “honrar nuestra vida con la de ella, por el legado que nos dejó de amor, de tesón y de trabajo”. ¡Maravilloso, Jorge!
El actor Jorge Usón alzando triunfalmente el Simón, Ana Roché orgullosa de su compi. Foto de Josian Pastor
Precisamente el pasado año la actriz Laura Gómez-Lacueva ganó el Simón por su trabajo en el cortometraje ‘Parresia’. También Pilar Palomero, al recoger su premio a mejor dirección, recordó a la intérprete: “una compañera que ha sido importantísima para todos los directores aragoneses y que ha sido una gozada poder contar con su talento y su cariño”.
Ese cariño se expresó también en el vídeo in memoriam de los Premios Simón, dedicado este año a la actriz Sara Castells, la realizadora Natacha Calvo, el actor Carlos Vega, el cinéfilo y miembro de la tertulia Perdiguer, Rafael Alarcón, el productor y técnico audiovisual Luis Lasheras, al cineasta Carlos Saura y a Laura Gómez-Lacueva.
“POR FIN NOS LO CREEMOS”
En su discurso en la gala, y siempre al ritmo de 007, el presi de la Academia del Cine Aragonés, Jesús Marco, consideró que en Aragón “ya nos lo estamos creyendo, nos creemos que valemos, que tenemos talento (en el audiovisual)” y pidió oportunidades para los profesionales aragoneses, animando a los productores a que vengan a esta comunidad a realizar sus proyectos.
En esta idea coincidió el miembro de la junta directiva de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España, Juan Vicente Córdoba, que ha sido este año embajador de los Premios Simón. Rememoró el impulso que supuso Zaragoza en los inicios de su carrera, con la película ‘Aunque tu no lo sepas’, y la excelente acogida que tuvo en la ciudad, a la que llegó de la mano de su amiga Luisa Gavasa, “que es una de las grandes embajadoras de vuestra tierra allá por donde va”.
Elogió el gran momento que vive el cine y el audiovisual de Aragón, el surgimiento de cineastas que, con los ya consagrados, “estáis dando que hablar y en boca de todo el país”, destacó, agradeciendo también su ayuda a las instituciones aragonesas en esta materia. Y se vino arriba, claro que sí, para decirnos que tenemos que pelear para acoger la próxima gala de los Goya. “Caminemos todos juntos, hagamos crecer el cine y el audiovisual de nuestro país todos juntos de la mano y ¡larga vida a los Premios Simón!”, exclamó.
¡VIVA LA FILMOTECA!
Lo reconocemos, estamos in love con el Premio Simón de Honor 2023, que ha recaído este año en la Filmoteca de Zaragoza. El Simón de Honor 2022, Eugenio Monesma, entregó el premio en el escenario a la vicealcaldesa de Zaragoza y consejera municipal de Cultura, Sara Fernández, la directora del departamento de investigación y archivo de la Filmoteca, Ana Marquesán, y la directora del departamento de exhibición y difusión, Toña Estévez.
La vicealcaldesa inició su discurso recordando que, próximamente, se dedicará una calle de la ciudad a la actriz Laura Gómez-Lacueva, aunque “siempre será un homenaje muy pequeño comparado con las alegrías y la felicidad que ella nos ofreció”. Dio lectura a un mensaje conjunto de todos los trabajadores de la Filmoteca, que acaba de celebrar su 40 aniversario.
La vicealcaldesa de Zaragoza, Sara Fernández Escuer, celebrando los 40 años de la Filmoteca de Zaragoza. Foto de Emilio Gazo
“Reiteramos hoy aquí nuestro compromiso con la conservación y difusión del patrimonio audiovisual”, resaltó, para acabar citando unas palabras de Carlos Saura como homenaje. “Alguna vez me he parado a pensar qué hacemos nosotros, los hombres de cine, ilusionados con el juguete que tenemos entre las manos. Ponemos la cámara ante paisajes que nos fascinan, buscamos lugares que no existen, músicas que amamos, rostros que solo vemos en nuestros sueños, deseos y pasiones que nos gustaría haber experimentado. Eso es el cine para mí. El futuro es incierto, pero llenó de posibilidades para los soñadores”. “Larga vida para la Filmoteca de Zaragoza”, concluyó Fernández.
Ana Marquesán se animó ante el micrófono para dedicar el premio al público, “en este camino nuestro que es de ida y vuelta”. Por su parte, Toña Estévez agradeció el homenaje a los académicos y finalizó su intervención recordando que “la Filmoteca es vuestra casa. Nos vemos en el cine”.
“NI DE COÑA”
Y con tantas emociones llegamos al final de la gala, acompañados en todo el recorrido por la increíble voz de Ana Esteban. El director Daniel Calavera, junto a todo su equipo en el escenario del Auditorio, aseguró que “ni de coña” se esperaban recoger el premio a mejor cortometraje del año en Aragón por ‘Dativa’. “Me hace mucha ilusión porque somos un cortometraje de género fantástico, que está muy castigado y hay que apoyarlo más, y porque, por fin, toda esta gente maravillosa ha recibido un premio en casa y es una pasada”. ¡¡Viva Dani y su equipo!!
El dire Daniel Calavera sorprendido por el Simón a mejor corto por ‘Dativa’ y ovacionado por su equipo. Foto de Emilio Gazo
En mejor documental, y como lo han venido petando en los premios a nivel nacional, Gaizka Urresti y Paula Labordeta se hicieron con el Simón por ‘Labordeta, un hombre sin más’. Gaizka mencionó al equipo, “que en un documental son pocos, pero no poco”, y a las instituciones que apoyaron el proyecto y permitieron una peli cien por cien aragonesa, y a quienes pidió más apoyo a la ficción. Por su parte, Paula expresó su emoción por recoger un premio en Aragón, su tierra, y dedicó el galardón a sus “cómplices”, a sus amigos y familia, y especialmente a su padre, de quien dijo que “aprendimos a ser mujeres libres, felices y vulnerables”, y a su madre, Juana de Grandes, que “sigue siendo la puñetera estrella del rock and roll”. ¡Aupa, Juana!
Paula Labordeta y Gaizka Urresti decidiendo quién se lleva el Simón a casa. Foto de Josian Pastor
Y como toda gala tiene que terminar, aunque las tres horas de esta XII edición se nos pasaron en un suspiro, el equipo de ‘La maternal’ subió al escenario para recibir el último premio de la noche, el Simón a mejor largometraje. La dire, Pilar Palomero, agradeció a sus productores Valerie Delpierre y Alex Lafuente y a las instituciones su apoyo en este proyecto. “Yo querría haber traído todo el rodaje a Aragón, y os agradezco el esfuerzo de traerlo, porque se lo difícil que era, y gracias por ayudarme a cumplir esa meta de rodar en mi tierra, que ojalá lo pueda seguir haciendo” y agradeció también el cariño que encontraron durante el rodaje en las localizaciones aragonesas (en Monegros, Sariñena, Monegrillo, Lastanosa y Poleñino). “Ojalá podamos seguir haciendo muchas películas en Aragón, sobre Aragón, y que se vean en todas partes”, deseó.
Pilar Palomero recogiendo el cuarto simón por ‘La maternal’ y prometiendo que seguirá rodando en su tierra, Aragón. Foto de Josian Pastor
Palmarés de la XII edición de la gala de los Premios Simón del Cine Aragonés
‘La Maternal’, de Pilar Palomero – Cuatro premios ⭐⭐⭐⭐
La undécima gala de los Premios Simón del Cine Aragonés nos dejó este sábado un buen número de momentazos. Ganadores emocionados, discursos tiernos y divertidos, la Huesca Big Band dándolo todo en el escenario, la maravillosa voz en off de Ana Esteban y un presentador, el actor Rafa Maza, convertido en guardián de la noche y acompañado en sus aventuras por el actor Jaime Ocaña.
Jaime Ocaña cantando una jota lírica al guardián de la noche, Rafa Maza
Y es que las dos horas y veinte minutos de duración de la ceremonia comenzaron con una primicia que anunció el propio Rafa Maza. “En Huesca se ha hecho cine de toda la vida, con Ramiro II ya rodaban… cabezas”, bromeó el intérprete en el inicio de un speech plagado de humor. Con buenas dosis de retranca aragonesa dijo muy convencido a los presentes en el Palacio de Congresos de Huesca que lo importante de la noche no eran los ganadores, sino el anuncio que iba a realizar: “en octubre comenzamos a grabar la próxima temporada de Juego de Tronos: la Campana de Huesca”. Con la trama y la banda sonora de esta serie ya pensados, y apoyado para cantar por Jaime Ocaña, Rafa Maza se metió al público en el bolsillo y ya, de ahí, no salimos gracias al brillante guion y al buen rollo de la gala, en la que lograron cuatro premios cada uno el docu ‘Héroes. Silencio y Rock&Roll’ y el cortometraje ‘Vuelve con mamá’.
El primer premio de la noche fue para el documental ‘Los acordes de la memoria’, de Fernando Vera, un trabajo sobre el Alzheimer con el que ganó el Simón a mejor contribución social. Le siguió el Simón a mejor sonido, que recayó en Dani Orta por su trabajo en ‘Héroes. Silencio y Rock&Roll’, que recogió el productor de este docu, Miguel Ángel Lamata, bromeando con el hecho de haberse convertido de pronto en Dani Orta y agradeciéndose a sí mismo haber contado con Orta para este trabajo. Lamata se transformó poco después en Nacho Blasco, tras ganar el Simón a mejor montaje por ‘Héroes. Silencio y Rock&Roll’, un trabajo que arrasó en la noche del cine aragonés con cuatro galardones (también mejor largo y mejor dirección de producción para Raúl García Medrano). ¡Lamata, el hombre de las mil caras!
No fue el único que sustituyó a un ganador, ya que el director Ignacio Lasierra también hizo las veces de Laura Gómez-Lacueva al recoger su Simón como mejor actriz por ‘Parresia’; o la madre de Daniel Vergara al subir al escenario a por el premio a mejor fotografía por el trabajo de su hijo en ‘Armugán – el último acabador’. Tanto Gómez-Lacueva como Vergara no paran de trabajar y no pudieron asistir al evento, pero damos fe de que estuvieron también muy bien representados. Los que sí estaban, fueron Jaime Cebrián y Fernando Jiménez (Entropy Studio) que recogieron el galardón a los mejor efectos especiales y/o visuales por la peli ‘García y García’.
Me he quedado toda la noche borrando cromas y vengo de empalmada, comentaba Jaime Cebrián ante el holograma de su compi Fernando Jiménez.
EMOCIÓN
Y entre los discursos más emotivos de la noche, el de Jesús Aparicio, que se alzó con el Simón a mejor banda sonora por su trabajo en ‘Ansó. Rasmia, funcias y muita historia’. Jesús nos emocionó a todos al asegurar que este premio “es de prestigio, lo mejor que me puede pasar”, tras 43 años dedicado al mundo de la música. Agradeció el trabajo en la gala y durante el año a la Academia del Cine Aragonés; a los académicos por su voto; a Isabel Aparicio García, directora del docu, por su confianza y a Isabel Aparicio Sainz de Varanda, por “su bella fotografía que me inspiró para componer algo para el documental”.
También agradeció a Manuel y Jorge Aparicio su apoyo incondicional; recordó a su madre que le llevó a amar la música desde pequeño, y a “quienes ya no están, pero que estarán celebrando este momento tanto como yo”. Por último, dedicó el galardón a sus hijos y, especialmente, a su mujer “por tus consejos, tu sabiduría y por regalarme cientos de noches para que pueda desarrollar mi pasión por la música y por la composición”, y nos sacó alguna lagrimita a más de uno con sus palabras. ¡Olé, Jesús!
Jesús Aparicio se lleva el Simón a mejor banda sonora: ¡Ya era hora! comenta
Otro discurso que nos ganó fue el de nuestro guardián de la noche, Rafa Maza, que ganó el Simón como mejor actor por el cortometraje ‘Vuelve con mamá’, en el que interpreta a Hitler, un corto que también logró cuatro Simones. Súper emocionado y con un discurso muy breve, aseguró no esperar este premio y lo dedicó a sus padres y familia. Después de la gala, señaló a Secuenciadas que se sentía “doblemente agraciado”, no solo por el premio, sino por presentar por segunda vez la gala de los Simón. “Está siendo una noche increíble”, destacó, para indicar que interpretar a Hitler fue “un reto, pero también un caramelo”, en el que intentó no caer en el cliché, diferenciarse de Chaplin y su ‘Gran dictador’ para hacer un Hitler “con esa dureza del personaje, con esa oscuridad y esa parte humana, si es que le quedaba algo”.
Qué pavos, señala Rafa Maza
DOBLETES
Dos veces pisó el escenario del Palacio de Congresos de Huesca el director José Manuel Herraiz para recoger los Simones a mejor cortometraje, por ‘Vuelve con mamá’, y a mejor documental, por ‘Los muros vacíos’, junto a Isabel Soria. Herraiz nos aseguró que hacer este doblete era “algo soñado, pero no lo esperaba y he salido allí totalmente eufórico”. Para el dire, un corto es una aventura y “nunca te imaginas el final”, por lo que conseguir la estatuilla es un gran broche de oro para ‘Vuelve con mamá’.
Respecto a ‘Los muros vacíos’, docu sobre el patrimonio expoliado, Herraiz nos confesó que ganar fue “un subidón de adrenalina total, porque la competencia es muy difícil y siempre piensas que te vas a ir a casa sin premio”. Isabel Soria agregó que recibir este premio es “un grandísimo honor, estamos muy contentos y es un primer broche maravilloso para el documental”.
Isabel Soria recoge el Simón, junto a su compañero de batallas del gremio audiovisual, José Manuel Herráiz
Gerald B. Fillmore consiguió también doblete en la noche del cine aragonés, al lograr el Simón a mejor dirección y a mejor guion por ‘For Pete’s Sake’. “Estoy muy contento y muy agradecido porque después de veinte años que empecé en Zaragoza haciendo cortometrajes, que luego me he ido, he vuelto, y es la primera vez que recojo físicamente un premio en mi tierra, me siento agradecido y súper querido”, dijo a Secuenciadas. Ambos premios han sido por el cortometraje ‘For Pete’s Sake’, “una locura basada en una pieza de teatro que escribí y representamos tanto en Zaragoza como en Los Ángeles” y que ahora ha pasado a la pantalla.
Gerald B. Fillmore sosteniendo el ansiado Simón, pensaba que pesaba más, dijo.
Como gran triunfador de la noche encontramos a ‘Héroes. Silencio y Rock&Roll’, con Simones a mejor largometraje; mejor dirección de producción, mejor montaje y mejor sonido. Uno de los productores del docu, el director Miguel Ángel Lamata, haciendo ya de sí mismo, consideró que “ha habido suerte, porque a los miembros de la Academia les ha gustado, a nosotros nos gusta cómo ha quedado, le gusta al director, a los productores, a los Héroes del Silencio y está gustando mucho en todo el mundo gracias a que se ha visto en Netflix”. Resaltó también que es “una película aragonesa por los cuatro costados y eso es motivo de orgullo”.
Miguel Ángel Lamata recoge el Simón a mejor largometraje, mientras piensan en sus movidas Raúl García Medrano y Alejandro Cortés
AGRADECIMIENTO A LOS VOLUNTARIOS
Por su parte, el presidente de la Academia del Cine Aragonés, Jesús Marco, recordó en su discurso en la gala cómo ha cambiado el panorama del cine aragonés en los últimos once años y agradeció la ayuda de los políticos que “han creído que en Aragón tenemos talento, que eso es indudable” y han contribuido desde las instituciones, con recursos públicos, a ayudar a crecer a la industria del audiovisual aragonés.
Marco dio también las gracias por el patrocinio de la gala al Ayuntamiento oscense y a TuHuesca y lanzó un mensaje a quienes año tras año, de forma voluntaria, hacen posible que se celebre esta ceremonia. “Son pocos y a lo mejor muchos de ellos no se pueden ganar la vida haciendo cine, pero son amantes del cine”, subrayó.
Terminó su intervención dando paso a un vídeo del director Fernando Colomo, embajador de los Premios Simón 2022, y que no pudo asistir a Huesca debido al covid. Colomo recordó que la capital altoaragonesa fue muy importante en su carrera, ya que presentó sus primeros cortos, y ganó sus primeros premios, en el Festival de Cine de Huesca, y felicitó a todos los premiados.
SIMÓN DE HONOR 2022
Y otra de las sorpresas de la noche fue encontrar en el escenario un clon del Simón de Honor, Eugenio Monesma, a quien dio vida Rafa Maza para presentar al homenajeado de este año. Realizador y productor de documentales etnográficos, Maza convertido en Monesma aseguró haber recorrido “todo el sistema solar buscando tradiciones y oficios perdidos” y, tras transformarse en el humorista Eugenio, dio paso al verdadero Monesma.
El director, el Eugenio Monesma verdadero, agradeció a la ACA y a sus miembros el Simón honorífico, “un símbolo entrañable para mí, pues representa uno de los trabajos de Buñuel” y afirmó que el agradecimiento más importante de la noche era para su mujer, Merche Sorrosal, por su apoyo en los años 80 cuando, “con un hijo pequeño y con pocos medios, soñábamos con el futuro y ella me ayudó a tomar la difícil decisión de dejar un trabajo fijo y una vivienda gratuita donde ganaba mi sustento, para lanzarme a la aventura de hacer cine en Huesca”, afirmó.
También dedicó sus palabras a su mentor, Ángel Gari, y a quienes prendieron la llama de su vocación por las tradiciones y la forma de vida de los pueblos que entraba en esos tiempos en un profundo cambio social; así como a los protagonistas de sus documentales que le han enseñado durante años las técnicas antiguas que se estaban perdiendo, “a tantas y tantas personas que me han abierto las puertas de sus casas y han compartido sus vivencias personales”.
Todo esto antes era campo, le explica Eugenio Monesma a Félix Zapatero
Con 70 años, aseguró que la ilusión le sigue acompañando, sigue en activo y lanzó un mensaje de estímulo a la nueva generación del audiovisual aragonés: “más vale un hecho, que mil voy a hacer: tratad de convertir vuestros proyectos audiovisuales en realidades, que no se queden solo en intenciones, los medios técnicos están al alcance de cualquiera, ánimo”, transmitió.
PALMARÉS
Y con este mensaje de impulso os dejamos con el palmarés de la undécima edición de la gala de los Premios Simón:
‘Héroes. Silencio y Rock&Roll’, de Alexis Morante – Cuatro premios ⭐⭐⭐⭐
Mejor largometraje
Mejor dirección de producción a Raúl García Medrano
Mejor montaje a Nacho Blasco
Mejor sonido a Dani Orta
‘Vuelve con mamá‘, de José Manuel Herraiz – Cuatro premios ⭐⭐⭐⭐
Listado de nominados a los Premios Simón del Cine Aragonés 2022. La Academia del Cine Aragonés concederá sus premios en una gala que se celebrará el próximo 25 de junio en Huesca.
NOMINACIONES A MEJOR LARGOMETRAJE
Armugán – El último acabador, de Jo Sol Buñuel, un cineasta surrealista, de Javier Espada García y García, de Ana Murugarren Héroes. Silencio y Rock&Roll, de Alexis Morante
NOMINACIONES A MEJOR DOCUMENTAL
Ansó: rasmia, funcias y muita historia, de Isabel Aparicio Los acordes de la memoria, de Fernando Vera Los muros vacíos, de José Manuel Herráiz e Isabel Soria Rosa Rosae. La Guerra Civil, de Carlos Saura Vilas y sus dobles, de Germán Roda
NOMINACIONES A MEJOR CORTOMETRAJE
For Pete’s Sake, de Gerald B. Fillmore Hold for applause, de Gerald B. Fillmore No te verán correr, de Miguel Casanova Parresia, de Ignacio Lasierra Vuelve con mamá, de José Manuel Herráiz
NOMINACIONES A MEJOR DIRECCIÓN
Gerald B. Fillmore, por For Pete’s Sake Ignacio Lasierra, por Parresia Javier Espada, por Buñuel, un cineasta surrealista José Manuel Herráiz, por Vuelve con mamá Miguel Casanova, por No te verán correr
NOMINACIONES A MEJOR DIRECCIÓN DE PRODUCCIÓN
Ana Sanagustin, por No te verán correr Camino Ivars, por Vuelve con mamá Inés Laporta, por Parresia Isabel Soria, por Los muros vacíos Raúl García Medrano, por Héroes. Silencio y Rock&Roll
NOMINACIONES A MEJOR ACTOR
Gerald B. Fillmore, po For Pete’s Sake Gerald B. Fillmore, por Hold for applause Nacho Rubio, por La pared Rafa Maza, por Vuelve con mamá Saúl Blasco, por Vuelve con mamá
NOMINACIONES A MEJOR ACTRIZ
Alba Gallego, por Vidas apiladas Laura Gómez-Lacueva, por Parresia Marina Herranz, por Parresia Rosa Lasierra, por Vuelve con mamá Viki Lafuente, por Aquí y Más Allá
NOMINACIONES A MEJOR FOTOGRAFÍA
Adrián Barcelona, por Pierres Vedel y la magia del agua Daniel Vergara, por Armugán – El último acabador Isabel Aparicio Sainz de Varanda, por Ansó: rasmia, funcias y muita historia José Manuel Herráiz, por Los muros vacíos Sergio de Uña, por Héroes. Silencio y Rock&Roll
NOMINACIONES A MEJOR GUION
Gerald B. Fillmore, por For Pete’s Sake Ignacio Lasierra, por Parresia Isabel Soria y José Manuel Herráiz, por Los muros vacíos José Manuel Herráiz, por Vuelve con mamá Miguel Casanova, por No te verán correr
NOMINACIONES A MEJOR MONTAJE
Ignacio Estaregui, por Parresia José Manuel Herráiz, por Los muros vacíos Nacho Blasco, por Héroes. Silencio y Rock&Roll Carlos Saura, por Rosa Rosae. La Guerra Civil Emilio Gazo, por Vuelve con mamá
NOMINACIONES A MEJOR BANDA SONORA ORIGINAL
Chus Fernández, por Tren a Saturno Jesús Aparicio, por Ansó: rasmia, funcias y muita historia Juanjo Javierre, por Armugán – El último acabador Luis Giménez, por Parresia Sergio Jiménez Lacima, por No te verán correr
NOMINACIONES A MEJOR MAQUILLAJE Y PELUQUERÍA
Ana Bruned, por Héroes. Silencio y Rock&Roll Irene Tudela, por Vuelve con mamá Kike Franco, por Aquí y Más Allá Laura Liñán, por Golosinas Virginia Maza, por Elvira de Hidalgo. Donare la Divinità
NOMINACIONES A MEJOR VESTUARIO
Ana Sanagustin, por No te verán correr Ana Sanagustín, por La pared Asociación «A Cadiera» de Ansó, por Ansó: rasmia, funcias y muita historia Laura Sanz, por Vuelve con mamá Silvia Puyal, por Aquí y Más Allá
NOMINACIONES A MEJOR DIRECCIÓN ARTÍSTICA
Ainhoa Sánchez, por La canción del loco Ralph Álvaro Sancho Mauleón, por La sombra de quien fui Arkady Gil Cortés, por García y García Luis Sorando, por Vuelve con mamá Sara Abecia y María Espinosa, por Atada
NOMINACIONES A MEJOR SONIDO
Álvaro Pérez y Jesús Aparicio, por Golosinas Dani Orta, por Héroes. Silencio y Rock&Roll Irene Solanas, por Parresia José Manuel Herráiz y Emilio Gazo, por Los muros vacíos Leo Dolgan, por Armugán – El último acabador
NOMINACIONES A MEJORES EFECTOS ESPECIALES
Álvaro Mazarrasa, por Buñuel, un cineasta surrealista Emilio Gazo, por Vuelve con mamá Jaime Cebrián Orgaz, por García y García Javier Toledo y Paul Lacruz, por Armugán – El último acabador José Ángel Guimerá y Cristina Vilches, por Tren a Saturno
NOMINACIONES A LA MEJOR OBRA POR SU CONTRIBUCIÓN SOCIAL
Golosinas, de Jorge Aparicio La calle, de Leonor Bruna Los acordes de la memoria, de Fernando Vera Rosa Rosae. La Guerra Civil, por Carlos Saura Voiceless, El Genocidio Silenciado, por Víctor G.Villavieja
Estudió Empresariales, trabajó en la Base Americana y, después, se convirtió en fotógrafo antes de llegar a su actual empleo como técnico en marketing internacional. Pero desde pequeño amó el cine y esa pasión le ha llevado a ser cineasta, ayudante de dirección, actor, locutor, guionista, productor y director de teatro. Es, además, presidente de la Academia del Cine Aragonés (ACA) desde el año 2016.
Quedamos con Jesús Marco Murillo en un espacio muy apropiado para celebrar este fin de semana el Día de Aragón, el Parque Tío Jorge en Zaragoza. En este nuevo Secuenciando a, hablamos con el director de su carrera profesional, del audiovisual aragonés y del presente y futuro de la ACA.
¿Cómo surgió tu amor por el cine?
Le debo mucho a mi madre, que es una gran cinéfila. Ella coleccionaba los panfletos que daban en los cines y, desde muy pequeño, me decía si había visto tal película, que era muy buena; ahí empezó. Además, iba al colegio Maristas y había un cine abierto al público todos los sábados y domingos por la mañana y yo iba a ver lo que fuera, daba igual lo que pusieran, que iba a verlo. Así, cada vez me gustaba más el cine y era una forma de evadirme.
¿Qué significaba poder ir al cine todos los fines de semana?
Siempre buscaba los entresijos de ver cómo se había hecho esa película, esos efectos, aunque a esas edades disfrutaba de la misma historia que estaba viendo. Recuerdo que salíamos al acabar la película, nos escapábamos al patio del colegio y nos poníamos a emular lo que habíamos visto. Si era una de mosqueteros, una de mosqueteros, o de espías, vivía las historias.
¿Las vivías desde el punto de vista del protagonista o también te ponías detrás de la cámara con tus compañeros?
También. Jugábamos a representar lo que habíamos visto, siempre llevaba la voz cantante y, de pequeño, reunía a mis amigos para poner las películas que tenía en un Cinexin. Después, animado por un profesor de Maristas que vio que valía para eso, hice teatro. El profesor hizo un concurso, había premios, nuestro grupo ganó y yo me llevé el premio a mejor actor. A raíz de eso, el profesor me regaló un libro de teatro contemporáneo, empecé a escribir mis propias obras y logré que se representaran en el colegio, pagando entrada el público. Representamos tres obras de teatro que me inventé, con los compañeros de clase como actores.
¿Qué temas te interesaban entonces?
La comedia. Las tres obras que hice fueron comedia pura y dura. Una fue ‘El pequeño Draculín’, me inspiré en una película de Mortadelo y Filemón que vi en el cine y el protagonista era yo. Para las otras dos busqué en la Librería General alguna obra o novela que pudiera adaptar y adapté ‘Tom Sawyer, detective’. Además, con 13 o 14 años, Alejandro Dumas y los tres mosqueteros eran para mí un referente e hice otra obra de teatro titulada ‘Los tres mosqueteros y medio’. Esos fueron mis inicios en el mundo de la farándula; me hubiera gustado hacerlo en cine, pero no tenía dinero, ni medios, ni nada y en aquella época te autoconvencías de que no ibas a poder hacer nada nunca de eso porque eso, era para otra gente con más medios o suerte, o lo que fuera.
«Mi primer cortometraje fue ‘El pañuelo’, una historia sobre un amor que nunca muere»
¿Cómo llegó ese momento de empezar a hacer cine?
A la vejez, viruelas. Tenía esa espinita clavada de que no me había podido dedicar profesionalmente a algo audiovisual. Trabajaba entonces en la Base Americana, pero los americanos se fueron y nos echaron a todos a la calle y pensé en qué hacer. Había estudiado Empresariales, pero no me gustaba, era algo impuesto por exigencias familiares, y a la vez en el primer año estuve en la Escuela de Arte Dramático, pero hice caso a mis padres y me decanté por lo que no me gustaba.
Al quedarme en el paro, al cerrar la Base Americana (1992), pensé que era una oportunidad, aunque en esa época no había el movimiento que hay ahora de cortometrajes, no se hacían apenas. Pensé que, ya que no podía contar historias en cine, las contaría en fotografías, y monté un estudio de fotografía del que viví durante más de diez años. En esa etapa tuve acceso a los medios, conocí gente que hacía vídeos y me lancé a hacer el primer cortometraje, que me costó 10.000 pesetas y lo hicimos con la colaboración de amigos y familia. Se llama ‘El pañuelo’ (estrenado en el año 2000).
¿Y de qué va?
Mezcla la fantasía, jugando un poco con el tiempo. Trata de un soldado que estaba en los Balcanes y que, de repente, se encuentra con un soldado de la Guerra Civil española. Es sobre el amor eterno, el amor que nunca muere, porque este soldado español es un fantasma que se había quedado vagando y se aprovecha del otro soldado para darle el último mensaje a su amada, un pañuelo que ella le da cuando se va a la guerra y, como él muere, no regresa. Y el soldado aprovecha esa ocasión para que vuelva a ella, ya anciana, antes de que también fallezca.
Pasaste de la comedia en teatro a una fantasía dramática en audiovisual.
Totalmente. No he sido capaz de hacer comedia en cine. Tengo un trabajo, ‘Tacones de Stanislavsky’, que es una comedia. Pero con lo costoso que es sacar adelante un proyecto, y lo mal visto que estaba llevar comedia a los festivales y es difícil, pues pensé en hacer cosas serias, temas que me interesaran, denuncia social. Quitado ‘Tacones de Stanislavsky’, que el guion en principio no era mío y luego lo adapté, lo demás son todo dramones.
¿Cuáles eran tus referentes en el audiovisual a la hora de empezar a trabajar?
A veces lo he pensado, pero tengo tal mezcla, me pasa igual con la música, me gusta toda clase de música siempre que sea buena, que me llegue, y en el cine me pasa igual. Puedo ser un gran admirador de Akira Kurosawa, que es un gran contador de historias, pero también me gusta el cine más comercial, como el de Spielberg, el cine de acción, bélico, los musicales. Tener un referente al que querer copiar, no, aunque sí que tomas cosas de uno y de otro.
Scorsese me gusta mucho, por ejemplo, sobre todo el estilo visual, de los planos, igual que Spielberg, es otro maestro. O el cine clásico de Chaplin, el cine negro de los 40 y 50. A veces he intentado simular la estética visual del impresionismo, y de enfocar la cámara de Orson Welles, en ‘Ciudadano Kane’ o ‘El tercer hombre’. Me gusta mucho jugar alguna vez con grandes planos secuencia, que son un reto para un director, porque bien hechos me encantan y siempre que puedo intento meter alguno.
¿Qué trabajo destacarías de tu carrera y por qué?
Quizás el que más cariño puede que le tenga, porque fue el primero y fue un reto, sin dinero, con condiciones climatológicas adversas, es ‘El pañuelo’. Si ahora lo tuviera que volver a dirigir no lo haría como entonces, cambiaría muchas cosas porque era mi primer trabajo y cada vez que lo veo, veo los fallos que cometí, pero le tengo un cariño especial al guion, creo que es el más redondo que he hecho. Y también lo gocé dirigiendo ‘Al, uno de tantos’, con Jesús Guzmán como actor, por lo que pude aprender de un actorazo como es Jesús Guzmán, y por la historia. Quise adentrarme en el mundo del Alzheimer, de cómo se puede sentir una persona con esa enfermedad. Esos dos son de los que más orgulloso me puedo sentir, aunque de los demás también.
Es inevitable querer corregir o ver errores en los trabajos realizados…
Siempre, a veces pasa mucho tiempo sin ver nada y un día te pones a revisar y piensas “por qué he hecho esto así, por qué puse la cámara allí y no en otro lado”. Siempre pensando “si ahora lo volviera a hacer, lo haría de otra forma”, pero ahí queda, es un proceso y cada vez vas aprendiendo más, nunca acabamos de aprender. Y otra de las cosas que me ha valido y que he hecho bastante es de ayudante de dirección con gente muy distinta entre sí, desde Fernando Usón, Sadie Duarte, Raúl Guíu, y son muy distintos a la hora de dirigir, pero eso te aporta mucho porque ves cómo dirigen otras personas. Es una de las facetas, además de como realizador, en la que más disfruto.
Eres director, ayudante de dirección, director de teatro, productor, guionista, locutor, actor, ¿qué destacas de cada faceta?
Lo más cómodo quizás es ayudante de dirección, porque tienes una gran responsabilidad como mano derecha del director y te tienes que saber la película igual o mejor a la hora de afrontar un rodaje, pero la carga es menor, porque la responsabilidad la tiene otro. Otra faceta muy cómoda es poner voz, hacer locuciones, porque lanzas el texto y ya está.
Del resto, lo primero que hice fue ser actor, con 14 años, y es una de las cosas que me encanta y me gusta muchísimo, aunque quizás es una de las facetas que menos estoy haciendo porque me tienen asociado como realizador y no se acuerdan nunca de que como actor llevo una larga trayectoria. He sido profesor de teatro y ahora dirijo un grupo de teatro amateur, en el que nos lo pasamos muy bien.
¿Qué se necesita para vivir del audiovisual?
Estar en el momento adecuado, en el sitio adecuado y tener mucha suerte. Además de si vales o no vales, si no vales por mucho que estés…, aunque es discutible porque hay gente que no vale y ahí está. Con la edad que tengo se me pasó el tren hace mucho tiempo; si ahora me pillara con veinte años no haría lo que hice, porque quería estudiar cine en Madrid, pero no me dejaron mis padres e hice caso. Si ahora volviera atrás no haría caso, me iría a ver qué sale.
Ahora hay más facilidad y formación.
Es que antes no había nada en Zaragoza, existían los cineclubs, pero profesionalmente no te lo planteabas, la única manera era irse a Madrid o Barcelona a la escuela de cine, que costaba mucho dinero. Y al final te convences tu mismo pensando en que te conformarás con ir al cine, pero ahora es una gozada, en las escuelas públicas puedes estudiar realización, producción, aquí mismo en Zaragoza, si no tienes la privada.
Aquí estaba la Escuela de Arte Dramático, pero el título no era oficial, no te garantizaba una salida profesional y más en Zaragoza. Podías hacer tu compañía de teatro amateur, pero me autoconvencí, estuve muchos años no queriendo saber nada, pero al tener la posibilidad de coger una cámara y un foco, lo hice y hasta ahora.
«Estar en la Academia del Cine Aragonés es una manera de vivir el cine y es una ventana para que la sociedad aragonesa conozca lo que se hace en Aragón»
¿Cómo ves el panorama audiovisual aragonés?
Está muy bien y a las pruebas me remito. Raro es el año que no tengamos algún aragonés nominado a los Goya y es por eso mismo, ha habido mucho acceso a la formación, gente con talento y que se forma ya tiene las herramientas adecuadas para sobresalir. Y llevamos muchos años en que las ayudas al audiovisual han hecho mucho bien. Antes no existían, no había nada, ni un duro de ninguna institución, pero se han ido concienciando de que merece la pena aportar y ayudar a la gente joven, lo que ha hecho que gente bien preparada se haya lanzado a hacer cortos, que han ganado festivales, han llegado ayudas a largometrajes. Y eso ha hecho que tengamos a Paula Ortiz, a Pilar Palomero, a Javier Macipe, que son el futuro del cine no ya aragonés, sino del cine español, porque el cine es global.
¿Se podría hacer algo más para darle otro empujón al sector?
Sí, dedicar más presupuesto. Tener en cuenta que a veces las ayudas salen muy tarde, lo que hace que gente que está en el proceso al final no puede hacer su proyecto por no poder adelantar el dinero; aunque poco a poco se ha dado cuenta la administración e intentan que las ayudas salgan cuanto antes.
Con Aragón TV lo mismo, tenemos una televisión autonómica que gracias a Jaime Fontán (jefe de producción de Aragón TV, fallecido en 2021) apostó por el cine aragonés. Y falta otro pilar que es la privada, que se den cuenta de que si invierten en cine aumentarán las posibilidades de hacer más largometrajes en Aragón.
Eres el presidente de la Academia del Cine Aragonés y próximamente se celebrará una nueva edición de los Premios Simón, ¿nos puedes hacer algún spoiler de cómo será la gala?
Se va a hacer en Huesca, por fin, que era una de las reivindicaciones que teníamos como Academia, que no se hicieran solo en Zaragoza. El año pasado lo hicimos en Andorra (Teruel), con grandes problemas climatológicos, y este año la iniciativa no partió de nosotros, porque tras la experiencia del año pasado no nos apetecía mucho movernos, pero ha habido mucho interés por parte de Huesca, porque este año es el 50 aniversario de su Festival de Cine y querían dedicar el año 2022 al cine en Huesca. Tuvimos reuniones, nos convencieron y lo haremos en el Palacio de Congresos el 25 de junio, a las 20.00 horas.
Este año se han recibido 43 trabajos audiovisuales, que votan los miembros de la Academia para completar la lista de nominados en cada categoría ¿En qué fase están los trabajos presentados a concurso?
En este momento estamos en la fase de que se tienen que estar viendo ya los trabajos presentados y votando para que a mediados de mayo se conozcan los nominados. Cuanto más vote la gente ahora, más justo es el resultado. Como se tienen que votar a tres trabajos se evitan favoritismos, se vota porque ha gustado el trabajo y eso es fundamental. Lo que suele pasar es que la gente vota poco en la primera fase y luego se vota en la segunda, cuando tendría que ser al revés casi. Votar más en la primera fase y también en la segunda, cuanto más mejor.
Se ha notado este año la pandemia en el número de cortometrajes, ha habido un bajón porque la pandemia frenó los rodajes. En cambio, tenemos tres largometrajes a concurso y muchísimos documentales. Es lógico, porque en cuanto a la vida comercial de un proyecto, para un realizador o un productor es más fácil recuperar el dinero invertido con un documental y la gente se ha volcado más. Además, son de gran calidad, puede que seamos la comunidad que más documentales hace.
Llevas desde 2016 como presidente de la ACA. ¿Qué significa para ti la Academia?
Desde el año 98, cuando nació la Asamblea de Cineastas Aragoneses e hice mi primer corto, busqué de alguna forma relacionarme con gente que hiciera lo mismo que yo y ahí fue cuando conocí esta Asamblea. Desde el principio me involucré mucho, sin tener ningún cargo ni aspirar a tenerlo, porque es una manera también de vivir el cine, ya que no puedes estar rodando todos los años, es una manera de estar vinculado al mundillo del cine en Aragón y en Zaragoza, viviéndolo de otra forma. ¿Qué significa? Todo mi tiempo libre lo dedico a esto, a veces con los sinsabores de un cargo de responsabilidad que ejerces por amor al arte, pero acompañado de un equipo que curra mucho. Cuando deje de ser presidente seguiré vinculado y trabajando.
La razón de ser de la Academia es promocionar y dar a conocer el audiovisual de la zona. Si no existiera la gala de los Simón, la gran mayoría de los aragoneses no conoceríamos el audiovisual que se está haciendo en Aragón más que los tres o cuatro poquitos que cada año están nominados a los Goya. De esta forma, es una especie de ventana para la sociedad aragonesa que tiene la oportunidad de conocer de primera mano qué se hace dentro del mundo audiovisual. Pero la ACA no solo son los premios, a lo largo del año intentamos aportar nuestro granito de arena en formación audiovisual, divulgación y actos como proyecciones, cursos, talleres, exposiciones.
¿Hacia dónde dirige su futuro Jesús Marco?
(Ríe) A estar como estoy. La pasión que siento por el cine no se me va a pasar nunca, aunque me jubile o deje de ser presidente de la ACA, porque tienen que venir generaciones jóvenes a tomar el relevo, pero seguiré colaborando como uno más, aportando lo que haga falta y haciendo lo que se me pida, como ayudante de dirección, como actor, lo que sea. Y apoyando a la Academia en lo que me pida.
También tengo proyectos propios, tres o cuatro, que se han quedado por el camino porque veo complicada la financiación. Prefiero colaborar con proyectos de otros, egoístamente sufro menos, y dedicarme más a fondo a la Academia. Aunque si conocéis a algún productor que ponga la “pasta”, le presento tres o cuatro (ríe).
Despiertas en tu casa, pero te encuentras atada a una silla. No entiendes cómo has llegado a esa situación, ni cuándo, ni por qué, y comienzan a suceder cosas extrañas. Aparecen tus familiares y amigos también atados a sillas, pero desaparecen pronto, sin que sepas qué les sucede. Este es el angustioso punto de partida de ‘Atada’, el nuevo cortometraje del director Antonio Valdovín, un trabajo que nos mantiene en tensión y que nos hace preguntarnos sin parar qué está pasando en pantalla.
A la protagonista no le hace demasiada gracia despertarse atada y sin entender qué ocurre… (Fotograma de ‘Atada’)
“La trama del corto es una alegoría para llegar a un problema social”, explica el director a Secuenciadas. Pero hasta ahí os vamos a contar, porque lo interesante de la historia es que esa tensión os lleve a cuestionar cuál es ese problema de fondo y a reflexionar al respecto una vez que se descubre. Un misterio que se resuelve en 17 minutos y que es fruto del trabajo de años.
Antonio recuerda que la primera idea de ‘Atada’ “viene de bastante lejos”, cuando un conocido le pidió hace diez años que tocara este tema en uno de sus cortometrajes y que lo hiciera “sin piedad”. Aunque entonces le dijo que sí, no movió ficha hasta años después, al comprobar que el problema iba en aumento y se planteó convertirlo en documental. Sin embargo, los testimonios de ese trabajo podían molestar, eran “demasiado fuertes”, y el docu se quedó en el camino al no poder desarrollarlo. “Me quedé con la espinita y retoqué un boceto de un guion que tenía como ficción para acompañar al documental, lo redacté y al final ha salido este trabajo”, señala.
Vamos a seguir manteniendo el misterio, pero es un tema social sobre el que hay aún “mucho desconocimiento”, un problema que al director le preocupa por cómo afecta a los jóvenes y porque es entrar en un mundo en el que “es como si jugaras con todo amañado, es un sin salida”. Aunque se ha legislado al respecto, “el problema sigue estando y sigue creciendo” y, de hecho, en tiempos de pandemia se ha incrementado.
¿Qué os dejaría a vosotros atados a una silla? ¿Qué os podría causar la angustia que padecen los personajes de este corto? ¿Cómo afectan vuestras decisiones a quienes os rodean?
Los sospechosos habituales que han trabajado en este nuevo corto de Antonio Valdovín. Aquí ya todos desatados y felices. Foto: @yes_sik
SOSPECHOSOS HABITUALES
El rodaje de esta historia tuvo lugar el pasado mes de octubre, después de un intento fallido por la pandemia y tras fallar una de sus protagonistas un día antes de comenzar. Sonia DeLuis, Nines Mateos, Marisa Nolla, Esther Ballestero, Roberto Millán, Jorge Andoz, Miriam Martín y Amélie Valdovín, hija del director y que ha actuado en tres cortometrajes en el último año, dan vida a la trama delante de las cámaras.
Por su parte, en el equipo técnico se encuentran “sospechosos habituales” en los trabajos de Valdovín, con Sara Abecia y María Espinosa como ayudantes de dirección; Itziar del Río en fotografía; Jon Arteagabeitia y Roberto Torrado como operadores de cámara; Silvia Puyal en las labores de comunicación; Laura Liñán y Lucía Sanz en maquillaje; Pablo Gacías y Álvaro Pérez-Peirote en sonido y @jes_ik como foto fija. Además, la banda sonora es obra de Jonay Armas y cobra especial importancia dado que “queríamos que desde el principio hasta el final del corto hubiera música, un efecto musical o sonidos” que acompañaran a la imagen y “lo hemos conseguido”, afirma el dire.
El director, Antonio Valdovín, harto de gastar en bridas, decide llevarse a una de sus actrices en brazos y con silla incluida. Foto: @jes_sik
EL FUTURO: MURMULLO CÓSMICO
Nacido en Zaragoza, en 1978, Antonio Valdovín comenzó en 2003 su carrera en el audiovisual aragonés. De Fuentes de Ebro, como David Bowie y todos los aragoneses de bien, se graduó en Relaciones Laborales, Administración y Finanzas, ha cursado masters de programación y diseño gráfico, ha estudiado cine, colaborado durante diez años con el festival de cine de Fuentes y ha sido columnista y músico. Un todoterreno, obviamente.
‘Atada’ es su décimo trabajo audiovisual y con el que cumple 18 años desde su primer corto, ‘Decisiones’, rodado en 2003. Le siguieron ‘Out of time’ (2007), ‘Zombie’ (2007), el documental ‘Memoria del dance en Fuentes de Ebro’ (2013), ‘¿Quedamos?’ (2017), ‘Emmenez-moi’ (2019), ‘Mi turno’(2020), ‘Gira’ (2020), ‘Perfect day’ (2020) y ‘Encadenada’ (2021).
Ahora está preparando su primer largometraje, que tiene un nombre del que desde ya somos fans, ‘Murmullo cósmico’, y que tratará sobre la vida de una pintora. “Ya hemos rodado exteriores, naturaleza muerta y algunos planos y en mes y medio rodaremos casi el 60 por ciento” de la peli. Después, el equipo hará una pausa necesaria por “la temperatura y la luz” y a finales de mayo “confío en que pueda estar rodado”. El director espera poder estrenar este mismo año su película que tendrá en su banda sonora canciones de Fiona McAndrew y trabajo de Jonay Armas. Será una historia “luminosa”, en sus propias palabras, que ya estamos deseando conocer.
Cartel del corto, obra de Sonia/Neo PalacínCartel creado por Marta Vilella